Era por la mañana, tipo siete debía de coger el expreso temprano para si poder evitar la polución que se formaría mas tarde. ¡El bastardo! del taxista había tomado la ruta equivocada y como era de esperarme ya, no fue una sorpresa que la estación principal en cuanto había llegado se encontrara totalmente repleta, no pude evitar maldecir mentalmente; detestaba estar rodeado de tantas personas así que simplemente me dedique a suspirar hondo y contar hasta diez, un método demasiado eficiente.
Pese a los contratiempos finalmente pude ubicar mi lugar en el expreso, era una persona cómoda así que no me molesto pagar primera clase. Estaba bien presentada, muebles de mármol castaño oscuro con amueblados de seda color rojo. Las meseras bien presentadas nada vulgar no era de no esperarse, una mujer rubia de finas facciones y en sus treinta y tantos de años me hacia compañía al lado derecho. Tal vez sufriría de algún ataque de nervios puesto a que no dejaba de manosear su collar perlado, la había estado observando de una que otra vez, cuando había terminado de leer la prensa o en el momento en que la mesera había traído el té de la mañana, después de ese momento no la volví a ver nunca más.
Fue el sonido de las cigarras del verano quien me hicieron abrir mis ojos, hacia demasiado calor sentía como gotas de sudor se deslizaban por mi frente, el paisaje que experimento mi vista era gloriosa, a lo lejos del horizonte el sol del medio día reflejaba sobre el infinito mar, mis ojos se abrieron vigorosamente contemplando lo que se encontraba enfrente de mí, no me lo esperaba ese momento nunca lo olvidaría. . .
La mañana siguiente era el día, ¡me estás hablando enserio! Como era que me encontraba en semejante situación, odiaba esta maldita colina mas tener que caminarla de ahora en adelante, los malditos mosquitos que me atacaban lograban sacar mi genio, finalmente llegue a la preparatoria un poco agitado, sentía nauseas de este lugar.
- ¡ATENCION ESTUDIANTES! - llamo el profesor en busca de llamar la atención de sus educandos, así mismo entre por la puerta notando miradas hacia mi fuera de mi interés , cuantas veces no había hecho esto ya la rutina me la sabia de memoria ahora él hablaba – su nombre es Trafalgar Law hoy fue trasferido de la ciudad, ha sido un excelente estudiante por ello espero que todos se esfuercen tanto como el – aquí vamos de nuevo esas miradas de envidia y desconcierto, no te descontroles Law resiste has la presentación habitual – mi nombre es Trafalgar Law espero llevarnos bien … - ya eso era todo no había nadie de mi interés o bueno nadie me interesaba. – Bien trafalgar puedes tomar asiento al lado de Eustass.
Hay cosas en la vida que simplemente suceden sin saber el momento exacto, solo basta cuestiones de segundos. . .
- Escucha EUSTASS DEJA DE DORMIR ES DE MAÑANA ADEMAS ESTA POR EMPEZAR LA CLASE – huh? – de inmediato mi cuerpo se reincorporo ante el regaño del profesor smoker, realmente ese no era su nombre era un apodo puesto por mí Eustass Kid, en ocasiones subíamos al techo y el compartía uno de sus cigarrillos conmigo mientras el se fumaba su puro. Fumaba desde que su esposa lo abandono cuando lo descubrió siéndole infiel, para su suerte solo fueron un par de mensajes. No imagino que hubiera hecho esa mujer si supiera que realmente su amante era el profesor de artes Portgas D. Ace, un sujeto tan amable que pareciera idiota. finalmente ¿un nuevo estudiante?, lo miraba fijamente a los ojos una mirada frívola y seca, un comportamiento de superioridad; ¿era esta persona quien iba a compartir el año escolar conmigo, junto a mi?.
Un tipo con actitud relajada, que tanto me está mirando, su mirada dorada me quita el aliento , por primera vez en la vida que sentiría quizás nervios, pude notar como mi cuerpo tiembla ligeramente ante su mirada, no pude moverme simplemente me quede frente a él respondiendo su fuerte mirada ¿ por qué mi corazón palpita tan rápido? Por este hombre – es un placer conocerte peli rojo-chan – al cabo de unos minutos pude recuperar la compostura no se porque pero mi cuerpo correspondió sonriéndole un poco y asi finalmente tome mi asiento, no me encontraba a mi mismo ¡que había acabado de hacer! Porque me sentía tan estúpido frente a esa persona.
- ¿Peli… rojo – chan? – solo yo podía escucharme, que va con esa mirada y esa sonrisa, mierda, ¡mierda! que es lo que escucho ¿por que palpita tan rápido y fuerte en este instante ¿será porque sonrió para mi? Aun cuando trae esa mirada que no provoca ni hablarle. aun con un corazón descontrolado me di cuenta que no podía dejar de mirarlo, incluso en el momento que se giro ¡oh cielos que retaguardia!, que cojones estaba pensando, mi mano cubrió mis mejillas si no me equivocaba quizás ya se encontraban con leve sonrojo, el resto de la clase miraba hacia otro lado o incluso tomaba una que otra siesta.
Hasta entonces no supe lo que había acontecido, por mi cabeza rondaba su mirada de ensueño cierta calidez me envolvió lo supe, lo sentí ¿porque su mirada dorada no me provoco fastidio hacia el como los otros, pareciese que no acabara de despertar de su sueño. Deja de sonreír maldición, no pude evitar girar y verlo de reojo, dicen que las personas que no hablan mucho no pueden callar su mente y es cierto somos analizadores, podemos incluso llegar a conocer a una persona sin siquiera tratar con ella, simplemente analizando sus gestos. Pero el era toda una especie enigmática para mi tal vez de ahí vendría mi interés no lo sé.
maldito timbre, maldito sueño como era que no pude dormir, ya en cuanto mi torso se reincorporo note que no se encontraba nadie, salvo el responsable de mis pensamientos, trague hondo nos encontrábamos solos, supongo que se había quedado para estudiar ¿Qué no era brillante? Ahí se encontraba estudiando – que aburrido eres Trafalgar ¿que no es así tu apellido? – no supe cómo dirigirle la palabra simplemente busque la forma de hablarle.
Y ahí seguía dormido, era un poco vago no tenia por que deducirlo ¡era demasiado evidente! Sobre todo porque a la primera hora de clase el ya adormitaba, el timbre de receso fue lo que lo despertó unos segundos y ya todo el mundo había salido como si su vida dependiera de ello, por mi parte yo decidí estudiar un poco, al fin de cuentas no era como si hubiera socializado con alguien para tomar el almuerzo y tampoco lo encontraba vital, me detuve su voz era gruesa y ¿sexy? Me sorprendió – nadie te pide que te quedes peli rojo-chan – tome valor y me gire a verlo respondiendo a su última pregunta – y estas en lo correcto ese es mi apellido. – ahí iba de nuevo sonriéndole
¿Qué tanta gracia le causa? Pero por qué no me molesta, su sonrisa no pude saber si era de burla o un simple gesto de amabilidad, tome la segunda opción – ¿no piensas salir a almorzar? – descubrí también que se me resulta incomodo la forma en la que me mira era totalmente seductora, en mi rostro se dibujo una sonrisa – puedes llamarme Kid.
Vaya eso, eso había provocado que me sonrojara – vale eustass~ya te sugiero que no des tanta confianza a personas que acabas de conocer – no puede evitarlo fue un poco gracioso por lo que reí, era demasiado ingenuo y mas por qué no lo aparentaba ni una pizca - puedes irte si quieres no poseo apetito ahora pero gracias
Trague saliva y hondo ese acento era muy sensual, ¡El era sensual! La forma en la que me llamo logro ponerme un tanto – O..e no seas tímido o un formal antisocial puedes almorzar conmigo si lo deseas.
Iba a responderle con una afirmativa ante su invitación pero fue cuando. . .
- ¡Kid! ¿vienes o no? – un rubio con una coleta que intentaba tener al margen su largo cabello apareció en el lugar, se quedo viéndonos mientras parpadeaba un poco – lo siento no quise interrumpir – fue lo que salió de sus labios
- No interrumpes nada Killer – fue lo que dijo Eustass mientras se levantaba de su puesto, menudo nombre para el joven, antes de que saliera del salón giro a mirarme – Trafalgar ¿estás seguro que no vienes con nosotros? – Mi cabeza fue la que negó su ofrecimiento y de esta manera ante un último cruce de miradas salió del lugar.
Killer, era mi amigo de infancia la única persona que podía convivir conmigo, el lo supo en el instante que me vio con Law, supo mis sentimientos hacia el nuevo o por lo menos noto la química entre nosotros por lo menos la de mi parte, fue notorio en su mirada que me había descubierto después de todo me conocía demasiado bien, me levante correspondiendo al llamado del rubio, intente que viniera con nosotros pero se negó.
Sucedió en un instante, no me di cuenta de lo que había acontecido, pero cuando se trata de enamorarse no se necesita una razón o tiempo simplemente sucede.
to be continue . . .