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crystall ...larry stylinson por kurtmalik

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

bueno este fic ya lo habia subido con personajes de tokio hotel, solo asta el segundo capitulo , desidi adaptarlo a larry stylinson por que amo este bromance o romance con otra cuenta por que olvide mi  contraseña que sosa, lo se.

espero que les guste sugerencias, comentarios son muy bien resividos y nada , mucho romance, muchisimo drama, sexo xD un toque de humor tampoco mato a nadie.

Notas del capitulo:

...

capitulo 1.

"ENTRETENME"

vísperas de navidad, se  suponía que era la época más tranquila del año, donde todas las familias radiaban de felicidad, donde para mí, en esos tiempos   no me importaba nada  más que mis regalos y estar cerca de mi familia, compartiendo nuestras galletas de avena en la chimenea y jugando con nuestros nuevos y ostentosos regalos.

La abuela siempre llegaba con sus típicos  abrigos hechos a nuestra medida, decía que era mejor cuidarse lo suficiente que enfermarse en esta  tan maravillosa época, eran ridículamente espantosos.  Mamá  asía las mejores galletas que yo avía probado, Gemma mi hermana mayor y yo siempre peleábamos por la ultima galleta, parecíamos unos verdaderos  niños… Y papá, papá siempre traía los mejores regalos, patinetas, juegos de video, películas y los mejores chocolates de toda Inglaterra.

Yo estaba en plena adolescencia, al igual que Gemma, era la edad para experimentar. “la preparatoria, los mejores años de tu vida”, mamá   siempre fastidiaba con esa frece, para mí  era lo mismo; los mismos compañeros inútiles que  no paraban de reírse de ti, las mismas mocosas creídas con aires de diva, y el mismo hijo de puta que no para de fastidiarte “chupas, marica”, “lame  pollas” y cosas de ese estilo eran sus insultos favoritos.

Para mí era la misma mierda, pisara donde pisara.

Pero  eran vacaciones, yo  ya no  tenía que soportar más a esos ordinarios, a esos animales que lo único que sabían hacer es insultar y  golpearse por mujerzuelas hasta sangrar, me enfermaba.

- ¿Y esa sonrisa?- Gemma me sacudía el brazo  ofreciéndome unas galletas de avena recién horneadas. - parece  como si acabaras de conocer  al actor más famoso del porno gay.-

-parecido- sonreí.                                                                                                 

- ¿Que pasa Harry? ,  ¿Es que acaso te acabas de pajear?-  abrió los ojos como plato ante mi evidente silencio -  ¡hoo!, ¡tu! Maldito cerdo deparado,  ¿te la estabas meneando  en la sala con mi madre y las tías  en la cocina?-

- ¿Es que acaso se te ha olvidado que eres mujer?-  pareció enfadarse, para lo que me importaba.

- Siempre lo dije-  me decía  decidida dejando la vasija con  galletas  en la mesa de centro- tu  sí que eres un enfermo.-

-estoy feliz, es todo.-  estire la mano agarrando un  par de galletas, el olor se dispersó por toda la sala, inhale su aroma, se me hacía agua la boca de solo olerlas – exquisitamente deliciosas.-

-Harry- me llamaba seriamente Gemma.

- que quieres- y so estaba ahí, concentrado, mordiendo las galletas de almendras con avena importándome muy poco el resto de  los demás.

- tienes que ayudarme-

Mire la expresión de Gemma, se veía preocupada. Quise hacer como si no me importara su problema en lo más mínimo, pero después de todo era mi hermana. Tenía que escucharla.

-Estoy enamorada.- soltó de repente.

-¿De verdad?- fingí sorpresa. -  En realidad no me sorprende.-

- esto es serio Harry, siento como si…-

-¿Tuvieras mariposas en el estómago? -  Concluí su frase.

- ¡sí!- afirmaba emocionada.

- Eres tan patética, que me da flojera escucharte.-

-Es porque tú nunca te  has enamorado.- Su mirada de repente se apagó, el brillo que tenía en sus ojos se avía extinguido dejando en ellos una tristeza y una rabia evidente. -para ti lo único que  importa es verte bien, que calzado vas a usar hoy, y que polera te convine más.-

- hace una semana me dijiste lo mismo de… ¿Cómo era?  ¿nick?, ¿y me hablas de amor? – Pareció haberse quedado muda, como si el ratón de aquellos cuentos infantiles le hubiese  cortado  la  lengua.-  tu solo buscas una excusa para para acostarte con ellos, para sentir placer, no eres más que una lujuriosa en busca de sexo.- pareció herirla.

- ¿Y tú Harry?, ¿y tú qué?, jugando al señor perfecto, al que todo le sale bien, no eres más que una basura vestida  con trapos de marca.-

-¿otra vez peleando?, ¿es que no piensan saludar a su viejo y desgastado abuelo?-

- ¡abuelo!- Salí corriendo a abrazarlo, sus  viejas manos me abrazaron y sentí su suave  aroma  vagar por mi nariz.

El abuelo Harold estaba teniendo graves problemas con su salud, y eso realmente me afectaba, después de todo es mi abuelo le tengo un gran cariño, además es el único que me apoya  en cuanto a mis revelaciones  para con mama, ella nunca aprobaba que yo comprara ropa tan cara, que  guardara el dinero porque ya estaba próxima mi entrada a la universidad.

La abuela siempre se enojaba, y se ponía de parte de mi madre asiendo bufar de coraje a mi abuelo. El abuelo y yo teníamos una especie de conexión, nos gustaban las mismas cosas, a él siempre le agrado la ropa costosa, de marca, al igual que a mí. Era genial ser su nieto.

-¿Acaso no piensas  saludar a este vejestorio?- Se dirigía a Gemma, pero ella parecía  fría, distante ante el abuelo.

- Con el pequeño marica llenas, ¿no?- Le dijo con una rudeza como si se estuviera dirigiendo a  un completo desconocido.

Salió de la sala ignorando a mi abuelo, la abuela se adentraba a la casa con algunas maletas mientras mi madre salía  se la cocina apresurada a ayudarle. El abuelo se incorporaba ayudándole a mi madre dejando algunas maletas   acomodadas ordenadamente en  una de las esquinas del salón.

Y  yo solo me quede ahí, mirando como al pasar las horas llegaba cada vez más y más gente, y la monotonía de la casa, incluso de mi vida cambiaba completamente. El ambiente se fue llenando de esa calidez que solo se podría lograr si una familia estaba fuertemente unida.

Después de abrazar a la abuela y de escuchar sus  repetitivos consejos, Salí corriendo a la habitación de Gemma, nuestras peleas duraban muy poco tiempo, siempre nos reconciliábamos  después de dos o tres horas. Eran solo pequeñas peleas y caprichos que olvidábamos cuando  ocurría algo grandioso para los dos.

Abrí la perilla de la puerta y ahí encontré a Gemma  tratando de ocultar algo  con la almohada con dibujos impregnados de Mike mouse.

-Usualmente cuando quiero entrar a tu habitación  toco antes de entrar, ¿Por qué no haces lo mismo tu maldito mocoso?-

Reconocí al   instante lo que  ella trataba de ocultar, era una pipa, de esas que usan los drogadictos para quemar sus porquerías.

El ambiente se avía tornado tenso , yo solo  me limitaba a verla  tratando de que mi corazón  dejara de saltar salvajemente; como si en cualquier momento fuera a salirse, como   si  en cualquier instante   fuera a despedazarse , como un mísero pedazo de vidrio, como  un mísero y quebrantado  cristal.

-¿Qué quieres?-  Pregunto sin más.

- la abuela  ya está aquí, bajemos y saludemos a los tíos.- sugerí. Me miro con una cara de total intranquilidad, moviendo las manos nerviosamente, mas sin embargo no dije más. No dije más porque eso implicaba destruir por completo la imagen que yo mismo me había creado de mi hermana, esa mujer fuerte y vulgar que no se dejaba vencer por ninguna adversidad por lo más grave que esta fuera.

-bajo en seguida.- Apenas pude escucharla, estaba  sumiso   en mis pensamientos, intentando creer que  a ver esa cosa en las manos de mi hermana no implicaba que ella estuviera  consumiendo esa basura, me esforcé en pensar que lo que avía visto  habría sido producto de mi tormentosa imaginación, y que exagerando como siempre imagine algo que no estaba allí, que no pasaba, que no era real.

Cerré la puerta tratando de no encontrarme los ojos de  mi hermana,  sentí una presión fuerte en el pecho al cerrar la puerta tras de mí, recargándome en ella,  seguido de un calor intenso que  hubiese jurado  que me estaba quemando por dentro, desde el pecho hasta la garganta.

-Lo vio.-

Me recargue en la puerta tratando de que mi corazón se desacelerada un poco, apreté con mi mano  el pecho sintiendo como el corazón estaba a punto de salirse.

-No quiero seguir con esto Louis, no me gusta, y creo que ya me han descubierto.-

 

“Desde ese momento la vida de nuestra familia comenzó a cambiar”

Pasando los días, navidad y año nuevo  quise pretender como si no hubiera visto ni escuchado nada, Gemma también hiso lo mismo, no se habló del tema, yo porque no me atrevía a sacarlo a la luz y ella por miedo a  que le dijera a mis padres la clase de persona que se estaba convirtiendo.

Las vacaciones estaban a punto de terminar, y la situación en la que yo estaba inmiscuido comenzaba a tornarse más y más dura. Gemma salía todas las noches diciéndole a nuestra madre que iría con unas amigas, no llegaba hasta el siguiente día, y juraría que a mi madre no parecía importarle, el estúpido de mi padrastro Mike no hacía  nada más que gastarse el dinero  que traía mi madre de las ventas de su joyería, y mi padre  que desde navidad que no ha vuelto a poner un pie en esta casa. Por eso yo amaba tanto la  navidad, porque esos eran los únicos días donde en esta casa se podría respirar la tranquilidad, la calidez de una familia.

Me comenzaba a entrar la curiosidad, saber a dónde y con quien  salía todas las noches Gemma. Una noche sin más  ella se preparaba para salir como usualmente lo hacía, se arreglaba más de la cuenta y si yo no la  conociera  apostaría que viéndola por las calles a altas horas de la noche la hubiese confundido con una puta.

-me marcho.- avisaba de antemano agarrando su bolso, me revolvió el pelo como lo  hace un padre a su hijo cuando saca una buena calificación y me brindo una  cálida y sutil sonrisa.-duerme ya torpe- me dijo marchándose de ahí.

Pero yo tenía otros planes, debajo de la pijama  traía puesto unos pantalones negros  informales y una  polera roja, estaba listo para seguirla, ¿jugar al detective?, lo hubiese pensado si no fuera  porque en ese mismo momento me moría de miedo de salir solo por ahí , por esas sucias y frías calles que eran muy comunes en Inglaterra.

Como pude me  saque la pijama  y busque  en la mesa las llaves del carro de Mike, tendría que ser muy cuidadoso si no quería chocar su porquería, ya que estaba seguro que  el muy canijo le cobraría cada centavo a mi madre.

  Espere a que se adelantara, Salí  impaciente a curiosear, escondiéndome en los arbustos del jardín para no ser  visto, observe como un enorme auto  que se estacionaba frente a la casa, un señor  gordo y de edad avanzada bajaba  de él  sonriéndole maliciosamente a mi hermana, parecía no importarle y yo sentí una gran rabia a cambio. Se marcharon tan silenciosamente como el sujeto avía llegado. Corrí asía a el auto y muy silenciosamente los seguí, me esperaba dos calles  antes para no levantar sospechas, y parecía haberlo logrado. Estaba muy concentrado en no perderles el rastro  que cuando me di cuenta en donde  estaba empecé a tener de verdad miedo, eran  grandes y tétricos lotes baldíos,  construcciones de edificios enormes no terminados, apenas avía un farol de luz por cada 5 calles y era realmente tenebroso.

Estacioné el auto donde pude y salí alumbrado tan solo de  la lámpara de mi celular, el enorme auto se estacionaba a dos calles  delante, y no queriendo tenía que apagar el celular de ratos para no ser visto. Aunque  no entendía por qué diablos yo estaba en esta situación camine lo más rápido y silencioso que pude  pisándole  casi los talones a mi hermana, el miedo comenzó a invadir mi cuerpo por completo, mi corazón se comenzaba a acelerar, y mis piernas cada vez me respondían menos, el sudor comenzó a hacerse presente en mi cuerpo cuando pude ver a mi hermana abrazando a un tipo, no podía verle la cara y sería estúpido  alumbrársela con mi lámpara. El corazón se me encogió  mirando como  ese cerdo  acariciaba el cuerpo de mi hermana en frente de  algunas otras personas que los rodeaban. Quise por un momento correr y partirle la cara pero recordé que yo no era  grande ni fuerte  y  siendo sincero dudaba un poco de mi inteligencia.

Sentí que me rodeaban la cintura con una fuerza bestial, como esa mano estaba apuntó de  quebrarme  las costillas con su fuerza, quise gritar pero el muy astuto me tapo la boca, patalee como loco  intentado pegarle  en su miembro pero era inútil, el dolor en mi abdomen era demasiado fuerte y comenzaba a quedarme sin aire. Fácil me arrastro  hasta donde mi hermana y los demás hombres, yo sentía que estaba a punto de perder la conciencia, la vista se me nublaba y  ya era difícil distinguir a mi hermana entre tanta multitud.

-¡Harry!- escuche mi nombre entre tantos murmullo, pero ya era asta difícil saber de dónde provenía.- ¡suéltalo!-

-¡llévatela!- un grito aturdió mis oídos y sentí que pronto me desmayaría de tanto dolor.

-¡Louis!, no le hagas nada, ¡suéltame!, ¡Louis!- Los gritos de las personas aumentaban cada vez más, los gritos y el dolor que ese inhumano me proporcionaba.

-suéltalo.-  ordeno una voz  tenue.

Fui aventado cruelmente al suelo duro, importándoles muy poco si moría ahí o no,  me agarre la barriga queriendo que así se calmara un poco el dolor, tomando grandes bocados de aire  a la vez.

-este intruso nos estaba  espiando.- levante la mirada pero mi vista era aún borrosa, pude reconocer al señor que recogió a mi hermana mirándome con la misma sonrisa lasciva con la que la miraba a ella.

-¿así que un intruso he?- voltee asía todas partes, y en donde quiera que lo hacía  avían hombres a mi alrededor y algunas mujeres con atuendos extravagantes los acompañaban, levante la vista por  segunda vez y esta  vez pude ver a un muchacho, parecía de mi misma edad, su cara parecía no expresar ninguna clase de emoción, solo me miraba, paciente a que  yo dijera algo, .

-¿Eres mujer?-  me pregunto sonriéndome de repente.

Me quede callado, y no  por que quisiera, realmente no podía ni emitir ningún sonido, mi cuerpo era demasiado delgado y débil, con seguridad podría jurar que algo se avía dañado ahí dentro.

-te han hecho una pregunta.-

Me jalaron del pelo levantándome casi por completo de este mismo, las lágrimas fueron inevitables, y cayeron rápido empapando mis mejillas, sentía como si en cualquier momento mi pelo fuera a desprenderse de mi cabeza.

-pero si es un jovencito.- reía divertido el mismo que me jalaba el pelo,  sentí su asquerosa mano tocar mi entrepierna, y no pude hacer nada ni siquiera quejarme.

-no me gustan los hombres.- reía el   fascinado por lo que veía- pero esta vez puedo hace una excepción.-   acarició mi cara sin dejar de verme, y yo tampoco podía dejar de hacerlo, pero a diferencia de él, yo lo hacía con odio puro.- no, no podría, hagan lo que quieran con el.-

-¿podemos jugar con el Louis?-

- pueden hacer lo que  quieran con el.- les dijo marchándose de ahí. De inmediato sentí  varias manos tocarme de una manera tan nauseabunda que me sentía igual o peor que una prostituta.

-¡espera!- de donde pude saque fuerzas para gritarle, entendí de inmediato que él era una clase de jefe, y que si él ordenaba que me dejaran todos estos cerdos lujuriosos simplemente lo harían.-  diles que no me hagan nada.- mi voz era tan quebradiza, tenía miedo, verdaderas ganas de llorar porque sabía que si el cruzaba ese lumbral de oscuridad por donde avían llevado a Gemma, estos hombres acabarían por quebrarme.

- ¿Qué interés podría tener yo en salvarte?, ni siquiera eres una mujer.- se rasco la cabeza acercándose nuevamente asía  mi.-  además, mis amigos tienen hambre, y no han comido hace años.-

- solo quería… proteger a… a mi hermana- alzo la ceja en respuesta de sorpresa, y entonces supe que lo entendió, pero no estaba seguro  de que eso le importaría.

-¿así que Gemma es tu hermana?- su voz, su voz era tan tranquilizadora, y que a pesar de  estar gravemente herido no supe porque me tranquilizaba tanto escucharlo, o tal vez era porque con un  simple “déjenlo” proveniente de él  me podría sacar de esta miserable situación.- debiste entonces quedarte dormido  como ella te lo ordenó, pero eres un niño muy desobediente, los niños malos tienen que ser castigados pequeño, yo no puedo hacer nada-  se alejó nuevamente de mí.

 

-Louis…- susurre su nombre en el aire al recordar cómo alguien lo llamaba  así. Mire  su sobra como se desvanecía  y con él toda esperanza de salir con vida de aquí, me sentí hecho trizas  y cerré los ojos con fuerza y sentí unos brazos que me cargaban sin  el menor cuidado de mi situación , sin darme cuenta caí en un sueño profundo, en el cual estaba seguro que no  despertaría...

Notas finales:

...


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