Era una hermosa tarde en Viena ya el no tan pequeño Karl con ya sus dieciocho años era un estudiante de artes en una de las más prestigiosas universidades; veía con cierta pesadez el lienzo que tenía ante él. Se suponía que tenía que llevar una pintura en un mes aproximadamente que reflejara sus sentimientos como tarea para el profesor de “sensibilidad del arte*” pero nada salía de su cabeza, ni su mano se movía sola como usualmente era cuando pintaba.
Ya no estaba su hermano para “ayudarlo” a pensar –aunque dijese que era un excéntrico- ya que se había mudado cuando había comenzado la universidad a un pequeño departamento cerca de la universidad que compartía con un estudiante de computación al que consideraba su mejor amigo, al cual no había visto desde hace ya más de una semana después de una pelea.
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-No entiendo porque tenía que estarte mirando Kugel –Otto estaba rojo de la ira, tiro su mochila con todo y laptop al pequeño sofá de la casa, Otto llamaba a Karl, Kugel o Kugelmugel en su defecto por ser que el pequeño Karl había nacido ahí aparte de ser un artista nato.
-Por favor Otto, Wy es una amiga, apartando claro que cuando la gente habla por educación mira la cara del otro.
-Aparte de que esa pequeña perra hace que peleemos me llamas Otto-Al Otto llamar Kugelmugel a Karl, Karl había tomado la costumbre de llamar Ladonia al sueco al ser este un experto en la tecnología.
-Wy no ha hecho que yo te llame Otto, tu madre te puso ese nombre y así la gente es como te tiene que llamar.
-Bien Karl ese no es el punto de esto-ya habían llegado a la cocina y Otto estaba buscando un poco de jugo en el refrigerador mientras Karl comía una manzana- el punto es que la mini-perra te estaba coqueteando descaradamente mientras tu no le decías nada y le das falsas ilusiones.
-Ya hemos hablado esto Otto y el punto del que tú tanto hablas es que no soy gay, ya te lo he dicho millones de veces-Ladonia se había declara de a Karl hacía ya dos años mientras iban en preparatoria, pero Karl lo rechazo diciendo que a él le gustaban las mujeres y aunque quería mucho a su amigo no podía aceptarlo. Otto acepto seguir con la amistad aunque el mismo asustara a todas las futuras conquistas de austriaco.
-Eso a mí no me importa, sabes que yo te amo porque simplemente no lo puedes aceptar, ¿sabes lo difícil que fue para mí admitir que me gustabas? Me volví inferior de nuevo a mi hermano solo por decirte que te amo.
-Yo a ti no te pedí nada Otto nada, tú fuiste el que llegaste con esa loca idea un día.
-¿Sabes qué? vete con esa tik*pero después no andes viniendo a pedirme algún tipo de afecto-Otto ya estaba harto de la actitud de Karl, porque no podía quererlo tanto como él lo quería, una solitaria lagrima salió de sus ojos para después limpiarla bruscamente. Él era el mejor, él podía con todo, él vencería a su hermano mayor y ya estaba frustrado.
-Yo no voy a andar pidiéndote nada-Karl iba aumentando la voz con cada palabra lo cual era muy raro en él, mientras veía como Otto salía de la habitación- y sabes que claro que voy a salir con Wy-Karl salió de la cocina, agarro su abrigo y salió del departamento tirando la puerta.
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Ya de eso hacía más de una semana. Cuando Karl había regresado a disculparse no se encontró a Otto por ninguna parte, había pensado primero que se había ido del departamento, después de todo el pelirrojo era muy impulsivo, pero al ver sus cosas ahí solo le quedo dar un suspiro y esperar a verlo.
Karl todos los días cada que regresaba de la universidad trataba de empezar su pintura pero nada llegaba a su mano, al parecer esa musa se había ido, después de aceptar que nada podía hacer, se iba a la cocina, preparaba la cena y esperaba a que Otto llegara pero él nunca aparecía, al parecer él llegaba hasta altas horas de la noche evitando cualquier contacto con el austriaco y se iba mucho más temprano para no verlo, en la universidad no se dignaba a pasar a la facultad de artes para almorzar con él como todas las tarde hacían desde la primaria y sinceramente a Karl le daba miedo ir a la facultad de ingeniería y recibir un rechazo delante de tanta gente.
Entonces después de tanto esforzarse había decidido hacía una horas no volver a buscar a Otto así que se decidió a concentrarse exclusivamente a su tarea.
Karl miraba el lienzo frustrado, no podía creer que nada saliera de él, era como si su inspiración se hubiera ido al caño, y eso que cuando le habían encomendado el trabajo Karl había alardeado diciendo que él podría terminar eso en solo dos días, quizás haya sido el karma que lo estaba castigando por el hecho de creerse más que los demás o también podría ser el estrés que tenia de haber peleado con Otto, después de todo era una especie de su mejor amigo y siempre lo acompañaba cuando hacia cualquier trabajo, le traía la merienda o una manzana que eran las que siempre sobraban en la casa gracias al sueco, en cierta forma el austriaco se sentía vacío al no tener a su amigo cerca. Estaba tan absorto en pensando lo genial que seria que su amigo estuviera aquí que no se dio cuenta que alguien entraba a la casa solo salió de sus pensamientos cuando oyó a Otto azotando la puerta tras de sí, caminaba tambaleándose, tenía la nariz roja, los ojos acuosos y aunque tuvieran por lo menos 10 metros de distancia Karl podía oler el aroma de alcohol, y no de uno en específico sino de una mezcla enorme de ellos.
-Otto pero que significa esto-Karl dejo todo tirado para ir corriendo a ver a su amigo que se sostenía de la pared, Karl solo pensaba como era posible que en esas condiciones Otto tan siquiera pudiera haber encontrado y llegado hasta el departamento.
-Que no hip vesh ¿Clark?..¿.Lark?...Crreo que era algo como ¿Nark? o algo así hip-Otto tenía una gran sonrisa mientras pasaba su brazo por los hombres del más bajo-¡ESTOY FELIZ! Hay que bailar Chad hip-Otto agarro a Karl y se puso a moverse sin sentido por toda la sala hasta tirar al suelo todos las temperas y pinturas de Karl al suelo todo alfombrado.
-Pero mira lo que has hecho Otto, sabes lo difícil que va a ser sacar eso de la alfombra-Karl solo miro el suelo y resignado suspiro-vamos te llevo al cuarto a que duermas un poco mientras yo limpio tu desastre.
-Sho no hip hice ningún desastre Dark-Otto se sentó en la silla de dibujo de Karl y empezó a girar, dejándolo mareado más de lo que ya estaba-hip Deberías divertirte un poco Danl.
-¡Primero que nada mi nombre en Karl! -el austriaco no estaba enojado porque Otto no recordara su nombre sino que estaba enojado porque quizás algunos de esos nombres que el pelirrojo decía eran de alguien que se estuviera acercando más de lo debido a su Ladonia- Espero que te vayas metiendo eso en tu borracha cabeza, Karl Eldestein del que tu jactabas tanto amar y ahora confundes con nombres de quien sabe que hombres a los que seguro le metiste mano-paro con una mano la silla que aún seguía girando con el sueco encima-y segundo yo soy divertido nada más que no llego borracho a mi departamento después de más de una semana sin estar casi nada en él-todo lo que le había dicho Karl a el pelirrojo lo dejo impactado haciendo que la borrachera mágicamente se fuera.
-¿E-estas celoso?-Karl al oír la pregunta solo pudo sonrojarse he intentar hablar-N-no puedo creerlo el grandioso Karl “no soy homosexual” Eldestein esta celoso de que ya no le diga que lo amo y me le tire encima para abrazarlo-Otto trato de levantarse pero ya mareado con el alcohol y las vueltas de la silla cayó al suelo junto con Karl que lo intento agarrar antes de caerse quedando Otto sobre la mancha de todas las pinturas que había tirado anteriormente y Karl sobre él-Ha no sabes cuánto te extrañaba mi Kugelmugel-el pelirrojo aprovecho el que Karl todavía estuviera desorientado por la caída para abrazarlo-y sé que dirás que no eres gay o que no me quieres, que estabas mejor sin mi toda esta semana pero déjame decirte Eldestein que para mí esta ha sido la semana más horrible de mi vida y en la que tuve que usar toda mi fuerza de voluntad para no venir arrastrándome a decirte que te amo.
-¿Y porque viniste borracho ahora?-Dijo Karl sin deshacer el abrazo.
-Trataba de llenarme de fuerzas y alargando el tiempo para venir.
-Otto…-el pelirrojo estaba preparado para el rechazo y que el de trenzas se separara de él-yo también te he extrañado demasiado y no sabes lo arrepentido que estoy de haberte tratado así y del miedo que sentí la primera noche que no te vi aquí cuando llegue-a Otto se le habían aguado los ojos al fin por lo menos Kugelmugel lo quería tan solo un poquito de lo que él a Kugelmugel- T-te amo Ladonia-Karl se lanzó a esos labios pecosa con un beso que demandaba que mostrara todo lo que Otto lo amaba, quería sentirse seguro de lo que estaba haciendo estaba bien, de que el estar enamorado de un hombre no era nada malo y que el sentir esas cosquillas en el estómago que hacían querer llegar a algo más que ese beso que se estaba volviendo húmedo y apasionado estaba más que bien.
Pero cuando Otto giro a Karl colocándolo debajo y metiendo su mano por dentro de la camisa, el austriaco supo que no importaba nada, que él amaba a ese chico tecnológico y que él era capaz de dar la vida por el chico tanto como el sueco lo haría por él; se separaron en busca de aire aunque ninguno de los dos quisiera dejando un hilo de saliva que los conectaba y Karl abrir los ojos que permanecieron cerrados durante el beso pudo ver la cara de Otto manchado de todos los colores junto con su camisa gracias a la alfombra y aunque Karl dedujo que estaba igual y que su cabello sería un arcoíris y lavarlo sería un problema, Otto lleno de pintura era lo más hermoso que pudo haber visto en toda su vida sacándole la mejor sonrisa de todas.
-¿De qué te ríes?
-De que tú eres el lienzo más hermoso que he podido a ver visto en mi vida-ver esa cara llena de pecas, esa herida y pintura lo hacía volverse romántico- estoy considerando llevarte así a la clase de sensibilidad al arte…Te amo.
-Si eso en lo que quieres con gusto mis trenzas pues yo te amo más-dijo Otto para luego regresar a la sesión de besos y como la noche es joven quizás de algo más.