Nunca había creído en esas historias que relataban sobre fantasmas o cosas malditas. De hecho, hasta me creía alguien escéptico.
Que gran error.
*Flashback*
-¿Qué tal si les cuento una historia de terror? -Preguntó un emocionado Jimin, de seguro la había buscado en internet anoche y solo quería asustar a los chicos.
-Jimin hyung... Siempre haces lo mismo y terminó con pesadillas. -El pequeño JongKook hizo un puchero mientras decía aquellas palabras, y eran verdad. Siempre que Jimin contaba alguna de sus historias (más falsas que el rubio de V) JungKook terminaba metido en mi cama temblando como loco.
-Vamos... Será divertido, además esta historia no es tan fuerte como las otras, de hecho no me produjo ni un poco de miedo. -Dijo tratando de darle confianza al pequeño. Yo solo estaba acostado en el sofá "leyendo" Delirium. La verdad era la quinta vez que me lo leía, por lo tanto no le daba importancia a que estuvieran gritando frente a mí, porque digamos que... Los chicos hablan un poco fuerte.
Cerré los ojos dejando que un leve suspiro se escapara de mis labios, cerrando el libro no sin antes marcar la página en donde había quedado y me dispuse a pararme para tocar delicadamente el hombro de Jimin. -Hey... Creo que no deberías ir por allí asustando a bebés indefensos. -Dije en tono de broma para no sonar tan amargado, y porque igual sentía un tanto de curiosidad.
-¡Hyung! No soy un bebé... ¡Y menos indefenso! -Me dijo el acusado cruzándose de brazos y piernas, ya que estaba sentado en el suelo. Esto hizo que todos comenzamos a reír divertidos ante la acción de nuestro maknae.
-Bueno... Entonces dejemos que Jimin cuente su estúpida historia y terminemos con esto de una vez. -Dije con una sonrisa de medio lado mientras el nombrado pasaba uno de sus musculosos brazos por sobre mis hombros dándome un rápido beso en la mejilla, siempre lo hacía ya que gracias a mi se salía con la suya. Ante su actuar sentí la mirada atenta de V sobre mí, pero no le tome importancia ya que estaba enojado con él por una pelea que habíamos tenido anoche.
-Me parece razonable, estoy curioso... Cuenta ya tu puta historia. -Dijo Suga cruzándose de brazos y mirando Jimin haciéndole un lado para que se sentara junto a él. Ese maldito hábito de los chicos de sentarse en el suelo teniendo tres sillones enormes. -¡Vamos! La noche es corta y mañana tenemos que viajar temprano. -Gritó apurando al cabeza de músculo que tenía como compañero de grupo.
-Está bien, está bien. -Se sentó en el suelo llevándome con él y sentándose entre sus piernas.- Bueno, la historia empieza así. En el año 1956 en una casa de campo ubicada a las afueras de Busan, vivía una familia compuesta por tres personas, el matrimonio y su hermosa y tierna hija, llamada HaNeul de siete años. A ella le gustaban mucho las muñecas de todo tipo, tenía de trapo, de porcelana y de otros materiales. Un día, la pequeña estaba jugando en el gran ante-jardín que poseía la casa y a lo lejos vio una muñeca colgada de un Sauce llorón que se ubicaba en un río cercano al hogar de la familia. Ante la curiosidad de saber quién había dejado esa muñeca allí, HaNeul corrió hasta esta lo más rápido que sus cortas piernas le permitieron. A medida que se iba acercando a la preciada muñeca, se dio cuenta que esta era muy bonita, de porcelana y con un vestido de la época. Le faltaba su brazo y su pierna derecha, además de tener un ojo fuera de lugar, pero raramente eso no le quitaba lo hermosa. Bajó a la muñeca de la cuerda donde estaba colgada
y se fue a su casa para apreciar su nuevo juguete hasta antes de irse a dormir. Cuando estaba jugando entretenida con la que desde ese día sería su nueva amiga, se dio cuenta de que tenía algo escrito en su espalda. Nadie sabe qué era lo que decía, pero lo que estaba tallado en el pequeño juguete hizo que la tierna HaNeul fuera con terror hasta el primer piso de su gran casa y encerrara a la muñeca en un cofre de madera que se encontraba en el comedor.
Todas las noches, la madre de la acompañaba hasta que se durmiera mientras esta cocía con su máquina, y esa noche no era la excepción. Cuando HaNeul ya estaba a punto de dormirse, escuchó a alguien subiendo las escaleras mientras con una voz tétrica e infantil cantaba "Uno, dos, tres, cuatro voy subiendo muy despacio". Alarmada, la pequeña le dijo a su madre lo que había escuchado y que alguien venía subiendo las escaleras, ella solo le respondió que eran estas al crujir, que se relajara y que se durmiera pronto. Luego de un rato volvió a escuchar el sonido de alguien subiendo las escaleras cantando "Cinco, seis, siete, ocho ¿ya ves? Falta muy poco". La pequeña volvió a mirar a su madre con terror contándole lo que había escuchado, a lo que ella volvió a responder que se calmara y durmiera, para luego apagar las luces e irse a acostar. HaNeul se tapó hasta la cabeza con las mantas de su cama, y con un terror enorme sintió la respiración de alguien cerca de su cara. "Nueve, diez... Te atrapé".
A la mañana siguiente, la madre se levantó un tanto curiosa al no encontrar a su pequeña hija despertándola. Así que fue rápido al cuarto de la pequeña para encontrarse con la peor de las imágenes. Su pequeña, la luz de sus ojos estaba muerta, sin su brazo y pierna derecha y con un ojo fuera de lugar y a un lado… la muñeca que había encontrado el día anterior en perfecto estado.
-¿Y qué pasó con la madre? -Preguntó con un tono de voz bajo y quebradizo J-Hope, ese chico se podía ver muy fuerte y valiente, pero de todas formas se asustaba con pequeñeces.
-Por lo que supe, ella luego de ver a su hija en tal estado se suicidó y sobre el padre, nadie sabe qué pasó con él. -Dijo encogiéndose de hombros Jimin, para luego abrazarme por la cintura. Era algo incómodo, pero al ver la cara de celos de TaeHyung no me resistí y terminé apoyando mi cabeza en su gran pecho.
-Bueno chicos, basta de muñecas malditas e historias de terror, los quiero a todos en sus camas ahora, que mañana tenemos que ir a Busan a grabar parte del video. -Alzó levemente la voz nuestro líder, al cual (aunque no parezca) le tenemos mucho respeto, por lo que fuimos rápidamente a nuestros cuartos a descansar.
-¡Buenas noches! -Dije en la puerta de mi habitación para luego entrar a esta, encontrándome con TaeHyung sentado en mi cama. No me entraba en la cabeza cómo alguien podía verse tan sexy enojado, o eso supongo porque tiene el ceño fruncido. -¿Qué haces aquí? -Dije tratando de sonar duro, cruzándome de brazos y apoyarme en la puerta sin antes cerrarla.
-¿Por qué estabas tan acaramelado con Jimin? -Preguntó furioso mientras se levantaba de la cama y se acercaba a mí de manera rápida, rodeando mi cintura con sus brazos y acercando en demasía nuestros rostros. -¿Que acaso él te da más duro? o ¿Te diste cuenta que te excitaban más los hombres musculosos? -Se notaba que estaba cegado por los celos, ni siquiera podía expresarse de manera madura.
-¿Te importa? después de todo… yo no era relevante en tu vida ¿verdad? -Dije en tono irritado, sacándole en cara esas dolorosas palabras que me había dicho la noche anterior. Él solo soltó un bufido y me dio un brusco y desesperado beso. Yo solo correspondí, extrañaba sentir sus labios contra los míos. Pero tenía dignidad así que luego de un rato lo separé y lo miré con cara de indignación directo a los ojos. -¿Crees que soy tu puta o algo así? -No respondió, solo bajo la mirada al piso, eso dolió más de lo que creí. -Vete… no quiero verte. -Cerré los ojos fuertemente, para luego de unos segundos sentir como la puerta era cerrada de golpe.
No podía creer que la persona con la cual llevaba saliendo siete meses, la cual amaba y pensaba que me correspondía no respondiera ante esa sencilla pregunta, de mis ojos comenzaron a caer lágrimas unas pocas lágrimas, no era de esas personas que lloraba por cosas insignificantes, pero esto en verdad había herido mi orgullo… y también mi corazón. Me acosté rápidamente en mi cama, solo quería dormir y olvidar el simple hecho de que la persona de la cual estaba perdidamente enamorado… tal vez solo había estado jugando con mis sentimientos.
-Al día siguiente.-
Ya estábamos dentro del vehículo que nos llevaría a Busan, no había abierto la boca desde que nos subimos a este, solo me dediqué a mirar por la ventana todo el camino. Hasta que repentinamente el auto se detuvo…
-¿Qué pasó? Estamos atrasados y aún no llegamos. -Exclamó un tanto enojado nuestro manager.-
-Lo siento, pero esta chatarra se ha descompuesto, lo único que nos queda es esperar, y por lo que veo no podremos emprender camino hasta mañana por la mañana.
-¿Qué haremos entonces? -Preguntó curioso el maknae mientras miraba al manager dejando que un dulce puchero se formara en sus labios.
-¿Qué tal si nos quedamos en esa casa que esta allá? De todos modos se ve como si estuviera abandonada. -Dijo V desinteresado apuntando hacia una casona antigua que se encontraba al otro lado de la carretera.
Esperen…
¿Ese no es un Sauce llorón?