Maldita sea… esto no podía estar pasando… Se suponía que a él, el gran Lune de Balrog solo le gustaba su maestro y moría de ganas por tener una intensa noche de placer con ese hombre atrevido, pervertido, descarado, orgulloso, idiota, perverso y maleducado: Minos de Grifon. Lamentablemente otro ahora ocupaba sus pensamientos, sus ideas, sus sueños, sus planes y todo aquello que verdaderamente le importaba… Esto era raro. Hace menos de dos días no dejaba de pensar en su maestro y ahora… no hacía otra cosa más que suspirar y fantasear con Shion de Aries.
-Pero esto no puede ser… será acaso que Shion me gusta??-Lune trataba de descifrar en su soledad el porqué de esos sentimientos entremezclados cada vez que veía como el pequeño lumeriano que conoció hace mucho era ahora un hombre muy apuesto y atractivo.
-Yo te gusto?? Porque tú a mí si me gustas!!- aquella voz lo sacó de su ensoñación.
-Tú…tú…tú qué haces aquí??-contestó exaltado.
-Nada. Simplemente pasaba por aquí, te vi, me acerqué, escuché tu cuestionamiento por lo que decidí decirte que me gustas mucho.-Shion habló tranquilamente.
-Yo…no…- no pudo continuar pues unos fuertes y trabajados brazos se enredaron en su cintura, acercando peligrosamente su cuerpo al del contario, sintiendo una electrificante sensación que lo recorrió por entero, provocando un estremecimiento que fue notado con mucha claridad por el ariano.
-Tranquilo…, sino estas seguro de tus sentimientos déjame mostrarte un método muy efectivo parar aclarar la verdad de tu corazón…
Sin esperar respuesta alguna lo besó, acariciando sus labios en un suave contacto, probando el néctar dulce de aquellos labios puros y virginales. Según los segundos pasaban, la boca que había permanecido estática empezó a corresponder el gesto; atreviéndose poco a poco a subir de tono, aumentando el nivel del beso y permitiendo a su lengua participar en el contacto.
Lentamente se separaron a falta de aire. La mirada serena de Aries se posó sobre el rostro sonrojado de Balrog, quien a pesar del rubor en sus mejillas permaneció mirándolo fijamente a los ojos, sin apartar la mirada pero con un dejo de temor y duda, como si no entendiera la razón de aquel beso y el porqué de aquella actitud tan rara que había adoptado el mejor amigo de Dokho.
-Shion… házmelo… solo así sabré si lo que si…siento por ti es deseo, placer o amor…-Lune fue directo y sincero. Llegó a la conclusión que la única forma de definir esas extrañas emociones que siempre lo asaltaban cuando estaba cerca de ese caballero se aclararían justo después de que el lumeriano tomara su cuerpo y le hiciera el amor.
Casi sin darse cuenta e inconscientemente ambos estaban desnudos sobre la hierba, besándose y acariciándose con abandono. Las hábiles manos de Shion arrancaban gemidos cada vez más altos de la garganta de Lune, quien en un vano intento de contener sus gemidos mordía sus rosados labios, sacándose un hilillo de sangre por la presión de sus dientes contra la dulce, apetitosa y suave carne.
-no ahhh… no te conteng-as… déjame escuchar-te…-habló Shion entrecortadamente.
Sin decir más siguieron con lo suyo. Las manos tímidas de Lune se paseaban por los fuertes hombros del ariano; su mirada se centraba en los ojos de su amante que lo miraba desde abajo mientras le hacía sexo oral tan deliciosamente que sentía su cuerpo explotaría ante tanto placer que experimentaba por primera vez.
-mmm… delicioso-aclaró Aries saboreando completamente la esencia del espectro que hace unos segundos fue derramada en su boca.
Balrog estaba sonrojado pero deseoso de más, por lo que rápidamente se volteó, quedando en cuatro, mostrando descaradamente su estrecha entrada y sus lizas nalgas. El dorado entendiendo el mensaje se acercó, posó sus manos sobre aquellas redondeces, las acarició y masajeó por un rato, escuchando los suaves gemidos que el otro daba, sintiendo los estremecimientos que lo asaltaban cada vez que con uno de sus dedos toqueteaba el borde de su virgen entrada. Dejándose de juegos, el caballero bajó lentamente con su boca, besando la espalda hasta que llegó a ese lugar tan íntimo y recóndito que ya ansiaba poseer. Pasó su lengua varias veces, arrancando jadeos, excitando y excitándose; preparó bien al espectro, lo dilató, lo enanchó un poco y lo hizo perder la vergüenza y la cordura…
-ahhh…mmm... ahhh…no juegues...más, házmelo…-suplicó Lune entrecortadamente.
Obedeciendo, el lumeriano acercó su erecto miembro a la entrada del otro y empezó a empujar, sacando lágrimas de los ojos del espectro, haciéndole gritar a causa del dolor… hasta que finalmente estuvo completamente dentro.
Por unos instantes se quedó quito, esperando a que su compañero se acostumbrara. Era tan estrecho que estaba tentado a moverse pero esperó, a él no le gustaba lo salvaje, prefería mil veces que todo fuese romántico y dulce para ambos. Conforme el tiempo pasaba, Lune sentía cada vez más placer que dolor por lo que le indicó a Shion con un movimiento de cadera que se moviera. Este captó el mensajito y empezó a meter y sacar su miembro suavemente al principio, dando cabida poco a poco a movimientos más frenéticos, rápidos y profundos… El discípulo de Minos sentía que desfallecía ante tanto placer. Sus movimientos se hicieron más frenéticos hasta que finalmente alcanzaron el tan anhelado orgasmo…
Mientras derramaba su esencia y era llenado por detrás sintió claramente algo en su corazón, un sentimiento muy puro acababa de aparecer en su interior y era nada más y nada menos que AMOR… Al fin lo había descubierto…
-Te amo-una tierna frase salió de los labios del espectro. Shion pensó que lo decía solo por el momento.
-Lune… que es lo que en verdad sientes?? Qué es??
-¿Deseo, placer o amor? Era la pregunta que asaltaba mi corazón; sin embargo, ahora sé que te amo como nunca lo hice ni en mi vida mortal ni mucho menos en mi vida como espectro…-fue la única respuesta que se oyó antes de que ambos, sin nada más que decirse, sellaran su gran amor con un beso…
Fin