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¿Una mansion para asesinos? por AfadafaTu

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Notas del fanfic:

Esta historia rondo hace unos dias por mi cabeza y creo que les puede gustar :D 

Notas del capitulo:

Este capitulo puede ser un poco perturbador por lo que si no te gusta leer descripciones un poco ( MUY Poco) sangrientas no lo leas :) 

Es  incomodo que me tengan en esta situación, si bien no era muy sociable tampoco era como si fuera a matar a todo el mundo... bueno pensándolo bien, si podría matar a todos, pero no lo haría,  no me gusta gastar energía de más y créanme cuando digo que no me gusta gastar energía lo digo enserio, raramente me movía,  tampoco es que tuviera mucho para que moverme, ya que me  tenían confinado en una habitación y no es por que estuviera loco, sino que  soy un asesino.

La habitación  era totalmente blanca, tenía una cama grande con sabanas grises,  una mesa   y un cuadro, ¡solo un cuadro que adornaba el lúgubre lugar!, también había un baño, que aunque no estuviera expuesto tampoco contaba con puerta,  todo estaba silencioso y en penumbras. Yo me encontraba recostado en la gran cama, veía el techo  y respiraba tranquilamente, me preguntaba si alguien alguna vez me iba a volver a hablar o solo me dejarían en esa habitación por siempre, suspire y serré los ojos sacando el único recuerdo que tenía.

……. “Flashback”…….

Sangre goteaba de mi cuchillo, miraba asustado  los cuerpos de cuatro personas que  yacían inertes en el suelo, no sabía que había pasado,  mi cuerpo se movía solo, caminaba a una siguiente habitación,  abrí la puerta,  una mujer  de edad avanzada me veía con miedo, mi cuerpo comenzó a moverse de nuevo, trate de detenerme pero no podía,  trate de hablarle de decirle que corriera pero no podía,  lévate el cuchillo y me abalance a ella, grito y justo cuando estaba a punto de clavarle el arma algo cargo sobre mi tirándome a un lado, me volví y vi a una niña, tenía el cabello corto y rubio,  la piel blanca, su cuerpo entero temblaba pero sus ojos azules me miraban con una mezcla de temor y convicción. Cuando mi cuerpo comenzó a levantarse me asuste más, no quería seguir con esto, ahora acabaría con la vida de una niña de no más de 10 años,  ella se abrazó a la anciana, comencé a pelear más conmigo mismo para tratar de detenerme, pero era imposible no sentía mi cuerpo.

Sentí un dolor punzante en el hombro y caí al suelo, los policías al instante se arremolinaron contra mí y me esposaron,  cuando me levantaron note como varios de ellos veían alrededor horrorizados el paisaje de muerte que nos rodeaba,  uno de los policías se giró  cuando pase esposado a su lado, solo  pude ver sus  ojos azules.

-          Ayuda –  gesticule antes de caer inconsciente.

Me habían metido en una prisión después de los asesinatos que cometí en ese orfanato, me encontraba acostado mirado la sucia pared de la celda, escuche un fuerte zumbido y a continuación los barrotes se recorrieron dejándola abierta, los presos comenzaron a salir, pero yo no me moví y seguí  viendo la pared,  el preso que compartía la celda conmigo me dijo que teníamos que salir pero no le hice caso y me sumí en mis pensamientos, que lo ignorara pareció  molestarle ya que me tomo de la camisa y me estrelló contra la pared gritándome que le prestara atención, los presos que pasaban enfrente de la celda se detuvieron a ver la escena divertidos,  el preso me comenzó a estrellar con fuerza en las paredes, gritándome,  sabía que el hecho de que me estuviera  golpeando debía dolerme o molestarme pero no sentía nada en absoluto,  dos prisioneros más se  le unieron y me sostuvieron mientras él me golpeaba, yo seguía sin inmutarme, después de un rato los policías llegaron y los separaron, yo caí en el suelo, no por que estuviera adolorido o algo, sino porque no tenía ganas de moverme, serré los ojos y me puse a dormir.

..…..“ Fin del Flashback”……

Después de eso abrir los ojos en este lugar y hasta este momento solo me levantaba cuando tenía mucha hambre o tenía que satisfacer necesidades de mi cuerpo,  había creado un método para contar los días que pasaba aquí ya que  la habitación siempre tenía la misma luminosidad y no tenía un reloj para medir las horas,  por lo que contaba los días mediante las veces que me dejaban de comer( la comida aparecía enfrente de la puerta sin que me diera cuenta que alguien la ponía ahí) , según mis cálculos llevaba un mes en este sitio, un mes que no había hablado, un mes que no he salido, un mes que no he visto a otro ser humano, y aunque no lo crean comienzo a sentirme solo.

Abrí los ojos y me erguí, mi cuerpo se sentía un poco entumido por todo el tiempo que me la pase acostado, evalué las paredes notando  que había cámaras en todas las esquinas, baje de la cama  tocando con mis pies descalzos el suelo y me estire relajando un poco  mi cuerpo, me acerque  lentamente a la puerta deteniéndome frente a esta, levante una mano y la pose en la perilla gire pero no abrió, suspire  y camine sentándome en la cama, estaba muy aburrido, mire el cuadro de la habitación un momento, la imagen que mostraba era la del tronco de un árbol seco en un atardecer y debajo de este estaba un niño cubriéndose la cara con un brazo llorando, me frustre un poco, esa imagen no ayudaba a quitarme el aburrimiento.

-          Estoy aburrido –   mi voz sonó baja y tenue por la falta de uso

Me volví a tumbar en la cama y me puse a pensar en que podía hacer, seguía ensimismado en mis pensamientos  cuando escuche como la puerta se abría, con pereza me erguí, y observe a la persona parada enfrente de mí,  era un hombre joven probablemente de unos 20 años esbelto,  llevaba unos pantalones de mezclilla y una camisa de manga larga negra, tenía el cabello largo y  rojo, sus ojos de un color extraño color lila eran enmarcados con ojeras, su piel era pálida, me miraba con detenimiento, parecía estar evaluándome, después de verlo un rato perdí el interés y me volví a tumbar , escuche como se acercaba a mí, se detuvo  a un lado de la cama y me siguió observado.

Paso el tiempo y el seguía ahí, yo solo le devolvía la mirada esperando a que dijera algo, paso otro largo rato hasta que por fin sus labios se movieron con la intención de hablar

-          ¿Quieres salir de aquí? – me pregunto

Moví mi cabeza en negativa, si no hubiera estado tan atento a su rostro no me había dado cuenta de que se vio sorprendido un momento.

-          ¿Por qué no? – me pregunto con el mismo rostro serio

Desvié la mirada pensándolo un momento, este sujeto parecía estarme evaluando quería saber mi respuesta por alguna razón,  pero ¿Por qué después de tenerme un mes encerrado en confinamiento solitario me preguntan esto? , se supone que soy un asesino, no se deja a los asesinos en libertad, desde que había llegado me dije que me tenían aquí por los asesinatos que cometí,  si me dejaban salir seria como dejar pasar por alto que mate, decidí evadir su pregunta y yo hacerle otra.

-          ¿Por qué me dejarías salir? –  mi voz sonó demasiado baja pero aun así me escuchó.

-          Buena pregunta – fue lo único que dijo comenzando a dirigirse a la puerta, sin darme cuenta lo seguía con la mirada, se detuvo en el marco de la puerta y me miro – sígueme

Me volví a tumbar , serré los ojos y con un último suspiro me levante,  me puse a un lado de él en la puerta dándome cuenta que era más alto que yo, comenzó a caminar, afuera se extendía un pasillo negro, al final de este se veía una puerta, dude en seguir caminando pero aun así lo hice, abrió la puerta y me sorprendí, era una habitación de forma algo rectangular  llena de personas  que llevaban batas blancas, estaban sentadas observando los paneles que tenían enfrente,  en estos note que se veía la imagen de la habitación en la que estaba hace un momento desde distintos ángulos, ahora ellos me veían y en sus miradas pude notar precaución , sin dejar de prestarle atención a esas personas, seguí al pelirrojo que atravesó toda la habitación hasta llegar a una puerta , la abrió y  la luz me cegó, lleve una mano a mis ojos para cubrirme un poco de la luminosidad hasta que sentí que estos se habían adaptado.

Se extendía  un jardín tan grande que si miraba hacia los lados se perdía mi vista entre los árboles, un camino de piedra llegaba a una mansión antigua,  las enredaderas de los árboles se pegaban a sus paredes de mármol, parecía un lugar interesante,  el chico pelirrojo  caminaba en dirección a esta, yo lo seguía de cerca observaba a mi alrededor tratando de retener todo lo que veía, no sabía cuándo me volverían a encerrar,  seguíamos atravesando todo el “Jardín” y llegamos a la puerta trasera de la mansión, escuche voces dentro, el chico pelirrojo entro, pero yo me quede afuera dubitativo, no quería entrar, no quería ver gente, no quería que me hablaran, y todo esto solo porque tenía miedo.

Al ver que no entraba el pelirrojo se había regresado, vio mi renuencia a entrar y extendió una mano para tomar la mía, aleje mi mano casi al instante y di un paso al frente indicándole que ya no era necesario, prefería entrar a que me tocara, lo primero que vi fue una sala de estar,  constaba de dos sillones de piel, una alfombra guinda se extendía por toda la habitación, y la chimenea al fondo estaba apagada,  había estantes de libros pegadas en las paredes  junto con  algunos candelabros  todo era muy amplio y grande.

-          Nunca podrás ganarme  – dijo una voz en tono burlón del otro lado de los sillones.  

-          No te creas mucho  que aún no pierno – le contestaba la otra con orgullo, proveniente del mismo lugar.

-          Sai,  Gaara  - llamo el pelirrojo.

Dos cabezas se asomaron de entre los sillones, él primero que vi tenia los cabellos rojos puntiagudos, unos ojos turquesa  enmarcados en fuertes ojeras, tenía la piel blanca un poco pálida, él otro tenía los ojos negros al igual que su cabello, su piel era un poco más pálida que la del primero.

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Observaba atento el tablero esperando el próximo movimiento de Sai,  ya tenía mis movimientos preparados, estaba decidido que esta partida la ganaría yo.

-          Nunca podrás ganarme – le dije burlándome para molestarlo.  

-          No te creas mucho que aún no pierdo – me contesto  mirándome orgullosamente.

Estaba a punto de contestarle cuando una voz conocida nos llamó, Sai y yo nos miramos con curiosidad y lentamente nos asomamos por el respaldo del sillón para ver.

Lo primero que vi fue a Nagato parado cerca de la entrada del jardín, parecía desvelado y un poco cansado,  verlo de esa manera me sorprendió sobremanera, ya que no cuadraba con su personalidad tranquila y serena,  Sai soltó un respingo , lo volteé a ver y seguí su mirada, hasta ese momento no me había percatado de que había alguien más con Nagato,  era un hombre con un cuerpo esbelto  y una estatura aproximada de 1.80, su piel se veía blanca nívea, iba descalzo y su ropa era  bastante sencilla, no más que un pantalón deportivo negro y una camisa del mismo color, sus cabellos eran largos y negros, sus facciones eran finas y al mismo tiempo elegantes, era un joven apuesto, de vista le calculaba unos 18 o 19 años, todo su aspecto parecía ser normal si no fuera por su mirada, sus  ojos negros  carentes de emoción o sentido,  nos miró a Sai y a mí por un momento y luego desvió la mirada,  Nagato se giró a verlo, no pude evitar notar el modo en que lo veía, como si le doliera verlo así.

-          Bueno, el moreno es Sai y el otro es Gaara – comenzó a explicarle – estos serán tus nuevos compañeros, ya que ahora vivirás aquí. – El  muchacho que hasta ahora había estado sereno se vio sumamente sorprendido – Sai, Gaara este es Itachi espero que lo hagan sentir bien y le muestren el lugar, yo tengo otras cosas que hacer.

Sin más se fue dejándonos con el nuevo,  este seguía parado sin saber que hacer aún se veía sorprendido y confundido  por lo que acababa de decir Nagato, Sai se levantó y se puso enfrente de él observándolo.

-          Así que ahora vivirás aquí – comenzó a decir – Bueno porque no  nos sigues  te daremos un tour por la casa -  le sonrió tratando de romper el hielo.

Itachi no contesto  y se limitó a evaluarnos nuevamente, seguramente esperaba que le hiciéramos algo, todos cuando llegamos actuamos de la misma manera.

-          Hey  no hay necesidad de eso -  comencé a decirle- Nosotros no matamos desde hace mucho  y sí,  todos aquí hemos cometido algo que la sociedad no perdone.

Me miro comprendiendo lo que le decía, mi comentario aprecio abrirle las ideas un poco,  me levante del sillón y lo rodeé hasta ponerme a un lado de Sai.

-          Síguenos  puedes hacer las preguntas que quieras mientras te enseñamos el lugar  - el asintió con la cabeza.

Salimos del  área de lectura y comenzamos el recorrido, Sai venia explicándole todos los lugares de la mansión al nuevo,  que solo lo veía serio y asentía a cada lugar después de que pasábamos por él, hasta ahora no había hecho ninguna pregunta, parecía  una persona bastante callada.

-          Este es el despacho, el comedor, la cocina por lo general el cocinero viene y deja la comida a las 4:00 pm, sigamos, esta es la  sala de juegos, aquí puedes hacer ejercicio es cuan especie de GYM, este es la habitación que usamos para ver televisión o jugar, esta es el área residencial, como veras hay muchas habitaciones, Gaara y yo usamos las del fondo, no dudes en venir si necesitas algo.

-          Creo que tu habitación será esta – abrí una puerta  de las muchas que tenía el extenso pasillo. – Como ves  tiene un  balcón, una cama, mesa de noche y baño, puedes estar  bastante a gusto en un lugar como este.

Él entro a la habitación y se  acostó en la cama rodando de tal forma que nos daba la espalda, sentí como un tic aparecía en mi ojo, ese maldito ni siquiera había dado gracias, estaba por reclamarle cuando Sai me tomo del brazo y  serró la habitación dejando al nuevo adentro.

-          Gaara será mejor que dejemos a Itachi descansar un poco, tu como yo sabemos cómo es el primer día.

-          Está bien – dije refunfuñando y comenzando a caminar

-          ¿A dónde vas? – me  pregunto  caminado conmigo – aun no terminamos ese juego - le dije con una sonrisa

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Me quede inmóvil hasta que escuche que se fueron, acentuación me puse de pie  y camine al balcón, la mansión estaba rodeada por árboles y no había rastro de civilización, todo me decía que estábamos apartados de la sociedad, hasta ahora solo había visto a 3 personas, el pelirrojo que me saco de esa habitación, y los dos adolescentes que me dieron  un recorrido por el lugar,  supuse que no serían los únicos que vivían aquí ya que según el chico llamado Sai esta era el área residencial y había  por lo menos seis habitaciones más aparte de la que ahora ocupaba.

Me sentía contrariado, hace menos de 1 hora estaba encerrado en una habitación y ahora me encontraba en toda una mansión con sujetos que probablemente fueran asesinos perores que yo, si es que se ponía y por si fuera poco aun no sabía porque me habían dejado en este lugar.

Después de haber meditado mi situación y de darme cuenta  que no tenía sentido que perdiera más tiempo cuestionándome a mí mismo decidí evaluar la habitación en donde estaba, era amplia  tenía una cama con  edredón gris en la que fácil cambian 3 personas, una mesa de noche  con una lámpara negra enzima, del otro lado había un puerta que daba a un amplio baño con regadera, está ya tenía un cepillo de dientes, una pasta, ambos en un empaque sin abrir, a un lado de la puerta del baño estaba el armario con 2 puertas, este tenía ropa, jeans, y algunos pantalones deportivos, todo parecía de mi taya, más abajo había dos pares de tenis y unas sandalias negras, arriba había  edredones , sabanas y algunas toallas.

El lugar parecía haber sido preparado con anticipación para mi llegada,  un sonido proveniente del piso de abajo llamo mi atención, fueron tres campanadas diferentes a las que hay en una iglesia, se parecían más a esas que dan cuando te llaman a comer,  las palabras de Sai sonaron en mi cabeza  El cocinero sirve la comida a las 4:00, mire el reloj redondo pegado a la pared,  marcaba exactamente las 4:00 por lo que mi suposición de las campanadas fue correcta.

Unos golpes en la puerta me sacaron de mi ensimismamiento, camine para abrirla, a primera vista creí que había sido una chica la que toco pero examinando mejor me di cuenta que era un chico de cabellos rubios largos hasta la media espalda  y unos ojos azules muy expresivos,  tenía unas facciones delicadas  y una estatura que rondaba  por el metro setenta,  me miraba con los labios fruncidos,  lo que creaba una mueca graciosa en su rostro,  vestía unos pantalones deportivos cortos, unas sandalias y una playera azul,  incline la cabeza interrogante.

Em…  soy Deidara – dijo extendiendo una mano hacia mí 

Notas finales:

Espero que les gustara no duden en dejar sus COMENTARIOS,  de cualquier tipo, me gusta conocer su opinion. 


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