La noche iba ganando terreno en el enorme castillo de Hogwarts, una noche lo suficientemente fría como para que las bestias del bosque con grutal pelaje comenzaran a esconderse por la helada velada.
Alejado del bosque prohibido, a la luz de las tintineantes velas, dos cuerpos su hallaban encorvados hacia un mismo punto, un antiguo libro de zoología mágica, o mejor conocido como “Animales Fantásticos y Donde Encontrarlos”.
El cuerpo mayor miraba atentamente las elegantes letras en el añejo papiro y escuchaba pacíficamente la dulce voz del cuerpo más pequeño, que le extendía brevemente los conceptos de cierta criatura de su mundo.
_ Así que ese tipo de cosas le gustan comer a estas…_
_ Hadas, si_ ratifico ante el olvido del mayor.
_ ¿Donde consigo este tipo de botánica? Nunca antes había visto cosa igual_
_ Yo poseo varias de estas cosas, pero si vas a alimentara dos de estas criaturas, te recomendaría que vinieras conmigo a una búsqueda por los limites de Hogwarts algún día; cuanto más fresca sea la cosecha, más a gusto estarán las hadas.
El homicida nativo poso su mirada en un cuerpo aun más pequeño que el de su acompañante brujo, ese cuerpo reposaba en la bufanda Slytherin del menor de los dos, ese cuerpo poseedor de pequeñas alas plateadas, bucles oscuros e incontrolables y orbes verde grisáceo que ahora estaban ocultos en un par de pequeños parpados.
No pudo evitar un suspiro y apoyar su mentón en su palma aun observando al hada atentamente; el podría devolverla a su hogar cuando él quisiera, pero simplemente no podía, no cuando esta parecía estar tan indefensa ante cualquier bestia del bosque. Sin darse cuenta, uno de sus dedos acariciaba atentamente la nuca y espina dorsal de la pequeña, paseándose de arriba hacia abajo, causando que la pequeña apenas abriera sus ojos para ver al emisor de esas caricias tiernas, y al ver al encapuchado regalándole una pequeña sonrisa, esta se acurruco aun mas en la mullida bufanda para volver a dormirse de inmediato. Se escucho una dulce y pequeña risa de la serpiente de obres oscuros.
_ Se parece mucho a Regulus_ soltó el otro poniéndose como el asesina; su mentón sobre su palma mientras que su mano libre se dirigía a la diminuta mujer, acariciando con sus delgados dedos el cabello enrulado.
_ La primera vez que la vi así lo creí también_ murmuro Kenway contemplando ahora los mimos que le proporcionaba el de cabello negro que lo acompañaba. Los pozos negros de Severus se posaron en los de Connor, a pesar de no saber con exactitud donde estaban por la sombra de la capucha.
_ Regulus no es así_ ante la posible interrogante del otro se apresuro_ Si bien es una persona curiosa, nunca atacaría así a nadie, no sin una verdadera razón. Y la curiosidad de Dovahkiin sobre las Banshee no fue una de ellas.
El otro no dijo nada, solo volvió a mirar a la “berrinchuda” criatura.
_ Su hermano lo hizo_ los filosos orbes del asesino se posaron en Severus, demostrando mayor interés en lo que estaba por decir el otro: El… chico del que me salvaste recién se llama Sirius Black… es el hermano mayor de Regulus_
El cerebro de Connor actuó a una velocidad impresionante tratando de recordar las facciones del llamado Sirius; un rostro travieso y galante, bucles aun más salvajes y largos que los de Regulus, cuerpo musculoso, alto, y unos poderosos orbes cielo fueron los recuerdos que pudo conseguir. No habían realmente paralelismos entre ellos a pesar de ser gemelos* además de los bucles que poseían de cabello.
_ Lo sé, no hay una verdadera similitud en ambos a simple vista_ interrumpió en sus pensamientos del más grande_… No hasta que la ira invade en ellos_ un escalofrío atroz recorrió la espina dorsal de Severus. Sirius y Regulus eran el mismo rostro al momento de cólera; si bien Regulus era apenas unos cinco centímetros mas bajo que su hermano, cuando este se enojaba parecía incrementar su tamaño hasta quedar exactamente a la altura del león, su rostro, que siempre tenía un aire fresco y amable, se tornaba uno agresivo si se enojaba seriamente_ El mismo hermano de Reg me confesó haber alterado con magia su mente para volverse más sensible ante una provocación… Y al parecer, cuando Dovahkiin, al preguntar sobre las Banshee, el debió tener esa interrogante de “¿Y cómo este sujeto sabe sobre ellas? El no es de aquí”_
_ ¿Dices que entonces por culpa de lo que haya hecho el hermano de Regulus este actuó así?_ el asentimiento de Severus logro alojas un vacio en su estomago, una sensación incomoda donde la culpa de daba un golpe en su abdomen.
_ Asi es, y se altero aun mas ante la confrontación con ella_ dijo señalando a la pequeña de bucles que ahora se tallaba tiernamente sus ojos, al parecer la chala había logrado despertarla_ Fue, prácticamente, la gota que derramo el vaso_ una discreta mirada al rostro de Connor le dio a conocer que este estaba poniéndose incomodo, y lo asemejo rápidamente a la culpa de haberlo juzgado de manera incorrecta_ Connor, ¿en verdad crees capaz a Regulus de atacar a una criatura así?_ hablo dulce mientras alborotaba los bucles de la pequeña con uno de sus dedos, un quejido tierno salió de la boca del hada mientras trataba de detener inútilmente los mimos de Severus ya que se estaba avergonzando de estos_ El… no es capaz de ponerme un dedo encima Kenway ni bajo el hechizo más fuerte de control mental_ finalizo dejando tranquila a la mujer con alas, que había cruzado sus diminutos brazos y su labio inferior se levantaba en un infantil signo de molestia, un puchero.
Una mueca logro afirmar que Connor se sentía incomodo, que probablemente había juzgado muy mal a Regulus luego de lo sucedido hace aproximadamente una hora atrás; ¿Pero como quería que eso no sucediera? Había visto con sus propios ojos como el chico que más tenia conexión había enfrentado a su más allegado compañero de peleas, como casi atacaba a la criatura femenina y como había logrado espantar al pobre pelinegro que solo quería detener la pelea.
_ Severus_ llamo la atención la voz grave del encapuchado, haciendo que este posara sus ojos en el_ ¿Por qué crees que su hermano quiso hacer eso?_ Al ver la mirada confundida del otro, continuo_ Dices que su hermano, Sirius Black, hizo que Regulus actuara así… pero ¿Por qué?_
Escucho un suspiro escapar de los labios de Snape, como este de restregaba las manos en el rostro tratando de apartar alguna idea y lo volvió a mirar.
_ Porque a Sirius Black siempre le encanta sacarnos de quicio… a los tres_
_ ¿Es verdad lo que me dices?_ pregunto decidió en una posición de atraque, apuntando su varita hacia el cuerpo con mayor masa muscular que el suyo.
_ Nunca miento, me parece algo sumamente deshonorable_ respondió tranquilo a una distancia prudente del menor. Sus cabellos danzaban al ritmo de la ventisca que había en el exterior del castillo. Una pequeña criatura los miraba a una distancia más lejana, pero a pesar de la oscuridad que empezaba a reinar, ella podía verlos perfectamente.
_ Voy a ponerte a prueba, no pienso dejarlo en tus manos hasta saber si eres realmente digno de tu palabra_ escupió orgulloso el otro, frunciendo tu entrecejo y apretando aun mas su varita, el otro no se inmuto demasiado.
_ Adelante, ataca con lo que tengas_ desafío el otro, su sangre iba cargada de adrenalina; como adoraba que lo desafiaran y reataran a una batalla, era el éxtasis que necesitaba para poner su cuerpo en marcha, era para lo que había nacido, para la batalla.
Los ojos verde grisáceo parecieron haber brillado en la oscuridad mientras que un poderoso ataque se dirigía al cuerpo del otro, que al impactar sobre su fornido pecho, logro hacerlo retroceder una distancia de aproximadamente dos metro, pero permaneciendo de pie, logrando que dos líneas mostraran el camino recorrido.
_ Impresionante_ susurro el atacante_ Cualquiera que lo hubiera recibido hubiera volado por los aires_ sus dientes se apretaron y su mirada se afilo aun más, chocando con unos ojos tormentosos que brillaban en la oscuridad.
_ ¡Vamos!_ bramo el otro lleno de euforia_ ¡Se que tienes algo mejor!_ animo al otro a que lo atacara en verdad, el otro soltó una sonrisa gustosa.
_ Claro que si, bárbaro incauto_ siseo, volviendo a lanzar otro ataque.
Ambos mestizos salían de la biblioteca acompañados de una adormilada hada que, pesar de haber dormido en la cómoda bufanda de Severus, esta parecía no haber dormido por años.
_ ¿Has pensado en ponerle un nombre?_ la voz de Severus logro sacarlo de su letargo.
_ ¿Umm?_ su “mirada” se clavo en la de la serpiente, la cual rio ante la desconcentración del otro.
_ Qué si has pensado en ponerle al hada, Connor_ una de sus manos se coloco en su boca para no permitir que se le escapara una risa traviesa; ver a ese sujeto desconcentrado realmente le divertía.
_ Bueno, realmente no_ suspiro el otro rascando su nuca por encima de la capucha_ ¿Ellas no poseen nombre ya?_
_ No lo creo, estas parecen ser jóvenes_ su mirada oscura cambio de rango, ahora observaba a la pequeña de bucles_ ¿Posees nombre?_
Ante la interrogante esta zumbo, pero al ver que el otro no le había entendido solo ladeo con su cabecita.
_ ¿Deseas tener un nombre?_ pregunto ahora Connor haciendo que la mujer de alas asintiera vivazmente_ Severus, ayúdame_ una ceja encarnada del aludido lo hizo continuar_ Ayúdame, no sé qué nombre escoger_ una risilla del Slytherin logro una coloración carmesí en sus mejillas.
_ Bueno, podrías ponérselo por su personalidad_
Ellos iban caminando por los pasillos del castillo, buscando a cierto oji verde grisáceo. Connor quería arreglar la situación que había logrado, ya que ese chico de bucles realmente le caía bien, a pesar de ser extrovertido, algo escandaloso y, en ocasiones, “boca-suelta”.
_ Es entusiasta_ soltó de pronto sorprendiendo a Severus_ Simpática, muy activa, observadora y extrovertida_ La descripción del hada estaba sacando una gran sonrisa de Severus_ Muy habladora_ eso logro que la pequeña comenzara a zumbar avergonzada: Si, justo así_ un bufido salió de la de bucles, la cual se hizo la molesta cruzando sus brazos sobre su pecho_ Pero también es cariñosa_ un rojo intenso surco las mejilla de no solo el hada, sino también las de Severus_... Y muy posesiva_ Eso último volvió a alterar a la pequeña, haciendo que abrazara fuertemente la nariz del asesino y la mordiera de forma infantil. Severus no aguanto y comenzó a carcajear mientras Connor se sobaba la zona donde la “salvaje” hada la había mordido.
_ C-Connor_ trato de decir el otro, pero no podía por culpa de la risa que se escapaba_ T-Te pedí que describieras al hada, no a Regulus_
Un furioso rubor choco sobre las mejillas del asesino, haciendo que apartara el rostro de la mirada del Slytherin, el cual volvió a reírse con intensidad.
_ Yo no estaba describiéndolo_… ¿o sí?; ¿Acaso su mente le había jugado una mala pasada y sin querer había descripto al chico en vez de la criatura?
Lo que había parecido un gruñido grutal los saco de su atmosfera, seguido por lo que parecían ser zumbidos ensordecedores provenientes del exterior… y Severus los conocía perfectamente.
_ Una pelea_ soltó instintivamente, asomándose a una de las ventanas del pasillo, buscando rápidamente al emisor de los encantamientos… lo que vio lo dejo helado_ No puede ser_ sus manos fueros hacia su boca impactado, podía sentir su labio inferior temblar al querer soltar los nombres de los contrincantes.
_ Dovahkiin y Regulus_ murmuro el encapuchado, su “vista de águila” había proporcionado la perfecta imagen del menor de los Black lanzándole a diestra y siniestra hechizo tras hechizo al oji-tormenta, que parecía inmutable. Los hechizos atravesaban el cuerpo del caza dragones perfectamente, los dichos encantamientos finalmente terminaban estrellándose contra los arboles a espaldas de Dovahkiin.
_ Está usando el thu’um etéreo_ recordó el asesino, viendo como Regulus se desesperaba por dañarlo… y nunca lo iba a lograr. Sabía que ese thu’um transformaba a Dovahkiin en un espíritu imposible de dañar o ser dañado. Severus no se dio cuenta cuando el encapuchado le dejo al hada en sus brazos y empezó a tomar carrera, haciendo que sus ojos se abrieran enormemente; ¡¿Acaso pensaba saltar por la ventana?! ¡Por Merlín! ¡Estaban en el maldito cuarto piso!
_ ¡¿Qué haces?!_ Grito al ver que echaba carrera hacia la ventana. El hada y él soltaron un bramido lo suficientemente fuertes como para alertar a los contrincantes que al oírlo y reconocer de inmediato la voz alzaron su vista hacia el cielo, donde un cuerpo se asomaba completamente de una ventana. A caza dragones no le costó nada identificar el propietario de ese cuerpo, y no se inmuto demasiado, sabia como su compañero hacia sus famosos “Saltos de Fe”, donde el saltaba de grandes alturas y caía limpiamente en un arbusto, montículos de heno y el agua.
Pero para Regulus, que tardo aproximadamente un par de segundos en descubrir que el que había saltado desde el cuarto piso era Connor Kenway, pudo sentir como su alma caía al suelo y su corazón se detenía, no lo dudo; el estaba en peligro.
Dovahkiin, en el momento de que vio a su compañero saltar, no se había preocupado, ya que siempre había algo allí para ayudarlo a detener su caída o, en caso de no haber nada, él mismo podía ayudarlo… Fue en ese momento donde su mente hacia un “click” en su cabeza.
¿Dónde caería? ¿En un montículo de nieve acaso? Nunca lo había visto caer en uno, ni siquiera cuando lo llevo a Skyrim, donde la nueve abundaba por doquier. Y si bien recordaba, el thu’um, “Volverse etéreo” lo volvía un espíritu, ni siquiera podía utilizar otros thu’um para ayudar a su amigo a detener la caída como anteriores veces lo había logrado; y al parecer Connor también lo había pillado, ya que en el momento de su descenso comenzó a mover sus brazos en busca de equilibrio.
_ “Por los dioses nórdicos; ¡¿En que estaba pensando Connor en el momento de saltar?! ¡¿Acaso no tomo en cuenta todos los contras de su salto?! _
No se dio cuenta cuando un cuerpo más bajo que el suyo estaba corriendo velozmente tratando de llegar al lugar preciso donde Connor tendría encuentro con el suelo, las piernas de Regulus trabajaban furiosamente, correr cuando hay nieve era algo difícil y cansado, pero sabía de dónde había sacado tanta energía de golpe como para poder llegar justo al lugar donde el asesino caería, justo cuando a este le quedaban unos cuatro metros de diferencia entre su cuerpo y el duro suelo que, a pesar de haber nueve, no sería la suficiente como para amortiguar una muy fea caída.
Su cuerpo se tenso poderosamente al ver el cuerpo de Regulus debajo de su lugar de desplome. Imaginándose lo peor, cerró sus ojos y espero a que desafortunadamente su cuerpo aplastara al de Regulus.
No vio cuando el menor de los Black apuntaba su varita hacia él ni escucho cuando un furioso “¡¡Aresto Momentum!!” escapo de los labios del de bucles. Abrió sus ojos, preguntándose porque aun no había tocado el suelo; descubriendo estar detenido en el aire, a un metro de distancia de Regulus y viendo como este tomaba aire por su boca mientras su pecho subía y bajaba fuertemente; con sus brazos abiertos a la espera de un abrazo que nunca llego.
No pudo decir nada cuando noto que, segundos después de estar suspendido en el aire, su cuerpo volvía estar consciente de la gravedad y volvía a dejarlo caer, justo sobre el cuerpo del menor de bucles, que al sentir el cuerpo mayor lo abrazo como si su vida dependiera de ello. Por la diferencia de peso de ambas anatomías, Regulus termino de espaldas contra la nieve mientras su organismo había servido como colchón para detener la caída del asesino, que estaba absorto por la acción del chico de orbes verde grisáceo.
Todo fue tan rápido que Dovahkiin no había entendido que sucedió, solo había sido consciente de que el amigo de Severus corrió, detuvo el tiempo justo cuando Connor estaba a dos metros del suelo y lo abrazo fuertemente tan pronto como el homicida volvía a caer, pero de forma más suave, justo sobre su ser.
Corrió en su ayuda, notando como el thu’um por fin terminaba su efecto. Su mirada se desvió hacia la ventando de donde Connor había saltado, donde el pelinegro había sido expectante de todo lo sucedido. También lo vio comenzar a correr por el pasillo, al parecer el oji-negro iba a salir al patio para ver si todo estaba bien.
Mientras, el héroe de capucha y el sangre pura aun seguían tirados en la nieve. Regulus no lo había soltado ni un ápice, y parecía que cada vez apretaba mas el agarre de sus brazos con la espalda ancha del encapuchado, que ya no lo era; ya que justo en el momento de caer justo sobre el pobre mago, su capucha se había zafado de su cabeza, a un largo y oscuro cabello.
Connor comenzó a levantarse, utilizando sus brazos que estaban a cada lado del cuerpo del menor como pilar de apoyo. Se separo lentamente, notando que el otro soltaba su fuerte agarre y estaba atento a sus movimientos.
Regulus abrió sus ojos, los había cerrado luego de atrapar al asesino en caída; lo que vio lo dejo boquiabierto. Gracias a la luna y a la pérdida de la tela que siempre tapaba su rostro, podía ver con lujo de detalle el aspecto del más alto.
Su piel era algo más oscura que la suya, pero a su vez no era tan oscura, dándole un toque trigueño. Poseía una nariz puntiaguda al igual que sus pómulos, dándole a entender que ese sujeto era de alguna aldea, un extranjero; un chico nativo. Sus labios, ahora que los veía, eran un poco más grandes de lo que imaginaba; y lo que más llamaba su atención eran sus ojos. Afilados y depredadores, tan oscuros como la noche, que diferencia que los de Severus, poseían esa pizca de peligro y tranquilidad, fortaleza y sensibilidad, un yin yang de emociones que lograron teñir sus mejillas de un fuerte carmesí
La voz serena de su opresor lo saco de su letargo.
_ ¿Regulus? ¿Estás bien?_ la voz del nativo nunca le había parecido tan atractiva hasta que lo había podido ver sin su capuz; esa voz realmente le quedaba, le quedaba realmente bien_ ¿Te lastime? No dices nada_ el zarandeo en sus hombros por parte del homicida volvió a sacarlo de sus pensamientos, haciéndole perder noción de donde estaba y de la hazaña que había logrado hace menos de un minuto.
_ Y-Yo…_ sus palabras murieron de nuevo al ver como Connor levantaba una ceja y lo miraba interrogante; ¿Qué demonios pasaba? ¿Por qué no podía concentrarse?
_ ¿Están bien?_ Kenway miro al propietario de la cuestión, Dovahkiin llegaba hacia ellos con ojos preocupado al igual que su voz. Al no notar la atrapante mirada del asesino, Regulus por fin pudo tranquilizarse_ ¡Chico! ¡Pero qué locura! ¡Qué hazaña! ¡Qué reflejos!_ admiraba maravillado el oji-tormenta, aplaudiéndole al avergonzado Black que era ayudado a levantarse del suelo por el de tez más oscura.
_ N-No fue tan-_
_ No, lo fue_ interrumpió el nativo, dándole una sonrisa ensordecedora_ No creí que me salvaras, tenía mi fe puesta en Dovahkiin, realmente fue impresionante_ una mano del más alto revolvió sus bucles cariñosamente haciendo que el bermellón de sus mejillas aumentara.
_C-Connor_ gimió avergonzado el oji-verde grisáceo observándolo de forma extraña_ T-Tu-_
_¡¡Por Merlín!! ¡¿Están bien?!_ la alterada voz del mestizo lo interrumpió, haciéndolo volver al mundo real.
Severus venia agitado con el hada en brazos, nunca había corrido tan rápido; y le daba gracias a las escaleras móviles que, a su suerte, estas parecían estar estratégicamente colocadas para demorarse menos.
_ Si_ a Severus le costó reconocer el rostro del asesino sin su capucha, haciendo que este también se sonrojara suavemente_ Y todo gracias a Regulus_ el aludido vio con ansias los ojos del más alto, que le volvía a regalar una sonrisa dulce, haciendo que su corazón se acelerara.
Dovahkiin era atento a cada reacción del chico de bucles, haciendo que una sonrisa surcara su rostro cada vez más grande.
_ “Connor… ¿Acaso tu salto de fe logro que cayeras justo sobre su corazón?”_