Era una hermosa mañana en la ciudad de Seúl, Key se encontraba en el parque solo, con el propósito de pasear a sus perros.
-POV Key-
Estoy cansado, he caminado por todo el parque paseando a mis perros, por lo que ahora me encuentro sentado en una banca bajo un hermoso árbol que brindaba una gran sombra. Me siento solo, llamaré a mi novio para que venga a hacerme compañía, además tengo días que no lo veo.
-¡Hola! ¿Taemin?
-¡Si! ¿Cómo estás hyung? ¿pasa algo?
-No, no. Es que estoy solo en el parque y quería
que vinieras para que pasemos la mañana juntos. Te extraño bebé.
-Lo siento hyung, pero ahora no puedo –Sonaba algo preocupado-
-Minnie, ¿Estás bien? No te escucho bien. ¿Quieres que valla a visitarte?
-No hyung. Estoy bien. Tengo que salir ahora y no voy a estar en casa.
-De acuerdo minnie, pero si te pasa algo no dudes en llamarme.
-Está bien hyung. Te quiero. Adiós.
-Yo también te quiero bebé. Adiós.
Después de esa conversación quedé algo preocupado y con dudas, ¿por qué se escuchaba triste y preocupado?.
-POV Taemin-
Me siento mal por mentirle a la persona que más quiero en mi vida, pero aún no me siento capaz de contarle lo que está pasando.
Mis padres quieren que me libre de mi relación con Key, pues consideran que tener un hijo homosexual es una deshonra para la familia. No soportaba sus regaños y desprecios, por lo que me mudé a un departamento no muy lejos de casa.
Quisiera tener una familia como la de mi novio, ya que sus padres lo aman sin importar su orientación sexual, sus padres me quieren mucho, me consideran miembro de su familia.
Ahora mismo voy a la casa de mis padres, pues me llamaron porque me tenían que decir algo importante, yo solo espero que no tenga nada que ver con mi relación con Key.
Llegué, abrí la puerta de la casa y los ví sentado juntos en el sofá con una expresión fría, cosa común cada vez que me ven.
-Mamá, papá. Ya estoy aquí. –Hice una reverencia en señal de respeto-
-Taemin siéntate y escucha con atención, esto es muy importante.
-De acuerdo –me senté en el sofá de enfrente algo preocupado- ¿Tiene que ver con mi relación con Key? –Rogaba para que dijeran un “no”-
-No hijo –Dijo mi padre- Veras –Hizo una pequeña pausa para luego proseguir- me transfirieron a Japón, y dentro de tres días nos vamos, y no te dejaremos solo son ese chico. –Hablaban de mi novio- por lo que te irás con nosotros sin excepción.
-¡¿QUÉ?! –Dije levantándome del sofá- ¡¿Cómo pueden hacerme esto?! ¡mi vida está aquí en Seúl! ¡Tengo 21 años y ya puedo cuidarme solo! -lo dije todo gritándoles-
-¡Taemin! –Dijo mi madre también levantándose del sofá- No te dejaremos, el hecho de que tengas 21 años no significa que puedas quedarte. Te dejamos vivir en ese departamento porque estamos en la misma ciudad, ¡y podía visitarte cuantas veces me diera la gana!, pero ¿dejarte solo e irnos a otro país? ¡ESO NUNCA! –lo último lo dijo con una lagrima cayendo por su mejilla, pues a pesar de todas las discusiones ella me ama-
-¡OLVIDENLO!, no me iré a ninguna parte.
En ese mismo instante ya estaba saliendo de prisa de esa casa. Escuchaba los gritos de mi padre llamándome para que no me fuera. Corría quién sabe a dónde, iba con lágrimas en los ojos y tropezándome con cualquiera que se cruzaba en mi camino recibiendo varios insultos por parte de las personas a quien empujaba.
“Alejarme de Key” en tan solo pensar en ello hacía que me desesperara más, pues no quería alejarme de la persona que más amo en el mundo.
Iba a cruzar una calle sin fijarme si estaba el semáforo en rojo o verde. Estando a mitad de la carretera escuché una fuerte corneta, lo que hizo que parara de correr, volteé y vi un gran camión acercarse cada vez más a mí. La gente me gritaba para que me moviera pero simplemente no podía, mis piernas no reaccionaban, lo último que recuerdo es ese camión derrumbándome por completo, lanzándome quién sabe a dónde.