CAPITULO DOCE: PECADO E INFIERNO: MISION ARRECIFE
-¿Dónde….estoy?-susurraba el castaño mientras abrazaba su aun plano vientre.
-hm, adivina…-resonaba su propia voz por todo el lugar. –te encuentras en el infierno…
-el…infierno…-susurraba para si el ojimiel observando con detenimiento el lugar donde se encontraba y conforme su mente reconocía cada espacio de ese lugar su mirada se desmoronaba en recuerdos tortuosos reviviendo cada una de sus viles acciones.
-¿ya recordaste?-preguntaba su propia voz cerca de su oído provocando que el castaño se sorprendiera alejándose por instinto de aquel quien era su reflejo.
-t…tu…¿Cómo…
-preguntas ¿Cómo es posible que yo me encuentre con vida?, es obvio las llamas originales del verdadero anillo Vongola del cielo despertaron mi sangre tu sangre yo fui creado a partir de tu ADN poseo todos tus recuerdos y sentimientos sin embargo yo si amo a mis guardianes.-afirmaba el clon afilando su mirada miel y caminando lentamente a donde se había refugiado su original quien a cada paso que su doble se acercaba este se alejaba intuyendo el gran peligro que este ser representaba.
-¿Qué quieres?-preguntaba nervioso el castaño sin poder quitar la mirada miel de esos ojos que lo veían con profundo odio, ojos que un día se encontraban sin alma sin voluntad esta vez ardían en deseos de sangre y odio, más vivos que los propios.
-yo solo quiero proteger a mi familia.-respondía sin inmutarse por la mirada de su original.
-pero ellos son…
-te equivocas, ¿o acaso ya no recuerdas que tú los mataste una vez?-decía su clon acorralándolo contra la pared.
-no es verdad.-susurraba para si el castaño queriendo evitar que sus tristes recuerdos se apropiaran de su conciencia.
-ya no recuerdas lo que hiciste aquí.-susurraba a su oído. –Tú no mereces que ellos se preocupen tanto por ti.-alejándose un poco de su original
-yo…-mirando el lugar donde se encontraba no era mentira ese lugar representaba su pecado más grande, no había cambiado en nada las manchas de sangre en las paredes y suelo seguían ahí como si estuvieran aun frescas el olor a humedad los rayos de sol que penetraban por las cortinas rasgadas de aquella vieja mansión todo lucia exactamente igual a ese día hace ya casi un año.
-sabes todo lo que ha pasado hasta el día de hoy solo han sido consecuencias de tus actos.-hablaba cerrando sus orbes miel.
-¿a qué te refieres?, eso no es verdad, yo…
-TU, siempre TU, eres tan egoísta que solo piensas en ti como una víctima, cuando todo fue tu culpa, pero bueno.-tratando de recuperar el control. –vamos a hacer un recuento de los hechos.-proponía el clon poniendo un dedo sobre su barbilla.
-no te entiendo…
-en primer lugar.-ignorando al ojimiel. –tu huiste porque pensaste que tu familia te había excluido sin embargo eso no fue cierto tu podrida conciencia no te dejo en paz y fuiste tú quien se alejó de ellos y todo por tu maldito pecado, en segundo lugar te largaste escapando de tus recuerdos ocultándote 400 años en el pasado donde te olvidaste de tu familia les rompiste el corazón y encima los culpaste a ellos, después me crearon llenos de deseos de recuperarte recuperar a su luz su cielo, pero para su sorpresa cuando te encontraron los consideraste tus enemigos los trataste como criminales, cuando todo lo que hicieron fue por TI.-gritaba el clon furico de ver al original temblando frente a él.
-no es verdad…-susurraba una y otra vez el castaño tomando con fuerza sus cienes tratando que su ira y confusión no tomaran control de sus acciones otra vez.
-ya recordaste maldito.-hablaba el clon tomando por el cuello al castaño. –mira la sangre, mira este lugar, recuerda como mataste uno a uno a todos tus amigos.-apretando con fuerza el cuello del ojimiel.
-no…es….verdad.-susurraba con dificultad.
-MIENTES, RECUERDA, RECUERDA TU PECADO.-gritaba desacerbado el clon mirando al original con sus ojos desorbitados.
.-.-.-.-.-.-.-.-.FLASH BACK.-.-.-.-.-.-MISION ARRECIFE.-.-.-.-.-.-
UN AÑO ATRÁS.
El castaño se encontraba sentado en un gran salón sin ventanas en una importante reunión de líderes de las familias más poderosas de la mafia, solo cuatro familias estaban presentes, Vongola, Gesso, Cavallone y Shimon atendiendo a un solo individuo Checker Face.
Afuera del gran salón de juntas se encontraba solo el Hitman cuidando a su dame-alumno, era común para los más grandes mafiosos realizar juntas de este tipo cada cierto tiempo para la administración de sus jurisdicciones, mercancías, etc…
Sin embargo dentro del gran salón la reunión había llegado a un clímax inesperado, la declaración de Checker Face por obtener el poder absoluto de la mafia había puesto en alerta a los demás líderes quienes siempre apoyaban al joven castaño.
-¿de qué hablas Kawahira?-preguntaba nervioso el castaño no entendiendo las palabras de aquel misterioso hombre.
-mm, es obvio lo que estoy diciendo joven Vongola, quiero que me cedas el poder de tu familia.-hablaba sin temor el peli blanco.
-hm creo que tienes el síndrome de “dominar al mundo”, no te preocupes se pasara en cuanto Tsu-chan te de una paliza.-decía el alvino amante de los malvaviscos.
-no creo que estes hablando en serio Kawahira-san, es mejor que recapacites.-mencionaba el peli rojo.
-Kawahira ¿Qué pretendes?, mi hermanito jamás te daría a Vongola.-exclamaba el potro con mirada seria, eran los únicos momentos en los que su actitud dame cambiaba sin necesidad de sus subordinados.
-Sawada Tsunayoshi, será mejor que me entregues por las buenas a tu familia, no querrás que suceda algo malo, además tu nunca quisiste estar metido en la mafia, velo como tu pase de salida a una vida normal.-mencionaba aquel sujeto mirando sin duda al castaño sus palabras no eran broma por alguna extraña razón el de la nada deseaba el poder de Vongola pero amenazar al menor era demasiado.
-no, la respuesta siempre será no, no importa lo que hagas jamás te entregare a Vongola.-concluía el castaño levantándose de su silla y dándole la espalda al desquiciado hombre.
-te lamentaras Vongola, el anillo no debe estar en tus manos y menos ahora que tiene el poder original, descompensaras al Trinitti Sette.-exclamaba aquel desquiciado hombre obsesionado con el poder del trinitti sette y su balance el cual ya había sido restaurado por el castaño. Los demás líderes siguieron el ejemplo del menor y se levantaron de sus asientos ignorando cualquier palabra que saliera de la boca de aquel sujeto, al salir ninguno de ellos comento nada con sus familias pensando que solo era una locura temporal del peli blanco.
La vida regreso a la normalidad el castaño se refugió en sus papeles con ayuda de su mano derecha hasta que unas cuantas noticias empezaron a surgir la desaparición de varias jóvenes por los alrededores de Sicilia lo cual preocupo al ojimiel quien tomó cartas en el asunto y envió a su guardián de la nube a investigar pero todo fue inútil no encontró nada que relacionara las desapariciones con la mafia.
El menor angustiado pensando en las palabras del peli blanco pidió ayuda al alvino amante de los malvaviscos para que el investigara en el más bajo mundo de la delincuencia y sus investigaciones solo dieron una respuesta Kawahira.
No tan solo eran las desapariciones sino que un paquete apareció en su escritorio sin que nadie se diera cuenta, al abrirlo las fotos de su guardiana de la niebla, de sus amigas incluso la foto de su madre en Japón se encontraban marcadas con una equis, el ojimiel sabía que era obra de aquel hombre misterioso por lo que sin dudarlo pidió una reunión con él para terminar con esa absurda idea.
La petición del castaño fue rápidamente aceptada por el peli blanco, los únicos que sabían de esa reunión eran los lideres quienes lo acompañarían para evitar cualquier clase de trampa.
El menor se encontraba en su despacho arreglando los últimos papeles antes de salir al encuentro con ese hombre cuando su teléfono sonó desconcertándolo un poco.
-¿sí?-contestaba el menor con tono serio.
-Boss…Boss…-era la voz de la tímida Chrome la cual se escuchaba entre cortada.
-¿Chrome eres tú, estas bien, que pasa?-cuestionaba el castaño preocupado por su guardiana.
-Boss…fue una trampa…dijo que usted estaba en peligro y nos embosco…Mukuro-sama esta…muerto…-hablaba la peli índigo sin poder controlar sus lágrimas, dejando al ojimiel sin palabras por lo que escuchaba, en su mente no podía creer que Mukuro estuviera muerto, no era verdad, era imposible.
-Chrome ¿Dónde estás?-preguntaba el menor tratando de mantener la calma.
-en una mansión a las afueras de la ciudad, estoy escondida Boss tengo miedo…-se cortaba la llamada dejando con los ojos desorbitados al castaño quien sin más salió lo más rápido que pudo de su mansión sin prestar siquiera atención si en verdad sus guardianes no se encontraban en casa.
Durante el trayecto llamo al alvino para avisarle de la situación pero este se encontraba un poco más lejos de la ciudad y no había visto a su ilusionista en todo el día pensó que quizá se encontraba con el castaño.
El menor voló lo más rápido que pudo hasta que localizo la única mansión que se encontraba a las afueras de la ciudad y coincidía con el punto de reunión que había establecido con Kawahira, sin más se adentró a la mansión sin esperar la ayuda de Byakuran o de Shimon y Cavallone.
-¿Chrome?-gritaba el castaño buscando entre la oscuridad algún indicio de pelea.
-Boss…-se escuchaba la bajita voz de la ilusionista quien salía por detrás del ojimiel sorprendiéndolo un poco.
-¿Qué sucedió?-tomándola por los hombros, pero la joven no respondió solo señalo con su mirada al centro del lugar, el castaño guiado de la mirada de la ilusionista observo aquel lugar y de inmediato una sensación de desesperación, frustración, ira, dolor y odio tomaron el control de su corazón, sus guardianes yacían en un charco de sangre, el pequeño lambo se encontraba desmembrado, Takeshi tenía su katana clavada en su abdomen, Hayato tenía quemaduras por todo el cuerpo dejándolo casi irreconocible, Ryohei se encontraba estrellado en una pared, Mukuro estaba colgado de la pared sostenido por su tridente y Kyoya tenía el cuello roto.
-no…no…NOOO…-gritaba desesperado el castaño sin comprender lo que había sucedido. -¿Quién fue?, ¿QUIE FUE?-gritaba furioso el cielo con sus ojos llenos de lágrimas.
-fui yo.-se escuchaba una tétrica voz por todo el lugar, el ojimiel identifico rápidamente al culpable de aquella masacre.
-Kawahira, maldito, TE MATARE…-gritaba el menor lanzándose sin pensarlo dos veces en contra del peli blanco, sin embargo antes de que pudiera tocarlo seis hombres con capuchas que cubrían sus rostros salían de la nada impidiéndole el paso al ojimiel, quien segado por la ira los mato uno a uno hasta que solo quedaba uno de los seis.
-Juu…daime…-escuchaba la cortaba voz de su tormenta, sus orbes miel se dirigieron al ser al que tenía estrangulando entre sus manos quitando lentamente la capucha que cubría su rostro, los ojos del menor cayeron en la locura al dejar caer el cuerpo inerte de su mano derecha, su mundo giraba sin entender lo que sucedía, se encontraba en medio de un charco de sangre y los cuerpos de aquellos a los que había asesinado con sus propias manos pertenecían a su verdaderos guardianes.
-¿Qué ha hecho Boss?-susurraba con mirada aterrada la peli índigo.
-no…yo…no… ¿qué has hecho Kawahira?-preguntaba fuera de si el ojimiel.
-yo no he hecho nada, tú has matado a tu familia, ahora puedes entregarme el poder de Vongola.-reía aquel sujeto burlándose de la desgracia y locura del ojimiel, quien sin pensarlo dos veces ocupo sus llamas para tomar con fuerza el cuello del peli blanco sin que este tuviera tiempo para evitarlo y sin más el castaño rompió su cuello dejando caer el cuerpo del peli blanco, sin embargo al dirigirle una última mirada no se trataba de él sino de su tutor el mejor asesino del mundo Reborn.
-hm, ahora sí ya están todos muertos.-hablaba la joven del parche desvaneciendo la ilusión y mostrando su verdadera forma.
-Kawahira…-susurraba el ojimiel sin comprender las intenciones del peli blanco. -¿Por qué?...
-¿Por qué?, simple desde un principio el poder de Vongola fue prestado por el trinitti sette y ahora es tiempo que me lo regreses…
-no estoy preguntando eso, sino ¿Por qué no estás MUERTO?-gritaba desquiciado el menor colocándose detrás del peli blanco y en menos de un segundo atravesar su abdomen con su mano en llamas del cielo.
-tu…tu…-caía el peli blanco al tiempo que toda la ilusión se desvanecía dejando solo al castaño en medio de un charco de sangre.
-¿Qué sucedió Tsuna?-llamaba el peli blanco al ser el primero en llegar a donde se encontraba. -¿Tsuna?, ¿Tsuna?, reacciona ¿de quién es esta sangre?-preguntaba el alvino sin obtener respuesta del cielo quien tenía sus orbes miel desubicadas y su semblante pálido, su mente aún se encontraba en shock por lo que había sucedido a pesar de que todo fue una ilusión.
-yo…yo…los…mate…-susurraba el menor atónito.
-¿a quién mataste?, Tsuna acabo de hablar con Mukuro se encuentra con todos en la mansión… ¿Tsuna me escuchas?-hablaba el alvino sacudiendo con fuerza el cuerpo del castaño para hacerlo reaccionar.
-¿están vivos?-susurraba el ojimiel observando con sus ojos llenos de lágrimas al alvino.
-sí, todo fue una trampa de Kawahira, ¿por cierto donde esta?
-lo maté…yo lo maté-respondía el ojimiel.
-¿Qué sucedió?-hablaba el potro quien llegaba junto al pelirrojo.
-Tsuna-kun ¿estás bien?
-hermanito ¿Qué paso?-sin embargo todas sus preguntas fueron calladas por una espesa niebla que se formaba frente a ellos dejando ver a Bermuda Vindice y sus guardianes de la prisión Vendicare.
-Sawada Tsunayoshi, por el delito de asesinar a Checker Face se te condena a 10 años en lo más profundo de Vendicare, sin embargo por reestablecer el equilibrio del Trinitti sette y tus otras acciones, lo dejare pasar con la condición de que ustedes cuatro juren por la omerta jamás revelar lo que ha sucedido hoy en este lugar.-hablaba el arcobaleno del chupete transparente obteniendo de inmediato el juramento de los tres y de un castaño en shock.
El alvino sin soportar más el estado mental del castaño lo golpeo levemente en el cuello para dejarlo dormir un buen rato, mientras el potro y Enma avisaban a su familia que él se encontraba con ellos por una pijamada.
/////////////FIN FLASH BACK///////////////
-cállate...cállate…CALLATE…-gritaba el castaño sosteniendo su cabeza al recordar cada detalle de aquella noche.
-tú los mataste con tus propias manos, por eso te fue imposible volver a verlos como antes, te alejaste de ellos y después los culpaste por tus pecados.-reclamaba el clon zarandeando a su original.
-no es verdad, todo fue una ilusión provocada por Kawahira.-refutaba el ojimiel soltándose del agarre del clon.
-ilusión o no la sensación fue real, la sangre fue real, en tu mente y corazón los asesinaste.-concluía el clon dejando caer al original quien no podía controlar sus pensamientos.
-NO.-gritaba el castaño lanzándose en contra de su clon iniciando con una pelea donde las llamas del cielo resplandecían sin poder diferenciarse entre las reales y las clonadas.
-BERMUDA.-gritaba el castaño desesperado por no poder controlar al otro castaño y de inmediato de una espesa niebla el nombrado apareció junto a sus carceleros.
-¿Qué sucede aquí?-preguntaba confuso de no saber cuál castaño es el verdadero.
-se volvió loco, ellos lo crearon para rescatarme pero cobro vida gracias a las llamas del cielo y ahora trata de asesinarme.-explicaba el castaño señalando al otro castaño que yacía en el suelo con un labio roto. -representa un peligro para toda la mafia ya que sus poderes son iguales a los míos.
-hm, entiendo, Sawada Tsunayoshi que quede claro que con este favor termina mi deuda contigo por salvar el pasado.-explicaba el arcobaleno al tiempo que sus carceleros lanzaban cadenas capturando al otro castaño. –lo encerrare en lo más profundo de Vendicare.-decía mientras desaparecían entre la niebla.
Poco paso para que la familia del décimo Vongola, Varia, Cavallone, Shimon, Gesso y la Primera Generación apareciera por la puerta en rescate de su pequeño cielo, encontrándose con el castaño hincado en medio del lugar con sus ojos llenos de lágrimas en un estado de total desprotección.
-mi ángel.-corría el rubio de ojos azules a abrazar a su hermoso castaño.
-Giotto…-contestaba el castaño recibiendo el abrazo del mayor.
-¿tú?... ¿dónde está?-cuestionaba el rubio afilando su mirada azulina.
-Juudaime...-gritaba el peli plata por lo que el castaño dejo de lado al rubio lanzándose a los brazos de su mano derecha, quien junto a los demás lo acogieron con amor.
-Alaude, Deamon.-llamaba el rubio alejándose de la décima generación.
-¿Qué sucede Giotto?-cuestionaban preocupados por la actitud de su cielo.
-¿quiero que encuentren a mi ángel?...
CONTINUARA…