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El Amor Puede Cambiar A Cualquiera. por Lee Hyungbyung

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Notas del fanfic:

Espero mucho que les gute... :D

Notas del capitulo:

ok... no se si salga bien.. este es mi primera vez usando esta página :S.... si les gusta o les parece que deba de cambiar algo, o algo por favor dejen un review :D

Nunca creí que fuera posible que me metiera con uno de los chicos más bravucones de todo el país, no solo de la escuela o de la calle, si no del país “Kaminari itari”

Todo comenzó aquel día en el que pase por una calle abandonada en el peor de los momentos. Nunca me considere un chico fuerte porque obviamente no lo era, mi aspecto lo último que diría de mi seria que soy un chico que se importa por mi aspecto o  que le gusta ejercitarse.

-          Ayuda!- escuche un grito el cual hizo que dejara de caminar y me quedara estático buscando en mi cabeza una táctica de escape o una forma en la que podría buscar ayuda. Introduje mi mano dentro de mi bolsillo pero lo había olvidado en el trabajo, así que no podía llamar a la policía, voltee a todos lados en busca de un teléfono público sin embargo no lo había, mi respiración comenzó a acelerarse y comencé a sentirme nervioso – por favor alguien, ayuda- volvieron a  gritar y mi corazón latió más rápido. ¿debería de ayudarla? O solo correr y dejar que la golpearan y abusaran de ella. No podía dejarla sola, tenía que ir a ayudarla aunque tal vez yo no fuera me mucha ayuda.

-          Deja de gritar!- escuche una voz masculina que le gritaba, así que después de pensarlo un tiempo corrí hacia el lugar del cual provenían aquellas voces.

-          Déjenla!- grite cuando llegue al callejón en el que estaban unos 10 hombres alrededor de una chica de piel blanca y cabello negro y lacio.

-          Que dijiste!- me grito uno de los hombre mientras dejaba caer a la chica y comenzaba a caminar hacia mí.

-          Que la dejes- le conteste y él me tomo del cuello de mi camiseta.

-          Tuviste la opción de pensar en lo que dirías, estúpido- me dijo y junte todo el valor del mundo y le escupí en la cara – voy a matarte hijo de puta- me grito y me dejo caer en el suelo para después comenzar a patearme y claro que dolía.

-          Déjenlo por favor!- pude escuchar los gritos de la chica mientras me golpeaban, sin embargo los tipos que me golpeaban, los cuales habían incrementado en cantidad no se detuvieron.

-          Ya basta!- grito un hombre y quería abrir los ojos para ver de quien se trataba sin embargo no pude, el dolor que sentía en todo el cuerpo era intenso y quería llorar más de lo que ya lo hacía.

-          Jefe, este hijo de puta me ha escupido en la cara- dijo el hombre al que le escupí mientras que me daba una patada.

-          Entonces creo que si tenías una buena razón para patearlo- dijo aquel hombre el cual sin ver su rostro ya me asustaba, su voz no denotaba completamente maldad, pero si una señal de superioridad y eso me asustaba ya bastante.

-          Entonces puedo seguir golpeándolo?- pregunto el tipo y sentí como ponía su pie sobre mí para pisarme.

-          Espera…- dijo el jefe quien se acercó a mí, yo aun permanecía con los ojos cerrados – es mayor de edad?- pregunto y yo me extraña un poco quien preguntaba eso.

-          No lo sé señor- dijo un hombre diferente al que me había pateado.

-          No me importa- dijo el jefe y abrí un poco mis ojos para encontrarme con un chico de cabello castaño claro y ojos color miel, su piel era blanca y en cuanto lo mire supe que no era asiático.

-          Jefe ¿Qué haremos con la chica?- pregunto uno de los hombres.

-          Déjenla ir por favor- dije en susurro pero  lo más fuerte que pude.

-          Puedo dejarla ir- me  contesto para acercarse más a mi – pero con una condición- agrego.

-          Hare lo que sea- respondí.

-          Tú te quedas conmigo y ella se va- me dijo.

-          Porque?- pregunte.

-          Claro que si me rechazas siempre puedo hacer que unos 20 hombres la violen y después mandarla a un prostíbulo- me contesto mientras se alejaba de mi y caminaba hacia la chica. ¿Por qué iba  a irme con este tipo por una chica que ni siquiera conocía?, ¿Por qué me importaba que le pasaría?. Todas esas preguntas rodaban por mi cabeza y no tenía la respuesta, pero algo dentro de mi me decía que no podía dejarla sola, prefería irme con este maniaco con un problema de superioridad que arrepentirme toda la vida porque pude salva a una chica de arruinar su vida y no lo hice.

-          Lo hare, déjala ir- conteste aun en el suelo. Los hombres soltaron a la chica y le arrojaron su bolso y ella se acerco a mí y puso una mano sobre mi cabeza.

-          Muchas gracias- susurro.

-          Lárgate antes de que cambie de opinión!- grito el jefe y la chica después de verme con lastima y soltar una que otra lágrima, se levanto y corrió hacia la salida del callejón sin embargo el jefe la tomo del brazo y la acerco a él – y más te vale no pedir ayuda o si no créeme que te arrepentirás- agrego y la chica siguió su camino.

-          Señor que haremos con el chico?- pregunto un hombre.

-          Llama a kita y dile que traiga al auto- le contesto el jefe y se acerco a mí para cargarme. Pude sentir más que maldad en esos brazos que me sostenía, sabía que dentro de toda esa maldad había por lo menos un gramo de amor o amabilidad. No era muy bueno juzgando a la gente, sin embargo algo dentro de este chico me hacía sentir tranquilo, aunque el miedo aun se encontrase presente dentro de mi algo me hacía sentir tranquilo.

-          Señor no tiene que cargarlo- dijo otro de los hombres.

-          Higashi, el ser tu jefe significa que me encargue de las mierdas que haces, así que como esta es una mierda que hiciste me tengo que encargar de él- le contesto y me sentí como una mierda en ese momento – y dile a kita que traiga el auto y rápido!- grito y comencé a derramar lágrimas al pensar en lo que estaría haciendo mi familia en ese mismo instantes en si acaso los volvería  a ver o en si lo último que verían de mi seria mi cadáver.

-          Por qué haces esto?- le pregunte y él me miro.

-          Porque cuando veo algo que me gusta, me es difícil dejarlo ir- me contesto y lo mire confundido. Estaba a punto de decir algo, sin embargo un auto se detuvo frente al callejón.

-          He llegado- dijo un hombre de traje que bajo del auto así que supuse que se trataba de Kita.

-          Haz tardado mucho- dijo el jefe mientras se acercaba a “kita”.

-          Quien es él?- pregunto y pude ver como el “jefe” sonreía

-          Mi nuevo juguete- respondió y después de introducirme en el auto entro él y se sentó a mi lado.- llévame a casa- agrego y “kita” arrancó y yo me quede profundamente dormido

Despertó con el olor a alcohol entrando por mis fosas nasales, me estire y pude sentir la tela de una cama en mi piel y así fue como me percate de que me encontraba completamente desnudo, abrí rápidamente los ojos y me encontré  con una habitación color blanco con una televisión de plasma y pocos muebles. Comencé a mover mi cabeza a todos lados y me encontré solo en la habitación asi que con la sábana cubriendo mi cuerpo me acerque a la puerta y trate de abrirla sin  embargo me fue imposible.

-          Diablos- musite y camine hacia la puerta que supuse era el baño y me encontré con un espejo frente a mí, mire mi rostro lleno de cicatrices pero limpio, me quite la sábana y mire mi abdomen lleno de moretones y al voltearme y ver mi espalda la vi con él mismo aspecto.

-          Tienes una buena figura- dijo alguien y voltee a la cama para encontrarme con el jefe, haciendo que instantáneamente me pusiera de nuevo la sábana encima – oh, vamos no tenias que hacerlo, lo estaba disfrutando- agrego y me sonroje para después comenzar a caminar hacia él.

-          Déjame irme, por favor- le dije.

-          No lo hare- me respondió mientras se levantaba de su cama y se acercaba a mí y tomaba mi barbilla.

-          Por qué?- le pregunte al borde de las lágrimas de desesperación.

-          Ya te dije la razón- respondió.

-          Pero necesito irme- le dije y el comenzó a acercar sus labios a los míos.

-          No lo harás- me contesto y se alejo de mí un poco.

-          Por favor- dije.

-          No- respondió.

-          Necesito hacerlo, tengo que cuidar a mis hermanos- le dije y era verdad, mi padre estaba de viaje y mi madre estaba en casa de su madre por la muerte de su hermana, mis dos hermanos y yo nos habíamos quedado solos en casa y mi madre me había pedido que cuidara de ellos por 2 semanas, el transporte los llevaba a casa y yo los veía en  la noche que regresaba del trabajo.

-          Crees que me importa?- pregunto.

-          Por favor- volví a decir- que es lo que quieres que haga para que me dejes ir?- pregunte

-          Quiero que seas mío- respondió y yo lo mire asustado

-          Tuyo?- pregunte.

-          Me alegra que tengas buen oído- dijo mientras regresaba a mí.

-          En qué sentido quieres que sea tuyo?- pregunte.

-          No me impresiona que un chico tan lindo como tú no sepa a lo que me refiero- me dijo y se acerco a mi.- quiero estar en ti, tenerte como mío- agrego

-          Para que después me muestres como un trofeo?- pregunte.

-          Así es mi mundo, me acuesto contigo y te largas, te agrego a la lista de virginidades que ya son mías- me contesto

-          Y crees que lo hare así de fácil?- le pregunte gritando.

-          Si sabes lo que es mejor para ti, si- me contesto mientras se acercaba tanto a mí que podía oler su piel.

-          No quiero hacerlo- le dije mientras lo empujaba- así que déjame salir- agregue.

-          Porque eres tan difícil, cualquier mujer a la que le dijera eso estaría feliz de darme su virginidad- me dijo.

-          Pero yo no soy una mujer ¿te diste cuenta de eso?, soy un hombre- le conteste

-          No estás lejos de serlo con ese aspecto- me dijo y tenía razón toda mi vida me habían dicho que era muy parecido a una chica, por mis facciones finas.

-          No voy a hacerlo, así que déjame irme- le dije mientras caminaba hacia la puerta y trate de abrir la puerta – ábrela!- le grite.

-          Yo tengo la llave-  dijo y voltee a verlo.

-          Dame la llave- le dije mientras me acercaba a él.

-          Acaso saldrás con solamente al sábana sobre ti?- me pregunto riendo mientras se recostaba sobre su cama.

-          Si es necesario si- respondí.

-          Tu ropa fue tirada a la basura- me dijo.

-          ¿Qué tengo que hacer para que me dejes salir de aquí, hare lo que sea menos lo que tú me pides- le dije mientras me acercaba a él.

-          No hay otra cosa que puedas hacer que no sea lo que te pido- me respondió y me tomo  de la mano y me jaló para tumbarme sobre la cama.

-          Déjame!- le grite.

-          Deja de gritar y solo haz lo que te digo- me dijo mientras me besaba, no quería corresponderle el beso pero él me obligaba a hacerlo porque era tan bueno haciéndolo, de los pocos besos que había compartido con chicas este era obviamente el mejor, sin embargo cuando él comenzó a tocar mi pierna lo aleje de mi y comencé a gritar para después dar paso a unas lágrimas.

-          Por favor, déjame ir, déjame por favor- dije mientras aun seguía luchando porque dejara de tocarme y así lo hizo, dejo  de tocarme y yo abrí mis ojos para encontrarme con los ojos color miel de el jefe, no sabria decir si fui yo o en realidad había arrepentimiento dentro de ellos. Lentamente se aparto de encima de mi.

-          ¿Por qué me siento de esta manera?- susurro y yo pude escucharlo- te dejare ir- agrego y yo lo mire feliz.

-          Con una condición- dijo

-          Cual?- pregunte.

-          Que regreses todos los días- respondió y me miro.

-          No puedo hacerlo, tengo trabajo de 3 a 8 de la noche y tengo que llegar a casa a cuidar a mis hermanos- le dije

-          Yo te dejare ir ¿no crees que por lo menos deberías de aceptar esta condición?- pregunto.

-          No es que no quiera aceptar, es que no puedo cumplirla- le dije.

-          Pues vas a tener que ideártelas para poder cumplirla- dijo mientras se levantaba de la cama.

-          Podría venir si trajera a mis hermanos- dije y él se detuvo en seco.

-          Trae a esos niños a esta casa y no volverás a verlos- me dijo.

-          Entonces qué es lo que quieres que haga?- le pregunte- no puedo venir todos los días, la gente como yo tiene obligaciones y trabajo, no todos nacimos en una familia rica en donde se nos da todo lo que queremos- agregue y sabía que podía tenerme cautivo por todo el tiempo que él quisiera, pero no podía quedarme con la boca cerrada dejando que el siguiera pensando de la manera en la que lo hacía.

-          Te quiero ver mañana aquí a las 4 de la tarde- dijo

-          Mañana tengo escuela!- le grite como respuesta

-          Si no vienes me encargare de que tus hermanos estén bajo tierra para el final del día Amamiya Jun- me respondió y continúo avanzando hacia la puerta.

-          ¿Cómo sabes mi nombre?- le pregunte.

-          Prácticamente ahora te conozco como la palma de mi mano- me respondió mientras me miraba.

-          ¿Cómo?- pregunte asustado.

-          Te mande a investigar- contesto.

-          Disculpa?- le dije

-          Ahora te fallan los oídos?- me pegunto mientras volteaba a verme.

-          Porque me mandaste a investigar?!- le pregunte gritando.

-          Pues, necesitaba saber más de ti y tu no despertabas- respondió

-          Y no pudiste esperar a que me despertara!- le grite.

-          No, no tenia, algo que no tengo es paciencia- me dijo

-          Bueno entonces dime tu nombre- le dije

-          Porque tendría que decirte mi nombre?- pregunto.

-          Porque si no me lo dices ¿Cómo te llamare si a partir de hoy soy tuyo?- le pregunte.

-          Entonces eres mío?- pregunto como respuesta.

-          Solo quiero hacerte pensar que estoy de a cuerdo para que me dejes en paz- le respondí.

-          Kaminari Itari- respondió

-          Itari- dije

-          Si, ese es mi nombre- dijo – le diré a una mucama que mande tu ropa- agrego y salió de la habitación.

-          Adiós itari- dije y cerró la puerta dejándome así solo en la habitación.

Poco tiempo después tocaron a la puerta y una mucama dejo mi ropa en el suelo de la entrada, la tome y me vestí. Un suéter de color gris, un pantalón de mezclilla, una sudadera negra y unos tenis color negro, sabía que la ropa era bastante cara sin embargo sabia que este chico tenía dinero de sobra asi que no me preocupe. Comencé a buscar mi mochila en la habitación y la encontré debajo de una silla, la tome y Salí del cuarto.

En cuanto Salí de esa habitación supe que nunca volvería a ver otra casa igual de lujosa que esta, era una copia exacta de aquellas casas que salían en las revistas, estilo occidental y lo más parecido a un hotel de cinco estrellas. Baje las grandes escaleras para encontrarme con el hombre de cabello negro de nombre Kita.

-          Te llevare a tu casa-  me dijo y yo nervioso asentí.

-          Disculpe ¿Qué hora es?- pregunte, el cielo estaba oscuro y no se podía ver nada asi que supuse que era tarde.

-          Son las 5 de la mañana- respondió

-          Mis hermanos!- grite y subí lo más rápido que pude al auto negro- por favor arranque vivo en…- agregue

-          Ya sé en donde vive- me respondió kita.

-          Que no había investigado sobre mi ese tipo- pensé para mi mismo

Llegamos a mi casa en menos de 10 minutos así que supuse que aquella mansión de cinco estrellas no estaba tan lejos del vecindario de mi casa.-

-          Muchas gracias- le dije a kita mientras bajaba del auto.

-          volveré por usted a las 4- dijo

-          No puedo a esa hora- le dije

-          Solo sigo ordenes- contesto y arrancó

-          Mierda- susurre y rápidamente entre a mi casa para encontrarme con mis hermanos aun con sus uniformes dormidos en el sofá – gracias a Dios- susurre al verlos, realmente temía que fuera a pasarles algo, solo tenían 5 y 6 años. Cargue a Rin mi hermano de cinco y lo lleve a su habitación para después regresar por hotaru y hacer lo mismo y al terminar me deje caer sobre el sillón y pensé sobre lo que me había ocurrido hoy con itari.

Cuando dieron las ocho de la mañana me dirigí a despertar a mis hermanos para que se alistaran y fueran al parvulario.

-          Buenos días chicos- les dije y ellos sonrieron y me miraron mientras se estiraban.

-          Donde estaban ayer?- me pregunto Rin – estábamos asustados cuando llegamos y no estabas- agrego y yo me senté cobre la cama de él.

-          Lo siento tuve que trabajar horas extras pero ¿cómo entraron a la casa?- pregunte

-          Recordé que nos dijiste que si algún día necesitábamos algo le dijéramos a la sra. Matsumoto, así que así lo hicimos- me respondió Hotaru y le sonreí.

-          Bien hecho, ahora prepárense para la escuela- les dije y ellos se levantaron y corrieron al baño y yo baje las escaleras y Salí de la casa para ir a la casa de la vecina, toque la puerta y poco después ella abrió

-          Buenos días jun- me dijo

-          Buenos días sra. Matsumoto, sé que es un poco temprano- dije mientras sonreía.

-          No hay problema ¿Qué paso ayer jun, tus hermanos vinieron a pedirme la llave?- me pregunto

-          Muchas gracias por hacerlo sra. y por eso si no era mucha molestia quería saber si, claro si no es mucha molestia, si usted pudiera cuidar a mis hermanos esta semana- le pregunte

-          ¿pasa algo?- pregunto

-          No, solo tengo algunos problemas con el trabajo y no me dejarán salir por un tiempo así que si no era mucha molestia quería pedirle eso- le respondí.

-          Claro que no jun, adoro a los niños así que no hay problema- me contesto y yo sonreí

-          Muchas gracias- le dije mientras la abrazaba.

-          No hay de que- agrego

-          Debo de regresar a mi casa, mis hermanos me esperan- dije y regrese a mi casa para preparar el desayuno.

-          Ya está listo!?-pregunto Rin mientras bajaba las escaleras corriendo

-          No corras – le grite.

-          Lo siento- dijo mientras se sentaba en el comedor y puse un plato de huevos estrellados frente a él.

-          No importa, ¿y hotaru?- pregunte mientras ponía su plato en la mesa aunque no estuviera ahí.

-          Aun se está duchando- me respondió Rin mientras comía

-          Hotaru baja rápido!- le grite y poco después el bajo – vamos come- agregue y así lo hizo. Cuando llego el transporte de mis hermanos dejaron sus platos y fueron por sus mochilas para después ponerse los zapatos e irse a la escuela.

-          Adiós jun- me gritaron los dos antes de entrar al transporte

-          Adiós- les dije y en cuanto el transporte avanzó, puse los platos en el fregadero, tome mi mochila y después de cerrar la casa camine hacia mi trabajo en el restaurante. Cuando llegue al restaurante, habían varios empleados acomodando las sillas y mi jefe estaba en la caja.

-          Buenos días- dije en cuanto entre al restaurante y en cuanto todos lo escucharon me respondieron un “buenos días” – jefe, necesito hablar con usted- agregue mientras me acercaba a la caja.

-          ¿Qué pasa Jun?- me pregunto.

-          Hoy será mi último día trabajando aquí- dije y él me miro sorprendido.

-          ¿pasa algo?- pregunto y obviamente no iba a contarle que la noche anterior me había encontrado con un mafioso el cual quería verme todos los días y yo lo iría a ver solo porque no quería que matara a mis hermanos, asi que le dije algo muy parecido.

-          Tengo algunos problemas en casa y debo de cuidar a mis hermanos, tratare de hablar con mis padres y aunque solo sea una semana no creo que pueda venir a trabajar- le respondí sonriendo.

-          Eso es una pena ya tienes trabajando aquí desde que tenias 14 ¿no?- me pregunto

-          Si, eh estado trabajando aquí 3 años- le respondí.

-          Entonces qué te parece si te guardo el trabajo- me dijo

-          ¿podría hacer eso?- le pregunte

-          Claro, después de todo ya tienes tiempo trabajando aquí y viendo que son asuntos familiares creo que estará bien- me respondió

-          Muchas gracias- le dije.

-          Tendre tu pago de la semana para cuando salgas del trabajo- agrego mientras tecleaba algunas cosas en la computadora.

-          Disculpe, hoy tendré que salir temprano- agregue

-          Está bien, no hay problema después de todo hoy es de esos días en los que faltas a la escuela solo para venir a trabajar así que está bien- me respondió y supe que tenía el mejor jefe del mundo.

-          Saldré a las 3- dije y el asintió. – muchas gracias iré a trabajar-

-          Hola chico- me dijo ren un compañero de trabajo que ya estaba en la universidad.

-          Hola, ren – le conteste

-          No vendrás en una semana?- pregunto y yo entre al cuarto de vestuario para ponerme el uniforme.

-          No, tengo algunos asuntos en mi casa y no podre venir- respondí.

-          Te extrañaremos- me dijo y me puse los pantalones

-          Gracias- le dije y me puse la camiseta para abrazarlo.

-          Bueno, hay que ir a trabajar- me dijo y yo asentí

En total en el restaurante había 2 meseros y 2 meseras más el cocinero y el jefe éramos pocas personas así que me sorprendió que mi jefe me hubiera dicho que me guardaría el puesto me pareció algo extraño. Sin embargo haría todo lo que estuviera en mi alcance para tener satisfecho a itari y evitar que le hiciera daño a mi familia u amigos, aunque itari no me parecía una persona tan mala, como había sentido cuando lo conocí, sabía que tenía que haber algo bueno dentro de él después de todo se detuvo y no me violo.

-          Toma, estas son tus ganancias de la semana- me dijo mi jefe cuando el reloj dio las 3:30, no pude terminar antes porque los clientes comenzaron a llegar y me fue muy difícil dejar a mis compañeros solos.

-          Muchas gracias- dije mientras tomaba el sobre rápidamente.

-          ¿no vas a cambiarte?- me pregunto mi jefe.

-          No tengo tiempo- respondí mientras corría al vestidor y tomaba mi mochila y salía corriendo por la puerta trasera.

Mi casa estaba a más de 20 minutos del restaurante y al ver que no pude conseguir un taxi corrí lo más rápido que pude hasta que me canse a la mitad del camino.

-          Mierda, no puedo hacer esto- dije para mi mismo mientras respiraba con dificultad. Continúe corriendo y estaba a dos cuadras de mi casa cuando vi que eran las 4 en punto – mierda- susurre preocupado mientras aceleraba para llegar a mi casa en la cual se encontraba itari a punto de tocar la puerta de la sr. Matsumoto.

-          Itari!- grite y el volteo a verme

-          En donde mierda estabas?!- me pregunto enojado.

-          Lo siento, estaba trabajando- le respondí mientras respiraba con dificultad.

-          Me importa una mierda en dónde estabas, dije 4 en punto y son las 4 diez- me respondió mientras estiraba mi cabello

-          Que te sucede?!- le grite obligándolo a soltarme – estamos en medio de la calle, debes de dejar de hacer eso a menos que quieras que los vecinos llamen a la policía- agregue

-          Jun?- escuche que alguien preguntaba y voltee para encontrarme con la sr. Matsumoto.

-          Hola señora Matsumoto- dije nervioso-

-          ¿Qué haces aquí?, creí que tendrías turno extra en el trabajo- me dijo

-          Si, vine a ver cómo estaban mis hermanos solo para ver si no eran una molestia para usted- le respondí mientras sonreía y veía como Itari se metía un cigarrillo a la boca

-          Ay, no te preocupes están viendo la televisión- me contesto para después ver a itari cosa que no quería que pasara - ¿Quién es él?- me pregunto y yo tome el cigarro de la boca de itari y lo tire al suelo para después pisotearlo.

-          El, es…- comencé a decir pero no podría decir que era mi amigo porque si no pensarían que Salí del trabajo para irme a drogar o algo por el estilo, no es que itari tuviera un mal aspecto, no a decir verdad era bastante guapo, sin embargo la primera impresión que daba era de un chico problemático.

-          Soy su novio- dijo itari y la sra. Matsumoto me miro extrañada.

-          Es broma sra, el es un chico que conocí hoy en el trabajo y me pidió que le enseñara en donde está en parque mirakawa y en él camino quise pasar a ver cómo estaban mis hermanos- respondí mientras que en mi mente ideaba las formas más creativas para asesinar a itari.

-          Ah ya veo- contesto la sra. un poco dudosa.

-          Bueno, eso era todo nos vemos en la noche hasta luego- dije y después de tomar a itari de la chaqueta camine rápidamente al parque con él

-          Que te pasa imbécil!- me grito obligándome a que lo soltara.

-          Tu eres el imbécil ¿Cómo vaz a decirle eso a la sra. Matsumoto?, ¿qué hare si le dice a mis padres?- le dije.

-          Crees que me importa?- pregunto mientras metía un cigarrillo a su boca sin embargo yo se lo arrebataba - ¿Cuál es tu puto problema?- me pregunto

-          No fumes cuando estés cerca de mí- le dije y él se acerco a mí.

-          Al parecer aun no t queda claro nuestro acuerdo, tú vienes todos los días a mí y eso también significa aguantar todo lo que hago y hacer todo lo que digo- me dijo mientras estiraba mi cabello hacia atrás.

-          ¿se supone que debes de darme miedo?- le pregunte – porque no lo estas logrando- agregue y el rio.

-          Ayer no parecías pensar lo mismo- me dijo.

-          Cualquiera tendría miedo si trataran de violarte- le respondí.

-          Eso creo- respondió mientras de nuevo metía un cigarrillo a su boca y lo encendía- tocas este puto cigarro y te parto la mano- me dijo

-          Y que piensas hacer conmigo?- le pregunte

-          No lo se- respondió.

-          Qué tal si me platicas sobre ti- le dije sonriendo mientras caminaba a su lado ignorando lo mucho que me molestaba el humo del cigarro.

-          Dime una buena razón por la cual debería de hacer eso- me pregunto.

-          Porque no hay nada mejor que hacer- le respondí.

-          Como no puedo saber más de ti tendré que hablarte de mí- contesto mientras tiraba el cigarro

-          Que te gusta hacer?- le pregunte.

-          Golpear gente- respondió y yo rei.

-          Me refiero a tus hobbies- dije.

-          Golpear gente, acostarme con prostitutas y tomar fotografías…- respondió de nuevo y lo mire por lo último que dijo.

-          Fotografía…- dije

-          Si- respondo

-          Podrías enseñarme tus fotos algún día?- le pregunte.

-          Si te portas bien lo hare- me respondió mientras tomaba mi barbilla.

Realmente no veía el punto de abandonar mi trabajo para pasar la tarde con itari y regresar cuando me había cansado de caminar, bueno eso fue lo que paso los primeros 4 días hasta que…

-          Jun!, tocan a la puerta- llego corriendo Rin a mi habitación.

-          Es extraño, no lo escuche- respondí mientras me levantaba de mi cama y bajaba las escaleras para abrirla puerta.

-          Jun!- grito mi madre y yo la mire sorprendido.

-          Mamá?- pregunte.

-          Hola, hijos!- grito mi madre de nuevo y me abrazo para después abrazar a Rin.

-          Creí que volverías hasta el viernes- le dije.

-          Lo sé pero es solo un día de diferencia- contesto mientras entraba a la casa con sus maletas.

-          Bueno, y porque tocaste si tienes tu propia llave?-pregunte

-          Bueno esos solo era para molestar- respondió mientras se sentaba en el sillón.

-          Mierda ahora que hare con itari-pensé.

-          Y dime hijo ¿escondes algo de mí?- pregunto mi madre y la mire asustado ¿lo sabía?.

-          ¿Qué?, no claro que no mamá- respondí mientras me acercaba a las escaleras – iré a mi habitación estoy realmente cansado, hasta mañana- agregue y rápidamente subí las escaleras y me encerré en mi habitación. – mierda, mierda ¿debería de decirle a mamá lo que pasa y que metan a la cárcel a  itari?- me pregunte a mi mismo para después pensarlo mejor – no, eso es una mala idea en cuanto paguen su fianza vendría a patearme mi virginal trasero-  me respondí – bueno creo que lo mejor que puedo hacer ahora es dormir y pensarlo- agregue mientras apagaba las luces y me metía en mi cama

A mitad de la noche algo cayendo sobre mi cama y un ruido extremadamente fuerte hizo que me despertara, me encontré con vidrios sobre mí y en la orilla de la cama para después mirar hacia arriba y encontrarme con mi ventana rota.

-          Que, diablos…- susurre y me levante de mi cama con sumo cuidado para no cortar mis pies con los vidrios – si eres un ladrón no hay nada de valor en esta casa- dije y me asome por la ventana para ver a itari

-          Hasta que saliste jun- me grito y yo lo mire

-          Rompiste mi ventana gran idiota- le dije.

-          Déjame entrar y ya arreglaremos eso- me contesto

-          No eres de mucha confianza y menos en la noche- le respondí.

-          ¿quieres que despierte a tus hermanos y a tu madre?- pregunto.

-          ¿cómo sabes que mi madre llegó?- pregunte.

-          Déjame pasar y te lo explico- me contesto.

-          Quédate ahí- dije y camine hacia el pasillo para ver que mi madre acababa de salir de su habitación.

-          Escuche el ruido de una ventana rompiéndose- dijo mi madre.

-          Fue la habitación de mi cuarto, al parecer unos chicos estaban jugando beisbol y la pelota chocó contra mi ventana- le conteste esperando que pudiera creerme.

-          Beisbol a las 3 de la mañana?- pregunto extrañada.

-          No lo sé pero iré a hablar con ellos- le conteste y comencé a bajar las escaleras.

-          Yo iré contigo, puede ser alguien peligroso- me dijo

-          No, está bien mamá son buenos chicos- respondí.

-          Los conoces?- me pregunto.

-          No, solo que se ven buenas personas- conteste y abrí corriendo la puerta principal para ir al lugar en e que  me esperaba itari - ¿Qué haces aquí?- le pregunte

-          Estaba aburrido- me contesto

-          Yo estaba durmiendo- dije

-          A la mierda, yo soy más importante-  agrego

-          Qué?- pregunte enojado- por Dios itari- agregue mientras caminaba de vuelta a mi casa sin embargo itari me tomo del brazo.

-          Vine todo el camino desde mi casas solo para verte porque estaba aburrido, ¿no crees que me merezco pasar a tu casa?- me pregunto

-          Estar contigo en la noche en un cuarto solos los dos, no es nada seguro así que olvídalo- le conteste.

-          No hare nada- dijo.

-          No te creo- conteste.

-          No hare nada porque ya me he follado a una prostituta- me dijo y por alguna razón ese comentario hizo que mi sangre hirviera.

-          Entonces si tienes tantas prostitutas ¿Por qué no vaz y te des aburres con una de ellas?!-  le grite y comencé a caminar a la entrada de mi casa.

-          Por que debería de ir con ellas si ya me folle a una, con ellas no se puede hacer otra cosa que no sea follar- me contesto

-          Quieres platicar?, ¿conmigo?, a las tres de la mañana?- le pregunte.

-          No exactamente platicar, bueno vallamos al punto mi padre está en casa con mi madre y mis hermanos y no me llevo bien con ellos así que déjame dormir aquí por hoy- me dijo y lo mire.

-          Está bien- respondí – pero tendremos que idear algo porque mi madre está esperando a que yo entre- agregue

-          ¿Qué quieres que haga?- pregunto.

-          Espérame en la puerta trasera y yo iré a abrirte- le dije y después de eso yo entre a la casa.

-          Que paso hijo?- me pregunto mi madre quien estaba en el mismo sitio en el que la deje.

-          Solo hable con ellos y me dieron dinero para pagar la ventana, todo está bien ahora- dije mientras pretendía que subía a mi habitación.

-          Está bien, entonces yo iré a dormir, buenas noches-  me dijo mi madre y cuando entro a su habitación espere tres minutos y fui a la puerta trasera y la abrí para encontrarme con itari enfocando la luna con su cámara.

-          Es bueno ver al fotógrafo en trabajo- dije y el volteo a verme y me tomo una fotografía – oye!- le grite

-          Cállate esta foto podría ser usada en tu contra- me dijo mientras entraba a la casa – tardaste mucho- dijo

-          Cállate, no vez que mi madre puede oírnos!- le grite en susurro.

-          Ya, lo siento- me respondió.

-          Vamos, mi habitación está arriba- le dije y comencé a subir las escaleras seguido por él.

Cuando entramos a mi habitación, cerré la puerta y vi que itari se encontraba viendo la ventana rota.

-          Toma, paga la ventana con esto- dijo mientras me daba unos billetes.

-          Gracias, es bueno que te hagas responsable de lo que hiciste- le dije mientras tomaba el dinero.

-          No creí que esa roca fuera tan grande- dijo mientras se acercaba a mi cama y tomaba el proyectil que había destrozado mi ventana.

-          Lo era- respondí mientras levantaba el edredón  y dejaba caer los pedazos de vidrio al suelo – tendré que recoger esto- agregue mientras recogía los vidrios más grandes con mi mano.

-          Vaz a cortarte si haces eso- me dijo itari mientras se acostaba en mi cama y me miraba como recogía.

-          No lo hare…- dije y sentí un dolor en mi dedo, para encontrarme con que estaba sangrando.

-          Te lo dije- dijo mientras bajaba de la cama y se acercaba a mi

-          ¿Qué vaz a hacer?- pregunte y el sonrió.

-          Esto- dijo e introdujo mi dedo en su boca y comenzó a lamer la sangre que brotaba de este. Eso era mil veces mejor que llevar puesto un curita, su lengua repasando en contorno de mi dedo y deteniéndose en el lugar de la herida, si lamia de esa manera mi dedo no quería saber como lamería mi… ¡espera!, en qué diablos estaba pensando.

-          Mierda, mierda, en que estabas pensando jun!- me grite a mí mismo.

-          Listo, no creo que sangre por más tiempo- dijo itari cuando sacó mi dedo de su boca.

-          Gra-gracias- le conteste avergonzado.

-          Deja de recoger esos vidrios y sube a la cama- me dijo mientras el hacia eso, así que obedeciéndolo hice lo mismo.

-          Tengo que decirte algo- dije cuando estuvimos los dos juntos en la cama.

-          Qué?- pregunto

-          No podre verte, lo siento se que teníamos un trato pero no podre cumplirlo- le dije.

-          Tienes que cumplirlo- me dijo y pude escuchar el enojo en su voz.

-          No puedo ¿Qué le diré a mi madre?- pregunte.

-          Me vale una mierda lo que vayas a decirle, te quiero frente a tu casa todos los días a las cuatro de la tarde- me respondió

-          Itari… me meteré en serios problemas con mis padres si llegan a descubrirme- le dije.

-          Ellos se meterán en graves problemas conmigo si tu dejas de venir- me dijo y lo mire preocupado ¿Qué podía hacer para que entendiera?.

-          Itari, hare lo que quieras pero necesito que me des tiempo puedo ir a verte dos días a la semana pero no todos- agregue.

-          No, quiero que sean todos los días- me grito y temí que despertara a mis hermanos.

-          Itari…- susurre.

-          No te dejare hacer eso- me dijo.

-          Por favor- dije

-          No- respondió inmediatamente.

-          De todos modos ¿para qué me quieres? ¿Qué quieres de mi?- le pregunte

-          Lo sabes y muy bien QUIERO QUE SEAS MIO- me contesto enfatizando las últimas 4 palabras.

-          Sabes que eso no puedo dártelo- le respondí

-          Entonces tendrás que venir todos los días de la semana, te guste o no- dijo.

-          Te daré un beso- dije con todo el valor del mundo, sabía que eso solo debía de hacerlo con la persona que me gustase pero la situación lo requería.

-          Crees que un beso es suficiente?, podría ir con una prostituta por un beso- me contesto.

-          También podrías conseguirte un prostituto para quitarle la virginidad- respondí.

-          Que gano con un beso?- me pregunto

-          Que… tanto mi primer beso como el segundo serian tuyos- respondi

-          Crees que eso me importa?- pregunto – un beso es solo un beso- agrego

-          No lo es, un beso es importante me refiero es tan importante como la virginidad, eso solo se debe de hacer con alguien importante- dije.

-          Entonces soy importante?- pregunto

-          No lo eres pero la situación lo amerita- respondí.

-          Un beso no suena tan genial- dijo

-          Te dejare tocarme, solo un poco- le dije y él me miro

-          ¿Cuánto?- pregunto

-          Por veinte segundos- respondí.

-          Estas seguro?- pregunto

-          No creo que en veinte segundos logres tanto-  le respondí y el sonrió sarcásticamente cosa que me aterro un poco

-          Entonces, ¿estás listo?- pregunto y yo asentí – hagámoslo- agrego y se acerco a mí para juntar nuestros labios y después introducir una de sus manos debajo de mis pantalones.

-          Ah!- grite de ¿placer?, no tengo idea de qué diablos fue lo que sentí cuando la mano de itari toco mi miembro mientras y comenzó a delinear su contorno, itari solo sonrió contra mis labios.

-          Te gusta cierto?- pregunto mientras su otra mano la metía por mi camiseta y tocaba mi torso, no podía negar que sus manos sobre mi piel se sentía tan bien.

-          Ya, pasaron veinte segundos- dije mientras trataba de separarme de él porque si pasaba más tiempo sabia que algo malo pasaría.

-          Claro que no- me contesto y seguido e eso continuo besándome y debo decir que yo no se lo negué, aunque no quisiera admitirlo eso se sentía como el paraíso y en ese momento pensé que no estaría mal y más allá de los tocamientos, sin embargo recordé que dolia como un infierno en vida y me retracte.

-          Detente itari- le dije mientras trataba de separarlo de mi.

-          No debiste de dejar que te tocara- susurro a mi oído y volvió a besarme.

-          Pues te deje por creí que serias capaz de controlarte- le dije mientras luchaba porque el dejara de besarme.

-          Pues estabas muy equivocado- me contesto y me beso por última vez para después recostarse en la cama. Sabía que estar con itari seria realmente peligroso pero por alguna razón eso era lo que me hacia querer estar con él.

Notas finales:

Si les gusto... pronto subire el 2ndo capitulo realmmente gracias por leer :P


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