Shadow. por PinkVal

Cada día, secretamente sigo tus pasos
Siempre soy cuidadosa para que no lo notes
Nadie lo ha dicho, pero nuestra cita ha comenzado, nuestra propia cita. 

Cada día era un nuevo infierno para Kibum, se despertaba a las 6:15 a.m exactamente. Se dirigía al baño y se aseaba, dándose una ducha corta, ya que se sentía realmente incómodo cuando lo hacía, no por no tener el hábito de hacerlo, sino porque una sombra misteriosa lo perseguía siempre y sabía que era la de él mismo. Quizá era su imaginación, pero hasta le vio saludarlo, su sombra había agitado su palma, le saludaba. 
Eso era totalmente anormal y más si había pasado durante toda su vida (a excepción de dos, sus primeros años.) Kibum ya tenía diescisiete años, vivía con su abuela luego de que sus padres fallecieran rumbo a un viaje a África, ya que ambos trabajaban en una corporación para la ayuda a niños de tal continente. Sin dudarlo eran buenas personas. Pero eso no les salvó de la muerte.
Aún así, desde que eso ocurrió a la edad exacta de dos años, su sombra le molestaba, le ponía incómodo, no le era agradable jugar si quiera con una lámpara. Y él sabía que era culpa suya, porque cuando sus padres murieron, él sin entender demasiado pidió que alguien siempre lo acompañara para jugar con él, ya que era hijo único y no le iba muy bien el estar solo, hasta ese momento. 
Y aunque le era difícil, su día continuaba, tomaba desayuno, se movilizaba en metro y previamente en autobús para llegar a la escuela, ya en su último año de secundaria. Y cuando llegaba a ésta nada era demasiado inusual, nadie le saludaba, nadie notaba su existencia. O al menos eso creía él, ya que nunca había prestado demasiada atención en los otros gracias a su problema con aquella sombra que le seguía siempre, le ponía inquieto el saber que alguien podía verla, por lo tanto evadía cualquier acercamiento con otro ser humano, a tal nivel que una vez rechazó totalmente una invitación de Kim JongHyun a salir y él era el chico (y sigue siendo) más popular en toda su escuela, pero aún así, aquel problema que tanto le aquejaba no le permitió aceptar.

Pero bien, así continuaba el día de Kibum, entre clase y clase hasta que el día escolar se terminaba, día que desde que entró a la escuela se sentía más liberado. Si por las mañanas no podía ni pasar el jabón tranquilamente por su cuerpo, durante el resto del día se sintió libre como nunca antes se había sentido. Entonces, con tal libertal se dirigió hacia su casillero, sintiendo como un gran peso de encima se le era quitado, totalmente perfecto.
Entonces, lejos de lo que esperaba encontró una nota en su casillero que decía: 

"¿Dónde vas? Paso a paso, te sigo
Sin decir una palabra, me conduces
Paso a paso, ¿me notarás? No quiero ocultarme"

La arrugó desconcertado en su mano y apenas cerró su casillero su mirada chocó con la de un chico castaño, el que corrió lejos, pero Kibum logró seguirle con la mirada. Así que se dispuso a seguirlo, sin tener una razón clara, pero en sus ojos vio algo conocido y esa fue una razón suficiente como para continuar persiguiéndolo hasta que llegó al jardín "secreto" de la escuela, que tenía una hermosa fuente de mármol y sentado en una esquina de ésta se encontraba aquel chico que había llamado su atención. 

"Kibum... Por fin me ves" Dijo aquel chico, nunca antes lo había visto en la escuela y por lo tanto le llamó fuertemente la atención que aquel chiquillo foráneo supiera su nombre.
"¿Quién eres tú?" Cuestionó Kibum totalmente desconcertado.
"¿Aún no lo notas? Soy yo, tu sombra." Eso desconcertó aún más a Kibum ¿Cómo alguien podía ser su sombra? Era imposible, pero sin embargó se arriesgó a comprobarlo y descendió su vista, efectivamente él no hacía sombra, sin embargo, la fuente de mármol sí.
"Pero... ¿Cómo? ¿Tú...? ¿Yo...?" 

Divagó intentando buscar respuestas en él mismo, pero no las consiguió. Era totalmente extraño, no podía creer que su sombra había sido personificada en un chico tan hermoso como aquel castaño con pinta angelical, pero también de chico malo, era la combinación perfecta plasmada en un hombre. Hombre que se levantó de donde se encontraba sentado y se dirigió hacia Kibum, que lucía su perfecto cabello rubio con algunas gotas de sudor gracias al nerviosismo que sentía. Así, veía como se aproximaba más y más aquel chico hasta que le rodeó la cintura, en un abrazo que al rubio le pareció mucho más cálido de lo que esperaba, cosa extraña.

"Aunque no lo creas, tu sombra siempre he sido yo... Ahora se me ha concedido el tener forma humana y ser libre, pero me he enamorado de ti... Y no te asustes, no huyas, quiero que estemos juntos y seamos felices."

¿Ser felices? Eso era demasiado pronto para Kibum, aunque sin bien lo recorba, entonces ya llevaba quince años junto a él, tiempo suficiente como para que el ajeno (o realmente no tanto) le conociera y él podría conocerlo con el tiempo.

"Pero... Aún no sé ni..." No pudo continuar hablando ya que fue interrumpido.
"Taemin, soy Taemin... Tu sombra, tu fiel enamorado"