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Lo Imposible por SaraxStony

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Notas del fanfic:

Superfamily :) (Aunque agregué un integrante más, espero que no les moleste :/)

Habrá pequeñas apariciones del resto de vengadores...

Notas del capitulo:

Este Fanfic está basado en la película "The Impossible". Pensaba hacerlo con la misma temática de la peli, sobre que ocurre un tsunami en la isla en donde están de viaje, y la familia se separa debido a esto... pero quizá más adelante pueda cambiarlo, todo depende de ustedes, y si a ustedes les gusta, claro :)

Ah, agregué un integrante más a la Superfamily... Tiene una razón de ser... ya verán cuán importante será su presencia :) Y aunque la familia tenga problemas ahora, todo se arreglará, lo prometo u.u

Aclaraciones: Como este es un universo alterno, ninguno juega el papel de vengador, ni lo harán... Y el embarazo masculino, y/o las parejas homosexuales son normalmente vistos O.o

Y bueno, con ustedes, el primer capítulo.

Capítulo 1


 -Prométeme que cuidarás bien a mi bebé –exigió por enésima vez Tony concentrado en su patética labor de acariciar con ambas manos la puerta del ascensor de su torre.


-¿Es necesario que lo haga otra vez? –preguntó Pepper con incredulidad. La manera en que lo miraba reflejaba los deseos que tenía de golpearlo en ese mismo momento si continuaba con esa actitud.   


-¡Sí! ¡Es necesario! –Afirmó con rudeza sin cortar el contacto de sus manos con la bendita puerta- ¡Promételo!


 Pepper cerró los ojos por un breve momento y suspiró frustrada intentando reprimirse las “palabras” que moría por gritarle a su amigo. Tony era la única persona que lograba que esa dulce mujer perdiera la paciencia, pero a pesar de ello ella lo quería, aunque a veces quererlo no le era suficiente.


 -¡Pepper!


-…Te lo prometo, ¿Está bien?... –dijo de inmediato con un claro rastro de fastidio en su tono de voz.


-¡No! –Separó con brusquedad sus manos sobre la puerta del ascensor- ¡No está bien! –De inmediato volteó a verla con una expresión de completa preocupación- Es la sexta vez que te lo pregunto y tu respuesta aún no me convence…


-¡Por dios, Tony Stark! –Exclamó exasperada- ¿Cuántas veces más me vas a hacer prometértelo? No tenemos tiempo para esto.


-No me iré hasta que me convenza que mi bebé estará segura en tus manos –sentenció cruzándose de brazos.


-…Dios, dame paciencia… –murmuró Pepper suplicante con la mirada clavada en Tony.


 Paciencia Pepper, ten paciencia, pensó. Sabía que si seguía con su actitud adusta la conversación con Tony no tendría fin, por lo que decidió ser esta vez un poco más condescendiente.


 -No dejaría que nadie dañara a tu torre, yo siendo testigo de cuánto tiempo y dinero invertiste en ella –señaló esta vez usando un tono de voz más tranquilo- Solo confía en mí. Te lo prometo. No le pasará nada.


 Tony entrecerró los ojos mirándola con escrutinio. Aunque le creía en parte, aún quedaba un poco de incertidumbre.


 -Si no tuviera la capacidad para cuidar tu torre, ¿crees que me habría ofrecido para cuidarla en primer lugar? Y sobre todo, estoy segura que si no me creyeras capaz de hacerlo, no me lo hubieras permitido desde un inicio. ¿O me equivoco?


 Touché. Era cierto. Él mismo habría aceptado que Pepper cuidara su torre desde el momento que esta se lo propuso, y no fue porque estuviera desesperado en encontrar a alguien que lo hiciera, sino fue porque ella era la única persona en la que confiaba lo suficiente como para permitirle que la cuidara. Se sintió tonto de pronto por haber dudado.


 -Tienes razón Pepper –admitió Tony apenado- Lamento mi actitud. Es solo que… estoy un poco estresado con todo este tema del viaje.


-Entiendo.


 Pepper asintió con una sonrisa que Tony no tardó en corresponder.


 -Amor, ¿YA? –preguntó Steve impacientado desde la esquina en donde estaba esperándolo junto con Peter y Mathew, sus dos hijos.


-Aún no. -contestó Tony con indiferencia al estar más concentrado en su conversación con Pepper.


-¿Es que acaso necesitas más de una hora para despedirte de tu torre? –Inquirió con una mezcla de sarcasmo y enojo mientras se cruzaba de brazos- Tenemos que irnos al aeropuerto ahora mismo o perderemos el vuelo.


 Tony solo hizo una mueca burlona ante todo lo que decía su esposo. Como le estaba dando la espalda, Steve no pudo notarlo. Pepper río ante la actitud inmadura de su amigo, porque vaya que estaba siendo inmaduro.


 -Cuida bien mi torre ¿sí? Tengo que irme ahora o Steve me asesinará –dijo esto expresando otra vez una mueca burlona- No aproveches en hacer travesuras con Natasha ahora que yo no estaré para prohibírtelo, eh… –agregó con una mirada insinuante enarcando ambas cejas.


 Pepper se sonrojó por breves segundos pero de inmediato volvió a guardar compostura ante la sonrisa insinuante de Tony.


 -Y tú… intenta relajarte –lo señaló con una mirada y tono de voz desafiante, característico de ella- No olvides que estas yendo de vacaciones con tu familia, y no a trabajar. Sé amable con Steve.


-Si tú lo dices… -y ahí va otra vez una mueca burlona. Ya era muy característico en él reaccionar así cuando le hablaban de Steve- Lo intentaré.


-Bien. No te preocupes que yo me encargare personalmente de tu empresa durante la semana que estarás de vacaciones.


-Gracias Pepper. Estaremos en contacto.


 Ambos amigos se despidieron. Tony esperó a que Pepper subiera en el ascensor para que se dignara recién a regresar donde estaba su familia, la cual estaba esperándolo impaciente, sobre todo su esposo.


 -Estoy listo, amor –comentó frescamente mientras se dirigía hacia Steve, a lo que este simplemente entrecerró los ojos y negó con la cabeza expresándole una mirada reprobatoria- ¿Qué? ¿Qué pasa? –le preguntó fingiendo confusión, pero vaya que sabía lo que pasaba.


-Papá –dijo de pronto Mathew jalando levemente el pantalón de Steve. Este inmediatamente situó su mirada en él- ¿Podemos irnos ya?


-En un momento nos vamos cariño. Hablaré con tu padre solo un segundo ¿sí? –Señaló en un tono amoroso mientras acariciaba su cabello, a lo que el pequeño asintió- Ve subiendo al auto.


 Mathew obedeció. Caminó hacia el auto, el cual ya estaba con las puertas abiertas en espera a que todos solo se dignaran a entrar, y se subió en el asiento trasero. Steve, al ver a su pequeño ya sentado, reencarnó su mirada en Tony.


 -No puedo creer que hayas desperdiciado tanto tiempo en estupideces –reclamó con tono adusto- Por culpa tuya, estamos retrasados.


-No. En realidad es tu culpa –señaló Tony con actitud altanera sin siquiera mirarlo a los ojos- No tendríamos por qué preocuparnos por el tiempo si fuéramos a viajar en mi jet privado.


-Tony, sabes que quería que al menos en estas vacaciones actuáramos como una familia normal.


-Oh, vamos Steve ¿A qué precisamente te refieres con “actuar como una familia normal”? –preguntó incrédulo volviendo a posar su mirada en él.


-Tú sabes a lo que me refiero. Sin lujos, sin exageraciones –lo miró fijamente acortando la distancia entre ambos- Y sin actitudes infantiles por parte de quien se supone, debería dar el ejemplo.


 Tony le lanzó una mirada que contenía odio sabiendo claramente que se habría referido a él. Steve no fue indiferente a esto y compartió la misma mirada. A pesar que ambos estaban casados por ya bastante tiempo y se mantenían en una relación estable, situaciones como esta se reproducían constantemente debido a la notoria diferencia de carácter: Tony era más liberal y fresco. Steve era más reservado y responsable.


 


-Si me lo preguntan… -intervino Peter que yacía expectante recargado de espalda en el maletero del auto. Ambos hombres reaccionaron y de inmediato voltearon a verlo- …por más que intentemos nunca seremos una familia normal –señaló con frescura- Creo que ni siquiera somos una familia.  


 Este comentario le desagradó especialmente a Steve. Peter, en los últimos meses, habría estado adoptando la actitud rebelde y fresca de Tony, expresando comentarios desagradables o mostrándose demasiado reservado en cuanto a sus sentimientos, lo que le hacía sentir a Steve que no estaba cumpliendo bien su deber como padre. En cambio Tony, pensaba que solo se trataba de la común fase de rebeldía en los chicos de la edad de Peter.


 -Peter, solo sube al auto ¿sí? –le señaló Steve con tono serio y una mirada amenazante.


-Yo simplemente expresé mi opinión -dijo aún con frescura.


-Nadie te pidió tu opinión –añadió el rubio sintiéndose un poco cruel al decirlo.


 Peter rodó los ojos aún en desacuerdo con su padre, sin embargo, decidió obedecerle. Él, a diferencia de Tony, sabía cuándo detenerse sabiendo que la paciencia de Steve tenía límite, y que una vez sobrepasado ese límite…nada bueno podía pasar.


 Peter subió al auto sentándose así al lado de su hermano. Se colocó los auriculares de su mp4, se arrimó hacia ventana y automáticamente se perdió en sus propios pensamientos, todo ante la mirada expectante de sus padres.


 -Steve, el niño tiene razón… -expresó de pronto Tony mientras señalaba a su hijo- Nunca seremos una familia normal…


-Basta Tony. Quieras o no, iremos al aeropuerto ahora mismo –sentenció Steve completamente exasperado.


-Pero… -intentó replicar.


-Sube al auto.


-Steve…


-AHORA –dictó con actitud adusta y enojo reflejado en sus intensos ojos azules. Esa era señal de que su paciencia estaba por ceder. Ante esto, Tony se inmutó y decidió obedecer de inmediato murmurando entre dientes.


 Las cosas se calmaron un poco en el trayecto hacia el aeropuerto. Peter iba silencioso concentrado en escuchar su música mientras veía el panorama nocturno desde la ventana del auto. Por parte de Tony, iba sentado en el asiento copiloto recostando su cabeza en el respaldar del asiento intentando así descansar un poco. Y finalmente Steve iba sentado atrás jugando con el pequeño Mathew en brazos, quien era al parecer en esos momentos su compañía favorita. El chofer iba suspirando aliviado por no tener que ser testigo de otra discusión por parte de los esposos ni por parte de Steve-Peter (ya que Tony no era fanático de las discusiones padre-hijo), como otras veces habría ocurrido.


 Al momento que llegaron al aeropuerto, todos bajaron silenciosos del auto. Tony de inmediato cargó en brazos a Mathew y tomó consigo las maletas de este dejando que Steve se encargara de llevar las maletas más grandes. Peter de inmediato se aseguró de llevar consigo su propia maleta evitando así que uno de sus padres lo hiciera.  


 Ingresaron. Se dirigieron directamente al counter de la aerolínea correspondiente y se acoplaron a la fila. En vista que la espera se tornaba un poco lenta, Tony con Mathew en brazos, y Peter, salieron de la fila. Se posicionaron detrás de esta, ambos sumergidos en sus propios asuntos.


 Steve al encontrarse solo, volteó en busca de su familia. Con lo que su mirada se encontró basta decir que no fue de su agrado. ¿Y que más podría esperar? ¿A Tony actuando como padre amoroso correspondiendo a los pequeños intentos de Mathew por llamar su atención? ¿A Peter siendo cariñoso con su hermano menor manteniendo a la vez una conversación con su padre por más de 5 segundos? No. Eso era mucho pedir.


 -Cariño, detente… Estoy hablando con alguien importante –le decía Tony a Mathew intentando concentrarse en la conversación que tenía por teléfono mientras que este, siendo cargado por su padre, le repartía pequeños besitos alrededor de su rostro en busca de atención- Ah, cariño. No, por favor. Basta… No hagas eso. ¿Eh?... NO SEÑOR FURY, no es lo que usted piensa…


 Lo que sucedía a un metro de él no era más alentador. Peter estaba concentrado, como era de esperar, en la música que escuchaba. Usualmente cuando se colocaba los auriculares, lo único que existía para él en ese momento eran esas composiciones melódicas que se convertían de pronto en su sonido favorito. Esto entristecía mucho Steve. Sentía como si lentamente estuviera perdiendo al que alguna vez fue su bebé.


 Cuando ya era su turno, no se preocupó en llamarlos. Él mismo se encargó de todo. Los registró, y luego dio sus maletas para que procedieran a colocarlas en la bodega del avión en el momento correspondiente. Una vez culminado este proceso caminó hacia donde se encontraba su familia y lo primero que hizo fue tomar a Mathew de entre los brazos de Tony para cargarlo, dejando así que su esposo se pudiera concentrar en la llamada que tenía.


 -Todo está listo. Ahora solo tenemos que ir a la sala de espera –señaló Steve ante la mirada expectante de sus hijos.


-¿Ya nos vamos? –preguntó Mathew mientras acariciaba el rostro de su padre.


-Sí cariño. Muy pronto ya estaremos abordando el avión.


-¡Por fin! –exclamó extremadamente contento el pequeño. Al escuchar esto, Steve comenzó a rozar su nariz suavemente con la de su hijo mientras ambos reían.


 Peter al ver esta escena simplemente rodó los ojos mostrando así que le resultaba patética esa escena, sin embargo, internamente no pudo evitar sentirse un poco melancólico. De algún modo extrañaba las atenciones que tenía su padre con él cuando era pequeño. Pero no. No es momento de pensar ya en eso… Tengo 16 años. Ya no soy más un niño pequeño que se puede dejar contentar con simples caricias, se recriminó Peter.


 -¿Cuánto falta para que abordemos? –preguntó interrumpiendo la tierna escena. Steve volteó a verlo un poco extraño pero esperanzado a la vez. No se había esperado que Peter le dirigiera la palabra.


-Nuestro vuelo saldrá a las 8:30 p.m. -señaló Steve acomodando a Mathew entre sus brazos sin desviar su mirada de Peter- Así que aún tenemos que esperar aproximadamente una hora para abordar el avión –Peter asintió al escuchar.


-¿Tanto falta? ¡Ya me quiero ir! –se quejó el pequeño.


-Sé paciente, Mat –dijo Steve acariciando el rostro de su hijo para calmarlo- Te prometo que en cuanto lleguemos, haremos lo que tú desees.


-Eso espero –se cruzó de brazos haciendo un tierno puchero.


 Steve sonrió, y le empezó a dar besitos por todo el rostro. El pequeño Mathew solo reía ante esto. Y es que Mathew era igual de meloso que Steve.


 -Bueno, entonces… ¿DEBERÍAMOS IRNOS YA? –interrumpió de nuevo Peter de una manera un poco tosca como acto reflejo. ¿Qué rayos me pasa? ¿Por qué diablos estoy actuando así? se preguntó internamente.


-Sí, eso creo Peter –afirmó el rubio sin dejar de besar a su pequeño. En cuanto a Peter, no pudo evitar apretar los puños por la falta de atención.


-Bien… ¿QUÉ ESPERAS ENTONCES? –Insistió esta vez notoriamente impacientado- NO PERDAMOS MÁS TIEMPO


 Al escuchar lo último, Steve recién posó su mirada en él. Realmente su actitud cada día lo desorientaba más, pero bueno… ya era algo predecible en Peter. No quería crear más conflictos, así que solo se limitaría a ceder.


 -Tienes razón. Dame solo un segundo –dijo bajando a Mathew al suelo- Le avisaré a tu padre.


 Peter solo desvió la mirada y se cruzó de brazos intentando estabilizar las extrañas sensaciones que lo habían invadido de pronto. Steve se dirigió hacia su esposo, quien no estaba a más de dos metros de donde se encontraba. Seguía concentrado hablando por celular con, al parecer, una persona muy importante. Aunque, según Tony, siempre se trataba de alguien importante.  


 -¡Tony! ¡Vamos! Se nos hace tarde.


-…Yo también te amo, cariño… –le dijo completamente despistado dándole la espalda. Estaba más concentrado en su conversación por celular-  ¡¿Qué?! NO. No se lo decía a usted señor Fury… Hágame el favor de no malinterpretar todo lo que digo.


-Por dios, Tony. Tenemos que ir a la sala de espera ahora mismo


-Pero… solo… espéreme un momento –dijo para luego voltear hacia donde estaba su esposo- ¿Qué dijiste? –Preguntó desorientado separando ligeramente el celular de su oído- ¿A dónde tenemos que ir?


-TU SOLO SÍGUEME.


 Steve jaló a Tony del brazo en dirección hacia la sala de espera ignorando los quejidos que este emitía. Sus hijos, al ver esta escenita tan predecible, simplemente se dignaron a seguirlos, aunque Peter se animó a hacerlo desde una distancia prudencial, porsiacaso.  


 No tardaron mucho en llegar a dicha sala.  


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