Bésalo.
Hacía tiempo que Haruka no se quedaba a dormir en casa de Makoto, normalmente era este el que iba a su casa y allí desperdiciaban la noche jugando video juegos o haciendo cualquier otra cosa.
La razón principal por la cual Haru no iba a casa de Tachibana era por sus hermanos pequeños que idolatraban al de menor estatura y no los dejaban en paz y esa vez no era la excepción.
Para gracia o desgracia de los mayores la niña, Ran les mostró su boleta de calificaciones con orgullo demostrando que había sacado excelentes notas y quería un premio por ello, y lo que pidió no fue otra cosa más que ver una película con ella y la que eligió fue nada más y nada menos que La sirenita.
No habían visto ni la mitad de la película cuando Ran se quedó dormida y Makoto la acostó en su cama, iba a quitar la película pero vio a Haruka tan concentrado en ella que decidió continuar viéndola así que tomó asiento a su lado.
La película avanzó a la parte donde están juntos en el lago, y como era de esperarse, empezó una canción.
Ella está, allí sentada frente a ti, no te a dicho nada aun pero algo te atrae.
Sonrió de lado, eso le recordó a Haru y se avergonzó. Le daba pena admitir que llevaba mucho tiempo enamorado de su amigo, sus sentimientos empezaron en secundaria, pensó que se le pasaría pero con el tiempo se hicieron más fuertes, por más que le doliera tenía que admitir que no era correspondido.
Sin saber por que te mueres por tratar de darle un beso ya.
Se sintió sonrojar, hacía tanto tiempo que deseaba besar los pálidos y finos labios de Haruka, aquellos labios que siempre estaban en linea recta debido a que su poseedor jamás sonreía, siempre había querido ver la sonrisa de su amigo, pero este no le había mostrado ninguna desde que lo conoció, lo más cercano a una era cuando sus ojos azules brillaban con emoción cuando veía algo que lo apasionaba, que normalmente era el agua.
Sí, la quieres, sí la quieres mírala. Mírala y ya verás no hay que preguntarle.
Volteo de reojo a dónde estaba Nanase, este solo veía la película con su usual desinterés o al menos eso aparentaba.
-¿Te gusta le película Haru-chan?
-Deja el "chan"- fue la única respuesta que le dio, Makoto sonrió, conocía demasiado bien a Haruka como para saber que significaba que si le gustaba y que cerrara la boca. Para Tachibana era tan fácil leer a Haruka, sin embargo había ocasiones en las que este se portaba más misterioso de lo usual.
No hay que decir, no hay nada que decir, ahora bésala.
Había regresado su vista a la pantalla cuando de pronto sintió una mano posarse sobre la suya, volteó rápido y vio la pálida mano del de menor estatura sobre la suya. Volvió su mirada a Haruka que seguía centrado en la película, trató de convencerse a si mismo de que su amigo se había hartado de la posición en la que estaba y quería recargar su mano en algún lugar, si, debía ser eso.
Shalalala ¿qué pasó? Él no se atrevió y no la besará.
Suspiró débilmente, la canción lo estaba presionando demasiado, jamás creyó que se podía sentir tan abrumado por una simple película de Disney, amaba a su hermana pero ahora la bendecía de mala manera (por que no de atrevía a maldecirla) por hacerlo sentir tan miserable. Su corazón se oprimía y con trabajo podía pasar saliva por su garganta.
Muchas veces había querido besar a Haruka y ahora con aquella "romántica estimulación auditiva" sentía aun más deseos de hacerlo.
Shalalala Que horror, que lástima me da ya que la perderá.
Un ligero apretón en su mano lo hizo salir de su trance, fue muy leve, casi imperceptible pero lo había sentido.
Giró su mano para que así quedaran palma con palma y entrelazó sus dedos con los de Haru, grande fue su sorpresa cuando este correspondió el agarre. Sonrió levemente ¿Eso significaba que de verdad tenía una oportunidad?
El momento es, en esta laguna azul, pero no esperes más, mañana no puedes.
El ambiente era perfecto, solo los iluminaba la luz de la pantalla (que era muy tenue) su hermana estaba profundamente dormida, no los molestaría además tenían música de fondo. Lo único que faltaba era que Makoto juntara el valor suficiente para acercarse a Haru y besarlo.
Tenía miedo de estar malinterpretando las cosas, él sabía leer al de ojos azules a la perfección pero jamás se había sentido tan inseguro en su vida.
No a dicho nada y no lo hará si no la besas ya.
La situación encajaba perfecto con la letra de la canción, a diferencia de que en la película Haruka no era una sirena que se enamoró de un príncipe, bueno, en realidad Haruka amaba el agua y no podía vivir sin ella, si no lo conociera de siempre si creería que es una sirena.
Pero estaba divagando y la canción lo seguía presionando a besar a su mejor migo, que posiblemente también quiera ser algo más.
Shalalala ¿por qué temer? no te va a comer, ahora bésala.
Makoto era el tipo de persona que siempre actuaba de acuerdo al bien de los demás, o mejor dicho, el bien de Nanase. Siempre había tratado a Haruka como un tesoro, cuidándolo y haciendo lo que sea para que este lo notara.
Lo que temía era que lo rechazara, por primera vez pensaba de acuerdo a sus propios sentimientos y a lo que más le tenía miedo era darle asco a Haru y este no quisiera saber nada de él nunca más, no volverían a nadar juntos, no volverían a comer juntos ni a dormir en la casa del otro. Sabía que el de menor estatura era ya un joven que podía valerse por si solo, pero lo había cuidado desde que eran niños, si no fuera por Makoto Haru se quedaría en la bañera todo el día y se desnudaría en lugares públicos sin que nadie lo detenga.
Shalala sin dudar, no lo evites más ahora bésala.
Ya se había decidido, dejaría de darse falsas ilusiones y de torturarse mentalmente a si mismo, dejaría las cosas como estaban.
Quiso apartar su mano pero la contraria se lo impidió, reafirmando el agarre que tenían, volteo a ver al de menos estatura que este lo miraba simultáneamente.
Shalalala por favor, escucha la canción, ahora bésala.
Los ojos azules de Haruka brillaban, no por la luz de la pantalla, si no era como cuando veía algo que realmente amaba, con temor apretó también la mano del menor.
Shalalala es mejor que te decidas ya, ahora bésala.
Mando al carajo todo y se perdió en la penetrante mirada de su amigo, se acercó un poco con miedo de ser rechazado.
Bésala.
Cada vez más cerca, Makoto posó su mano libre en la mejilla ajena, no hubi rechazo alguno, decidió seguir.
Bésala.
Tragó en seco, sentía que su cara estaba totalmente sonrojada, sostuvo la respiración.
Bésala.
Y finalmente lo hizo, unieron sus labios en un muy superficial contacto que demostraba sus torpes y sinceros sentimientos.
Bésala.
Se separaron pero sus rostros quedaron a escasos centímetros el uno del otro.
La puerta se abrió de sorpresa y Makoto saltó de su lugar asustado.
-¿Ran se quedó dormida? - era la madre del de ojos verdes. -Será mejor que me la lleve a su habitación- dicho y hecho la mujer cargó a la niña y salió de la habitación. -buenas noches, no se duerman muy tarde- sonrió con amabilidad.
Makoto suspiró, su madre le había causado un susto de muerte.
-Bueno será mejor que quite la película- rió nervioso y cuando estuvo a punto de tomar el control del dvd Haruka se le adelantó. -¿Haru-chan? ¿Qué haces?- preguntó al ver como este apuntaba directo a la televisión y regresaba la película.
Lo detuvo en la escena donde comenzaba la canción, lo miró con esos ojos azules que le encantaban y un ligero sonrojo, Makoto sonrió, Haru-chan era muy lindo.