CAPITULO ONCE: CRUEL DESTINO
El joven cielo se encontraba en pose para lanzar su X-Burner aunque sus ojos miel se encontraran llenos de lágrimas, odiaba con todo su corazón a sus guardianes por separarlo de su Giotto y más ahora cuando tenía una importante noticia que darle, sin embargo no dejaba de no dolerle el corazón por ser a ellos a quienes más odiaba en este momento, sus manos temblorosas se concentraban en formar las llamas para su ataque, el ver los rostros sorprendidos de sus guardianes y algunos de miedo destrozo más su corazón, ¿Por qué?, él no era el enemigo ellos fueron quienes se empeñaron en llevarlo a lo más profundo de la soledad, entonces ¿Por qué lo ven ahora como si fuera un monstruo?, no él les entrego lo mejor de sí, dio todo por ellos, no se merecía esas miradas, no se merecía que lo alejaran de la persona a la que ama, no se merecía vivir siempre solo para ellos, su corazón destrozado empezaba a dudar de si lanzar o no su ataque, pero el odio era más fuerte, el coraje y la impotencia ganaron cerro su mente a cualquier recuerdo o remordimiento y fijo su ataque para Reborn, sin vacilar, sin volver a dudar esta vez no se arrepentiría como sucedió en la misión arrecife, esta vez no dudaría, sin embargo justo en el momento en que iba a lanzar sus poderosas llamas un fuerte temblor sacudió a toda la mansión Vongola desconcertando al castaño provocando que bajara sus manos.
El cielo se oscureció y una extraña aura asesina se hizo presente inundando a todos en el terror, el cielo resonó con furia dejando caer de la nada un fuerte rayo que golpeo el jardín con potencia y de entre las llamas que dejo el rayo la primera generación se encontraba todos con sus armas en mano y listos para destrozar a los que les robaron a su pequeño cielo.
-Giotto.-susurraba el castaño dejando caer todas las lágrimas que trataba de contener.
-mi ángel.-contestaba el rubio con su hermosa mirada miel por el efecto del estado híper.
-tsk no dejaremos que te lleves a mi dame-alumno.-refutaba el Hitman con una pistola en cada mano.
Por otra parte el potro había alejado a su nube junto a los padres del cielo, la joven ilusionista y el pequeño bovino, para evitar salir heridos de la batalla que se aproximaba, los guardianes restantes de la décima generación se colocaban a la defensiva con sus respectivas armas, esta vez se tenían que enfrentar con todas sus fuerzas para evitar que la primera generación se llevara a su cielo.
Las primeras en atacar fueron las tormentas tan implacables como siempre el rugir de sus flechas chocando con las bombas, seguido del estruendo de las espadas de las lluvias que rechinaban una contra la otra, por otra parte los soles iniciaban una pelea incompresible de fuerza, las nieblas se enfrentaban con poderosas ilusiones el peli piña invocaba sus seis caminos haciendo uso de todo su poder esta vez no perdería en contra de un fantasma del pasado, sin embargo no importaba que tan poderosas fueran sus ilusiones el peli azul las podía desvanecer al instante logrando que el heterocromatico cayera en un abismo del infierno provocado por su máxima ilusión, pero el peli piña no se dejaría vencer tan fácilmente y con mucho esfuerzo logro atraer al mismo abismo a su antepasado, una pelea de poder mental se desarrollaba entre ellos, el mejor sería quien se liberara de la prisión en la que se habían encerrado.
El primer guardián del rayo solo se limitó a alejarse de la pelea era lo suficientemente cobarde como para pelear además su descendiente no tenía intenciones de pelear, así que lo mejor sería proteger a los padres y demás inocentes con su poderoso escudo.
Por último los cielos se enfrentaban al poderoso Hitman, pero como el mejor asesino del mundo no daba tregua sus golpes eran certeros y poderosos, el rubio lograba seguirle el ritmo sin mucho esfuerzo, pero para desgracia de este el sicario logro darle una fuerte patada al castaño lanzándolo en contra de su clon, sacándolo de la pelea.
-maldito.-gritaba el rubio más que furioso por ver a su ángel volar, además que nadie sabía del estado del castaño.
El menor solo pudo proteger su vientre del fuerte golpe del Hitman a tiempo antes de salir volando y chocar contra su clon. El rubio en cuanto vio a su castaño levantarse en buenas condiciones se lanzó con fuerza y rapidez en contra del sicario.
Reborn disparo dos veces contra el suelo desorientando al ojiazul al tiempo que le lanzaba una patada al rostro pero el ojiazul logro esquivarlo saltando hacia atrás justo en el momento en que las dos balas salían del suelo pero justo en el momento en que iban a tocar el cuerpo del rubio el cenizo lo salvo dándole el tiempo suficiente al primer cielo para que preparara su Zero Point Breakthrough: First Edition y congelara ambas manos del sicario dejándolo en desventaja total, pues con ambas manos inhabilitadas no podría enfrentarse al guardián más fuerte de la primera generación junto al cielo más poderoso.
La batalla estaba decidida los guardianes de la primera generación les habían dado una paliza a los de la décima generación, el peli plata ya no podía levantarse, el moreno tenia ambas espadas rotas, el sol se encontraba inconsciente, el heterocromatico apenas pudo salir con vida de la ilusión del peli azul y el sicario ya no podía pelear con ambas manos congeladas, la victoria está asegurada. La décima generación conoció el verdadero poder de Vongola, poder que ellos jamás serían capaces de despertar.
El rubio suspiro al ver su gran victoria, sus guardianes estaban felices por haber rescatado a su pequeño cielo, sin embargo el fuerte grito del castaño logro borrarles del rostro las sonrisas, pues el clon tenia atrapado al castaño apretando con fuerzas su delicado cuello, esos ojos que antes no manifestaban vida o voluntad ahora se encontraban llenos de odio y sed de sangre mientras en su mano el anillo original del cielo resplandecía con fuerza.
-Tsuna.-gritaba el rubio viendo como el clon sonreía macabramente a la par que aumentaba la fuerza de su agarre.
-Gi…o..tto.-susurraba con esfuerzo el castaño al ya no sentir el aire llegar a sus pulmones.
-Mukuro, desvanece al clon rápido.-ordenaba desesperado el Hitman al ver la vida de su alumno pendiendo de un hilo.
-no puedo, te lo dije arcobaleno cuando llegamos al pasado ni Nagi ni yo pudimos desvanecer al clon.-refutaba el peli piña sosteniendo su tridente roto.
-suelta a Juudaime bastardo.-gritaba la décima tormenta con furia olvidándose de sus heridas.
-hm, el no merece ser el cielo de Vongola, no después de haberlos abandonado.-mencionaba el clon afilando su mirada.
-Deamon has algo.-pedía el rubio observando como su dulce ángel caía en la inconciencia. El peli azul junto todo su poder tratando de desaparecer la ilusión creada por la décima generación sin embargo todos sus esfuerzos fueron inútiles.
-Mukuro ustedes crearon esta ilusión ¿no es cierto?-preguntaba el peli azul.
-sí, entre Nagi y yo con ayuda de la máquina de Verde, es una ilusión real contiene el ADN de Tsuna.-explicaba el heterocromatico.
-¿Qué has dicho?, su ADN, no puede ser.-exclamaba el peli azul con su rostro sorprendido. -¿Cómo pudieron ser tan idiotas?-gritaba fuera de sí el ilusionista.
-¿Qué sucede Deamon?, explícate.-mencionaba el rubio más alterado.
-es una ilusión real creada a partir del ADN del original, en cuanto las verdaderas llamas del cielo recorrieron su cuerpo este creo su alma, es una consecuencia de las ilusiones creadas a partir del ADN del original es que en cualquier momento pueden obtener vida y el anillo del cielo original lo que hizo fue darle mayor poder.-explicaba el peli azul alterado.
-tsk, yo no soy una ilusión yo soy el verdadero cielo.-gritaba el clon dejando caer el cuerpo inconsciente del castaño. –yo soy mejor que ese bastardo que los abandono.-alegaba con odio. –yo los protegeré.-decía el clon lanzando con fuerza un X-Burner en contra de la primera generación, un ataque por demás poderoso sin que ninguno de ellos pudiera esquivarlo.
En cuanto las llamas y el humo se disiparon ambas generaciones se encontraban justo con sus armas desplegadas, con un objetivo en común rescatar a su cielo, no permitirían que nadie lo dañara, sin embargo al esparcirse por completo el humo ninguno de los castaños se encontraban allí, el clon se había llevado al real desapareciendo cualquier rastro de ellos.
-Tsuna.-gritaba el rubio con desesperación, sabía perfectamente que las intenciones del clon no eran buenas todo lo contrario la vida de su castaño se encontraba en peligro.
-tsk, no puede ser.-mencionaba el sicario con frustración azotando su puño congelado contra el suelo, sin embargo un fuerte puñetazo lo estrello contra el piso.
-maldito es tu culpa.-exclamaba con furia el ojiazul después del golpe que le dio al sicario.
-Primo no tiene caso que peleemos entre nosotros lo mejor es concentrarnos en buscar al décimo.-decía la tormenta tratando de tranquilizar a su jefe.
-tienes razón G, tenemos que encontrar a Tsuna y regresar a nuestra época.-mencionaba el rubio más calmado.
-Gokudera llama a una reunión urgente con todos lo más rápido posible.-ordenaba el sicario quitándose el hielo de las manos. –Primo por el momento haremos tregua ¿de acuerdo?-mencionaba el Hitman tragándose su orgullo.
-tsk, solo hasta que rescatemos a Tsuna después me lo llevare conmigo te guste o no.-contestaba el rubio afilando su mirada azulina.
Solo una hora les tomo estar todos presentes, la primera y décima generación completa ya que la nube acaba de despertar del sueño al que lo indujo la niebla, los Varia y arcobalenos también así como los aliados de la familia Cavallone, Gesso y Shimon.
-escoria ¿Qué sucedió?-hablaba el moreno de cicatrices hastiado de la espera.
-tsk, Juudaime fue secuestrado por el clon que creamos para rescatarlo de la Primera generación.-explicaba el peli plata observando con rencor a la primera generación.
-desgraciado como te atreves a decir eso, ustedes fueron los que lo traicionaron en primer lugar, nosotros fuimos los que lo protegimos y brindamos el amor que ustedes no le tenían.-hablaba la mano derecha del primer cielo.
-voiii no es el momento para estar peleando, mejor concentrémonos en encontrar a Tsunayoshi.-gritaba el peli largo harto de la discusión.
-el problema es que no sabemos a dónde se lo llevo-exclamaba el moreno de ojos ámbar.
-yare, yare solo debemos pensar como el clon, y si él tiene el ADN del Vongola tenemos que pensar como él.-explicaba el científico acomodándose sus gafas.
-un lugar donde solo Tsuna pueda esconderse.-susurraba el potro pensando minuciosamente en el único lugar donde el castaño pudiera esconderse en esta época.
-tsk, en donde se llevó a cabo la misión arrecife.-mencionaba el rubio recordando las palabras de su ángel nadie a excepción de los otros líderes sabia de la existencia de ese lugar.
-¿Cómo sabes de la misión arrecife?, Giotto-san.-hablaba el peli blanco amante de los malvaviscos cerrando sus ojos.
-tsuna me lo conto todo, ¿ustedes deben de saber dónde está ese lugar no es así?-preguntaba el rubio mirando a los tres líderes.
-sí.-contestaba el alvino. –es un lugar al cual tsuna jamás quería regresar. –completaba su frase. –Si lo llevo a ese lugar debemos darnos prisa.-con mirada seria con nunca antes borrando su sonrisa burlona.
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Con Tsuna.
El castaño sentía pesadez en sus parpados y dolor en el cuerpo aún no estaba consciente de lo que había sucedido, sin embargo el temor de perder al fruto de su amor con Giotto lo despertó de inmediato.
-¿Dónde….estoy?-susurraba el castaño mientras abrazaba su aun plano vientre.
-hm, adivina…-resonaba su propia voz por todo el lugar. –te encuentras en el infierno…
CONTINUARA…