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(holy!) guacamole! por HSMJYJ_6501

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Notas del fanfic:

Fic original: (holy!) guacamole! por jigyum

Notas del capitulo:

¡Hola! Esta vez vengo con una traducción KaiBaek :D es la primera que hago oficialmente.


Pienso que este va a ser mi último KaiBaek publicado antes de subir otros shots y entrar el hiatus -no debería decirlo ahora, pero por si las dudas- u_u lamentablemente la escuela no me deja el tiempo suficiente para escribir los seriales que tengo en mente y quiero relajarme y sentirme tranquila al escribirlos.


Si alguien de aquí ha estado leyendo El Tutor como KaiBaek -ya que también lo tengo como YunJae lol- no crean que voy a abandonarlo. Lo terminaré y después comenzaré mi hiatus xD -que conociéndome, no debe durar mucho-.


Así que, sin más preámbulos les dejo leer ^^ y recalco, la historia no es mía, sólo pedí permiso para postear la traducción.

Jongin miró con nostalgia a Baekhyun desde el otro lado de la cocina.


Baekhyun es el más hermoso tomate que haya visto; tiene un tono tan adorable de rojo para su piel; una piel exterior brillante y lisa que brilla bajo la luz del sol, lo que hace que Jongin se quede sin respiración, desesperado por alcanzar y tocar esa exquisita suave superficie carmesí, sólo para él.


No es que Jongin lo haya tocado antes, o haya hablado antes con él, porque Jongin es un aguacate que vive en el lado opuesto de la cocina. En realidad no importa donde vive; él comparte su cuenco de madera con un limón muy alto y muy vivaz llamado Chanyeol, y Jongdae, la descarada lima. Él disfruta de su compañía la mayor parte del tiempo. Le hacen buena compañía, y sus personalidades permiten un montón de travesuras y diversión que pueda ocurrir. A él le gusta especialmente cuando Jongdae molesta a Chanyeol haciéndole pensar que está a punto de ser cogido por los humanos para la 'preparación' —la única cosa que todo alimento teme—, y Chanyeol soltaría un grito espeluznante, uno tan ruidoso que Jongin esperaba que Baekhyun de alguna manera girara la cabeza para ver de dónde provenía tanta conmoción, eche un vistazo a Jongin y cayera rápidamente enamorado de él como Jongin lo hizo con la otra fruta.


Jongdae, como de costumbre, piensa que él está siendo un iluso, y se compadece del pobre aguacate llegando a darle una palmadita consoladora en la espalda antes de que se dé cuenta que es una fruta y no tiene ningún brazo para acariciar con él la espalda de nadie. Él afirma que Jongin ha "caído demasiadas veces de cabeza sobre una roca en el suelo como una semilla" para pensar que Baekhyun podría enamorarse de él. El pequeño y bonito tomate disfruta de su vida en el recipiente con dibujitos junto con los frutos más comestibles, como las manzanas, las uvas y los duraznos; frutos que son todos (casi) tan hermosos como Baekhyun, y ciertamente, mucho más populares con los humanos como nadie en su recipiente lo ha sido.


Oh, cómo anhela Jongin poder darle la vuelta al recipiente y unirse a ellos. Él sólo puede imaginarlo: él caería justo al lado de Baekhyun tan suavemente que Baekhyun jadearía. Jongin podría guiñar el ojo y sonreír, cegándolo con todo su deslumbrante brillo verde, y el pequeño tomate se ruborizaría aún más brillantemente que su tez escarlata. Tal vez un tono bermellón brillante, y con la más bella voz, confesaría su eterna adoración por Jongin y viceversa. Entonces, vivirían felices para siempre, tomados de la mano (aunque eso es imposible, porque ellos no las tienen) con el resto de las frutas de la cocina suspirando de envidia por su amor perfecto.


Pero él no puede darse la vuelta hacia su único y verdadero amor, ni siquiera puede moverse al otro lado del recipiente. Porque Jongin es un aguacate, que es una fruta y una fruta no puede moverse por sí misma.


--


Es otro día en la cocina y Jongin mira hacia el tazón de Baekhyun con una gran intensidad como de costumbre. Su adorado tomate está hablando con Kyungsoo, un pequeño y delicado durazno, charlando animadamente sobre algo que Jongin no puede oír en su lado de la habitación. No es la primera vez en su vida que se siente maldecido silenciosamente por el tamaño de la habitación que permite separarlos a él y su amado.


Está demasiado ocupado lamentando su mala suerte que no se da cuenta de la súbita quietud y el silencio hasta que una sombra se proyecta sobre él. Él inclina los ojos hacia arriba para ver a un humano mirándole fijamente. Él nunca había visto a uno tan de cerca, y se toma su tiempo para estudiarlo.


Jongin se percata en las cejas largamente definidas surcando en la concentración, y los ojos tan oscuros que siente como que ha atravesado el asfalto lleno de baches. Él se estremece visiblemente (para la fruta, porque los humanos eran demasiado tontos como para notar pequeños detalles como una fruta temblando y haciendo gestos obscenos hacia su dirección) tan pronto como la mirada del humano se mueve fuertemente hacia otra fruta, él deja escapar un suspiro, porque obviamente hoy no es su día para la 'preparación'. Cada pieza de comida sabe que cuando los seres humanos entran en su santuario, están aquí por una cosa y sólo una cosa: para devorarlos, así que por eso se siente aliviado de no haber sido elegido.


Pero resulta que, hoy no es el día de Jongdae.


Jongin observa con horror cómo el maldito humano coge a Jongdae con sus enormes manos (yaoi) y lo gira, examinando a la lima para Dios sabe qué antes de dejar escapar un pequeño murmullo de aprobación y poniéndolo sobre la isla en medio de la cocina. Junto a él, Chanyeol se lamenta, lamentándose por su mejor amigo (habían estado juntos mucho más tiempo, incluso antes de que Jongin llegara a la cocina hace unos días, lo que es mucho tiempo desde la perspectiva de una fruta, porque realmente ¿cuántas veces entran los humanos a la cocina por comida?). Jongin mira a Jongdae con ojos aterrorizados, pero también con ojos simpáticos por cómo Jongdae mira hacia atrás, los ojos llenos de tristeza mientras sonría débilmente con resignación, los labios no sólo temblando de miedo, pero también por la aceptación de su destino.


Chanyeol se ha echado a llorar ahora, gritando histéricamente hacia el humano con tanta rabia, quien una vez más no se da cuenta de la desesperación de las frutas (a pesar de que hace parpadear una vez al limón, que de repente tiene pequeñas gotas de condensación en la piel una vez seco, se encoge de hombros y le echa la culpa a la humedad) y, obviamente, se pasea al otro lado de la habitación, mirando hacia el frutero con dibujos.


Después de un momento de deliberación, el humano alto escoge a su próxima víctima.


El dolor se apodera del corazón de Jongin, sus ojos permanecen muy abiertos mientras espía al pequeño – su pequeño tomate en las grandes y brutales manos.


Baekhyun mira aterrorizado, incapaz de detener su temblor, cómo el ser humano (ahora conocido como el monstruo en la mente de Jongin) lo coloca al lado de Jongdae, que intenta calmar al asustado pero todavía hermoso tomate con palabras tranquilizadoras.


Jongin, quien realmente no puede creer que siquiera esté pensando en esas cosas en un momento como este, está celoso de la cercanía de Jongdae a su amado, y es incapaz de detenerse a sí mismo de mirar a su ex mejor amigo, olvidando por un momento que está a punto de morir y nunca será capaz de bromear de nuevo con él y Chanyeol. Jongdae parece también haberse olvidado de su situación actual y sonríe más a Jongin, dándole un gracioso guiño antes de intentar ligar con un Baekhyun un poco más tranquilo.


Si Jongin pudiera marchar hasta Jongdae y pegarle a él en la cara, sí que lo haría. En situación de vida o muerte, los mejores amigos son los condenados.


Él está completamente ocupado echando humo y tramando la caída de su ex mejor amigo, y una vez más no se da cuenta de la sombra sobre su plato hasta que otra fruta fue cogida.


Jongin se sorprende ligeramente cuando se encuentra a sí mismo en las manos del monstruo, dirigiéndose a la isla. Él entra en pánico, hiperventilando cuando es colocado junto a Jongdae. En el fondo de su mente, oye los gritos subidos de tono de Chanyeol y maldiciones muy creativas dirigidas al monstruo. Se está volviendo loco de una manera que no sabía que podía llegar a enloquecer, y todos sus recuerdos pasados atraviesan su cabeza, a una velocidad de un millón de pensamientos por segundo. Su rostro angustiado debe ser notorio, porque escucha un pequeño pero encantador timbre de voz que le saca de su ensimismamiento.


"¿Es-estás bien?" Baekhyun pregunta tímidamente, mirando fijamente al aguacate, con tal inquietud y preocupación que Jongin siente la necesidad de chillar por su ternura. En cambio, opta por farfullar incoherencias.


"Yo-uh… la preparación-es… morir... ¿cierto?". Él puede ver el perfecto y pequeño rostro de Baekhyun retorcerse de confusión mientras intenta descifrar la jerga de Jongin.


"Yo… uh, a ver. Bueno… si eres… bien, entonces…" él habla despacio, como si hablara con una semilla (en su interior, la diva-Jongin resopla y se cruza de brazos petulantemente), y todo lo que Jongin puede hacer es parpadear estúpidamente. Porque él está enamorado: su hermoso Baekhyun, el tomate en la cocina está tan adorable… como nunca lo ha estado, y está hablando con él. Con Jongin, el aguacate.


Si Jongin tuviera brazos, se habría pellizcado a sí mismo (Jongin se encuentra a sí mismo deseando demasiado unos brazos en estos días).


Baekhyun todavía luce un poco asustado de él. ¿Quién no lo estaría si te estaba comiendo con los ojos? Y si tal vez fuera posible, – ¿era eso baba?, ¿desde cuándo una fruta salivaba? – muriendo internamente por la falta de respuesta que recibió. Él rápidamente sacude la cabeza e intenta sonreír ampliamente hacia la otra fruta. En realidad, sólo logró asustar a Baekhyun aún más.


Jongin respira profundamente y está a punto de confesar su eterno amor (en realidad irónico en esta situación) por el tomate, cuando hay un golpe súbito y el humano se lo está llevando hacia una tabla de madera para cortar. Él coge a Jongin y lo coloca a un lado de la tabla y camina lejos por un momento, sólo para volver con un largo y afilado cuchillo.


Oh, bien. Él va a morir. Por un momento, casi lo olvidó totalmente.


El humano examina al aguacate, contemplando la mejor manera para cortarlo en la dura cáscara, y Jongin se toma su tiempo –por única y última vez–  para declarar su amor hacia Baekhyun.


"Mi nombre es Jongin, ¡y te amo, Baekhyun!" él grita desde lo alto de sus diminutos pulmones, sin importarle si alguien lo escucha o no, porque bueno, está a punto de morir de todos modos.


Él deja pasmado a Baekhyun, cuya boca está ampliamente abierta y parece estar luchando con sus palabras. Sus ojos están abatidos y no responde a la confesión de Jongin. Su corazón de hunde aún más, y está listo para simplemente cerrar los ojos y morir, porque nunca había sido tan humillado en su vida.


De repente, él escucha la misma vocecilla de sus sueños, y sus ojos se abren sorprendidos.


"Lo sé" Baekhyun se sonroja con un brillante rojo bermellón que destaca sobre su tez color carmesí, una linda y tímida, pero feliz sonrisa estampada en su rostro, los ojos brillantes cuando mira hacia Jongin, tratando de expresar sus sentimientos en dos muy pequeñas, pero importantes palabras.


Jongin puede sentir su boca enroscarse en una brillante y deslumbrante sonrisa. También puede sentir el toque del afiladísimo cuchillo contra su cáscara. Y duele, mucho.


Pero a él no le importa, no por el dolor o por el hecho de que está a punto de morir.


Todo lo que realmente le importa es la alegría pura en su corazón, y que el tomate más hermoso que haya visto es realmente suyo.


Así que él cierra los ojos una vez más y deja que el cuchillo de deslice por sus entrañas suaves, y que el humano tire hacia afuera su gran corazón de piedra.


Porque Jongin sabe que pronto, su adorable tomate se unirá a él en el cielo de las frutas, donde todos ellos tienen brazos y piernas (porque es el cielo, y ellos pueden hacer lo que sea que quieran); y Jongin podría finalmente abrazar a Baekhyun de la manera que siempre soñó.


--


("Este guacamole está realmente bueno, Kris-ge. ¿Tú lo hiciste?" Tao pregunta, hundiendo su tostada en la salsa de aguacate al estilo mexicano para comer otro bocado.


"Sí, siempre lo hago. ¿Te gusta?" Kris responde, recostado en el sofá. Sus ojos se separan de su centro de atención, que es la demostración de música que está siendo emitida para mirar a su novio más joven, quien hace felices sonidos crujientes como él, mientras devoran su merienda después de la cena.


Tao asiente, mastica cuidadosamente e inclina la cabeza, saboreando el bocado. Él traga y deja salir un pequeño "ah" antes de formular su siguiente frase.


"Sabe mejor de lo normal. ¡El tomate y el aguacate trabajaron muy bien el uno con el otro! Casi como si hubiesen hechos para ser comidos juntos, ¿sabes?").

Notas finales:

Si les ha gustado, me sería útil si dejaran un comentario para que la autora sepa que incluso en español, su trabajo es bien recibido <3


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