Año nuevo, vida nueva.
Corría apresurado hacia su respectiva sala, chocando con algunas personas de por medio, disculpándose fugazmente con cualquier figura que pasara a colisionar. Toco con fuerza la puerta, encontrándose con la figura de un DaeHyun renovado, sonriente y apuesto, su corazón acelerado ya por el ejercicio y ahora mucho más por tener a la persona que le gustara enfrente de él, por acto reflejo se acomodo su cabello en un gesto de pura vanidad.
Permiso…-murmuro para que el moreno se moviera dejándole entrar-
Pasa –DaeHyun se fue a sentar en su nuevo puesto, el cual compartía con una chica-
Buenos días profesor –saludo respetuosamente al adulto, con una leve inclinación, para entonces tomar asiento cerca de sus amigos JB y J-Hope-
El maestro a cargo dio comienzo a su discurso de bienvenida, platicando de lo que se trataría ese nuevo año, y enseguida dar la orden de que cambiaria la ubicación de algunos de sus estudiantes, ya que como estaban ordenados, se pasarían en todo momento hablando y no tomarían atención en clases, ante esto todos se quejaron, ninguno quería quedar por error con una persona con la cual no se llevaran bien.
Yo quiero estar aquí, junto a la ventana –dijo J-Hope haciendo puchero, tirándose levemente en la mesa-
Lo único que deseo es no sentarme con los nerds –hablo JB en forma despectiva-
Perdón, pero lamento recordarte que estas con unos de los nerds –agrego con falsa molestia YoungJae hacia su amigo, quien se limito a sonreírle pícaramente-
Ustedes –les llamo la atención el profesor- Son un trió muy ruidoso, así que los cambiare.
No por favor profesor –le rogo Jae-
No somos los únicos que hablamos –comento JB con el ceño fruncido-
Ya que está reclamando tanto puede cambiarse acá adelante –señalo el banco delante de la mesa del profesor- Y si sigue protestando, puede ir a sentarse en la dirección –dijo severamente el maestro, JB solo atino a recoger sus cosas y ganarse en su nueva silla, bastante molesto-
Señor Yoo YoungJae, usted se sentara ahí –apunto en unos de los asientos de atrás, donde un chico de cabello rojo estaba conversando con un chico de pelo azul-
Sufro un poco de la visión, no creo que sea lo indicado sentarme tan alejado del pizarrón -argumento atrevidamente, con mucha seguridad en sus palabras-
Sé a la perfección que usted usa lentes –le lanzo una mirada amenazadora a Jae, quien lo miraba atento- es otro asunto él que usted no los quiera usar, así que no es un excusa su visión, se los coloca y problema solucionado ¿Entendido? –Dijo serio el mayor, y el estudiante asintió débilmente, sabía que su estrategia no había resultado para nada, entonces se levanto y camino al rincón de la sala, cerca de la pared, donde dos bancos se hallaban juntos, intercambio de asientos con aquel chico de tez blanca, y dispuso a sentarse con el azulado chico-
Hola –le dirigió la palabra su compañero de al lado, mirándolo amistosamente. El profesor terminada su tarea del cambio de puestos, dio comienzo a su clase-
Hola JongUp –esbozo una insignificante sonrisa, ya que todavía estaba irritado por su situación-
¿Cómo la pasaste en tus vacaciones? –Pregunto mientras sacaba un cuaderno y lápiz para anotar lo que el maestro escribía en el pizarrón-
Ustedes dos silencio –insinuó el profesor- Veo señor YoungJae que llego muy parlanchín.
Era yo quien hablaba señor –arrastro su silla hacia atrás para levantarse, posicionando sus manos sobre la mesa- así que no tiene porque llamarle la atención a él –expreso JongUp con serenidad, dejando boquiabierto a su compañero de al lado, ya que el Up solía ser muy tímido, pero era cierto que aquel muchacho era muy sincero-
Disculpe señor YoungJae, y usted señor JongUp guarde silencio –el aludido asintió y volvió a su lugar con tranquilidad-
Gracias JongUp, pero la culpa no fue solo tuya –dijo apenado Jae-
No seas estúpido, fue mi culpa YoungJae, porque yo partí con la conversación, además el Sr. Lee… ha estado hoy muy “agradable”–pronuncio con sarcasmo, mientras escribía con calma, como si nada le importara totalmente-
Como quieras –se limito a decir Jae, para continuar haciendo su deber de estudiante-
Ambos anotaban la materia en profundo silencio, pero uno muy cómodo. A veces Up le pedía algunos lápices a Jae, quien le daba permiso para sacarlos, o a veces Jae le preguntaba que decía en la pizarra, ya que no entendía muy bien la letra del Sr. Lee, pese a estar con sus lentes puestos. Al finalizar la clase arreglaron sus cosas, para marcharse a la sala de química, mientras algunos alumnos se encaminaban por los pasillos del colegio.
JongUp –dijeron dos voces al unisonó-
¿Qué? –miro el más bajo a los otros dos, quienes se observaban avergonzados por tal coincidencia-
Habla tu primero –susurro YoungJae a DaeHyun, se sentía nervioso al estar cerca del aquel chico castaño-
Oye Uppie, voy a ir a la dirección, tengo que resolver algo, espérame junto a los chicos, no creo que demore tanto –el mencionado accedió al instante, e hizo una ademan con su mano para que su amigo se fuera-
Querías decirme algo –inquirió JongUp cuando ya solo quedaban ellos dos en el salón-
Si –respondió firme-Te quedaste con mi lápiz, ladrón –bromeo Jae- Me harías el favor de devolvérmelo –estiro su mano con un movimiento sutil hacia el más bajo-
Pensé que era algo más interesante –busco entre su mochila, saco el objeto y se lo devolvió- Gracias…
¡Hey! ¡YoungJae, apresúrate, el recreo se va acabar! –Se escucharon los gritos desde afuera, provenientes de J-Hope y JB-
Estos anormales –hablo entre dientes, gruñendo bajito- ¡Ya voy! –Mando otro grito mucho más fuerte- Y tú que miras –cuestiono fastidiado el pelinegro-
-JongUp sonrió enternecido al verlo en una faceta insoportable- Nada…-rio un momento- es que te ves muy tierno enojado, me dan ganas de morderte esas mejillas que tienes –poso su mano en el pómulo que se le formaba al más alto, y acaricio con dulzura su piel- Eres muy suave –dijo sorprendido- tan suave como la piel de un bebe…
¡¿Qué dices?! –abrió sus ojos asustados, tirando la mano de JongUp, aquel acto de su compañero lo había hecho ruborizarse, y ponerse un tanto incomodo- Ya sé que soy cachetón –admitió avergonzado- pero no me gusta que me toquen –menciono alborotadamente-
No lo volveré hacer, te lo prometo… -comprendió, y se dispuso a caminar hacia la puerta, dejando a su compañero ensimismado-
YoungJae elevo sus manos a sus mejillas, palpando con mucho cuidado, percatándose que estaban ardiendo en calor. Tal vez por el sonrojo que había provocado el tacto de la mano de su compañero en ella, o quizás por su timidez, que inducia a sentirse sobresaltado cada vez que alguien se le acercaba excesivamente o lo tocaba sin su permiso, su corazón se exaltaba con ímpetu, todavía no era capaz de acostumbrarse al mínimo contacto con otro cuerpo.