La casa asiática siempre estaba llena de niños, todos ellos estaban al cuidado de China. Había unos 5 niños, los cuales eran Hong Kong, Corea, Japón, Taiwán y Mongolia, por ese orden de edad. China apreciaba a sus niños mucho mucho, especialmente a Japón, no permitía que ninguno de sus "hermanos" le hiciera daño, le encantaba ver a ese niño sonreír por los juegos de China, pero Japón quería relacionarse con otros niños.... Aunque todos a esa edad estaban alborotados y el no era de eso, el quería tranquilidad, y el único que parecía tranquilo era el joven Mongolia.... Pero China le decía que no se acercara a ese niño.... Japón no estaba de acuerdo, quería hablar con él, sólo mantenían pequeñas conversaciones tontas de vez en cuando, y se veían todos los días durante unos minutos, normalmente él se encontraba castigado en su habitación. Japón llevaba tiempo planeando esto, Corean y Taiwán entretendrían a China mientras Japón iría a la habitación de Mongolia a visitarlo. Todo estaba puesto n marcha, pues Corea y Taiwán compelieron su parte, sacaron fuera de casa a China durante un buen rato, mientras Japón no perdió tiempo, avanzaba nervioso a la habitación de su "Hermano" por así decirlo, aunque no lo eran. Llevaba todo el camino pensando que hacer, que decir, hasta se aprendió un diálogo, cuando salió de sus pensamientos se encontraba frente a la puerta de Mongolia, con bastante miedo daba pequeños toques en esta, hasta que ligeramente se abrió.
-Puedes pasar... - Soltó una dulce voz, aunque algo triste, no era otro que quien deseaba ver Japón. El japonés entró en la habitación, cerrándola a su paso. Con sólo verlo Mongolia parecía apagado, se encontraba apoyando en la cama, de rodillas [En Mongolia mayormente se usan cama, por la influencia Rusa] Japón se acerco a él, y lo miró preocupado.
-¿Ocurre algo... Momo-sama?– Preguntó el japonés esperando respuesta del mongol. El cual alzó levemente la mirada, algo triste, estaba apunto de llorar, le costaba articular las palabras, el dolor que sentía era mayor que el afecto que le daban... Es decir, ninguno.
– Es Momoe... Pero en fin... ¿A quien le importa...? Aún así no te preocupes... Se pasará en unos días. - Consiguió decir, por lo que le habían contado a Japón, Mongolia siempre decía lo de "Se pasará en unos días" pero al final iba a peor. Japón se asustó mucho el ver que dijo más su nombre, al ver que el mongol lloraba sin el mismo darse cuenta, apuró a abrazarlo.
-G-Gomene.... No quise decir mal su nombre... Sólo es que China-Nii-Chan no habla de ti... Gomene, Gomene- Se disculpaba una y otra vez el pequeño japonés, verdaderamente de sentía arrepentido. Por otra parte Mongolia se sentía extraño al recibir un abrazo así, tan de repente, cuidadosamente se volteó sin dejar el abrazo del japonés, veía como Japón soltaba grandes lágrimas aunque no de forma constante como cualquier persona, esa forma de llorar era única, Mongolia se sentía raro, pocas veces le habían abrazado y menos una persona a la que le estaban casi prohibiendo ver.
–Kiku... N-no llores... N-no te disculpes... El que pronuncies mal mi nombre me parece muy adorable.- Sonrió levemente, con ese comentario había conseguido sacar un leve sonrojo al japonés... Poco a poco este paro de llorar dejando de abrazar al mongol... El cual se levantó y ofreció su mano derecha para que Japón también se levantará, Japón tomo su mano y se levantó, se sorprendió mucho al ver la vestimenta que Mongolia llevaba... No era un kimono ... Pero parecía un traje de niña, un vestido. Japón se sonrojo bastante hasta hace reciente el era el que más se asemejaba a una niña, pero ahora ¿Había encontrado a alguien con mi mismo problema? Los dos lucían trajes típicos de su país, los dos eran tan afeminados. Y esos ojos tan esos hacia enloquecer a Japón
- " ¿Pero.... ¿Q-que pasa...? ¿Por que siento este calor? ¿Por que me sonrojo? ... ¿Por que siento esta amargura"- Kiku se decía así mismo, sólo contemplaba la sonrisa de Mongolia, el cual sonreía lleno de vida. Se notaba que la visita del japonés le había alegrado bastante.
El japonés parecía estar embobado, y más al notar que el mongol lo tomaba de la mano y lo llevaba fuera de la habitación, yendo al jardín, ese jardín tan asiático, un jardín de pierdas, cerezos y agua, esas carpas tan hermosas que nadaban en ese río tan grande que rodeaba la casa. Mongol "arrastró" a Japón a las orillas del río, este se sentó y ofreció asiento a su lado a Japón, el cual se sentó sin pensárselo dos veces, Kiku estaba sumiso a sus pensamientos, al notar el suspiro leve de Momoe este reaccionó al momento.
-Momoe... Siempre quiere saber por qué China y tu os lleváis tan mal. - Dijo tan inesperadamente el japonés. A Mongolia no le importaba contar el por que, sólo que no quería que la gente se preocupara. Le costo comenzar pero pudo después de unos minutos.
-Bueno... Es complicado, principalmente es que tengo relaciones amistosas con Iván-sama... Estoy sometido a las enseñanzas de Ivan y Yao... Pero Yao no comprende que la cultura rusa es esencial para mi... Y por eso quiere que mi país caiga de una vez... -Caer se podría tomar como desaparecer, cosa que hizo hacer sollozar a Japón, podría perder a su mejor amigo, sólo por los caprichos de el chino que siempre lo cuidó, Mongolia al verlo sólo lo abrazó, no quería ver al japonés llorar.
-M-Momoe... Prometo que cuando seas mayor seré uno contigo ¡Te lo prometo! -Dijo desesperado el japonés, aún así se sentía seguridad en sus palabras, cosa que hizo sentir "algo raro" a Mongolia... No sólo tenía un amigo.. También tenía un primer... Amor... Sólo que costaría expresarlo... Probablemente nunca podría.
~.~.~.~.~.~.~.~.~
Era 12 de diciembre, China estaba reunido con Rusia... Hoy se decidiría... Estaban frente a frente, y el pequeño Mongolia en el medio, esta vez iba de marinero ¿Pero por que si el nunca toco la marina? ... El era más de guerras en caballos, pero bueno, se veía realmente adorable. Japón se agarraba a China fuertemente, el cual miraba con odio al Ruso y al Mongol.
-Acabemos con esto...Aru- Dijo Yao de una forma realmente sería, pues hasta causaba miedo a el pequeño Kiku.
-Muy bien-Da - Respondió el ruso con su típica sonrisa inocente.
Mongolia no entendía que pasaba, y Japón tampoco, estaban bastante asustados. El ruso se acerco al mongol, le coloco un gorro típico de Rusia y lo cogió en brazos ¿Eso significaba que...? Japón ya entendió que pasaba... No de resistió y comenzó a llorar como nunca lo había hecho, China se asustó, pensaba que le habían hecho daño, hasta el ruso se preocupo de su llanto... Pero sobretodo Mongolia, el cual se le empezó a poner los ojos y nariz coloradas, pues intentaba no llorar... Aunque era imposible.
– Kiku, Kiku... Kiku ¿Qué ocurre, aru? - Intentaba calmar Yao a el japonés, mas era imposible.
-¡TE ODIO! - Gritó entre llantos el japonés. Yao no se creía lo que oía ¿Es que acaso lloraba por ese mongol? El japonés se soltó de los brazos del chino al igual que el mongol del ruso, y los dos se abrazaron llorando
-No te vayas ... No me dejes aquí... Por favor - Suplicaba el japonés, pues su dolor era grande, nunca había sentido tanta presión, su respiraron era costosa, incluso tosía, aún así no dejaba de llorar... De esa forma única.
-Kiku... Algún día ... Volveré... -Terminó de decir el mongol, no paraba de llorar al igual que el japonés, sólo que su llanto no era tan especial, alzo su mirada y secó las lágrimas del japonés, el cual miraba a los ojos a SU mongol, se abrazaron de nuevo, Momoe dio un pequeño beso en el cuello de Kiku... Poco a poco se separaron y tuvieron que volver con sus cargantes [Yao e Ivan] y aún llorando... Cada uno tomo su camino....