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El Dovahkiin por PauliBlack

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Notas del capitulo:

Lamento la tardansa mis hemosas criaturas, pero tengo una noticia.

Comence mi vida universitara, y elegi la mas hermosa de todas; Facultad de Medicina~ TuT

Claro que lleva tiempo, pero esta semana de Turismo, decidi darles mi tiempo a ustedes, que se lo merecen~

Posiblmente mañana o pasado actualice el burdel de tom.

Tambien, si les gusta SNK (Shingeki no Kyojin) Pueden leer mis fics "Aromas y Sabores" y "Le jeune professeur" 

Sin mas, disfruten la lectura~

_ Disculpe, señorita_ le hablo el caza dragones a la criatura mítica que se posaba majestuosa sobre una plataforma de mármol, des estilo griego_ ¿Podría repetirme eso?_

_ Por supuesto_ le respondió generosa la esfinge, de melena oscura y corta, moviendo sus alas un poco para mostrar la belleza de estos_ Hay dos hermanas, una de las cuales engendra a la otra, y ésta a su vez engendra a la primera… ¿De qué estoy hablando, joven gladiador?_

Un resoplido resignado escapo entre sus labios, cerrando sus ojos y cruzando los brazos sobre su pecho para intentar concentrarse. Había llegado al final del camino que se había mostrado ante el luego de recitar las palabras en latín, encontrándose con una columna de mármol iluminada por tenues rayos solares que se colaban de las copas de los árboles. Cuando intento acercarse, un ruido de entre los arboles lo alerto, quedándose quieto en su lugar y dirigiendo su tormentos mirada hacia el lugar de los hechos, encontrándose con una enorme criatura sobre unas ramas de los arboles no muy lejos de donde estaba el. Ambos cruzaron miradas, tormenta contra arena, no eran necesarias las palabras para entenderse en esos momentos.

La criatura se levantó de su lugar de descanso, y luego de asombrar al caza dragones con un enorme par de alas que aparecían sobre el lomo de la bestia con rostro humano, tomo impulso y comenzó a aletear, volando hacia la gran columna de mármol, dejándose ver mejor por su invitado.

Se presentó ante el héroe de forma amable, dejando tranquilo a Dovahkiin al confesarle que ella misma era parte de la prueba, y que lo estaría acompañando en todo el transcurso de esta; si y solo si contestaba correctamente a su acertijo.

No dejo que los nervios lo consumieran, él debía estar tranquilo para poder continuar correctamente. La esfinge le había advertido, de que contestar de forma incorrecta, le condenara a la muerte por mano de la criatura mitad león, mitad humano.

_ “Pero es parte de mi trabajo, no te lo tomes personal”_ había agregado ella, demostrando un rostro desganado ante la idea de asesinar a alguien.

_ Yo…_ la criatura se mantuvo atenta ante la voz del extranjero_... Tengo tiempo para pensarlo, ¿verdad?_

_ Claro que si_ le respondió con una hermosa sonrisa la esfinge, acomodándose mejor en la estructura blanca_ No voy a apresurarte en nada, tienes el tiempo que quieras_

Se lo agradeció, y se sentó sobre la nieve de forma estrepitosa, cruzando sus piernas; sentándose en flor de loto sobre la fría superficie del bosque. Poso sus manos sobre sus rodillas, cerro sus ojos, e inhalo una enorme bocanada de aire, comenzando con su meditación. Su mente se volvió uno con el universo que lo rodeaba, dejándole en claro que su meditación dio comienzo.

Él había escuchado una vez esas mismas palabras de alguien, alguien que lo había criado desde su primer segundo de llegado al mundo hasta que fue alejado de su lado para convertiste en lo que era ahora; un caza dragones.

Su madre, de pequeño, le gustaba contarle anécdotas y mitos legendarios, haciéndose rasposamente familiar esa pregunta, esa situación y esa misma sentencia con una de las fabulas que su madre le contaba antes de dormir. Un joven que se había enfrentado a una esfinge, respondiendo a dos de sus acertijos, logrando avergonzar y rabiar tanto a la criatura que esta terminaba suicidándose, lanzándose desde los más alto de una gigantesca roca para acabar con su vida.

_Edipo_ soltó su conciencia_ El mito de Edipo_ volvió a soltar, esta vez en voz alta, haciendo que la esfinge sonriera al ser descubierta.

_ ¿Esa es tu respuesta?_ pregunto divertida, viendo como los ojos del otro se abrían exaltados.

_ ¡No!_ se apresuró, pensando que la criatura le saltaría para devorarlo, pero esta le regalo una sonrisa tranquilizadora. Entendió que esa criatura, si bien debía cumplir con su trabajo, realmente quería ayudarle de algún modo _No es esa mi respuesta_ afirmo, levantándose de su sitio.

_ Bien…_ contesto, sentándose y agitando su cola tranquilamente_... ¿Cuál es tu respuesta entonces?_

Lo medito nuevamente.

_ “Cuando la caprichosa esfinge le dio el acertijo a Edipo”_ Recito su memoria, recordando las palabras de su madre_ “El seguro joven, respondió-…”_

 

 

_ El día y la noche_ resolvió, ganándose un chasquido de lengua por parte de la esfinge que reguardaba su camino.

_ Tch _ chasqueo la criatura, levantándose de la estructura griega para enfrentar al encapuchado que le veía seriamente_ Eres realmente aburrido para ser tan guapo_

_ Es la respuesta correcta, ¿sí o no?_ volvió a encarar, haciendo molestar al hibrido de león y humano.

La criatura solo resoplo, posando una de sus patas delanteras sobre la estructura y alzando sus alas, comenzando a montar vuelo. La columna de mármol comenzó a enterrarse sobre el suelo, para que luego un remolino de aire helado le mostrara un nuevo camino al encapuchado. Connor comenzó a caminar hacia su nuevo objetivo, pero la criatura de larga melena morena le detuvo el paso, aun moviendo sus alas hacia arriba y hacia abajo para mantener su vuelo estable.

_Nos veremos pronto, dulzura_ le ronroneo seductoramente, rozando a lo obsceno, dándose impulso con sus alas para comenzar un rápido desplazamiento por el cielo, perdiéndose entre las copas de los árboles.

El asesinato, dándole baja importancia a las palabras de la morena, dio paso a una rápida carrera para terminar rápidamente con la prueba.

Quería regresar muy pronto, donde posiblemente, unos enormes pozos verdes estarían esperando su llegada.

 

 

_ Demonios_ espeto en un gruñido_ Mis botas de cuero francés..._ se lamentó, hincándose para limpiar la tierra húmeda de la prenda castaña que cubría sus pies del intenso frio.

Le había aburrido totalmente esta prueba, y ya solo quería regresar para tomarse un burbujeante y relajante baño de agua caliente en su habitación.

Y no solamente de la prueba, sin Dante molestándola, la competencia se había vuelto tediosa, sin la bromista actitud del semi-demonio, y a su hermano intentando disciplinarlo, la rubia Trish se había hartado del concurso. Incluso la compañía de Lady le venía bien en esos momentos.

Ya había descifrado el primer acertijo, a pesar de que a la criatura no le faltaron ganas para atacarla. Se había alertado con el crujir del follaje, luego de llegar al final del camino, y cuando esfinge salió, ella saco sus armas de fuego y arremetió contra la bestia; logrando perforar uno de sus muslos traseros con una bala. Cuando escucho maldecir al hibrido, para luego mostrar sus alas de forma amenazante, supo que se había metido en problemas. Pero la esfinge no ataco, y siguiendo su deber, le explico de forma molesta la situación. Trish contesto al enigma, y de inmediato la esfinge le dejo el paso libre, marchándose lo más rápido posible para poder sanar su herida.

_ “Me asusto, no es mi culpa el haberla dañado; el viejo dijo que todo en este maldito lugar nos quiere muertos”_ se auto convenció la chica, caminando tranquilamente por el sendero nuevo.

El lugar tenía un aspecto lejano a la realidad, parecía sacado de alguna de las novelas de Edgar Allan Poe que tanto le gustaba leer; tenebroso y misterioso. Su subconsciente le alerto que el camino nunca se acabaría, ya que llevaba caminando varios minutos, viendo los mismos árboles, los mismos montículos de nieve y las mismas rocas, todo repitiéndose en una agónica secuencia que se reproducía mil veces sin descanso.

_ ¿Dónde estoy?_ pregunto a la nada, sacando el pergamino que le entregaron en un inicio para asegurarse si este tenía la respuesta a su duda, pero nada; incluso parecía burlarse de ella, ya que en el final de la nota, aparecían unas letras destellantes, que al juntarse; mostraban el mensaje “Mucha suerte, y no se pierdan”, escrito por el director y organizador de la competencia.

Tomo el papiro antiguo, y luego de arrugarlo con molestia, lo aventó lejos de su vista, caminando más apresurada que antes.

Ella no necesitaba suerte.

_ Estúpidos todos_ soltó con rabia, caminando fuera del camino para internarse al bosque. Le parecía más rápido y seguro ir por ese sitio antes que continuar por un monótono camino seguro_ Solo necesito ve la luz del sol_ se aseguró, recordando que unos rayos solares bañaban la estructura de mármol donde la esfinge se había sentado para darle la incógnita. Y luego de caminar un par de minutos por el oscuro sendero, sus ojos divisaron el espectro que tanto estaba buscando_ Bingo_ soltó con ironía, burlándose internamente del  viejo por intentar engañarla con el truco del camino seguro. Ya le parecía extraño que le dieran un camino el cual transitar, si esa era una competencia de supervivencia; significaba que debía buscar su propio camino.

Se apresuró en llegar, olvidándose de la tierra húmeda que comenzaba a hacerse más espesa entre los árboles, y que ahora manchaba totalmente sus botas de fina procedencia. Su sonrisa triunfante se ensancho al ver la estructura griega debajo de los rayos solares y a su guardiana, acostada sobre el fino mármol de esta, a apenas una distancia de cincuenta metros de distancia de ella. Se burló del sistema y del director, corriendo para llegar más rápido. Pero en ese momento no se dio cuenta de cómo sus botas pisaban algo blancuzco, muy diferente a la pastosa tierra que estuvo pisando todo el tiempo; y apenas se dio cuenta cuando dos látigos se aferraron a sus piernas, impidiéndole moverlas totalmente.

Si no creía en la suerte, ese era el momento de retractarse.

_ ¡¿Pero qué demonios?!_ chillo sorprendida, notando como el agarre de esas cosas se volvía mas terco, sintiendo un par más de ellas afianzando el agarre de sus miembros inferiores_ ¡No me toquen!_ grito, sacando sus armas de fuego y comenzando a disparar cerca de sus pies, tratando de darle a la cosa que se aferraba a ella. Los destellos de luz de sus armas le dieron la respuesta de o que estaba atrapándola. Una enredadera negra y de aspecto viscoso estaba moviéndose debajo de sus pies, arrastrándose y mostrando aún más “cuerdas” que se acercaban a su cuerpo, con el objetivo de tomarla como presa. Y con cada disparo hacia la “criatura”, estas se retorcían, y apretaban aún más sus piernas con cólera.

Un nuevo látigo azoto su cuerpo, haciéndola gemir de dolor al ver su torso cubierto de uno de flagelos de esa cosa que le atacaba, y al apretar su agarre, sus manos soltaron sus armas ante el dolor que le producían las cuerdas negras.

_ N-No_ jadeo asustada, retorciendo su cuerpo como pudo para intentar espantar a la bestia que le apresaba, pero esta al sentir a su víctima luchar, volvió más mañoso el agarre a ella. Sus piernas se durmieron, e inevitablemente su cuerpo calle de espaldas al suelo cubierto por la criatura, que satisfecha, alargo sus miembros para tomarla completamente_ ¡No!_ grito desesperada al sentir miles de látigos azotando su cuerpo y cubrirla completamente, dejando solo su cabeza y cuello al descubierto_ P-Por favor_ gimió asustada, sintiendo su rostro humedecerse ante las lágrimas y el sudor de la batalla perdida_ ¡P-Por favor! ¡Ayuda!_ yante el grito de la chica rubia, las cuerdas se apretaron y una nueva cuerda tapo su rostro, comenzando a sumergirla por el suelo, enterrándose con la chica a su merced.

La esfinge, reposada tranquilamente sobre la piedra pulida y agitando su cola en forma molesta, en espera de la contrincante que le había lastimado, agudizo su oído al escuchar un grito agónico que le helo la sangre. Dirigió su mirada hacia el lugar del alarido doloroso y desesperado, viendo como algo se movía en el suelo algo legos de su lugar, sonriendo de forma ponzoñosa al ver de qué se trataba, y al reconocer la emisora de ese grito. Sin importarle demasiado, se levantó y movió sus alas, dispuesta a marchase de ahí para volver con el director del colegio para notificarle de la nueva baja del concurso.

Porque a no ser que la chica se rindiera y tranquilizara, cosa que dudaba mucho que sucediera, el Lazo del Diablo acabaría totalmente con la vida de la heroína Trish en cuestión de segundos.

 

 

Su oído se sensibilizo al escuchar un grito, realmente lejano, en su posición. Se encontraba nuevamente delante de la esfinge, a punto de recibir el nuevo enigma, hasta que el bramido se dejó oír, girando su cabeza hacia la dirección de dicho alarido. La criatura hizo lo mismo, sonriendo tenuemente.

_ No creo que haya sido una de nosotras_ le confeso al asesino, hacendó que este le mirara para prestarle atención. Ella posó su mirada arenosa sobre el encapuchado, sonriéndole orgullosa_ Ya que no te daré ni el tiempo para poder gritar cuando ya te abre matado; esa chica se encontró algo más en el bosque_ él también pudo reconocer que era el grito de una de las chicas, pero no pudo identificar cuál de ellas_ Como sea, ¿estás listo para mi nuevo acertijo, guapo?_ ni siquiera le respondió, solo le miro desafiante por debajo de la capucha, haciendo suspirar a la criatura_ Que comunicativo eres_ soltó de forma irónica, agitando su cola en protesta.

_ Solo dilo_ le sorprendió, haciendo que la esfinge ronroneara de gusto al oír su voz.

_ Muy bien_ respondió mordiendo su labio inferior, acomodándose sobre su lugar para mostrar una postura digna_ Piensa bien en esta situación; Hay delante de ti tres puertas_ Connor imagino la propuesta_ En una de ellas, hay tres asesinos_

_ Eso es irónico_ interrumpió de repente, haciendo bufar a la criatura.

_Déjame terminar_ se quejó la esfinge_ En una de ellas, hay tres asesinos, en la segunda, hay un león que no ha comido por tres meses, y en la última, una habitación con fuego demoniaco. No posees armas, y si pasas a tus enemigos, en cualquiera de las puertas esta tu libertad… Dime… ¿En cual de todas te meterías?_

_ ¿Qué es el fuego demoniaco?_ cuestiono intrigado, nunca antes había oído hablar de algo parecido.

_ El Fuego Demoniaco en un fuego que nunca deja de arder, ni aunque le arrojes un océano entero dejara de existir_ le respondió de forma aburrida_ Es un hechizo llamado Fiendfyre, y solo posee un contra hechizo, que es Fiendlocked, pero hay criaturas que creen que una lagrima de sirena también podría servir contra el fuego demoniaco*_

Su mente hizo un “clic” instantáneo ante la situación que plantea la esfinge.

No era un mito, como el anterior, el cual su tutor le había contado mientras observaban la hoguera una noche de otoño de hace varios años atrás.

Esto era algo más ligado a la razón común que a un cuento mitológico.

La idea de cruzar el llamado Fuego Demoniaco no se le hacía tentadora, y mucho menos si no poseía magia como los magos y brujas, ni tampoco la supuesta lagrima de sirena para apagar dicho maleficio.

Cruzar la puerta de los asesinos, sin sus armas, tampoco se le hizo agradable. Si eran asesinos de la Hermandad, estaba en problemas. Personas entrenadas en la disciplinas del asesinato, que si poseían sus armas y que podrían estar mucho más capacitados que un “mocoso” de diecinueve años, entrenado solo por un mentor asesino británico, no le daba ventaja en lo absoluto.

Y cruzar la puerta del león que no había comido por tres meses era-…

_ Un momento…_ se interrumpió a el mismo, haciendo que el hibrido de león y humano le prestara atención.

 

 

_… ¿Dijiste tres meses?_

_ Así es, un león que no ha comido por tres meses_ le volvió a confirmar la amable criatura, sonriendo al ver el rostro del caza dragones.

Dovahkiin le miro consternado.

_ Pero… Nadie sobrevive tres meses sin comer; es biológicamente imposible_ vio la enorme sonrisa de la esfinge ante su razonamiento.

Sin saberlo, lo había logrado.

_ Entonces…_ le alentó a continuar_ ¿Cuál de las puertas cruzarías?_

Dovahkiin le sonrió encantado, haciendo que a la criatura le saltara un fuerte rubor en las mejillas ante la pureza del oji-tormenta.

_ Cruzaría la del león_ respondió seguro_ Ya que estaría muerto de hambre_

Vio como la mujer mostraba sus alas de forma impresionante, bajando de la estructura de mármol, luego de posar una de sus patas cobre esta, mostrándole por segunda vez como la columna se hundía bajo sus pies.

Una nueva ráfaga de viento le enseño el camino.

 _ Bien hecho_ le alago, sentándose en el suelo_ Solo queda un acertijo más, joven guerrero, y luego todo dependerá de ti_ le confeso, lazando sus alas y montando vuelo hacia arriba, dejándose de ver en cuestión de segundos.

El caza dragones sonrió entusiasmado, ya quería regresar junto a Connor hacia el castillo; y paras el resto de la tarde con el Slytherin mestizo, el cual; ya era parte importante de sus días.

 

#Flash Back

_ Pequeño_ le llamo despacio, haciendo que un joven peli-negro se sobresaltara en su asiento.

Estaba sentado pacíficamente sobre una cómoda silla, en la biblioteca del antiguo castillo, leyendo un libro de herbología concentradamente, hasta que la magnética y dulce voz del oji-tormenta hizo que su sentido de orientación se perdiera, asustándolo y haciendo que lleve el libro abierto hacia su pecho como defensa; ya que sintió que su corazón, por poco, y se le escaparía de su sitio.

_ M-Merlín_ misturo en un jadeo_ M-Me asustaste, Dovahkiin_ le admitió, sin bajar ni por un segundo el libro de su pecho.

_ Lo siento mucho, Severus_ se disculpó apenado, sentándose al lado del mestizo, haciendo que un sonrojo se atenuara sobre su rostro. El otro, armándose de valor, trago duro y miro directamente hacia los ojos azules del otro, perdiéndose por un par de segundos.

Que en su mente parecía una eternidad abrumadora.

_ ¿Q-Que haces aquí?_ le pregunto inseguro, desviando su mirada de la tormenta que representaban los ojos del héroe. Notando eso, el caza dragones intento hacer nuevamente contacto visual con el menor, pero esos pozos ónix parecían querer esconderse de él.

_ Te estaba buscando a ti, Severus_ su nombre, en boca de Dovahkiin, sonó como el canto de una sirena, haciendo que sus tímidos ojos se unieran en el ojo de la tormenta del otro, sacando una encantadora sonrisa del nórdico_ Quería saber de ti_

_ B-Bueno_ balbuceo nervioso, sacando lentamente el libro de su pecho lentamente, logrando que el otro se acercara aún más por la curiosidad_ Y-Yo… Estoy buscando sobre la planta para Eileen y Katherine, para que puedan comer como deberían_

Así era, los nombres de las hadas a habían sido otorgados, luego de una junta con los héroes una semana después;  y ante una discusión de una hora y media, sus nombres fueron proclamados con éxito.

Eileen, fue el nombre otorgado para la pequeña copia de Severus. Ese nombre había salido de boca de Regulus, como un recordatorio de su madre. La madre de Severus, Eileen Prince, era muy parecida a él; el color de cabello, sus hermosos ojos ónix, y esa figura pequeña pero potencialmente grácil, le daban una exótica belleza que, con el paso de los años, probablemente esta se agigantara aún más.

En cambio, Katherine, fue el nombre proclamado para el hada mayor, mientras que la sugerencia había sido de Lucius esta vez. La pequeña de bucles era un caso especial, era tan parecida a Regulus, no solo en físico sino que en actitud, por un momento; no les quedaría de otra que llamarla de la misma manera. Hasta que Lucius tuvo la brillante idea, junto con la aprobación de su pareja, en conseguir un libro con los significados de los nombres, despendiendo del tipo de personalidad de la persona.

La energía que poseía, su curiosidad ante todo, y su posesividad por el asesino encapuchado, le hacían cargar en nombre con honores.

Ambas hadas estaban de acuerdo, los magos y héroes también lo estuvieron, bautizándolas con dichos seudónimos; festejaron con chocolate caliente y algunos dulces, por cortesía de Kreacher, que ya comenzaba a familiarizarse con el caza dragones y el homicida.

_ ¿Ya encontraste el lugar donde se encuentran esas plantas?_

_ S-Si, aquí nos muestran los posibles lugares donde estarían ellas_

_ Muy bien_ sorprendió al mestizo de repente, al ver que el castaño héroe se ponía de pie.

_ ¿A-A dónde vas?_ le cuestiono de inmediato, poniendo de pie el también  deteniéndolo con una de su manos sobre su torso, sintiendo los músculos por encima de la ropa de Dovahkiin, que eran una sudadera azul marina y debajo de esta, una camiseta blanca; retractándose y retirando su mano, como si los abdominales del oji-tormenta quemaran sus manos.

_ Iré a buscarla yo_ le aclaro sonriente_ Hace mucho frio para que vayas tú, podrías resfriarte_

_ No importa_ soltó sin pensarlo realmente_ Puedo cuidarme solo, iré también_ desafío_ A-A demás… Podrías perderte_ se excusó, sonrojándose suavemente y desviando su mirada, ganándose una pequeña risa por parte del nórdico, al igual que su mano revoloteando sobre su cabello para desordenarlo tiernamente.

_ Es verdad, podría perderme_ le apoyo, sonriéndole encantador_ ¿Quisieras acompañarme entonces?_

No necesitaba la respuesta, Severus llevo una de sus manos a su pecho, apretando su túnica a la altura de su corazón, asintiendo suavemente.

Y luego de abrigar mucho a Severus, ambos habían partido en busca del alimento de las pequeñas hadas, mientras hablaban entretenidamente sobre temas tribales. Ambos sintiendo una paz interior reinar agradablemente. Y luego de que Severus casi cayera al suelo por culpa de una rama que sobre salida de la tierra, Dovahkiin, luego de atraparlo entre sus brazos, le tendió una de sus manos para que el más bajo la tomara; siendo estrechada suavemente por el otro que, avergonzado, le agradeció.

_ No falta mucho_ alego el Slytherin, sosteniendo con su mano derecha el papel con las pistas de los sitios donde se encontraran las plantas que estaban buscando, mientras que con la otra, apretaba la cálida mano del caza-dragonees que observaba todo el lugar con fascinación.

Se habían cruzado con varias plantas móviles que le llamaban la atención poderosamente al extranjero, pasando también por el Sauce Boxeador, llamándole la atención el apretón de mano que le dio el menos cuando pasaron por allí, al igual que la tensión de los músculos del otro.

Su instinto nunca le había fallado.

_ ¿Estás bien, Severus?_ la pregunta saco de su letargo al menor, haciendo que lo mire con un rostro afligido_ ¿Qué ocurre?_ pregunto más suave, haciendo que el más bajo suspirara y detuviera su andar, girando su rostro hacia el árbol que tantos problemas le había dado, y que ahora se encontraba en estado durmiente. A pesar del temor que poseía sobre ese árbol tan agresivo, de alguna forma, le estaba agradecido.

De no haber sido por la paliza que le dio, talvez no habría conocido tan apegadamente al hombre que ahora sostenía su mano para que no volviera a caer; y que le había prometido protegerlo de lo que fuera.

Solo con el capricho de verlo feliz.

_Nada_ respondió con una sonrisa, observando ahora al rostro de Dovahkiin, que le miraba embelesado por el hermoso gesto que poseía en su rostro_ Solo que… Le debo las gracias a ese pedazo te madera vieja_

Y luego de un par de miradas más, emprendieron camino nuevamente.

En ocasiones se detenían, porque Severus encontraba otra especie de planta de la cual, había entendido, podían crearse pociones con ellas; o porque el oji-tormenta se entretenía con las pequeñas criaturas que veían allí, como pequeños pájaros de colores coloridos, que les cantaban de forma agradable, a pesar de que Severus le advirtiese que luego de unos minutos, ese sonido se le seria insoportable.

Y llegaron al lugar donde, se suponía, debía estar la planta que tanto estaban buscando. Y Severus podía verla desde donde estaba.

¿El problema? Un pequeño sendero de agua helada les impedía el paso.

_ Maldición_ espeto molesto el peli-negro, soltando la mano del caza dragones para intercambiarla por una gran rama que había a un lado, hundiéndola para verificar la profundidad de este. La rama no había tocado el fondo, y  el mestizo ya no podía meter más la rama en el rio que les impedía el paso_ No puedo creerlo_ soltó irónico_ Tan cerca y a la vez tan lejos_

_Pequeño_ le llamo el otro_ Las plantas que necesitamos son aquellas ¿verdad? Las que tienen cinco pétalos_

_ Si, son esas; cualquiera de los colores nos sirve_ le afirmo, observando las plantas también, pero dándole la espalda a Dovahkiin.

_ ¿Cuántas necesitan las pequeñas para vivir?_ la pregunta le alerto.

_ Bueno, ellas en realidad las necesitan para reabastecer su magia y nutrirse como es debido, pero comen solo un pétalo por día_ su entrecejo se frunció, dándose la vuelta para verlo_ ¿Por qué lo pregunt-?_ la pregunta murió en su garganta al ver al módico.

Las manos de Dovahkiin bajaban sus pantalones hasta dejarlos en el suelo, mientras su torso estaba totalmente al descubierto. Doblo organizadamente sus pantalones, que eran deportivos y de un color gris oscuro, dejándola junto a su sudadera, su camiseta y sus zapatos, dejándolo solamente en unos shorts negros que terminaban un poco más arriba de sus rodillas, dejando poco a la imaginación. Los ojos de la serpiente bajaron, desde el torso bien definido del extranjero hasta sus talones, viendo las bien marcadas piernas.  Tenía musculatura, pero sin llegar a ser desagradable a la vista ni muy exagerado. Lo miro directamente al rostro, y ahí fue donde su sonrojo, que ya había saltado a la vista desde que lo había tomado de la mano, era un carmín definido.

Sus cabellos castaños y suavemente ondulados, danzando ante la pequeña ventisca que había en ese momento, el rostro atractivo, de aspecto noble pero a la vez teniendo una suave pizca de sensualidad y magnetismo; mientras que esos penetrantes y aniñados ojos de un azul oscuro, que parecían brillar en la oscuridad, le hacían olvidarse hasta de donde estaba parado ahora mismo. Su mente siguió delirando cuando Dovahkiin se movió, dejando ver su ancha y musculosa espalda, al igual que sus moldeados glúteos. Sus manos le picaron en ese momento, nunca antes había sentido algo así, y solo tenía la idea de tocar ese cuerpo que tanto se le estaba “ofreciendo”. Pero volvió en razón al ver que estaba por hacer.

_ ¡E-Espera!_ le bramo asustado, corriendo hacia donde estaba y deteniéndolo con su cuerpo.

_ ¿Qué sucede, pequeño?_ pregunto con cierta inocencia, notando el fuerte color que adornaba las mejillas y orejas del mago, que parecía temblar tiernamente ante él.

Dovahkiin estaba a punto de saltar hacia el lago helado.

_ ¿Q-Que crees que haces?_ le cuestiono nervioso, notando como el otro estaba moviéndose hacia el_ D-De-Detente ahora mismo_ le ordeno, poniendo su manos sobre los pectorales del otro para detenerlo, sintiendo una fuerte descarga eléctrica procedente del cuerpo del otro, que azoto con fuerza su espina dorsal, haciéndole soltar un jadeo involuntario. El cuerpo de Dovahkiin estaba caliente.

Realmente caliente.

_Tranquilo_ le soltó el mayor, revolviendo su sedoso cabello cariñosamente_ Puedo regular mi temperatura ante el frio, ¿sientes ese calor?_ le pregunto certero, recibiendo un asentimiento tímido del otro_ Eso es lo que regula mi temperatura, solo dame alguna cosa para meter las flores y que no se mojen_

No fue consiente en que momento su cuerpo se movió solo y le entrego un recipiente de vidrio lo suficientemente grande como para meter dichas flores allí.

Luego de una encantadora sonrisa, Dovahkiin se sumergió, saliendo a flote a varios metros de distancia de donde estaba. Sus brazos salían y volvían a meterse en el agua, mientras sus piernas se movían rápidamente para tomar un mayor impulso. Y en menos de unos segundos, ya había llegado a la orilla, saliendo del agua de una manera que a Severus se le antojo sensual.

Y se reprendió mentalmente ante ese pensamiento.

Lo vio tomar grandes cantidades de las flores, con un cuidado excepcional, como si realmente no quisiera dañar el ecosistema que se le presentaba.

EL otro le hizo una señal con las manos, demostrándole que ya había concluido su misión, y que ya volvía a sumergirse en el agua para volver junto a él.

Juro que no había visto cosa igual.

Lo vio salir, pero frente a él, mostrando primero una penetrante y cazadora mirada tormentosa. Sus castaños cabellos se habían pegado a su rostro, dándole un toque rebelde a ese rostro tan noble que poseía. Sus fuertes brazos tomaban la orilla del lago con firmeza, dándole la fuerza para sacar su torso, que se contrajo atractivamente ante la nerviosa mirada de Severus. Y al terminar se salir, saco el frasco que lo escondía el bolsillo de sus shorts, demostrando que la misión había sido un éxito.

_ Lo logre_ dijo divertido, dándole el frasco al peli-negro que no parecía estar con él en ese entonces_ ¿Severus?_ le llamo preocupado, viendo como el fuerte carmín no desaparecía de su rostro_ ¿Que sucedes? ¿Te sientes mal?_ le interrogo, intentando acercarse al Slytherin y pudiéndolo sacar de su letargo, de una manera sobre saltada.

_ ¡S-Si!_ bramo realmente nervioso, retrocediendo en su lugar_ Y-Yo s-solo-_sus pies retrocedieron un paso más, notando que ya no había suelo, viendo como los ojos del caza dragones se abrían en un tono espantado, mientras el cuerpo de este se movía hacia donde se encontraba.

Estaba cayendo de espaldas hacia el lago helado.

No le dio el tiempo de soltar siquiera un pequeño grito, cuando los fuertes brazos apresaron su cuerpo, dando un súbito giro y cayendo en la dirección contraria, cayendo sobre el duro, y a la vez suave, cuerpo del nórdico; sintiendo su pulso salirse de control.

La anatomía de Dovahkiin desprendía un calor tan agradable que no tenía fuerza para levantarse, queriendo quedarse así por siempre; sintiendo esos fuertes y protectores brazos rodeas parte de su espalda y cintura. Sus delgados y pequeños brazos se movieron automáticamente hacia el cuello del otro, rodeándolo, sin siquiera saber realmente porque lo hacía. El aliento caliente del oji-tormenta golpeaba su rostro, adormeciéndolo de un momento a otro.

La atrayente voz del caza dragones se dejó escuchar de repente.

_ ¿Estás bien, pequeño?_ las gentiles manos acariciaron su espalda_ ¿Te duele algo?_

_ No_ respondió dormitando el otro, levantando a penas su torso para poder ver esos ojos que con tanto cariño le miraban, provocando un revoltijo de emociones dentro de él_ Estoy… Mejor que nunca_ la conexión entre los colores azul y negro fue cósmica.

Y luego de unos minutos sin quitarse la mirada de encima, sonrieron sinceramente el uno para el otro, sintiendo que las palabras no hacían falta en ese momento. Dejo suavemente a Severus sobre la nueve, y luego de colocarse la ropa y colocar en el bolsillo de su pantalón el frasco (ya que a Severus se le había caído de las manos en el momento de la caída) y lo tomo en brazos dulcemente, como si estuviera tomando la pieza más hermosa y frágil del mundo.

El otro se acomodó, rodeando el cuello del héroe con sus brazos, al igual que su cadera con sus piernas, mientras que Dovahkiin los sostenía con uno de sus brazos por debajo de sus muslos, mientras que su brazo libre acariciaba gentilmente la espalda del peli-negro.

_ Por favor_ le rogo débilmente la serpiente, luego de esconder su rostro en el cuello del otro_ Por favor… No me sueltes_

El corazón del más alto se contrajo en respuesta, apretando el agarre del más pequeño hacia él.

_ Nunca lo haría_ obtuvo como respuesta, recibiendo un cálido beso en su mejilla por parte de Dovahkiin, sintiendo como tomaba rumbo hacia el castillo.

Y en cuestión de segundos, el embriagante aroma del sangre de dragón y las suaves y dulces caricias en su espalda, lo llevaron al mundo de los sueños; sintiéndose totalmente protegido por su protector, mientras que este susurraba palabras tranquilizantes al mestizo; yendo hacia el castillo

 Para dejarlo en su habitación, y descansara como era debido.

 

#Fin de Flash Back

 

_ Ya estoy regresando… Severus_ misturo a la nada, mientras sus piernas me movían rápidamente para terminar con el nuevo sendero que le conduciría hacia el ultimo acertijo.

 

 

_ Pero que prueba más estúpida_ soltó molesto y arrogante, posando su enorme arma sobre su hombro mientras caminaba despreocupadamente por el sendero número dos, luego de responder acertadamente a su acertijo_ Pero que tontería, y ese director no sabe ni lo que dice_ bufo, viendo el camino abrirse aún más para él, llevándolo lo que él creía, era su ultimo acertijo. Pero el solo quería una cosa:

Acción.

Ni siquiera en la anterior prueba lo había conseguido, siguiendo el sendero seguro con su compañero; logrando pasar la prueba sin encontrarse con absolutamente nada. Y solo quería enfrentarse a algo grande, como en la primera prueba, donde le había tocado un troll de bosque.

Pero no.

Le habían dado otra maldita prueba de lógica, y aunque la esfinge le había prometido que lo mataría si se equivocaba, lo dudaba totalmente. Además, había contestado correctamente ambos acertijos, y si no fuera así; no le hubiera dejado seguir.

No lo había escuchado en ese momento, pero el sonido de algo chocando con su igual lo alerto, deteniendo su andar de inmediato. Algo se movió entre los arbustos, sacándole una sonrisa satisfecha. Al parecer alguien lo había escuchado y decidió cumplirle el deseo de lucha. Enlisto su arma, y decidió esperar, teniendo lista la mira para cualquier tipo de ataque.

Uno… Dos… Tres segundos después, y el sonido dejo de escucharse, decepcionándolo.

_ Creí que iba a ser más divertido… Vaya tontería_ se molestó, bajando la guardia al igual que su arma. Volvió a dejar la misma en su hombro, decidido a seguir sin importar cuanto ruido escuchase entre los arbustos. Y una vez que emprendió nuevamente su macha, lo escucho.

La risa de una mujer.

_ Maldita_ escupió con cólera, volviendo a cargar su arma, volteándose, ya que había escuchado la risa en sus espaldas, pero una sorpresa desagradable lo esperaba allí.

Un ser cubierto de un pelaje negro, con ocho extremidades y ocho ojos lo observaba, allí, caminando lentamente hacia él. No espero demasiado y apunto hacia el enorme ser.

_ Aléjate de mí, si no quieres convertirte en puré de araña_ le gruño, escuchando como la gran araña chocaba sus colmillos, haciéndole reconocer que ese sonido ya lo había escuchado antes_ Asquerosa, te dije que-_ y no se lo espero, la araña arremetió de un salto hacia él.

Convirtiéndose en lo que le habían advertido, luego de que una enorme bala impactara contra su tórax-abdomen. Pero el gran soldado Fénix tampoco se esperó que cientos de pequeños engendros salieran de allí.

Acababa de dispararle a una araña hembra grávida.

_ No puede ser… Pero que asqueroso_ se quejó, apuntando hacia el suelo, donde esas pequeñas cosas estaba a punto de alcanzarlo, y la matanza no hizo más que comenzar.

Con cada nuevo disparo, al menos ocho de esas arañas moría, dejándole cada vez menos contrincantes para batallar; hasta que decidió hacer el trabajo con mano propia.  Una a una, fue aplastándolas con sus enormes botas de combate, y si alguna hozaba subirse a su pierna, era cruelmente asesinada con un cuchillo que tenía en su cinturón, dándole más entretención al gran soldado.

_ ¿Creen que soy idiota?_ les “hablo” a los cadáveres, una vez acabado su trabajo, habiendo manchado no solo sus botas con la sangre e intestinos de las arañas, sino también gran parte de la nieve y arboles con grandes salpicaduras de fluidos desagradables_ Por favor, ¿Eso es lo mejor que tien-? ¡Argh!_ se quejó de repente, sintiendo como algo acababa de perforarle la pierna. Y al mirar, lo descubrió. Una pequeña sobreviviente intentaba vengar a toda su familia, saliendo disparada hacia el piso luego de un manotazo del fornido hombre_ ¿Haciéndote el héroe, pequeña bestia?_ se burló, levantando su pie, dispuesta a acabar con su vida_ Salúdame a tu asquerosa familia en el infierno_ soltó cruelmente, bajando su pie, pero algo le detuvo nuevamente.

La risa de una mujer.

Otra vez.

_ ¡¿Pero quién demonios está ahí?!_ grito totalmente molesto, escuchando ahora el crujir de las ramas, para nuevamente hacerle compañía una risa femenina. Lo estaba acechando_ ¡Sal de ahí! ¡Desgracia-!… da…_ no lo había alertado, pero sabía que eso podía ser posible.

Su pierna había comenzado a dormirse, y con ella, todo su cuerpo. Y todo por su estúpido descuido con la maldita araña, que ahora, había logrado escapar de las garras de su verdugo.

Y eso no acabaría ahí.

El crujido de las ramas fue más intenso, y de golpe, su cuerpo fue reducido en el suelo por un enorme peso que ahora le aplastaba agonizantemente.

Una emboscada.

_ Es increíble… Lo que el veneno de una  Acromántula recién nacida puede hacer, ¿no es así?_

Y esa voz también la conocía.

_ M-Maldita… V-Voy a matarte_ le amenazo, intentando mover sus brazos, pero sus brazos ya no le correspondían. Estaba indefenso_ D-Desgraciada, e-esto no es… J-Justo_ su voz ya casi no se podía escuchar, parecía que su garganta y cuerdas vocales también estuviesen sucumbiendo al efecto de la araña_ Y-Yo… ¡C-Conteste todo c-correctamente! ¡N-No puedes-!_ las enormes y filosas garras de la criatura le desgarraron la espalda, haciendo que suelte un gruñido ante el dolor.

El veneno no lo dejaba moverse, pero sus sensaciones estaban al cien por ciento de su capacidad.

_ De hecho, desde la primera, has contestado de forma incorrecta… Estúpido_ le escupió molesta, volviendo a repasar la reciente marca que había dejado con sus garrar, dejando la herida aún más abierta, dejando al soldado sin aliento_ ¿Y qué es eso? ¿Preferirías meterte a la puerta de los asesinos? Ignorante, cualquier ser vivo muere sin comer en tres meses, tenías la puerta asegurada con el león_

_ N-No me… I-interesa… S-Soy un soldado… Podría haber... A-Acabado con ellos en un par de seg-segundos _ le desafío, sintiendo como la esfinge de larga cabellera castaña le volvía a arañar la espalda, dejando una “X” junto con la anterior, ambas sangrando de manera considerable, haciendo que mordiera su labio inferior para aguantar a tortura. La criatura, de un movimiento, volteo el cuerpo del soldado; dejando las heridas abiertas contra la nieve, haciendo que gimiera de dolor ante eso mientras el agua congelada se manchaba con la sangre del soldado.

_ Creí habértelo advertido_ le ronroneo la esfinge, posicionándose sobre el fornido hombre, alzando su busto para que este lo viera; cosa que lo dejo hipnotizado a Marcus. De no des por su parte de león, la parte humana de la esfinge era realmente atractiva y lasciva; tentando a cualquier hombre a tocar ese par de “razones”. Un nuevo arañazo sobre su trozo lo saco de su letargo con un grito agónico, haciendo reír al hibrido_ Te advertí… De que si fallabas-_

_ I-Ibas a devorarme_ completo el soldado, notando como el rostro de la hermosa criatura se acercaba al suyo. Esos ojos de color arena lo tenían atrapado en un universo alterno.

_ Se buen chico_ le ronroneo, acortando la distancia y dándole un fogoso beso en los labios, haciendo que el soldado gruñera en éxtasis al sentir la cola de la esfinge rozar sus partes íntimas, haciendo que el dolor de momento a otro se retirara totalmente.

Pero el sabor metálico de la sangre, sumado a un agudo e insoportable martirio en su boca, hizo arrepentiste de un pensamiento lujurioso con la criatura, notando como esta le miraba desde arriba, dejando escurrir entre sus labios una mescla de saliva y sangre, junto a una sonrisa que se le antojo aterradora, dejando ver sus enormes colmillos.

De inmediato, esta se dirigió hacia su cuello, aferrándose con sus caninos en su cuello, perforando su piel, músculos y llegando a su objetivo; la tráquea.

Una vez esta fue atacada, el soldado no pudo respirar, comenzando a ahogarse en su propia sangre mientras su cuerpo temblaba descontrolado como su sistema de auto defensa, ante la imposibilidad de mover sus miembros.

Pero le agradeció a la esfinge, al dejar que sus instintos animales la dominases; a que ella buscaba su arteria yugular para acabar con su vida, como todo animal; logrando su cometido.

La oscuridad y el frio lo invadieron, soltando un último suspiro antes de dejarse devorar por la criatura.

Notas finales:

*Devil May Cry 3. Hay una escena, donde una de las puertas esta bloqueada con fuego demoniaco, y Dante debe ir a buscar una lagrima de sirena par apoder apagarlo

Espero que les haya gustado

Nos leemos pronto

Los hamo criaturitas, gracias por aguantarme tanto TuT


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