No, no estaba enamorado. ¡Y menos de ese loco dios al que le gustaba llamar “cuernitos”! Él era Tony Stark, podía tener a cuanta persona quisiera en su cama, en su vida y desecharla como siempre lo había hecho, después de todo, él no le pertenecía a nadie y nadie le pertenecía.
A pesar de que el pelinegro de profundos ojos verdes era apuesto, tierno, seductor, sexy… err, no, no, esos no eran sus verdaderos adjetivos, no, eran: tonto, estúpido, orgulloso… y sexy…
Suspiro, eso era una verdadera tontería, pero tenía que admitirlo, cada día sentía más y más esa calidez en su pecho (claro, debajo del reactor aún tenía un corazón) cada vez que Loki lo miraba o reía con él; y otra cosa que noto, es el nudo en la garganta y el hueco en el corazón que sentía cuando el jotun se peleaba con él. Y, según lo que recordaba, eso era amor. El más fuerte que había sentido, aún más que el que sintió con la mujer que más amó, Pepper.
Pero no había marcha atrás, ya estaba esperando al hechicero sentado en la cama de este. Solo sexo, ese era el acuerdo, habían quedado ambos en ese trato, con la única intención de divertirse. O al menos, esa era la intención del dios, porque la de él era descubrir si lo que sentía era verdad o su mente le estaba jugando una broma.
-Llegaste temprano, Stark. – le hablo Loki mirándolo con esos ojos que le habían hipnotizado, quizás desde que lo conoció. Lo tiro contra las almohadas y comenzó con la mejor noche que el castaño podía recordar, prácticamente enloqueció al sentir como el dios se movía con rapidez dentro suyo… no había duda, AMABA A LOKI.
La mañana siguiente:
Tony despertó y se estiró perezosamente en la cama de sábanas blancas, recordando absolutamente cada segundo de la noche anterior. Busco con la mirada al pelinegro por toda la habitación pero no, todo estaba exactamente igual que anoche. Todo excepto aquella hoja blanca sobre la mesita que se encontraba al lado de la puerta. Se puso de pie y tomo entre sus manos la hoja, dispuesto a leerla.
“Stark:
Fue divertido, es lo único que tengo que decir, siendo sinceros eres de los mejores con los que he estado. Pero, tú sabes que solo fue una aventura, aunque yo lo tomo como una despedida de soltero. Si Stark, me caso hoy mismo. ¿Con quién? No te importa, no la conoces… ¿oh si? Como sea, su nombre es Amora. Es mi novia desde hace un tiempo y decidí irme a vivir con ella a Jotunheim, pero no sin antes estar una vez contigo, era una de mis fantasías más calientes.
En fin, adiós, le dices a los demás que me fui, quizás para siempre. Debe ser una alivio para ellos, sobre todo para Fury, estúpido calvo.
Loki”
Arrugó la hoja en su mano. Como siempre, sus ilusiones destrozadas y su corazón roto mientras lagrimas salinas se deslizaban por su rostro le recordaban que él no le pertenecía a nadie y nadie le pertenecía a él.