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Te escucharé por HarukaH

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Notas del capitulo:

Me he puesto nostalgica ;_; y bueno :c me puse a escribir y llorar como magdalena y ha salido esto :c para mi está bien ♥ ha quedado como quería ^^ decidme si os gusto c: 

 

Leed ♥ 

Cuando lloro, los pensamientos en mi se vuelven más dolorosos, me pierdo en mi mar de amargura y mis pecho se contrae, impidiéndome respirar, dando paso a la angustia y a la nostalgia.

Cuando lloro, pareciese que nadie puede cerrar la llave que desata mis lágrimas, que a nadie le importa y que solo pretenden acompañarme, el malestar de sentirme solo y desamparado, de pasar a la autocompasión, esa que nunca nadie ha podido ver más allá de algo egoísta.

Cuando lloro, las palabras de un ser querido se transforman en aves que se van volando lejos, borran su efecto de mi cabeza y las olvido sin querer. Tomo agua y busco alivio en mí ser, que es momentáneo.

Recuerdo porque estoy tan triste, porque mis ojos están rojos y algo hinchados, y entonces su rostro me viene a la mente. Odio recordar lo que él era, como era, me hace sentir celos. Me siento celoso de mi yo pasado al sentirse tan feliz, y que ahora ni una pizca de felicidad se asome o me visite, mi mente me tortura y me encierro en mi dolor otra vez. Camino por toda la casa tarareando una melodía conocida, buscando alivianar el peso de mi cuerpo y del cruel silencio de mi cuarto.

Observo mi celular en busca de un mensaje, algo que me ponga una sonrisa y me den ganas de saltar, pero la entrada está vacía, no tengo ningún mensaje. Mi corazón se despedaza por décima vez en el día y suspiro, el aire quiere escaparse y abandonar este cuerpo lleno de penas. No exagero, nunca exagero. Desde que lo conocí, lo único que trae a mi rostro una sonrisa es él diciéndome que me ama, que quiere acompañarme y nunca dejarme solo; pero como todo, las cosas y las personas cambian, él ha cambiado conmigo rozando lo vil.

Me toco mi ojo derecho que arde, probablemente porque es el que más he tallado con mi dorso. Voy a tener que ponerme hielo, luego me pregunto porque estoy llorando por un tío así, porque tengo que pasar estás innumerables angustias por su culpa, ¿He dejado de importarle? Antes era distinto, era todo tan distinto.

Me empino un poco para alcanzar un té, ya que no soy muy alto, empiezo a hervir agua y mientras esta lista, vuelvo a caminar desesperado por alguna señal de vida de su parte. Miro con esperanza la pantalla de mi celular y sigue estando vacío, trato de encontrar alivio encendiendo la televisión, pero no hay nada, solo voces que no conozco y estrés por no escuchar la suya.

Tal vez tenga que ser yo el que deba marcarle, enviarle un mensaje, pedirle disculpas, pero mi orgullo me asalta y me impide invadir el espacio que rodea mi celular. Tal vez un e-mail… Mi corazón deja de latir tan rápido ¡Él siempre está pegado a esa laptop! Con una mediana sonrisa corro hacia mi portátil y lo enciendo, maldiciendo el que sea tan lento para iniciar, o a lo mejor es idea mía; cuando por fin está listo cliqueo más de 5 veces el navegador, causando que se abran muchas ventanas y se congele por un momento, me siento idiota y me río por primera vez en el día de mi impaciencia, tecleo torpemente la dirección de mi página y cierro los ojos, tal vez, solo… No hay nada.

Ahora es la rabia la que me posee, de manera brusca cierro la tapa de este cacharro y me levanto con indignación, Akira es un crío, un idiota, un tipo que se considera a sí mismo la única opción del planeta, seguro estaría hablando con una tipeja vulgar, o con un tipejo, uno de dos, y aunque ambas opciones solo hacen que mis ojos ardan y amenacen con soltar lágrimas, sonrío con ironía y me convenzo de que no lo necesito… O eso me hago creer.

El agua ya está lista, me sirvo el té con lentitud y lo dejo encima de la mesita principal de la sala esperando a que se enfríe, mientras tanto, regreso a caminar por la sala, una y otra vez, tengo ganas de gritar, siento que si mi voz sale mi dolor se agarrara a ella y volveré a sentirme tranquilo. Mi respiración es irregular y empiezo a apretar mis manos, es difícil pelear con él, también me molesta que peleemos por cosas que cualquier persona tomaría como una broma. Pero como yo, el también es una persona orgullosa, alguien que tiene que estar convencido de su culpabilidad para ofrecer unas disculpas sinceras, antes sentía que quería estar contigo, ahora me siento más solo que acompañado cuando estamos juntos.

Una lágrima traicionera rueda por mi mejilla, dando paso a otras que no he tenido la intención de soltar, no hay nada que cambie mi ansiedad, no puedo parar de pensar, de recordar, ni siquiera me siento yo mismo. Y ahora es cuando pienso ¿Cómo se sentirá él? ¿También estará en mi mismo estado? O puede que lo haya olvidado… Esa idea me duele pero es la que más me convence, me sorprende mi capacidad para deprimirme yo solo.

El té está más tibio, así que puedo darle algunos sorbos. Mi celular vibra y ipso facto lo tomo, mis ojos brillan y de inmediato pienso en perdonarle todo… Una nueva desilusión se aparece en mi interior cuando me entero de que el mensaje es de Kai, preguntándome si estoy bien. Con desgano le respondo que sí, que me duele el estomago y que quiero descansar, quiero a Kai, pero ahora tengo ganas de patearle la cabeza. Ahora noto que soy muy débil cuando de Reita se trata… Quizá el también sea así, me animo a mí mismo.

No tengo remedio, iré a dormir a olvidar todo esto, tal vez lo recuerde cuando despierte y duela más que ahora, pero prefiero dejar que mi cuerpo descanse, dejo la taza en la cocina y me dispongo a caminar hasta mi cama, o más bien arrastrar los pies, no siento más que dolor, y eso que esta no es nuestra primera pelea, pero siento que cargo con el peso por los dos.

Me lanzo en el mullido colchón, que tiene su olor de tantas veces que ha dormido a mi lado, lo extraño tanto… Y solo han pasado unas cuantas horas.

Cierro los ojos exhausto, y con asombrosa rapidez Morfeo abre sus brazos y me acuna como quiero que Reita lo haga.

 

Siento un peso extra encima de mí, ¿Me he puesto todas las almohadas encima? No, es más pesado que… ¿Eh? Esto debe ser un sueño, es su olor, es alguien con el olor de Reita… Pero, espera, creo que es Reita, vale, ahora ni en mis sueños me deja tranquilo el tío este, cuando me despierte…

–Hasta que abres los ojos, enano, llevo media horas molestándote y no te despiertas –También es su voz, y ahora me reclama, este sueño está… ¡Esto no es un sueño! ¡Él siempre me echa la culpa de todo!

–¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado? – Y aunque quiero que mi voz sea de reproche y disgusto, solo logro que suene cantarina y feliz. ¿Cómo lo hará?

–Tengo las llaves ¿Recuerdas? –Vale, ahora lo entiendo; hace una pausa y me mira fijamente a los ojos, podría jurar que sus pupilas están temblando, aunque seguro es el sueño, si…  No, le conozco hasta ciego, ¿Está a punto de llorar?

–¿Q-que te pasa? –Cuestiono con ganas de abrazarlo, odio verlo triste, odio ver su cara sin una sonrisa, como él se sienta, me siento yo.

–No me has llamado Taka… Ni siquiera un mensaje, absolutamente nada, me he quedado toda la tarde con el corazón en la boca esperando a que me dijeras algo, pero nunca llego… – ¿Me está mostrando su lado sensible o está intentado echarme la culpa a mi? Vuelvo a detestarme cuando cualquiera de esas alternativas está bien para mi, Ha venido a verme cuando hace tiempo ni siquiera me llamaba, se ha asustado por mí.

–Yo… Yo estaba esperando a que tú me llamarás… me sentía mal, quería verte, pero no… –Fui interrumpido por sus brazos, apresándome con esmero, es triste confesarlo, pero no recuerdo la última vez en que Reita tomo la iniciativa para abrazarme, aunque no quiero desperdiciarla lo rodeo con mis brazos igualmente y sollozos que carecen de sonido se ahogan en su hombro, como he querido que sea.

–Esto esto que quieres, ¿No? –Me pregunta en voz baja ¿Querer qué? ¿Se refiere a sus abrazos? Sí es así pues yo creo que es increíblemente obvio.

–Ya no lo sé… Eres tan extraño, un día estás bien conmigo, incluso me atrevo a pensar que me amas más que a tu vida, y luego te alejas de mí, te distancias como si me conocieras hace solo una semana, y me siento un pobre diablo en quien su novio no confía ni una pizca. –No sé cómo se lo he soltado, lo único que sé es que ha sido así… Me aleja rápidamente de él y me preocupo ¿He dicho algo indebido? Estoy dispuesto a disculparme.

–Sigue, cuéntame más –Parece interesado ¿Él, interesado por mi? Vale, pues si quiere…

–Nunca me cuentas nada, siempre estás fuera y si quiero una muestra mínima de cariño tengo que arrastrarme a tus pies cual perro faldero –Parece que me estoy entusiasmando– en las noches no duermo, en lo días no como, mi cabeza está completamente colmada por tú imagen mientras tú seguramente estás lejos pensando en cualquier cosa menos en mí, me duele, me torturo por eso, estoy cansado de tu indiferencia constante y no planeo soportarla más, no sé cómo hablarte, no sé qué decirte pero no estoy dispuesto a soportar esto. Te amo, y porque te amo no permitiré que la imagen tan bella que he tenido de ti durante tantos años se dañe porque tú lo has querido. –Recobro el aire que gasté diciendo estás palabras que por algún motivo tuve en mi mente por tanto tiempo, solo que nunca las quise decir. Probablemente es porque las ensayé en mi cabeza una y otra vez, y a la hora de decirlas, me he acobardado, pero no, esta vez me lo ha preguntado, no pienso guardarlo más.

–Yo también te amo –Me responde, yo me ruborizo y le sostengo la mirada–Y porque te amo, te escucharé, ya no tengas miedo, Taka.

Sus palabras me sorprenden, me sonríe, se levanta y desaparece ¿Eh? ¿Por qué no puedo levantarme a perseguirlo, y que ha querido decir con eso? ¡Akira, espera! ¿Qué demonios…?

 

Mis ojos se abren de golpe y me topo con el techo de mi cuarto, lo veo con dificultad porque mis ojos hinchados me dificultan la vista, ¿Ha sido un sueño? Joder, sabía que no era tan perfecto, aunque mi pecho sospechosamente no duele y tengo una determinación enorme, creo que el Reita de mis sueños me ha abierto los ojos, fuera de lo literal. Me levanto casi automáticamente y voy a la sala, a penas piso esta misma mi celular vibra, no me sorprende que sea Akira. Lo tomo y contesto.

–Ruki, mira, antes que nada… –Percibo temor en su tono, no debería tenerlo.

–No, primero, te diré algo yo a ti.

Y el Reita de mis sueños tenía razón, porque me ama, y porque me ama me ha escuchado.  

 

Notas finales:

^^ 


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