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El sabor de lo prohibido. por NEY OTAKU

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Notas del fanfic:

Hola (?) Aqui les dejo una loca ide más mía é.é.

2min  ya saben 2min love~~

Notas del capitulo:

Hola~~ :)

Un three shot para ustedes, y para el 2min.

De mis ideas cursis y locas, espeor les guste, aunque me quieran matar en el proceso.

Lean <3

PD: Ya saben que canción escuchar, nada más que la hermosa composición SELENE del señor Kim Jonghyun ^^

El sabor de lo prohibido.

Capítulo 1: Selene (Luna).

Aunque extiendo mi  mano, aunque la extiendo con todas mis fuerzas,

(No puedo alcanzarte cariño) no puedo alcanzarte

Parecería  que  me acerco (así que grito fuerte y te llamo),

Así que te llamo con un corazón palpitante (te llamo aún más)

Pero no hay respuesta, creo que nuca podré llegar a ti.

Creo que nunca podré llegar a ti.

Selene

SHINee.

 

A veces se preguntaba el por qué  tenía  que ir cada mañana a ese mismo paradero, dónde no importaba si la lluvia o el sol eran demasiado fuertes, si había mucho viento o se sentía enfermo, si la nieve le impedía llegar, incluso si duele estar ahí. No importaba como, él debía llegar, aunque sea arrastras, por esas dosis diaria de su “droga” preferida.

La mañana pintaba excelente, había poco frío y la neblina que cubría la cuidad poco a poco se disipaba. En el horizonte, dónde el sol empezaba a hacerse presente, aparecían sus tan cálidos rayos y de un color claro. La luz se filtraba entre los arboles de los alrededores y  las gotas de roció sobre las hojas verdes dando el brillo necesario para admirar la belleza del paisaje de este camino.

Pero había algo o alguien más hermoso que admirar.

El chico delgado con sonrisa agradable aparece en la esquina de esta calle, siempre puntual como cada día.

Es tan grande su poder de hipnotizarlo que  por él ha retirado la mirada del sol y poso sus ojos pecaminosos sobre su buena figura  y sentimientos.  Como si de un ángel se tratara, todo a su alrededor brilla, como si cada paso que daba iluminara los rincones oscuros que aún se resistían a desaparecer.

-Bueno días Minho hyung…

Tan rápido has llegado que no me di cuenta.

-Buenos días Taemin…

¿Mencionamos la “droga”? Eh aquí su adicción y obsesión.

Droga parece una palabra fuerte, pero para él era la idónea para describir como se sentía cada vez que pensaban en él, cuando le sonreía, cuando sentía su perfume a su  alrededor, cuando su suave voz lo llamaba, o su finas manos se atrevían a tocarlo.

Me quemas con tu sola presencia  y te atreves a  no darte cuenta.

Minho sonríe como tonto cuando Taemin se acerca y se sienta a  su costado, como cada mañana cuando esperaban juntos el bus que los llevaba a la universidad.  Hoy Taemin llevaba el cabello rubio, influencias de su amigo Kibum de la misma clase de Actuación.

Sí actuación, una faceta además de la de  bailarín que Lee quería experimentar para estar preparado cuando algún cazador de telendo pusiera sus ojos en él. O como el mismo decía, “para ser capaz de permanecer firme en  el difícil mundo  de hoy dónde tienes que aprender de todo”.

-¿Señor Choi parece algo distraído?

La sonrisa de Taemin al preguntar, es lo suficientemente fuerte para ponerlo  nervioso, si se tratase de otra persona seguramente le hubiera dado igual,   pero no ha sido así, ha sucumbido ante tal muestra de cariño.

Pero…el amor,  lo ha hecho fuerte, le ha hecho aprender  con sangre que muchas veces era conveniente ocultar esos sentimientos en tu corazón y no demostrarlos hasta que sea el momento oportuno.

¿Es lógico?

Minho se preguntaba. ¿Hasta cuándo?  Hasta cuando era bueno callar todo eso que siente, ¿hasta cuándo tenía que contenerse para no correr hacia él y  decirle eso que tanto duele en su pecho pero  que  a la vez le provocada tanto amor?, la razón por la que se  desesperadamente lo busca hasta en sus sueños.

Un te amo, sería suficiente para terminar con todo.

¿Tal vez no?

-No es nada Taeminnie… -con los derechos que le otorgan el ser su mejor amigo, aprovecha para revolver sus cabellos claros,  dejando a sus dedos sentir el calor corporal que desprendía, dejar que gozara del rose de eso que desea desesperado.

-Es que me desvele retocando algunas fotos para hoy.

-¿eh? ¿Pero es la tercera semana? Tu maestro debe estar loco ¿Cómo puede pedirte tantas fotografías solo en clases normales?

Un puchero de esos labios rosados, tan provocativos. Se pierde por un instante fantaseando en cómo podría acercársele y susurrarle al oído cuanto ama que haga eso con la  boca y la necesidad que tiene de probar sus labios para confirmar lo que en sus sueños le es revelado.

Que saben a dulce, a fresa, a caramelo, incluso a canela…

Su mano lentamente se acerca a su rostro, para acariciar su mejilla levemente rosa por el frio, su corazón bombea la sangre que puede, repitiendo una y otra vez que lo haga  ya, que  lo tome en sus brazos y lo llene de besos, que le deje sentir el verdadero significado de “amar”.

El menor solo da una muestra de confusión, siente como los dedos e Minho se apoderan poco a poco de cada rincón de piel y a diferencia de lo que pensó, el toque no es frío, solo hay calor.

-Hyung… ¿pasa algo?

Que te amo.

-¿Eh?   -al darse cuenta de lo estaba haciendo retira su mano  de inmediato, agacha la mirada como si hubiera sido reprendido por haber robado algo.  Desvía su mirada avergonzada y se regaña mentalmente por ser tan débil. Cierra los ojos intentando recuperar su ánimo normal, pero el golpeteo en su hombro lo hace salir de su trance.

-Vámonos hyung…

Ve frente a sus ojos la mano de Tae, extendida para que él la tome al levantarse de la banca, escucha el ruido del bus acercándose, entiende ahora porque lo ha llamado. Es hora de partir a la realidad, es hora de comenzar su sufrimiento de día a día.  Se resigna y se dice a si mismo que debe ser fuerte, que debe mentalizarse para que al bajar de aquel autobús cuando lleguen a la universidad, pueda resistir y vivir para presenciar lo mismo de cada día.

Eso que le duele ver y que cree que todos notan, menos Taemin.

Porque bajar del transporte, como ahora, después de escuchar el maravilloso mundo rosa y de colores en el que el rubio vive y que no paró de contarle en todo el camino, para verlo correr hacia la entrada, con la sonrisa más dulce, con los brazos extendidos hacia esa persona.

La persona que por un destino caprichoso se cruzó en el camino que él quiere recorrer, y se topó con ese tesoro que con tanto anhelo ha perseguido, por tres largos años.

Al que le tiene la más grande envidia, por el que cuando los ve juntos,  los  celos se lo comen vivo, por el que desearía estar  en sus zapatos y gozar de toda la maravillosa persona que es Lee Taemin.

Se acercan, esta persona que no es más que su sumbae Changmin, su mejor amigo,  es el maldito afortunado de ser su novio, quien sin pensarlo lo besa en su cara, lo abraza desde la cintura, lo alaga de lo lindo que se ve este día, diciendo todas esas frases cursis que a él le gustaría estarle diciendo, si tan solo estuviera en su lugar….ahora mismo.

Minho tiene un enorme problema que se ha salido de control y ahora no sabe cómo  resolver.

¡Ve mi llanto y date cuenta que hay dolor, porque no te das cuenta de mis sentimientos!

-Buenos días Minho…-este chico es por demás el prospecto de hombre que todos desean, el típico guapo, inteligente y de buena figura y sobre todo amable- puntual como siempre…

-Digamos que es la costumbre…

Se sorprende de sí mismo cuando una sonrisa aparece de sus gruesos labios, la máscara perfecta que esconde todo el dolor que conlleva el amor prohibido y el dolor de ver como lo que ama se ha escapado de sus manos como el agua.

La alarma del reloj en la muñeca de Changmin se escucha indicando que son exactamente las 7 de la mañana, lo que significa…

-Minho te veré después en clase…primero llevaré a este jovencito a su aula… -un tierno beso en sus labios, el muere por un segundo.

-Hyung~ -chilla avergonzado su novio,  con su no falsa sonrisa como la suya- Minho hyung te veré en el almuerzo ok…

-Ok…Taemin…

Y los ve irse de la mano, tan felices que se siente un desgraciado por desear a quien ya tiene pareja y su corazón ocupado.

Se queda como tonto viéndolos desaparecer entre la multitud, pensando en que momento se hizo un cobarde al expresarse y pelear por lo que quiere. El frio viento  lo golpea en el rostro haciendo cerrar los ojos y remontarse a 3 años atrás…cuando lo conoció…

 

Esta mañana le tocaba hacer limpieza de salón con Jonghyun un  amigo de clase que siempre olvidaba por uno u otra razón los trapos para limpiar las ventanas, junto con el limpiador y la escoba.

-Yah deja de ser olvidadizo siempre soy yo quien termina por ir por las escobas…

-Minho no seas así, te prometo que será la última vez…yo empezare a limpiar los pupitres  y tu ve que se nos hace tarde.

Resignado que él es quien de nuevo iría a la bodega del primer piso, sale a arrastras del aula hasta las escaleras. Molesto por la actitud de su amigo y con el fin de sacar su frustración de no poder ir a casa temprano, patea una lata de soda tirada a su paso, justo antes de bajar el primer escalón.

La lata rebota de lado a lado bajando a gran velocidad, dejando un rastro de  líquido dulce y un estruendo muy fuerte para ser de un pequeño tamaño. El quejido de una persona lo hace preocuparse de haber lastimado a alguien, baja corriendo a zancadas las escaleras, poco a poco la figura delgada de un chico en ese entonces castaño, aparece, de espaldas a él,  tallándose la cabeza.

 -Lo…so siento…-se acerca temeroso de haberlo lastimado, cuando está a un paso de distancia el chico voltea haciendo un puchero de los más tierno que ha visto.

Quien más que Taemin para hacer  caras divertidas como esas.

Se pierde en su ojos, en su cabello, en lo bonito que son su s ojos, en lo demasiado bonito que es para ser un chico, y no es que no haya alumnos así en la universidad, es solo que era el primero que lo dejaba así, todo, aturdido.

Atontado, perturbado, nervioso, tonto, perplejo y torpe.

-¿Fuiste tú? -le recrimina con el ceño fruncido- ¡Yah te estoy hablando! -sube  el volumen de su voz al notar que no respondía  a su cuestión.

-¿eh? -vacila como si no pudiera hablar, o si tuviera algún tipo de retraso mental.

-¿Qué si fuiste tú quien lanzo la lata de soda?

El  castaño se molesta aún más por lo poco comunicativo que es, así que toma la lata vacía del suelo dispuesto a lanzársela como venganza, pero es demasiado torpe al tomarla que se corta el dedo índice dejándolo con un nuevo dolor de que quejarse y lloriquear.

-¡Rayos! -sacude su dedo de lado a lado pero al final decide chuparlo para contener la sangre.

Minho despierta de  su trance al verlo llorar por esa, pequeña herida. Reacciona a tiempo antes de que logre meter su dedo en su boca, toma su muñeca sin mucha fuerza, el castaño lo mira más que enfadado.

-Permíteme -le dice amable, saca de su bolsillo un pañuelo amarillo de suave tela y la enrolla en su dedo- siento a ver tirado la lata, no creí que alguien estaría por aquí abajo todavía…es tarde…

Sonríe mientras hace un nudo a su pañuelo para que no se zafe, procurando que sus manos no estén tan temblorosas por sus nervios, lo que francamente  no estaba logrando porqué claramente se veía como le costaba tener que tocar la mano del chico para ello.

Lo que por alguna razón le causo gracia al menor y sonrió.

-Por cierto me llamo Minho, Choi Minho, estudiante de fotografía de segundo año…siento de nuevo lo de la lata es que hoy  me toca la limpieza y mi hyung olvido de nuevo la escoba, siempre es un olvidadizo, siempre soy yo…

-oK…-le dice para frenar su insistencia por hablar mucho, demasiado- ya entendí, eso quiere decir -ríe quedito- que eres mi superior…

Hace una reverencia hacia Minho, cuando levanta la mirada sonríe, terminándolo de atontar. Porque si los nervios del inicio no los podía controlar ahora era más obvio porque sus mejillas estaban por explotar por la repentina adrenalina que recorría su cuerpo, una reacción que no esperaba cuando lo vio directo a los ojos.

-Mi nombre es Lee Taemin, estudiante de Actuación y baile- alza su mano para estrecharla con la de Minho con esa ya tan acostumbrada mirada tierna- es un gusto Minho hyung…

 

Abre los ojos dejando que sus memorias lo dejen nostálgico.

Sabe que es cursi la forma en que piensa de su  primer encuentro con Taemin, pero es la verdad, fue amor a primera vista, el puro amor que solo vez en las novelas o dramas románticos. Todavía se siente como un niño ilusionado cuando esta junto a él, y le cuesta contenerse a sí mismo, cada día es más doloroso ver como extiende su mano para alcanzarlo, pero inevitablemente se escapa, se va lejos, como supo que sería el  día que tuvo la “excelente” idea de presentárselo a su amigo Chamming.

Porque creyó que su felicidad de haber encontrado a l apersona adecuada para él, debía compartirse con quienes considera su familia, por eso una mañana de invierno cuando por fin disipo sus dudas y acepto que se había enamorado de un chico, el único para él, es que casi se lo lleva a rastras para conocer a su mejor amigo, pero su felicidad se terminó cuando ellos se miraron a los ojos y se sonrieron por primera vez, en ese instante entendió del error que había cometido. Por qué el tiempo paso tan rápido que poco a poco las escenas donde ellos pasaban tiempo riendo y compartiendo sus memorias se hacían más frecuentes.

Donde él se convirtió en solo el mejor amigo, de los amigos que se hicieron novios, quedando solo como un espectador que finge que la obra frente a sus ojos es de su total agrado. Quedando con el inminente reproche  así mismos de que no debió presentarlos, aunque eso  lo convirtiera en un maldito obsesivo.

Todavía duele recordar el momento en que Tae fue corriendo hacia él, sacándolo de prisa de la cafetería, ansioso y feliz por contarle la estupenda noticia del día.

 

-Chamgmin hyung me pidió ser su novio…

 

Cuantas lágrimas no derramo por ello. Cuantas noches se quedaba el pie de su ventana para perderse en las estrellas, mirando la  luna, pidiéndole bajo su esplendor lo único que deseaba para sí mismo.

Ser amado como el ama.

Pero tenía que ser fuerte, por sí mismo, por ellos, por seguir en su papel de mejor amigo y chico bueno, respetando sus decisiones aunque eso termine por matarlo por dentro.

Resignado a que este día sería como los anteriores no pierde más el tiempo y va a sus clases, no podía  darse el lujo de ser impuntual, solo le  faltaba un par de meses para culminar con su carrera y salir al mundo en busca de su futuro.

Pasa por las mismas escaleras en las que se lo ha topado y suelta un suspiro enorme, sigue caminando hasta cruzar el edificio, mientras camina observa en las paredes los panfletos coloridos que remarcan la tan esperada graduación de su generación.

Bufa, sabe que debería estar feliz pero no puede, su corazón roto no lo deja pensar claro y por momentos lo deja aturdido y  perdido, le esperan muchas cosas ahí afuera y al parecer entre ellas no está Taemin.

-¡Choi! - lo llaman haciendo que se detenga en medio pasillo.

-Buenos días profesor Min…

-Qué bueno que te encuentro antes de que vayas a clases - el hombre recupera su aliento después de la carrera que emprendió para alcanzarlo, ya más recuperado es que lo toma del hombro y sonríe- muchacho tengo agradables noticias para ti…

 

Mientras avanzaban entre los alumnos buscaban  una mesa para poder desayunar, Minho piensa una y otra vez si lo que le pedirá no será un exceso incluso para sí mismo, pero es que  no podía dejar pasar la oportunidad de estar así de cerca de él.

El ruido de la cafetería no era obstáculo, ni los empujones, toma su silla y la arrastra para hacerse paso y  sentarse, deja su charola sobre la mesa y solo se pierde entre su sándwich.

-Hyung…-la voz de Taemin lo hace mirarlo, recordándole que no había ido solo,   y que tenía que aprovechar el tiempo que tiene ahora, ya que Changmin tuvo que quedarse ayudando a un maestro en el auditorio y los dejo solo a ambos, “cuida a Taemin” fue su petición antes de irse.

-Actúas extraño, ¿pasa algo?

Que no puedo dejar de mirarte, que quiero besarte ahora por cómo me miras.

-Bueno, en realidad, quería pedirte un favor Tae…

Lo ve asentir,  tomando su jugo de naranja mientras espera que continúe hablando. Sabe que tal vez este sobre actuando al sentir así de nervioso, pero tarta de contenerse, no es como si fuera  a pedirle algo indebido -lo que de verdad quisiera- pero quiere aprovechar un excusa para estar probablemente la última vez más cerca de él antes de graduarse y salir de la universidad.

-Quiero pedirte que…seas mi modelo en una sesión fotográfica…

El rubio se atraganta con el jugo que apenas bajaba por su esófago, el dulce de la naranja se atasca haciéndole cosquillas e inevitablemente lo hace toser. Preocupado de que pudiese asfixiarse se levanta rápido y va su costado, le da palmaditas en la espalda y le pregunta si quiere agua, si quiere una soda o lo que sea necesario para que dejara de toser.

Su extrema preocupación reflejada en sus acciones le hace reír a Tae cuando recupera su aliento. Mira a Minho con sus ojos dilatados, una expresión de miedo.  Le dice que ya ha pasado que lo perdone por el susto.

-¿Seguro que estas bien? -insiste, toma una servilleta y le limpia la comisura de su labios.

-Estoy bien hyung, es solo que me tomaste por sorpresa, ¿Cómo se te ocurre pedirme eso? No sirvo como modelo…

-Yo no creo eso, tienes buena complexión y tu rostro es demasiado bonito para no retratarse en fotografías…-se  da cuenta de lo ha dicho y deja de limpiar su rostro, desvía la mirada, se separa solo un poco, regañándose por ser un noca floja.

-¿De verdad lo crees? - Tae parpadea, arruga el entrecejo- jamás he sido el modelo de alguien, no sé cómo hacer poses, ni expresiones frente a una cámara…no quisiera arruinar tu trabajo por mi torpeza…

-No, no lo aras, no es…es…sencillo, yo te diré lo que tienes que hacer…por favor -su desesperación es obvia, incluso se huele, arruga  la servilleta entre sus dedos, buscando las palabras para conversarlo.

-Esta mañana mi profesor me dijo que tenía la oportunidad de presentar un proyecto para un concurso, con el tema quisiera, esto podría darme a conocer con fotógrafos profesionales…yo…pensé en ti…es que eres el adecuado para hacerlo…además no tengo confianza en alguien más que  tu…

Se lo piensa antes de decir algo, deja escapar un suspiro y lo mira todavía no muy convencido. Pero al final acepta.

-Bien Minho acepto…solo dime donde y cuando nos vemos para empezar.

-¡Gracias Tae!

Lo abraza fuerte al escuchar su respuesta, no puede ocultar su felicidad, su sonrisa en enorme y el acto impulsivo de tenerlo entre sus brazos le deja con el corazón acelerado. Sabe que está mal, que esto es como aprovecharse de su confianza y la de su amigo solo para satisfacer sus deseos.

Pero por esta ocasión, solo quiere dejarse llevar, al final solo es una sesión fotográfica de ello no saldría nada más que su proyecto de fin de curso y de carrera.

 

Es sábado y la universidad está abierta por los alumnos que tomar clases  semi escolarizadas, lo había citado en el salón 3 del aula del primer edificio,  dónde se hacían las pruebas con modelos reales, todo el equipo que necesitaba estaba ahí, pero para él, solo necesitaba su cámara y el buen modelo que lo acompaña.

-La escuela luce desierta los sábados…-dice el menor dejando su pequeña mochila sobre una silla.

-Está bien, así no tendremos interrupciones mientras trabajo…

-Hyung estoy nervioso…no sé ni cómo debo pararme -lloriquea al tiempo que juega con una manta colgada a su costado.

-Taemin solo debes ser tú mismo…no quiero que intentes sobre actuar, solo se natural…-le dice mientras saca su cámara y va ajustando el lente hacia el rubio- sonríe…-pero no le da tiempo porque en segundos la foto ya estaba tomada…

-¡No estaba listo! -se cubre con la manta, como un niño asustado, más bien avergonzado- no seas así…

No puede evitar reír por su comportamiento, mira al final del salón y va hacia ahí, Tae lo mira extrañado, lo ve rebuscar entre una caja de cartón hasta que regresa  cargando  algo en brazos cubierto con una manta blanca.

-¿Qué es eso?

-Lo que todo bailarín necesita para relajarse…

Retira la manta y deja ver un mini estéreo, saca su ipod y lo conecta, elige una canción adecuada al momento, la música empieza, una muy adictiva a decir verdad, el rubio empieza a ladear la cabeza llevando el ritmo de la música, sonríe y por inercia sus pies comienzan a moverse, como si fuera efecto de una adictiva sustancia se sumerge en un mar de emociones que lo llena y lo  hace moverse como todo un bailarín profesional.

Minho lo contempla, lo ve divertirse, ser libre de hacer lo que le plazca. Ve el contoneo de sus caderas, la fragilidad y el suave movimiento de sus manos, el cabello se hace cómplice moviéndose rebelde, mostrando la naturaleza salvaje de Taemin.

Tan sensual y provocativo, se atreve a giñarle un ojo mientras baila y lo mira divertido, dando un espectáculo que cree es para alejar los nervios, pero crea un efecto distinto en el mayor, porque sus deseos carnales empiezan a surgir, siente calor, se quema y se sofoca.

El Minho que  quiere gritar con todas sus fuerzas golpetea su cabeza, exigiendo que sea valiente y re arriesgue a tomarlo del brazo, acercarlo lo suficiente y besarlo, tomar lo que por derecho es suyo, porque él fue quien lo encontró, él es quien se esfuerza por que lo  descifre sus miradas de amor.

Pero la razón llega primero y empuja su codicia, le dice que no debe abusar, que haga lo que dijo que haría y para lo que lo cito este sábado por  la mañana.

Sacude la cabeza y regresa   a la realidad donde él es simplemente el buen amigo que le ha pedido un favor.

No Minho, solo contrólate.

Toma su cámara y empieza a sacar las fotografías, el sonido de la música parece por fin surtir efecto en él, sonríe mientras Taemin sonríe, cuando hace una pose improvisada, al paso de lo minutos parece que ya no tener pena, con más confianza incluso hace sus poses atrevidas que dejan con un sonrojo al alto.

Las horas pasaban rápido, si no es que uno de los encargados de limpieza va y les avisa que debe cerrar el salón es que se dan cuenta de que es tarde. Hacen una reverencia para disculparse, rápidamente toman sus cosas y las acomodan como pueden. Cuando salen sueltan sus risitas tontas, Taemin aun sudaba por su larga sesión de fotos y bailes improvisaos, Minho solo lo ayudaba  a limpiarse con una toalla, agradeciendo que logro muchas fotos antes de que los sacaran.

Tae mira al cielo mientras van hacia la salida de la universidad, ciertamente es tarde, el sol se ha puesto naranja y el frio empieza a sentirse con fuerza. Se coloca su bufanda y abotona su chaqueta.

-Taemin…

-Dime -se sientan en la banca  de la  parada del autobús.

-Te invito un café…como agradecimiento…-hace la propuesta sin maña, esperando acepte gustoso, hasta que su novio cruzo por su mente- a menos que… ya tengas planes con Chanming hyung…

-No, no hice planes con el hoy, le dije que estaría contigo por tu proyecto y solo dijo que me divierta y que me esfuerce por ti…

De nuevo el sentimiento de ser un ladrón, detestaba sentir remordimiento por querer alejarlo de su novio, es en esas ocasiones en que se sentía estúpido por pelearse consigo mismo.

-Entonces podemos pasar a la cafetería de aquí cerca…solo caminaríamos dos cuadras…

-No~ -le hace un puchero- vamos a tu casa hyung, en estos años no he podido hacerte una visita decente, además quiero pasar un rato contigo.

Las palabras amables de siempre, que duelen tanto y le hacen querer llorar.

-Bien Tae, tienes razón merecemos nuestro momento a solas…

Que le queda, más que sonreír y aceptar esa petición.

 

Cuando llegaron a casa, el rubio corrió a los sillones y se tiró en el más grande, abrazando un cojín y respirando profundo para llenarse del peculiar aroma del apartamento, puro olor a Minho.

-¿Qué haces? - deja su abrigo colgado en el perchero y se acerca, quedando detrás del sillón, se acomoda apoyándose en el respaldo del mueble con los brazos cruzados- ¿huele mal? -señalo el cojín.

-No, es solo que extrañaba venir aquí y parece que nada ha cambiado todo está como la última vez que vine.

-Eh estado ocupado…y no he tenido tiempo de remodelar…-aclara su garganta, todavía no cree que estén los dos solos, lo mira y por un segundo piensa que tal vez sea una oportunidad para que por fin...

-Iré a preparar el café -desecha toda esperanza de declaración, se repite una y otra vez que deje esa idea loca. Se incorpora y da la vuelta, el menor lo toma del brazo antes de que se vaya  a la cocina.

-Hyung puedo -se ve nervioso, algo extraño en él- puedo usar tu baño, quisiera darme  una ducha es que…el sudor…

-Entiendo, ve esta al final del pasillo -sacude sus cabellos claros para desaparecer en la puerta lateral.

Es el novio de tu amigo, es el novio de tu amigo, es el novio de tu amigo…

Repite miles de veces cuando cierra la puerta de la cocina, tenía que hacerlo para no caer en la tentación, pensar en que Taemin  esté a punto de bañarse ahí le deja mareado, con un gran hormigueo en su cuerpo y la boca seca.

Sacude su cabeza de lado a lado, da un gran respiro para poder ir hacia el lavabo y tomar su cafetera. Se concentra únicamente en preparar café caliente, nada más, lo que le tomo solo algunos minutos. Un grito con su nombre interrumpe su tarea. Al parecer Taemin lo llamaba desde al baño.

-¡¿Qué pasa?! -repite con la misma intensidad.

-Hyung olvide traer una toalla~ podrías…

-¡Y a entendí!

Maldiciendo su suerte, sale a prisa de la cocina, va hacia su habitación y toma su toalla, cuando está parado en la puerta de baño se queda quieto, asimilando que va a entrar y que debe estar preparado de lo que verá, más aún debe frenar su tentación, se crea un plan, sol0 entra, con la mirada gacha, cuelga la toalla donde sea y sale como entro.

Asiente para sí mismo en señal de aprobación a su idea. Toca la puerta.

-Tae aquí está -entra como planeo hacerlo, las cortinas de la tina están corridas, eso le da un poco de alivio, si hubiese usado la regadera como dijo esto sería más complicado,  aun así quiere salir ya- te la dejo sobre…

-No está bien…- las cortinas se corren asustándolo en el acto, la mano blanca de Taemin toma la toalla, además de eso solo puede ver sus pies- hyung…

Minho levanta lentamente la mirada, lo ve cubierto de la cintura hacia abajo, sus mejillas enrojecen al notar las gotas de agua correr salvajes en su pecho, sube más y nota el cuello delgado, las clavículas marcadas, sus hombros desnudos, un poco más y se topa con sus labios rosas y esponjosos, lo tientan a ser probados; una vez más sigue mirando y lo último que ve son sus ojos cafés brillando, su cabello mojado medio alborotado y una mirada de confusión.

¿Acaso se ha delatado con solo observarlo?

¿Qué puede hacer cuando lo tiene a su merced?

Su mente se bloquea, dejando únicamente su loco y no correspondido amor. Poco a poco se acerca, con el corazón latiendo acelerado y sin intensión de calmarse, lo acorrala hasta la pared ante un Taemin asustado, lo encierra entre sus brazos, en pocos segundos ya lo está besando, probando eso que siempre ha hecho en sus más alocados sueños. Siente ligeros golpeteos en su pecho pero se detienen después de un momento.

Los labios de Tae son del azúcar más dulce, de ese que quieres comer siempre aunque te sientas lleno.

Las manos de rubio se posan en su pecho, el detiene el beso, se separa lento, sabe lo que ha hecho, pero quiere continuar sin importa nada. Se miran sin decir palabra alguna, Minho cree que eso que ve en los ojos de Taemin es el mismo deseo que él tiene, no está seguro de lo que pasa con el ahora, está esperando una cachetada, patada o grito, lo que sea que quiera hacerle por su atrevimiento.

Pero no hace nada, solo lo mira, con la respiración agitada y la boca entreabierta. Al no haber protesta alguna lo vuelve a besar ahora con más intensidad, sus manos lo rodean de la cintura para pegarlo más a su cuerpo, Taemin se cuelga de su cuello y corresponde el beso, siente que la toalla de desata y se va resbalando hasta quedar sus pies.

Minho se da cuenta de ello y eso termina por matar su consciencia,  hace que enrede las piernas en su cintura y se lo lleva así hasta su habitación. Cuando entran  y la puerta se cierra el mundo y sus vidas se quedan ahí afuera, lejos la escuela, sus trabajos, sus amigos y el novio del chico al que está a punto de hacerle el amor.

Lo recuesta en la cama, lo contempla, lo ve tan agitado y sonrojado.

-Taemin esto…

El propio Taemin es quien lo jala hacia él, lo besa ante su sorpresa, metiendo la lengua para mezclar sus salivas,  trata desesperadamente de quitarle la ropa, sus manos pasean por su cuello hasta el borde de su playera. Minho es ahora el sorprendido, este chico es todo lo que quiso y ahora está entre sus brazos,  correspondiendo sus toques sin detenerse.

 

¿Quién eres tú? ¿Eres el Taemin real o solo un espejismo?

 

Se quita la ropa ah petición de su amigo, no para de acariciar su pecho y sus piernas blancas, sus labios gruesos pasean sin vergüenza por sus muslos mientras  sus manos juguetean con sus tetillas y su estómago.

Le gemidos del menor lo llevan a la excitación total, solo entiende con ello que le gusta lo que hace, que quiere seguir adelante, que solo ellos están ahora, que tiene permitido hacer lo que le plazca.

Saben que está mal que si siguen con lo que están haciendo lastimaran a una persona importante para ellos, pero ahora eso no tiene importancia.

El cuerpo de Tae se acomoda con excesiva flexibilidad, se amolda a sus brazos a sus piernas, a sus manos a sus labios. El calor sube demasiado, haciéndolo sudar, entre gemidos y chillidos lo toma de las piernas, deja un rastro de saliva con sus besos, la piel es tan tersa y deliciosa, que afirma lo prohibido que es para él.

-Tae…

Taemin, Taemin.

Todo se trata de lo mismo. Porque su droga está surtiendo efecto, lo está dejando dependiente de su voz y sus caricias. Pero quiere más, quiere decir que al fin su corazón le corresponde, que no importa Chanming, que no importa que se esté metiendo con el novio de su mejor amigo.

Por ahora se encierra en su burbuja, en su mundo maravilloso dónde él es el novio y nadie puede tocar lo suyo.

Se adentra en él, lo hace suyo en cada estocada, cada vez que lo penetra grita su nombre, gruñe sintiendo el  placer de lo añorado. Taemin se aferra a su espalda, lo araña para contrarrestar el dolor dentro sí mismo, la pasión ha ganado la batalla de lo que es debido, se está entregando sin pero alguno.

Lo sabe, claro que lo sabe.

Un “Te amo Taemin” culmina con su acto sexual.

Se corre dentro de él, todo le tiembla hasta caer sobre su pecho, agitados por su reciente orgasmo se dan el tiempo para recuperar las fuerzas.  Acaricia levemente con sus manos las mejillas del menor, lo ve jadear entre lo que cree que es una sonrisa.

-Tae…

-SHss -lo calla con un beso en sus gruesos labios- duerme solo duerme…

Sonríe como nunca lo ha hecho, es feliz teniéndolo en sus brazos, la sensación de ser un niño llega otra vez, un niño que ha sido maltratado por falta de amor y que ahora, entres sus desesperaciones y esperanzas llego lo que tanto había pedido.

Se duerme, como se lo pidieron, escuchando en un susurro “Te amo Minho”, lo abraza y lo besa, hunde su rostro en su hombro y se entrega al descanso bien merecido y todavía sueña, con que en la mañana siguiente despertarían juntos, avergonzados por lo que hicieron, tal vez con remordimientos pero juntos, en sus sueños Taemin  le dice que lo ama, que no lo dejará jamás, que dejaría a su novio para ir a sus brazos para nunca dejarlo escapar más.

Pero al final solo fue un sueño…

Cuando llega la mañana, él solo llora sentado en la cama, sintiendo la vergüenza que había pensado sentir,  pero no por la razón que debía. Sus lágrimas caen sobre la nota que encontró sobre la cama, escrita a puño y letra de Taemin.

 

“Lo siento, esto no debía pasar, solo fue un error. Estábamos confundidos Minho, por favor solo olvidemos que esto pasó.

Solo olvidémoslo.”

 

¿Olvidar? ¿Cómo olvidar si apenas anoche se entregó a la única persona que creyó era la destinada para él?

¿Me odias, acaso me odias?

Con coraje arruga la hoja de papel, se levanta olvidando su  desnudes, rompe, tira golpea, hasta que sus nudillos sangran y no puede llorar más por su frustración. Los días siguientes serían dolorosos pero debía ser fuerte.

¿Lo lograra?

Todavía tenía que confrontarse con el rubio, no podía dejarlo así, hay tantas cosas de las que tenían que hablar, todas ellas muy incómodas, pero lo más terrible de todo, es que bien o mal, había traicionado la amistad de un buen amigo.

 

El lunes por la mañana fue puntual al paradero, pero Taemin no apareció, llego a la escuela y las pocas veces que lo vio, solo sonreía normal cuando estaba con Chanming, estaba mentalmente preparado para cuando su amigo le diera un merecido puñetazo al enterarse de lo acontecido anoche, pero no fue así,   al parecer no pasaba nada, todo seguí normal.

Si se  encontraban lo trataba como siempre, las miradas del menor eran confusas, y sus sonrisas…ya no sabía cuándo eran de verdad o cuando eran fingidas además que evitaba el hecho de quedarse solos inventando cualquier excusa, cualquier tontería, para irse.

Un día, dos, tres, una semana de esto,  la buena  actuación de Taemin junto con su cobardía duró hasta que se cansó de ser ignorado.

El remordimiento de lo que hizo lo estaba matando, quería decirle a Chanming y liberarse aunque sea un poco de su culpa.

Aunque la mancha de lo indebido se quedara para siempre y rompiera su amistad de  años. Pero primero debía ir con la otra persona involucrada, pues era obvio que no había dicho nada, nada.

Encontró la oportunidad perfecta cuando Tae salía de su última clase esta tarde, lo toma del brazo ante los rechazos y gritos, lo lleva  a un  salón vació, dónde nadie podría molestarlos. El ambiente es tenso, se da cuenta de inmediato que evita a toda costa verlo a los ojos, se acerca valiente hasta que su delgada figura topa con la pared.

-Taemin tenemos que hablar…

-No Minho por favor, déjame Chanming me espera en la entrada…

-Hyung…-ríe- él no te importo la noche que estuvimos juntos…

-Calla por favor…-le dice cerrándolo los ojos con fuerza, como si le diera acaso hablar de ello.

-¿Tanto te repudio? -su voz se rompe cuando lo pregunta, no puede evitarlo si lo ve tratando de escapar incluso de su voz- ¿todo lo  que vivimos antes de esa noche no vale nada?

-Minho por favor -repite desesperado, el alto se cansa del trato, toma con rudeza su mentón para alzarlo y que  vea sus ojos llorosos.

-Habla…-no dice nada- ¡Habla! -grita exigiendo. Tae da un brinco ante se brusquedad.

-Aceptémoslo -frunce el ceño- no debió pasar Minho, solo nos dejamos llevar.

-¿Por qué? -su voz rota y sus lágrimas lo dejan en un estado patético, dónde se siente desesperado y para  no perder todo por lo han vivido, lo aprisiona entre sus brazos, recurre a lo más bajo.

-No me dejes…

Suplicar.

-Suéltame -su voz es tan tosca, tan indiferente al abrazo de Choi.

-No~ Taemin no…

-Lo lamento Minho -como para terminar con su vida, lo toma de los hombros y lo empuja suavemente, se coloca firme ante su llanto, escondiendo, esas pequeñas lágrimas que quieren acompañar a las de su “mejor amigo”

-Solo nos lastimaremos, ya…ya hemos herido a hyung con lo que hicimos, aunque no sepa nada….y te rogaría que procures que jamás lo sepa…solo…olvidémoslo, finge que en tu departamento nunca paso nada y sigamos con nuestras vidas…

Da pasos torpes hasta la puerta, pero no alcanza a salir, una pregunta más lo detiene.

-¿Lo amas? -se voltea y repite con más fuerza- ¡¿Lo amas!?

Dime que no, por favor.

-Sí.

Y se va, solo dejando su aroma en el aire. El olor a dulce canela. Porque a eso le sabía el cuerpo de Taemin, a canela, la que a veces es tan suave y otras tan  fuerte que cuesta saborearla.

Si se trababa de fingir, Minho se hizo experto, porque llevaba muchos años escondiéndose del amor, ahora, tenía la tarea de volver lo hacer, y entre su coraje y dolor se lo prometió, decidió que Lee Taemin desaparecería de su vida, que todo lo que vivieron se iría junto con sus sentimientos.

Aunque eso implicara morir con sus memorias.

………………………

Notas finales:

Saludos gente! Yo aqui dejándoles otra historia "three shot" dulcedolorosorománticodrmático, como ami me gustan XD

Dejen sus comentarios, dejénme amor y tendran su cap 2.

-corre-


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