Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor contra promesa por Dragon no Shiryu

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, éste es el primer fic que escribo de Ranma, espero que les guste y que lo disfruten mucho ºuº

Notas del capitulo:

Bueno, pretendía que fuera one shot, pero nadamás no me deja publicarlo bien, disfrutenlo mucho y si quieren escribirme un coment, lo espero con gusto :)

"No puedes guiar el viento, pero sí puedes cambiar la dirección de tus velas"

 

Como de costumbre, caminaba a paso firme a la escuela Furinkan, tratando de equilibrarme sobre la reja color verde bajo mis pies. Por alguna extraña razón, ese día me había despertado más molesto que de costumbre, quizás se debía al sueño sin sentido que tuve, corriendo incansablemente detrás de una chica... o eso era lo que yo creía, hasta que se dio la vuelta y me di cuenta que era hombre, un hombre que yo conocía muy bien y que no me gustaba para nada haber visto infiltrado en mis sueños. Pero eso no era lo más grave, él había intentado besarme y yo... bueno, la verdad es que en ese momento, tras unas cuantas reflexiones, ya me daba igual, sólo era un sueño.

Akane no dejaba de decirme cosas molestas para pelear. Desde hacía días que yo ya no estaba interesado en continuar con nuestras ridículas pláticas de adolescentes que siempre terminaban poniéndome de malas y sin poder hacer nada al respecto, después de todo, era una chica a la que yo no iba a golpear, mas aún por tratarse de mi prometida, si es que aún se podía llamar así. Llegamos un poco tarde, como siempre, pero ni siquiera presté atención al regaño del profesor, de todas formas quería salirme de clase.

-¿Qué pasa?- Akane, molesta, interrumpió mis pensamientos al salir detrás de mi -¿por qué estas tan distraído, Ranma? estuviste a punto de perder el combate contra Kuno Tatewaki por una tontería... además nos sacaron de clase...-

-¡Ya basta Akane!- le respondí enojado, Kuno Tatewaki y las clases eran lo que menos me importaba ahora -no fué mi culpa que llegáramos tarde, si no hubieras estado mirando tanto tiempo al prometido de tu hermana, el doctor Tofu, no nos hubiéramos retrasado-

-¡Hay ya cállate Ranma! ¡Te odio!- me dijo enojada, pero cuando su mirada se dirigió a la mía, no pude evitar notar cierta tristeza en sus ojos, como si las palabras que siempre me decía, entre ellas, te odio, púdrete, te detesto, eres un depravado, no te incumbe o cállate, ya no las sintiera más, no sé como explicarlo, pero lo notaba en sus forma de observarme. Se levantó rápidamente y arrancó a correr.

 

-------

Nabiki Tendo me había dicho un par de días antes que Akane se había enamorado de mi, pero eso me resultaba casi imposible de creer, ¿cómo iba a enamorarse de mi?, sabía que Shampoo y Ukyo, e incluso al extraña hermana de Kuno, Kodachi, estaban ilusionadas conmigo, pero no pensaba eso de Akane, ella dejó claro desde el principio que no quería casarse, mucho menos con alguien como yo, pero tuve que aceptar que Nabiki estaba completamente en lo cierto cuando me encontré con mi "prometida" en la entrada de la escuela, esperándome para regresar.

-¿Por qué ya nunca peleamos Ranma?- me preguntó mientras caminábamos a casa en silencio, como si añorase las incansables peleas que, hasta hace unas semanas, yo también disfrutaba, pero que habían dejado de ser interesantes, y no tenía la menor idea del por qué.

-Bueno... no lo sé Akane, tal vez ya crecimos, ¿no lo crees?-

-Pero yo... yo extraño pelear- saltó hasta quedar frente a mi -es como si ya no fueras Ranma...- pude notar un leve sonrojo y luego una mirada triste -al menos de ésa forma estoy segura de... de que me odias-

La miré sorprendido

-¿Quieres que te odie, Akane?, ¿qué diablos estás diciendo?-

Ella me miró de nuevo y sin esperar, me dió una bofetada tremenda

-Es sólo... ¡que detesto tu indiferencia, Ranma!- gritó con cierto dolor en la voz y arrancó a correr a casa, si no fuera porque la conocía bien, diría que se había ido llorando.

 

Esa noche, Kasumi se acercó a hablar conmigo

-Ranma... tal vez creas que ésto no es de mi incumbencia, pero... vi a Akane llorar en su cuarto cuando llegó de la escuela, ¿tu sabes que le pasa?- me preguntó mientras yo estaba acostado en la hierba mirando las estrellas ¿qué podría yo contestarle?

-Bueno... creo que extraña pelear conmigo... y extraña que le diga que la odio, al parecer-

-¿Qué?- parecía desconcertada, y con razón, ¿por qué querría Akane sentirse odiada por mi?

-Eso es lo que me dijo antes de salir corriendo ésta tarde, me preguntó el por qué de que las peleas se hayan terminado y después me dijo que detestaba mi indiferencia... pero creo que es mejor así ¿no crees Kazumi?, es mejor ignorarnos un poco que pelear todo el día-

-Ya entiendo... yo no lo veo así Ranma, si Akane quiere pelear contigo... bueno, no es porque quiera que la odies, en realidad tu falta de interés la hace pensar que ya no te importa-

-¿Qué?- ahora el sorprendido era yo -pero.. ella... ella siempre ha dejado claro que no me quiere cerca, y que no está de acuerdo en casarse, no entiendo por qué de pronto le importa tanto si me es o no indiferente...-

-Porque se enamoró de ti, Ranma- me interrumpió Kasumi con voz paciente -Akane finalmente se enamoró de ti, y al parecer, tu también de ella, o alguna razón debe haber para que ya no quieras pelear y discutir como siempre... ¿es eso Ranma?-

Al fin tenía claro el comportamiento de Akane, el que no estaba nada claro era el mío, al hacerme esa pregunta me di cuenta que no, no estaba enamorado de ella, pero también me di cuenta de que nuestra futura boda se interponía en algo que yo deseaba, algo que no podía poner muy en claro ¿era Shampoo?, no,  ¿era Ukyo?, no, ¿era Kodachi?, no. ¿Qué era lp que me impedía sentirme bien ahora? Akane estaba enamorada de veras, lo que significaba que si empezábamos de cero y yo la trataba bien, quizás descubriría a la dulce chica que conocí el primer día que llegué a esta casa, convertido en mujer, esa chica que me trató con gentileza, y era una idea un tanto emocionante, pero... no, no era eso lo que yo quería, ¿qué pasaba conmigo? tal vez sólo necesitaba encontrar a la mujer indicada para mi y por mucho que le doliera a quien fuera, esa chica no era Akane. Miré a los ojos a Kasumi y suspiré

-No... no lo sé- le respondí y me levanté de la hierba -tal vez lo descubriré con el tiempo- le dije y me dirigí a mi habitación. Quería creer que era una mentira, pero hasta yo mismo me di cuenta de que esa mañana, Akane miraba al doctor Tofu de otra manera, como... como si quisiera sentir algo por él pero le fuera imposible, ya no lo veía con esos ojos enternecidos con los que lo miraba cuando la conocí.

 

 

-------

Estaba arriba en mi habitación, pensando en todo eso, no entendía la razón de que nada me hiciera sentir lo suficientemente satisfecho, no me ilusionaba Akane ni ninguna de mis conocidas, ninguna chica de la escuela, nadie por quién sentir un amor imposible, nada. Suspiré abatido e intenté conciliar el sueño, cuando escuché la puerta de mi cuarto, era Akane. Le dirigí la vista y la vi avergonzada, con ropa diminuta en el cuerpo. No sé que cara puse, pero al parecer de gusto no fué, porque ella se dió cuenta de inmediato y abrió la puerta de nuevo 

-Perdóname, Ranma, no quería molestar...-

-No...- suspiré, no era así como debía comportarme, obligado o no, yo era su prometido -no te vayas...- me di cuenta del brillo en sus ojos cuando se volvió para mirarme y luego cerró con seguro y se acercó hasta mi 

-Perdóname por golpearte- me dijo en voz muy baja y arrepentida, ¿me pedía perdón? ¿desde cuándo me pedía perdón por algo?, era la primera vez que recordaba algo así

-Akane...-

-Shh... no digas nada- me puso un dedo en los labios y se sentó sobre mi regazo, con una pierna a cada lado -no hables Ranma, sólo demuéstrame... demuéstrame que no has perdido interés en mi... aunque sólo sea para disgustarme-

No comprendía sus palabras, pero lo que vino a continuación me hizo darme cuenta de aquello a lo que quería llegar. Se acercó y me besó deseosa, atrapando mi espalda entre sus brazos, y yo sólo abrí los ojos, cada vez más sorprendido con sus gestos, jamás imaginé que llegaría éste momento, en que ella juntara sus labios con los míos por voluntad propia, y comenzara a mecerse sobre mi cuerpo, moviendo sus caderas y susurrando onomatopeyas entre besos. Pero he aquí lo más extraño, lo que me hizo darme cuenta de que había algo extraño conmigo. No me emocioné con el beso, no sentí nada, no me excite con su vaivén, no sentí deseo alguno, nada... nada de nada. Traté correspondiendo al beso, y lo hice por un rato pero no, no me sabía a nada, ni su cuerpo sobre el mío era capaz de despertar ningún instinto, que sabía yo que debía estar escondido en alguna parte, y era esa la causa de que me sintiera tan vacío, incapaz de ceder a un corazón que me quería, incapaz de ceder a un impulso carnal de alguien que me deseaba, porque sentía como si estuviera besando a una muñeca. Justo en ese momento escuchamos pasos acercarse a mi puerta, Akane se apartó de mi justo a tiempo, pues en ese instante, la puerta se abrió y el señor Tendo entró a mi habitación, seguido de mi padre, y sin que ellos se dieran cuenta... "Pechan" entró corriendo hasta nosotros. 

-¡Akane!- exclamó el señor Tendo incrédulo y abriendo los ojos de par en par, al igual que mi padre, luego, ellos se miraron y volvieron a dirigirse a nosotros -¿qué diablos haces en la habitación de Ranma? ¿es que no sabes que debes esperar hasta la boda para dormir en la misma recámara?-

Akane parecía abochornada y por un instante pareció la misma de siempre

-¡No! ¡yo no...! yo no quería estar en su recámara ésta noche... es sólo...- bajó la vista en busca de una explicación que estaba justo al alcance de sus ojos y de sus manos, literalmente, y ella se dió cuenta. Tomó a "Pechan" y me lo lanzó rápidamente -es sólo que vine a pedirle a Ranma que bañe a Pechan... ¿verdad Ranma?- me dirigió una mirada que suplicaba complicidad, y claro que si no aceptaba, me metería también yo en un enorme problema.

-Ehh ¡claro!... voy a bañar a Pechan... ella me lo pidió hace unos minutos, sólo vino para dejarlo aquí conmigo-

El señor Tendo frunció el ceño satisfecho

-¿Y por qué no lo bañas tu, Akane? es tu mascota y jamás he visto que lo bañes, siempre es Ranma quien lo limpia-

-Bueno... es porque... Pechan necesita agua muy caliente, y no quiero que Akane vaya a quemarse- le respondí apresuradamente, y claro que siempre lo bañaba yo, o si no, alguien descubriría que su querido "Pechan" era un hombre que se convertía en animal con el agua fría, por eso, la mascota de Akane casi no estaba en casa, sólo pasaba con ella tres o cuatro días del mes, convertido en un cerdo color negro.

-¿Entonces que esperas Ranma? ve a bañar a ese animal antes de que haga más frío- me dijo mi padre y yo me levanté apresuradamente para dirigirme al baño. Cerré la puerta con seguro y miré al pequeño animal en mis brazos. Algunas veces sólo fingía bañarlo, otras, lo bañaba con agua fría, aunque no le gustara, pero ésta vez no podría hacer ni una ni otra, el clima estaba helado como para bañarlo con agua fría y estaba demasiado sucio para fingir que lo había bañado.

-Te vas a bañar con agua caliente y luego te irás a casa... haré creer a Akane que te escapaste de nuevo... como siempre- le dije al cerdito y lo metí en el agua caliente con rapidez.

Un instante después, estaba frente a frente con Ryoga Hibiki, que me miraba a los ojos tratando de cubrir su cuerpo en la tina. Siempre que lo bañaba con agua caliente era así, se encogía como si yo fuese una chica y jamás hubiera visto el cuerpo de un hombre desnudo.

-Gracias, Ranma- murmuró bajando la vista -de cualquier forma iba a irme ésta noche, ésto de ser Pechan ya no me está gustando-

-¿Por qué?- le pregunté extrañado -creí que te gustaba que Akane te tratara así... ¿o no?-

-No me quejo, pero... ya no quiero estar en ésta casa, durmiendo al lado de ella, teniendo una fuerte tentación tan a la mano- me respondió avergonzado.

-Ryoga... de verdad lamento ser yo quien se case con la chica que tu quieres...-

-No Ranma... no es Akane a quien yo quiero... es... es algo que no te puedo explicar-

-¿Y por qué no me puedes explicar?-

-Porque no lo vas a entender-

Suspiré y por primera vez nuestros ojos se encontraron... pero de otra forma, el me miraba fijo y yo lo miraba fijo, como si quisiera adivinar lo que pasaba por su cabeza, ¿qué era lo que no podía comprender?. Empecé a sentir mucho calor, seguramente el encierro en el baño y el agua caliente me hacían sentir así, de modo que me despojé de mi camisa y me quedé sólo con el pantalón, y acto seguido llegó mi respuesta.

No di crédito a la mirada de Ryoga, quien, lo más discretamente que pudo, hizo que sus ojos recorrieran mi cuello y mi torso, lo hizo despacio, recargado en sus brazos, que a su vez estaban sobre la tina. No sé por qué pero algo extraño se despertó en mi, no supe explicarlo en el momento, y sentí como si fuera otro. Aún no alcanzo a explicar por qué le hice la siguiente pregunta, pero no pude evitarlo

-Ryoga yo... ¿puedo entrar contigo?- me arrepentí en seguida, pero ya estaba dicho, sin embargo, para mi sorpresa, Ryoga no parecía muy sorprendido, practicamente podía leer un cierto deseo en sus ojos, pero deseo ¿de qué?. Rápidamente asintió con la cabeza sin quitarme la vista de encima y yo me di la vuelta para desnudarme y entrar despacio en la tina. Estábamos ambos, desnudos en la tina, y de nuevo nos mirábamos a los ojos. Muy despacio, sentí el impulso de hacer con él justo lo que había hecho Akane conmigo hacía un rato, colocarme en su regazo, con una pierna a cada lado, y así lo hice. El parecía sonrojado pero no dijo nada, incluso me ayudó a hacerlo. Sentía mi corazón latir con rapidez, estaba experimentando algo muy extraño, algo que nunca había sentido y por primera vez en varias semanas, ya no sentía ese extraño vacío, esa inapetencia. No puedo explicar cómo fué, pero adiviné por la mirada de Ryoga que él estaba experimentando lo mismo que yo, y sin más, dejé de darle vueltas al asunto, si mi cuerpo lo pedía, si mi mente lo pedía, si mi corazón me lo gritaba, entonces no haría nada en contra de eso. Me acerqué hasta él y lo besé, lo besé muy despacio, muy suave, muy cálido, como el agua que nos envolvía juntos, en esa pequeña tina que parecía enorme a comparación de nuestra cercanía. Ryoga cerró los ojos y me correspondió, como aliviado, como si lo hubiese deseado desde hacía mucho, mucho tiempo. Puso sus manos en mis hombros y yo rodeé su fuerte y ancha espalda.

-Ranma...- me llamó entre besos y nos sumergimos un poco más en la tina, haciendo que el agua cubriera nuestros cuerpos casi por completo, excepto la cabeza. Nos besamos nuevamente, hasta que escuché a alguien llamar la puerta, era mi padre 

-¡Ranma! ¿Pechan esta listo? ¡pronto se enfriará el agua!- lo que significaba que pronto yo sería mujer y él sería un cerdito negro. 

-¡Si... salgo en un momento!- exclamé y me volví hacia Ryoga, se veía asustado, no puedo negar que me dió mucha ternura su expresión. Le sonreí un poco, aún lo tenía entre mis brazos. Me sumergí con él y lo besé profundo bajo el agua, durante un poco más de un minuto y luego salimos a respirar con cierta desesperación.

Nos quedamos ahí un rato más, él estaba recostado sobre sus brazos y yo acariciaba y besaba su espalda

-Ryoga...- sentí cómo se dió la vuelta y me miró con una expresión un tanto inocente, se veía como todo un inexperto en ese tema y la verdad es que yo lo era también -salgamos de aquí Ryoga, antes de que me convierta en una chica y tu en un cerdito negro- le dije sonriendo y el dejó escapar una risa suave. Estábamos completamente desnudos, pero afuera, yo no me atrevía a mirar y él tampoco, estábamos envueltos en una misma toalla, muy grande. Cuando me acerqué a besarlo pude notar que "aquello" que sentí bajo el agua era la excitación del cuerpo de Ryoga, y rozaba... ¡con la mía! entonces esa era la razón por la que no pude sentirme así con Akane, porque era Ryoga, Ryoga era mi razón de más por la que no quería estar con nadie. Pero no estaba bien, yo estaba comprometido, me habían aceptado como parte de una familia.

-¿Nunca te preguntaste por qué no he dejado de seguirte, Ranma?- me dijo y rodeó mi cuello con sus brazos. Cedí un poco y rodeé su cintura con los míos

-Hay, Ryoga- murmuré con una sonrisa y de nuevo ahí estábamos, besándonos y sintiéndonos reaccionar por la pasión, pero justo entonces, escuchamos al señor Tendo y a mi padre hablar en el pasillo y nos sobresaltamos.

-Ranma, es mejor que me vaya- me dijo Ryoga -¿nos vemos mañana?- le respondí afirmativo pero un poco dudoso. El sonrió y me besó en los labios, después se vistió y desapareció en la noche, mientras yo lo miraba desde la ventana del baño. Me vestí también y me apresuré a gritar 

-¡Pechan! ¡vuelve aquí!-

Mi padre y el señor Tendo abrireron la puerta y se acercaron a mi

-¿Por dónde se fué, Ranma?- me preguntó mi padre

-Por allá...- señalé justo la dirección que Ryoga había tomado.

-No es posible que ese animal se pierda a cada momento- exclamó exasperado el señor Tendo

-¡No es un animal!- ambos me miraron extrañados, y claro que no iba a explicarles que no me gustaba que llamaran así a Ryoga -es... la mascota de Akane- añadí un poco nervioso y rápidamente me retiré a mi habitación, excusando que tenía sueño y que el cerdito volvería pronto.

Me sentía un poco incómodo y miré hacia abajo, justo a la parte baja de mi cuerpo y me di cuenta que aquello no había terminado de bajar, aún necesitaba de Ryoga físicamente, y sentimentalmente ni hablar, nadie, absolutamente nadie me había hecho sentir lo que él. Llevé una mano hasta ese lugar y empecé a acariciar pensando en él, sólo en él, y continué así por mucho tiempo, hasta que me ensucié por completo el pantalón, pero estaba mucho mejor ahora, y más satisfecho. Ahora tenía otro problema, estaba enamorado de Ryoga y no podía quedarme a su lado, no podía porque había hecho un compromiso, contra mi voluntad, pero compromiso al fin, de casarme con Akane, y ahora menos podía retractarme, no cuando Akane de verdad se había enamorado y no cuando internamente deseaba a Ryoga, eso no estaba bien, no era lo correcto, y no sólo me afectaría a mi, sino a la familia Tendo, a mi padre y a él. Pero el simple hecho de pensar en alejarme de él me destrozaba por dentro, no después de lo que habíamos pasado en la tina, aunque fuera sólo por poco tiempo sabía que me había marcado de por vida. Decidí simplemente dormir con el recuerdo de él, desde el momento en que lo volví a ver hasta el recuerdo más reciente, ambos besándonos como si fuera la ultima vez, bajo la tina de agua, fuera de ella, ambos acariciándonos y abrazándonos, y fué así que dormí esa noche, pensando sólo en el y yo.

 

 

Llegó la mañana, y con ella llegaba el fin de mi desliz con Ryoga, y no podía creer cuánto me entristecía eso. Toda la familia desayunaba junta, mientras Akane no dejaba de preguntarse por "Pechan", sin tener la menor idea de que pronto estaría de nuevo en casa, para despedirse de mi. Le dije que la alcanzaría en la escuela, así que ella se adelantó. Caminé hasta el patio trasero de la casa y ahí lo esperé. Me sorprendió ver lo temprano que llegaba, y se veía tan emocionado, tan feliz, que incluso hoy me cuesta recordar la forma en que tuve que destrozar todas esas ilusiones.

-Ranma...- se acercó corriendo y me abrazó, y por supuesto que le correspondí al abrazo, ¿cómo podia negarme? no podía evitarlo, cuánto lo quería.

-Ryoga...- acaricié su mejilla -hola... no puedo creer que no te hayas perdido ésta vez-

El sonrió y se acercó a besar mi mejilla rápidamente, suponía que nadie en la casa tenía la menor idea de que Ranma Saotome estaba enamorado de otro hombre, aún viviendo con tres chicas y habiéndose comprometido con una de ellas, estaba enamorado perdidamente de Ryoga Hibiki, y suponía bien.

-Y si es para verte a ti, no volveré a perderme- me respondió y me acorraló en un árbol que estaba lo bastante grande para cubrirnos -no pude dormir nada, Ranma, no dejé de pensar en ti toda la noche, lo poco que soñé fue despierto y fué contigo- sus ojos brillaban emocionados, tan emocionados como se sentía mi corazón de tenerlo tan cerca.

-Tampoco pude dormir- le confesé con una sonrisa, pero él se percató inmediatamente de que algo no iba bien, nada bien.

-¿Qué sucede Ranma?- me preguntó mirándome a los ojos -te ves... triste-

Vaya forma de leer mis ojos, él sabía perfectamente como me sentía, ¿y cómo no estar triste? si estaba a punto de perderlo y él no tenía ni idea. Lo besé en los labios, era como un beso de despedida, y él se dió cuenta, siempre fué un chico muy inteligente y sensible, intuitivo... ni un solo día he dejado de admirarlo por eso.

-¿Ranma?- me preguntó con ojos vidriosos, parecía a punto de llorar, lo noté por su voz, ligeramente más delgada.

-Ryoga...- no sabía por donde empezar, ¿qué podía decirle?, lo quería, y lo quería conmigo, pero no podía ser tan egoista y pensar sólo en mi, sin detenerme a pensar en la familia Tendo, en Akane, en mi padre... y sobre todo en Ryoga, yo no era su mejor opción, ni la peor, yo no debía ser opción para él -... yo... escucha Ryoga... lo de anoche fué... maravilloso, si es que pudiera describirlo con palabras, fué maravilloso y extraordinario para mí, y sé que para ti también... pero...-

-¿Pero...?-

Suspiré y me mordí los labios para no dejar escapar una sola lágrima

-Pero... yo estoy comprometido, Ryoga, y no sólo con Akane, también con la familia Tendo que ha hecho mucho por mi... además... tú sabes que lo nuestro no tiene cabida... no es lo correcto, no es lo que debe ser... quizás yo no pueda encontrar el amor verdadero, porque estoy atado a una persona, pero tú...-

-Espera, Ranma... ¿a qué te refieres con que no es lo correcto?... ¿correcto? ¡correcto es lo que sentimos! correcto es lo que siento por ti, lo que tú sientes por mi, y no me digas que no es así, porque lo sentí, anoche, y ahora también lo siento- me dijo convencido y me miró a los ojos -me iré de tu vida, pero sólo si eres capaz de mirarme a los ojos y decirme que no sientes absolutamente nada por mi, salvo amistad, tal vez, si eres capaz de decirlo mirándome a los ojos me voy en éste instante...-

-Ryoga...- sabía que no podía, no iba a poder mentirle, mucho menos con algo tan transparente como los ojos -no... no me pidas eso, porque no lo haré... no puedo hacerlo, yo te quiero...-

-Lo sé... y yo a ti... y no me voy a ir, puedo hablar yo mismo con la familia Tendo y con Saotome si así lo quieres, con toda la escuela, con Kuno Tatewaki, con Shampoo, con quien tú me digas Ranma, con todo el mundo, pero no voy a alejarme de ti-

-Por favor, Ryoga, sé que no será fácil, pero sabes que no es así como debemos hacer las cosas, di mi palabra y no puedo quedarme a tu lado como yo quisiera-

-¡Ranma!- ésa vez si estalló en lágrimas de desesperación, porque el pobre Ryoga tenía enfrente al hombre más necio y testarudo de todos, pero éste hombre terco lo amaba, y él se daba cuenta -¡date cuenta! ¿cómo puedo alejarme de ti? si tu me quieres y yo a ti- recuerdo su expresión al ver mi negativa, como si su alma se partiera en mil pedazos -Ranma...- suplicó con la voz entrecortada y dolorosa, todavía me arrepiento por eso.

-Lo siento tanto... te lo juro que me duele tanto como a ti- murmuré pegando mi frente a la suya -pero es mejor ahora que después, cuando me sea prácticamente imposible abandonarte-

-Entonces esperaré hasta que ese momento llegue y te quedes conmigo...- lloraba, sollozaba, me dolía tanto escucharlo así, y lo peor era que la causa de su dolor era yo

-Perdóname- le dije abrazándolo -perdóname, pero no puedo, aunque sea lo que más quiero en el mundo no puedo- lo sentí corresponder al abrazo y lo dejé desahogarse en mi hombro, lo dejé llorar, porque él sabía que yo no iba a cambiar de opinión, me conocía como yo a él -perdóname- le repetí al oído. Un rato después, el se separó y me besó en los labios 

-Te amo- me dijo de un forma que me dejó helado, inmóvil, ahí de pie sin poder hacer nada mas que mirarlo. Sonrió con tristeza -siempre estaré esperándote por si quieres volver... aunque sé que no lo harás- me dijo bajando la vista y después se dio la vuelta y desapareció entre los árboles.

Notas finales:

Muchisimas gracias por leer, ya está listo el siguiente capítulo


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).