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Amor incomprendido por Etsuko Kagayaku

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Notas del capitulo:

Actualizaré esta sola historia hasta terminarla de una ves xD. Empiezan a descubrirse nuevas cosas O.o. Use un par de frases de Jigsaw xD pero otras las invente yo, no me crean tan ignorante como para no poder armar una buena frase xD

 

Música en la que me base en este capítulo:  

 

 http://www.youtube.com/watch?v=MKC0VtlwBn4 

La humedad calaba sus huesos de manera inhumana. Sentía un horroroso aroma en el ambiente que le causaba nauseas, el sentimiento luctuoso que lo embargaba era terriblemente agotador, no sabía donde se encontraba, lo único que recordaba era lo que había sucedido en el departamento. En ese mismo momento no sabía si el asesino lo había tal vez sacado de Londres. No tenía idea absolutamente de nada. Le impresionó el no estar atado como creía que estaría. Tocó su rostro, sintiendo la tela que cubría sus ojos y que lo protegía de ver lo que podía haber en la habitación. Con pavor deslizó la venda, descubriendo ...Oscuridad.

Con pesar se levantaría, el estar acostado en el suelo por lo que seguramente habían sido horas, le estaba pasando factura. Apoyó sus manos en el suelo para levantarse, sintiendo fríos azulejos con una extraña sustancia. Haciendo una mueca de asco que fue imperceptible ante la latente oscuridad, logró levantarse sintiendo como los huesos de su espalda exclamaban un gran crujido, jadeó levemente. Agarró su abdomen con dolor, recordó la puñalada que le había dado el asesino, la tocó levemente sintiendo que la habían cocido.

Fue tocando las paredes tratando de encontrar un interruptor, sintió una superficie rasposa por lo que dedujo que se encontraba entre cuatro paredes de ladrillos. De pronto una luz verde se encendió, mostrando lo que se encontraba en aquella pobre habitación.

Había una silla frente a un pequeño televisor, le impresionó el notar que no había puerta en aquella habitación, reduciendo sus posibilidades de escapatoria. Giró sobre si mismo, tratando de encontrar algo mas, todo era demasiado surrealista para ser cierto.

-Hola Ciel.

Escuchó una vos tras el y vio el televisor encendido, pudo ver del otro lado una persona usando una rara máscara de payaso lo suficientemente aterradora como para intimidarlo. Por alguna razón esa máscara le resultaba conocida.

-Siéntate.

La vos era ronca, demasiado. Se notaba que estaba usando un modulador de vos, esta no parecía humana. Con suspicacia acató la orden que le daba la persona del otro lado de la pantalla. Una ves sentado, miró directamente el televisor esperando a que la persona dijera algo que aclarara su situación.

-Supongo que te preguntaras el porque estas aquí.

Ciel asintió, sabía que lo estaban vigilando y escuchando porque pudo notar una pequeña cámara en el techo, colocada en una de las esquinas de la habitación.

-La vida a veces puede ser muy cruel Ciel, tu mas que nadie lo sabes...No todos tenemos la posibilidad de ser felices. El verdadero problema es cuando una persona es la razón de nuestra felicidad.

-¿Cual es la razón de hacer todo esto?-le preguntó Ciel con tristeza y enfado en sus ojos.

-Venganza...

-No entiendo como dos personas con el mismo objetivo pueden enfrentarse entre si.

-El problema no es solo el objetivo en si, sino quien es ese objetivo, y el mío eres tu.

-No creo a esta corta edad haberme hecho de muchos enemigos.

-No muchos Ciel, solo uno, y ni siquiera por completo, ya que en mis planes no eres tu la pieza importante. No soy egoísta, tu no eres el único que recibirá mi atención especial.

Ciel abrió los ojos impresionado, al parecer el asesino tenía mas de una persona en mente.

-Tu padre parece ser un hombre bastante perspicaz.

El ceño de Ciel se frunció con rabia y desesperación.

-¡Si te atreves a matar a mi padre te aseguro que no habrá un lugar en donde puedas esconderte de mi!

Escuchó una risa sardónica del otro lado de la pantalla.

-Matar es de mal gusto, un acto repugnante, yo no he matado nunca. Solo le enseño a la gente a apreciar la vida que se le ha dado.

-Mientes, tu mataste a mi madre y al escribano.

-Estas muy confundido Ciel, no todo es lo que parece, hay mas de uno en este juego, yo nunca he matado por cuenta propia. De hecho, mis manos nunca han tocado sangre ajena.

-¡Dime de una maldita ves a donde llegarás con todo esto!

-La venganza no es contra ti Ciel...Ve como yo veo, juzga como yo juzgo y entenderás. Tendrás que esperar a por mas información... Antes de irme, déjame hacerte una pregunta. ¿Cuanta sangre derramarás para cumplir tu venganza?

El televisor se apagó dejando a Ciel sumido en sus pensamientos pesimistas respecto a la situación. Sin poder contenerse cayó al suelo con desesperanza, golpeó la pared con sus puños tratando de mitigar la furia que arremetía dentro de su cuerpo.

...

Luego de verificar por completo el departamento con nulas posibilidades de encontrar a su hijo, con desesperación llamó a la policía. En menos de una hora su casa estaba rodeada de peritos y demás que trataban de encontrar huellas y un significado a tan desastroso acto. Cuando un hijo se pierde realmente cada minuto cuenta.

-Michaelis, debemos hacerle unas preguntas, pero primero debemos ir a la comisaría, por ahora no puede quedarse aquí, puede ser una posible escena de un crimen.

Sebastian frunció el ceño reteniendo las lágrimas, Ciel no estaba muerto, estaba seguro que alguien lo había raptado.

Asintió sin mas, esperando encontrar una pronta respuesta a todo lo que estaba sucediendo.

Una ves llegó a la comisaría pudo ver como la mitad del cuartel estaba movilizado buscando huellas y demás, publicando fotografías por medios de comunicación. Pasó a la sala de interrogatorios, el como su padre, lamentablemente era un posible sospechoso, tan solo por ser obvia familia de Ciel.

El policía con un leve movimiento de cabeza señaló la silla que se encontraba del otro lado de la mesa. Sumisamente se sentó, viendo como el policía lo imitaba.

-Dígame, ¿Ah que hora salió de su apartamento?

-Recuerdo haber salido sobre las siete y media ...Creo.

-Hay algo muy importante en todo esto, ¿Porque razón salió de su trabajo para dirigirse al departamento nuevamente?

-Yo tuve un...Mal presentimiento, sin poder evitarlo salí de mi empresa, en cuanto llegue a mi apartamento lo primero que hice fue llamar a mi hijo, pero el no respondió en ningún momento. Traté de prender las luces pero estas estaban cortadas, fui a la habitación de los fusibles, una ves que los arreglé nuevamente fui al recibidor y lo único que vi fue el gran charco de sangre al pie de la escalera.

-Sabe que es el principal sospechoso ¿No?, un mal presentimiento no es excusa para salir deliberadamente del trabajo y dirigirse a su departamento. No solamente estuvo en el lugar de lo que pudo ser un homicidio sino que además no hay testigos que digan lo contrario.

Sebastian con furia se paró de su asiento a la ves que con sus puños golpeaba la mesa.

-¡Pero que mierda me está diciendo!, ¡Si usted es padre sabrá lo que es sentir una opresión asfixiante en el pecho, que le dice que su hijo está en peligro!.

Las lágrimas de Sebastian comenzaron a descender por sus mejillas, esa situación realmente superaba su auto control. El policía sintiendo pena por la trágica situación de Sebastian decidió detener su interrogatorio.

-Esto será todo por hoy. No puede volver a su apartamento, lo vamos a clausurar para continuar con la investigación. Haremos todo lo posible para encontrar a su hijo Señor Michaelis.

El policía salió de la sala de interrogatorios dejando a Sebastian estancado en sus pensamientos. Todavía no podía creer lo que sucedía, su vida junto a Ciel era tan perfecta, que cuando un suceso pérfido sucedía, era difícil de creer. Sin mas salió del cuartel para ir con la única persona que podría ayudarlo en una situación tan difícil. Se puso sus gafas negras mientras maldecía a los reporteros con sus cámaras que atrofiaban su paso para hacerle estúpidas preguntas.

Llegó a la casa de su amigo Claude, mejor dicho mansión. Todavía no entendía la obsesión de su amigo por tener un hogar tan grande solo para el. Tocó la puerta y en menos de un minuto esta se abrió mostrando a Claude. Quien sin esperar mas se abalanzó sobre el dándole un abrazo reconfortante.

-Me he enterado de lo que ha sucedido, lo siento mucho.

-Esto no me puede estar pasando a mi Claude...

Ambos entraron a la mansión. Sebastian se sentó en el sillón que había en medio de la estancia mientras Claude le daba una taza de café.

-He visto por las noticias la fotografía de Ciel. Están haciendo todo lo posible por encontrarlo.

-No entiendo nada Claude. No entiendo que es lo que Ciel y yo tenemos que ver en esto. No creo haber hecho el mal de una manera tan desmesurada como para merecer esto.

-Algunas cosas no son secuenciales Sebastian, el bien no lleva al bien, ni el mal al mal, hay quien roba con total impunidad, viven como reyes, otros mienten, engañan, y les votan, otros se paran para ayudar alguien en la carretera y un camión los atropella en un descuido, no hay explicación para eso. Como juegas tus cartas es lo único que importa, mírame, ¿Comprendes lo que te digo?.

Sebastian asintió levemente mientras daba un sorbo a su taza de café.

-Iré a la empresa por ti y diré lo sucedido, no te preocupes que no hablare mas de lo necesario. Tu quédate aquí y descansa, ya sabes que cuarto será el tuyo mientras estés aquí.

Claude estaba dispuesto a irse pero fue detenido por algo dicho por Sebastian.

-¿Crees que quien secuestró a Ciel le de la oportunidad de vivir?

Claude lo miró sin saber que responder.

-Todos merecen una oportunidad...Eso es lo que creo.

Claude salió de la mansión para ir directamente a la empresa, donde daría la noticia de el porque Sebastian no iría a trabajar esos días. Mientras tanto Sebastian fue hacia la habitación en la que varias veces había estado cuando se quedaba en la casa de su amigo. Por mas que trató no logró dormir ni un poco, el pensar donde estaría su hijo no le dejaba en paz.

...

Luego de verificar con sus propias manos las paredes de aquella habitación esperando encontrar alguna salida, ya que era totalmente ilógico el que no hubiera una puerta, se rindió al no encontrar ni un solo indicio. Volvió a sentarse en la silla esperando nuevas noticias. De pronto el televisor se encendió mostrando un canal de noticias.

-Ha sido secuestrado Ciel Phantomhive, hijo del famoso empresario Sebastian Michaelis. Este no ha querido declarar. Al parecer según el testimonio de la policía el señor Michaelis...

-Tu padre es muy optimista.

Ciel veía una imagen de su padre, el cual salía de una comisaría evadiendo las cámaras, sus ojos estaban cubiertos por unas gafas negras. Su corazón latía acelerado al ver a quien mas amaba, temía por el, no quería que absolutamente nada le sucediera, nunca se lo perdonaría si así fuera.

La imagen se cortó, mostrando nuevamente a quien lo había secuestrado, este seguía con esa horrible máscara, era mas que obvio que no daría la cara.

-Todavía faltan muchas piezas para armar el rompecabezas. Irás descubriendo todo a su momento Ciel.

Ciel resopló sin entender.

-Si quieres vengarte solo lo haces y ya, no hagas todo esto para llamar la atención. Si quieres ver a alguien muerto...Simplemente lo matas. Sigo sin entender tu objetivo.

-Tu definición de venganza es bastante presuntuosa e inservible. Como una estúpida política. El ver morir a quien odio no es algo que me sea gratificante. La gente debe sufrir en vida sus pecados, hay que ver la muerte de cerca para apreciar la vida. Tu padre se debe estar preguntando en este momento que hizo para merecer todo esto. Algunos lo llaman karma, yo lo llamo justicia.

-Nadie tiene derecho a realizar justicia por mano propia.

-Dices eso, sin embargo querías vengar tu mismo la muerte de tu madre. En ese caso, estarías contradiciéndote a ti mismo. Debes conocer la historia de una persona para saber porque esta es como es. Uno no nace siendo un monstruo, la sociedad lo crea. No creas que has sufrido, tu vida ha sido espectacular, es momento de que te centres en el verdadero sufrimiento ajeno antes que el propio. Aprecia tu vida como hasta ahora Ciel. No sabes cuando tu tiempo puede acabarse. Luego de una vida de penurias y a pesar de todo haber sido feliz, no sabes lo que se siente que te digan que te estás muriendo.

La conversación volvió a cortarse, dejándolo en completo silencio, no tenía idea que hora era, seguramente sería mediodía de acuerdo a lo que había visto en televisión. Se recostó en una de las esquinas de la habitación, se sentía cansado. Cerró sus ojos esperando que todo lo que sucedía fuera una pesadilla. Sin embargo las palabras de esa persona seguían en su mente. Le había dado algo en que realmente pensar.

...

El sonido de la puerta lo sobresaltó. Se preguntaba quien sería, tal vez fuera algún conocido de Claude, con pesar se levantó de la cama y bajó las escaleras de aquella espaciosa mansión. En cuanto abrió la puerta se sorprendió al ver quien era.

-¿Que haces aquí Undertaker?

El niño solo lo miró mientras entraba a la mansión.

-Me enteré de lo de Ciel.

-¿Como dedujiste que me encontraba aquí?

-Supuse que su departamento estaría clausurado por investigación, fui hacia la comisaría y lo vi saliendo de allí, así que lo seguí, llegue aquí y esperé a que su amigo Claude se fuera. Quería hablar con usted a solas Señor Michaelis.

-Siéntate.

Sebastian cerró la puerta con cerrojo mientras se sentaba delante de Undertaker. No comprendía que podía ser lo que ese niño quisiera.

-¿Que es de lo que quieres hablar?

-Está en peligro.

Sebastian abrió los ojos impresionado, no entendía bien que era lo que quería decirle el albino.

-No se a que te refieres.

-Quiero que me escuche con atención. Ciel no querría que yo le dijera esto, pero es necesario. La madre de Ciel no murió, a ella la mataron.

Sebastian exclamó un jadeo de impresión.

-Ciel hace un tiempo se enteró de tal hecho, por lo tanto, prometió que se vengaría de quien lo hubiera hecho. Encontramos una carta en el maletín de su madre. Supongo que recuerda el incidente que hubo en su empresa, el día que lograron entrar, ¿Lo recuerda?...Nosotros habíamos entrado.

-Así que fueron ustedes, con razón no habían robado nada.

-Exacto, nosotros habíamos entrado a su empresa para buscar el maletín de Rachel Phantomhive, una ves que lo hayamos, husmeamos lo que había en el, y encontramos una carta con una terrible verdad. La carta decía que Rachel, había sido amenazada durante su embarazo, si le decía que usted iba a ser el padre de su futuro hijo la matarían y a usted también. Al parecer la persona que la amenazó, tenía una terrible obsesión con Ciel quien todavía no nacía. Esa carta iba dirigida a usted, el día que ella 'murió', no logró llegar a su objetivo, al parecer el asesino la secuestró y la mató en la cabaña que usaba Rachel con Ciel, la cual era de sus difuntos padres.

-Undertaker no entiendo nada, es demasiado.-dijo sofocado de tantas revelaciones.

-El escribano john Mitcher fue víctima del asesino. El lo mató porque nosotros habíamos ido a su estudio jurídico para hablar con el. Ya que el atendió el funeral de Rachel. El mismo nos contó que el asesino lo chantajeaba. Lo había amenazado de muerte si decía algo acerca de la verdadera muerte de Rachel. Un día después el asesino lo mató ya que había, de alguna manera, revelado información confidencial.

-O sea, que Ciel se hizo de un enemigo.

-No diría enemigo, sino que se convirtió en un objetivo. El asesino logró atraparlo, lo que tanto quería lo logró.

-Lo que me estás diciendo es irrelevante, no se que podríamos descubrir con todo esto.

-Señor Michaelis, el asesino, es un antiguo compañero de su colegio.

Sebastian pestañeó varias veces sin poder creérselo.

-Voy al grano, el asesino, ex compañero suyo del cual estamos hablando, al parecer estuvo un tiempo en un Hospital mental, llamado 'Nuestra señora de la misericordia'. Ciel llamó a la institución, pero le dijeron que este había escapado años atrás de una de sus sucursales en Alemania. El asesino quedó suelto y la policía luego de no hallar ni un rastro de su persona. Dejaron de buscarlo.

-El...volvió

-Exacto, el nunca dejó de perseguir su objetivo. Que hasta ahora sabemos es Ciel.

-Debo investigar acerca de los ex alumnos de mi antigua escuela.-Declaró mientras se levantaba de su asiento.

-Lo que le dije es todo lo que se, espero que logremos encontrar a Ciel. Aunque usted no vea amenazas, hay amenazas por todas partes, por favor, cuídese, Ciel no quisiera que le sucediera algo.

Sin mas Undertaker se levantó y salió de la mansión, dejando a Sebastian con un montón de interrogativas. Recordó de pronto la escuela a la que iba, el 'St. Matthew's College'. Una escuela totalmente para ricos, para personas famosas y demás. Puras apariencias, la mitad de los estudiantes eran hijos de narcotraficantes, políticos corruptos y ex-convictos. Mas de una ves se corrió el rumor de que había mas un estudiante que traficaba personas. Recordó en especial a un profesor. El único que no era un cínico en ese lugar y que en mas de una ocasión lo había ayudado cuando se metía en problemas.

Corrió hacia el directorio telefónico donde buscó el apellido y nombre de ese profesor. 'Dorian Lawrence'. Varias veces marcó un número equivocado. Hasta que una vos que al fin logró reconocer pero un poco demacrada por los años lo atendió.

-Disculpe que lo moleste, pero estoy buscando a un ex-profesor del St. Matthew's College.

-Lo siento pero es equivocado.

-¡Por favor, no corte es demasiado importante!

-No tengo interés en recordar malas experiencias, haga el favor de no volver a llamar.

-¡Maldición, una vida está en juego, se lo suplico!.

Sintió como la respiración del otro lado del teléfono se cortaba por un momento.

-Le daré mi dirección para que hablemos en privado, no creo que por teléfono sea lo mas propio en una situación como esta.

Luego de que su antiguo profesor le diera su dirección, cortó la llamada, yendo al baño dispuesto a darse una ducha rápida para luego ir hacia donde le habían indicado. Una ves que llegó, un jadeo de impresión salió de su boca. En el gran espejo del baño se vislumbraban unas palabras escritas en rojo.

'Supones que serán los vivos los que tengan el poder de juzgarte, porque los muertos no tendrán derecho sobre tu alma. Tal vez te equivoques'.

Con furia mal contenida. Abrió el grifo y con papel comenzó a limpiar el espejo. Nuevamente las lágrimas surcaban por sus mejillas. Una ves el espejo quedó limpió. Salió corriendo de la habitación. No le importaba mas nada que encontrar a su hijo. Corrió cuanto pudo, luego de un rato llegó a un pequeño barrio, este no parecía para nada seguro. Sacó el papel de su bolsillo buscando el número de la casa. '2503'. Con sus ojos buscó el número, hallando una pequeña casa pintada de azul en una esquina. Apurado llegó hasta esta y golpeó varias veces la puerta.

Por ella salió un hombre, de alrededor unos cincuenta años, cabello largo, castaño y ojos verdes. Si fuera una buena situación pondría una sonrisa en su rostro. Su antiguo profesor ahora se encontraba mas avejentado.

-Sebastian Michaelis.-Dijo con impresión el sujeto.-¿Eras tu el que me había llamado?

-El mismo profesor Lawrence.

-Por favor pasa, ¿Quieres algo de tomar?

-No gracias.

Sebastian se adentró en la casa. Encontrando extrañado un ambiente cálido. Se sentó en el sillón que se encontraba frente a la chimenea. El profesor se sentó delante suyo aún viéndolo con impresión.

-No puedo creer que seas tu Sebastian, estas hecho todo un hombre. Y por lo que veo para bien. Recuerdo todavía cuando eras un mocoso que se la pasaba de rebelde lleno de piercings.-dijo riendo por lo bajo.

Sebastian sin evitarlo rió también.

-Es raro que no me haya reconocido, prácticamente soy noticia mundial por lo de mi empresa y demás.

El profesor sonrió al sentirse nostálgico, Sebastian seguía de alguna manera siendo el mismo chiquillo altanero.

-Siempre supe que tenías un potencial increíble. A pesar de todo, tu rebeldía no opacaba tus notas. Eras demasiado inteligente para estar en ese colegio de hipócritas...Pero ahora dime, ¿Cual es la razón para contactarme luego de tantos años?.

-No se si se ha enterado. Pero han secuestrado a mi hijo.

El profesor abrió los ojos impresionado.

-No sabía que habías tenido familia.

-De hecho no la tuve, quiero decir, no tuve esposa. ¿Recuerda a Rachel Phantomhive?, ella era la madre de mi hijo, pero...falleció.

-La recuerdo bien, una chica muy hermosa y también demasiado inteligente para estudiar en un lugar así. No era como las demás mujeres.

-El hecho, no quiero llenarlo con un montón de problemas ajenos. Necesito que me diga algo importante. Yo estaba mas que enterado que usted trataba de ayudar a muchos de mis compañeros. Recuerdo que mas de la mitad eran drogadictos y muchas mujeres no querían seguir el mismo negocio familiar que sus padres. Se perfectamente que trató de sacarlos de esa vida de delincuencia. Por lo tanto usted debe saber algo acerca de un estudiante en particular.

-¿De quien estás hablando Sebastian?

-No tengo su nombre. Pero tengo información. Según lo que recuerdo este estudiante salió del colegio porque fue enviado a una institución mental llamada 'Nuestra señora de la misericordia' que se encuentra en Alemania.

Sebastian pudo ver como el profesor se estremecía y luego ponía rígido su cuerpo.

-No se de que me estás hablando.

-¡No mienta!, ¡Se perfectamente que usted sabe quien es!, ¡De alguna manera debe de haberse enterado!.

El profesor suspiró con pesadez mientras miraba a Sebastian.

-El era un buen chico, nada de lo que sucedía era su culpa. Su familia Sebastian, su familia, lo hizo lo que era. Nada le hubiera pasado sino fuera por sus padres.

-De que habla.

-Recuerdo exactamente una ves que el se había olvidado unos cuadernos en el colegio. Era uno de mis mejores estudiantes y de los pocos que realmente valían la pena salvar. Conseguí su dirección y fui a entregarle sus cuadernos, sabía que sus notas contaban mucho en su vida, ya que tenía pensado asistir a la facultad. Llegue a su hogar, este era alejado, se encontraba en medio de un bosque. Pude ver exactamente como la policía lo sacaba esposado, su imagen era terrible, se encontraba lleno de sangre. Sus padres presenciaron como se lo llevaban sin siquiera un ápice de tristeza. Traté de irme, luego pensaba averiguar el porque de todo. Pero, no tuve suerte. Sus padres me vieron. De pronto su padre me tomó y comenzó a golpearme. Me amenazó, no quería que nadie supiera que su hijo había ido a la cárcel por asesinato. Era juez de la corte suprema, pero también...traficaba personas. Tenía un negocio de sicarios que trabajaban a escondidas obviamente. Si yo decía algo acerca de su hijo su reputación se vería manchada frente a toda la prensa. Prometí no decir nada. Luego de eso averigüé acerca del paradero del que sería mi ex-alumno. Me enteré que se encontraba en una institución mental. Al parecer la policía había determinado que tenía problemas mentales y que por lo tanto era excarcelable.

Sebastian no podía creer semejante historia. Pero sin mas procedió a preguntar.

-¿Quien era?

El profesor lo miro para luego suspirar.

-Claude Faustus.

Sebastian pudo sentir literalmente, como su mundo se derrumbaba frente a sus ojos.
Notas finales:

Espero les haya gustado, un par de capítulos mas y esta historia termina  ;)


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