Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor incomprendido por Etsuko Kagayaku

[Reviews - 152]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste este capítulo, es mas largo de lo usual, al menos eso creo.

 

AVISO: Una parte del fic, es un songfic, si así puedo decirle xD. Aconsejo escuchen la canción es muy hermosa y entraran de alguna manera mas en el papel del personaje y en la sensación del momento.

Un mes había pasado desde que Thompson se había quedado en la mansión. Claude a pesar de todo lo que debía hacer para que Thompson estuviera a su lado, no le importaba en lo absoluto. Solo quería tener a la única persona que le daba felicidad a su vida a su lado. Porque lo amaba, realmente lo amaba. Aunque había un problema. El amor que le profesaba no era del todo 'normal', eso era algo que le preocupaba. Lo peor era que su niño no ayudaba en nada. Cada ves que podía lo besaba dejándolo estático, y él solo podía reprenderlo, para que luego volviera a suceder.

Se culpaba a si mismo, a veces se sentía basura al pensar de esa manera. Se sentía como uno mas de esos sujetos que compraban a esos pobres niños que su padre traficaba.

Aunque trataba de evitarlo, no siempre lo lograba.

Luego de ir a recoger nuevamente a su niño del colegio. Fueron hacia su hogar donde luego de hacerle la merienda, fueron hacia la habitación.

Mientras atardecía él y Thompson se encontraban haciendo los respectivos deberes del colegio. La directora del colegio de Claude, le había dicho que no podría dejar el colegio hasta el año siguiente, hasta entonces debería asistir a este. Claro que esta noticia disgustó completamente a su padre, dándole a el como resultado un ojo morado, que supo disimular muy bien con maquillaje.

Una ves que terminó de hacer su tarea, se giró hacia Thompson, el cual estaba haciendo su tarea en su pequeño escritorio. Una sonrisa surcó su rostro. Se sentía feliz de poder darle una buena vida a su niño. Aunque estaba un poco preocupado, Thompson todavía no le había contado de donde venía ni que había sucedido con sus padres. Tal ves mientras él lo cuidaba y llevaba al colegio, los padres del niño lo estaban buscando desesperadamente por todo Londres. Temía que la policía llegase a su casa un día de estos para llevárselo, y aunque sabía que estaba mal, era demasiado egoísta para hacer algo al respecto. Quería a Thompson solo para él y si sus padres lo encontraban, lo alejarían de su lado. Cosa que no podía permitir.

-¡Claude, no entiendo esto!.-Replicó su niño con un pequeño puchero.

Sonrió y se acercó a su niño, el cual le señalaba su cuaderno azul con tarea de matemática. Luego de explicarle detalladamente lo que debía hacer, fue recompensado con un gran abrazo.

-¡Gracias Claude, eres la persona mas inteligente del mundo!.

Sonrió. Era increíble como para Thompson podía ser un gran genio tan solo para resolver una simple cuenta de multiplicar, oh a veces por llevarlo en sus hombros, era la persona mas alta del universo. La perspectiva inocente de su niño lo cautivaba en demasía.

Luego de extensos minutos se separaron y se vieron a los ojos, Thompson esta ves escondió su rostro en el pecho de Claude.

-Sabes Claude, quiero vivir por siempre contigo, hasta que nos hagamos viejitos.-Dijo con una sonrisa inocente.

Claude rió enternecido.

-Te juro que estaremos por siempre juntos.

Esta ves el niño se separó y le plantó un casto beso en los labios que logró dejarlo petrificado.

-Thompson, ya te dije que no hagas eso.

-Ya, ya lo siento 'Onichan'.-Le respondió su niño con una sonrisa cómplice.

Claude sonrió para sus adentros. Sabía que Thompson estaba enterado de su debilidad al decirle 'Onichan'. Solo pensó una cosa.

-Bueno pequeño manipulador. Ya se ha hecho de noche y con todos los dulces que has comido no creo que tengas hambre.-Reprochó con una ceja alzada.

-Ya te dije que no es mi culpa, hoy era el cumpleaños de Taylor y nos dio a todos una bolsa llena de dulces.-Dijo de forma inocente.

-Bien, es hora de dormir, mañana debemos levantarnos temprano.

-Pero porqué si mañana es sábado, no hay colegio.-Reprochó con un puchero.

-Si, pero tengo una sorpresa para mañana y que por cierto, antes de que preguntes, no te puedo decir.

-Odio las sorpresas.-Refunfuñó por lo bajo mientras se metía entra las cobijas.

Claude rió divertido.

Si, por mas que Claude le había comprado una cama para que durmiera aparte, de nada había servido. Thompson se había acostumbrado a dormir con él. Y por mas que se lo prohibiera, de nada servía ya que amanecía con su niño sobre su pecho.

Gateó por la cama hasta llegar al lado de Thompson, una vez a su lado, lo abrazó contra su pecho.

-Claude, cuéntame un cuento.

Claude se puso nervioso.

-Pero no recuerdo ninguno.-Dijo Claude mientras trataba de hacer memoria.

-Entonces hagamos uno entre los dos.

Claude volvió a sonreír.

-Bien, entonces comenzaré; Un niño llamado...

-¡No!, tienes que empezar con 'Había una ves'.-Dijo con un pequeño puchero.

Rió divertido nuevamente.

-De acuerdo; Había una ves, un niño llamado Thompson...

Claude pudo sentir como el niño se emocionaba al saber que era partícipe del cuento.

-Este niño, era muy bonito, sus cabellos eran morados, y sus ojos eran dos hermosas gemas rojas.

Thompson se sonrojó.

-Tenía un hermano mayor, el cual lo amaba con todo su corazón, llamado Claude.

El sonrojo de Thompson se hizo aún mayor, logrando que hasta sus orejas se pusieran rojas, acción que divirtió al mayor.

-Vivían en un hermoso palacio.

-Donde había unicornios.-Agregó Thompson.

-Si, había unicornios...-Sin poder contenerlo rió por lo bajo.- El reino se llamaba...

-El reino del helado.-Agregó nuevamente Thompson.

-El reino del helado, era el mas famoso entre todos, ya que se regía por tener lo mas ricos dulces, los árboles estaban hechos de caramelos, y las nubes de algodón de azúcar.

-Y la luna era de queso.

-Pero es un reino de dulce.

-Pero yo quiero que la luna sea de queso.

-¡Pero es un reino de dulce!.-Le discutió Claude, sin saber que se estaba rebajando a discutir como un niño pequeño, lo mismo que hacía cuando su madre,(Para ese entonces normal), le contaba ese tipo de cuentos.

-Pero-Yo-digo-que-es-de-queso.-Le dijo entrecortadamente Thompson como si estuviera explicándole a un tonto.

-Esta bien, es de queso.-Dijo con un pequeño puchero, gesto en demasía extraño en él, pero que logró sacarle una divertida risa a Thompson al verlo de una manera tan dulce e infantil.

-Estos hermanos, tenían unos muy buenos padres, los cuales hacían todo por ellos, los amaban mas que a su vida propia.

En ese momento ambos se pusieron nostálgicos, cortando por lentos minutos el fantasioso cuento.

Claude notando el ambiente tenso que se había producido, decidió seguir.

-Ambos tenían las mas increíbles aventuras, mataban dragones y rescataban princesas. Pero había un gran problema, los hermanos se amaban como lo hacían un hombre y una mujer...

-Thompson amaba mucho a Claude.-Agregó el niño.

-Y Claude...Amaba con locura a Thompson.

Esa había sido la primera declaración de amor que había recibido Thompson de Claude, lo que le decía que el de ojos ámbar no le era indiferente a sus sentimientos.

-Un día, Claude rescató a una hermosa princesa de cabellos dorados y ojos negros como la noche. La llevó al reino y la presentó como su esposa, ya que aunque quería amar a Thompson, no podía porque estaba prohibido amar a un hermano de esa manera. Una noche...

-Vino un dinosaurio, se comió a la princesa y Claude Nuevamente quedó solo con Thompson.-Dijo Thompson con un puchero y los cachetes inflados de la furia que le dio el imaginar a Claude con otra.

Claude soltó una sonora carcajada ante el trágico final que le había dado Thompson a la princesa.

-Si, se la comió un dinosaurio...

-Luego de un tiempo, ambos se fugaron del castillo, a un lugar donde aceptaran sus sentimientos.-Continuó el niño con el cuento.

-Pero hubo un gran problema, sus padres se dieron cuenta de que habían escapado y los persiguieron. Los hallaron en una modesta cabaña en un bosque. Separaron a ambos hermanos prometiendo que no volverían a verse. Ambos estaban tristes por la pérdida del otro, por lo cual decidieron buscarse y...

Claude notó como el niño se había quedado dormido. Un suspiro amargo salió de sus belfos, esperaba que nunca los separaran.

Cobijó bien al niño, asegurándose que este no fuera a tomar frío durante la noche y salió de su habitación.

La mueca de felicidad que había en su rostro se borró mientras se encaminaba a una habitación de fríos colores.

Era hora de terminar el cuento y volver a la dura realidad.

Llegó a la habitación y pudo ver a su padre sentado en un sillón de cuero negro, con un puro en la boca y una copa de vino en una de sus manos.

-Tardaste demasiado Claude.

-Tuve que terminar unas tareas pendientes.

-Bien...Empieza.

Con resignación y asco comenzó a sacarse la ropa, viendo con repulsión a su padre el cual se relamía los labios con lascivia. Una ves desnudo fue hacia su padre, el cual de una bofetada lo derribó.

-Bien Claude, es hora de que hagas tu trabajo.

Se arrodilló en el suelo y con las manos temblorosas bajó el cierre del pantalón de su padre. Tomo el miembro ya endurecido de este y dio una leve lamida, sintiendo el asqueroso sabor en su boca y el olor repulsivo en sus fosas nasales.

-Al parecer todavía no aprendiste bien.

Sintió como su padre lo tomaba bruscamente del cabello y lo obligaba a que se tragase su miembro de una sola vez. Sentía unas horribles arcadas, que por su bien supo controlar a tiempo.

Su padre ni siquiera gemía, al parecer solo lo hacía con la intención de verlo humillado y mancillado.

Las lágrimas escapaban de sus ojos, eso era lo que debía hacer todas las noches sin falta, para que Thompson fuera feliz y no sufriera. Su padre lo violaba incontables veces con fuerza cada noche. Ya había perdido la cuenta de que cuantas veces se había entregado para que su padre no le hiciera nada a Thompson.

De pronto la puerta se abrió, mostrando a su madre, la cual se quedó helada al ver aquella terrible imagen.

Esta se abalanzó rápidamente hacia Claude y le dio una bofetada, dejándolo como ya era costumbre en el suelo.

-Pero que mierda le haces a mi esposo pequeña puta.-Le gritó su madre mientras esta ves lo golpeaba en su rostro.

Sin poder contenerse un sollozo salió de sus labios. Una madre normal se hubiera preocupado por su hijo, pero el tenía la desgracia de no tener una.

-Vete a tu habitación y no te quiero ver el asqueroso rostro hasta mañana.

Esta ves su madre agarró el puro que estaba fumando su padre para apretarlo contra la piel de su muñeca izquierda.

Gimió de dolor al sentir esa horrible quemadura, que sentía se hacía cada ves mas honda, logrando calar su piel.

-¡¿Me entendiste Claude?!.

Asintió rápidamente mientras se paraba del suelo y recogía su ropa, se puso los pantalones y salió de aquella horrible habitación.

De manera rápida fue hacia el baño donde de atrás de un espejo, se encontraba el botiquín de primeros auxilios. Sacó una crema de un pomo negro, untándola sobre la quemadura. Volvió a gemir de dolor, aquello le dejaría un cicatriz.

Con repulsión se lavó los dientes, queriendo sacar de su boca aquel sabor asqueroso que daba muestra de lo que estaba haciéndole a su padre.

Volvió a su habitación, comprobó dulcemente que su niño aún se hallaba dormido. Se acostó a su lado y se cubrió con las mantas. La calidez de Thompson era lo único que podía aliviar sus penas.

...

-¡Vamos Claude, se hace tarde!.-Gritó Thompson desde afuera del baño.

-Espera Thompson, te dije que debía darme un ducha.

-Pero...

-Pero nada, me esperas y vamos.

Thompson le sacó la lengua desde el otro lado.

-No me saques la lengua.

Thompson emitió un jadeo de impresión, que logró sacarle a Claude una risa divertida.

Claude lamentaba haberle dicho acerca de su sorpresa a Thompson antes de partir. Desde que le dijo que lo llevaría a la feria del muelle. El niño se encontraba por demás inquieto.

-Bien, te esperaré abajo.

Claude oyó como se cerraba la puerta de la habitación. Entró en pánico y rápidamente salió de la ducha, se colocó su ropa y salió del baño.

Bajó las escaleras, sin importarle haber resbalado varias veces. Solo no quería que le sucediera nada a Thompson, y sobre todo porque a esa hora, su madre estaba en el líving de la mansión...

-¡Thompson!.-Cubrió rápidamente los ojos del niño.

-¿Que está haciendo tu mamá?.-Preguntó Thompson un poco asustado ante la imagen de aquella mujer.

No era para menos, su madre se encontraba pálida, con una banda de goma atada en su brazo izquierdo, una jeringa sobre la mesa era el comprobante de que estaba drogada. Sus ojos estaban por demás desorbitados. Causando una imagen terrorífica en quien la viera. Parecía muerta.

-Nada, ella solo...está enferma.

Salieron de la casa y caminaron en silencio hacia el muelle, Claude no se perdonaba el haber dejado que su niño viera semejante imagen. Cuando llegaron al muelle, nuevamente la cara de su niño adquirió un hermoso rosado.

-¡Ah, mira cuantos juegos!.-Gritó Thompson con emoción.

Claude volvió a sonreír. Lo valía todo, 'Solo por el'.

Estuvieron toda la tarde jugando en cada juego que veían, Claude estaba extasiado por las hermosas risas que emitía su niño a cada rato de la pura emoción que sentía. Al final solo quedaba un último juego al que todavía no había entrado. De pronto ambos se quedaron helados. Frente a ellos podían ver a un policía, el cual repartía unos volantes con la imagen de Thompson.

Claude no sabía que hacer, veía su vida derrumbarse frente a sus ojos.

Thompson, siendo mas rápido, jaló a Claude de su camisa y lo arrastró como pudo a la casa de los espejos.

Ambos respiraban agitadamente ante lo que había sucedido. De pronto Claude se dejó caer contra la pared.

-¿Porque haces esto Thompson?.-Preguntó Claude angustiado.

El niño lo miró sin entender.

-¿Porque no escapas?, es decir, podrías ir hacia el policía y volver con tu familia, ¿Que te inclina a quedarte conmigo?, podrías volver a ser feliz con quienes perteneces, volver a tener tu vida normal, donde puedes andar libremente por tu casa y quizás volver a tu antigua escuela con tus viejos amigos.-Dijo tristemente.

Thompson en ese momento hizo una cosa que dejó desconcertado a Claude, le sonrió.

El niño fue hacia él y se puso sobre sus piernas, sobresaltando a Claude.

-Es que, aunque extraño a mis papis y los quiero mucho. A ti te amo mas Claude. ¿Recuerdas el cuento que me contaste anoche?, ¿Donde los padres separaban a sus hijos porque estaba mal su amor?. Yo no quiero que nos separen, quiero estar por siempre a tu lado. Porque nuestro amor no es normal, es como el de un papá y una mamá.-Respondió con una dulce sonrisa.

Esta ves estando consciente de lo que hacía, besó a su niño con toda la pasión que albergaba su cuerpo. Thompson le correspondió torpe y dulcemente. El beso se tornó largo y aún mas apasionado. En cuanto se separaron se vieron a los ojos y Claude rozó suavemente la nariz de Thompson con la suya, en un dulce acto de amor.

Se miraron a los ojos y sonrieron.

-Yo también te amo Thompson, como no tienes idea.-Dijo con una hermosa sonrisa que logró sonrojar a Thompson.

Luego de haberse besado por última ves, comenzaron a recorrer la casa de los espejos, divirtiéndose y burlándose del contrario por las raras formas que tomaban frente a estos. Luego cuando Claude lo creyó conveniente, salieron. Tenían temor de que el policía todavía se encontrara por ahí. Pero se sorprendieron al ver poca gente, la feria casi cerraba, no se habían dado cuenta de la hora que era.

Bajo la luz de la luna se dirigieron a su hogar. Thompson sentía una molestia en su estómago y fue reprendido nuevamente por Claude, quien le dijo que de verdad se había pasado con los dulces esta vez. Nada que una mirada inocente no lograra ablandar el corazón de Claude.

Llegaron a la mansión, donde trataron de pasar desapercibidos ante la 'familia'. Una ves que llegaron a la habitación. Se recostaron, pero de pronto Thompson se subió sobre Claude y se acercó a su oído.

-Claude, quiero que me enseñes algo.-Le susurró suavemente. Logrando que se estremeciera.

-¿Q-que cosa?.-Tartamudeó sin querer 'comprender' del todo.

-Sabes, hace un tiempo cuando estaba con mis papis. Una noche tuve una pesadilla y quise ir a acostarme con ellos. Pero cuando llegue ahí vi algo que no entendí muy bien. Mis papis estaban desnudos y mi papá estaba sobre mi mamá.

Claude abrió los ojos impresionado, un leve sonrojo cubrió su rostro. ¿Como le explicas a un niño de siete años que sus padres estaban teniendo sexo?.

-Eso te lo contaré otro día, ahora a dormir.-Respondió nervioso mientras acostaba al niño a su lado.

-Pero yo quiero que me cuentes ahora.-Reprochó el niño con el entrecejo fruncido.

-Thompson, no hagas que me enoje, hoy no, ya es demasiado tarde.

-De acuerdo.-Dijo aún 'enojado'.

Se metió dentro de las sábanas y le dio la espalda a Claude.

Este por demás enternecido por el enojo del niño, le dio la vuelta y le encajó un beso en los labios, dejando estático a Thompson.

-Buenas noches mi amor.-Le susurró mientras sonreía y cerraba los ojos recostando su cabeza en la almohada.

-...Mi amor.-Susurró con una sonrisa Thompson mientras se acostaba en el pecho de Claude y este ensanchaba aún mas su sonrisa.

...

Los días pasaban y su amor se hacía cada ves mas fuerte, pero junto con este venía la gran tensión que había entre los dos cuando se besaban. Porque las hormonas de Claude le jugaban una mala pasada y Thompson comenzaba a sentir una fuerte sensación en su estómago cada ves que Claude lo besaba y acariciaba. El fin de esta tensión, fue una tarde cuando ninguno de los dos lo predijo.

Claude hacía la tarea de su colegio mientras Thompson se encontraba mirando televisión y saltando en la cama. Con sus anteojos puestos y sin quitar la mirada de su tarea lo reprendió.

-Thompson, deja de saltar en la cama, te caerás.-Le dijo con vos seria.

Thompson solo le sacó la lengua cuando de pronto cayó de la cama, torciéndose levemente el tobillo, su llanto alertó a Claude. Quien sin quitarse los anteojos fue hacia él y lo revisó.

-¿Donde te lastimaste Thompson?.-Preguntó preocupado mientras revisaba su cuerpo.

-M-me duele el pie.-Dijo con lo ojos llorosos.

Claude le sacó uno de sus zapatos junto con el calcetín, dejando al descubierto su pequeño pie, comprobó que este se encontraba levemente inflamado. Por mas que trataba de tranquilizarlo el niño no paraba de llorar. De pronto, recordando lo que hacía su madre de pequeño para tranquilizarlo. Tomó su pie y le dio un pequeño beso.

-¿Ahora te sientes mejor?.

Thompson solo lo miró impresionado, sin poder evitarlo se sonrojó violentamente. Claude era demasiado apuesto y el hecho de que usara anteojos solo lo favorecía aún mas. Asintió levemente mientras desviaba la mirada. Nuevamente sentía esas brutales cosquillas en el estómago.

-No quiero que salgas de la habitación. Tardaré un rato pero vendré con una crema para que no te duela tanto.-Dijo mientras le hacía una suave caricia a su pie y salía de la habitación.

Thompson se quedó solo en el extenso cuarto. Tocando su estómago mientras suspiraba. Lo único que sabía es que esas cosquillas le encantaban, y sabía que si Claude lo tocaba mas, las sentiría aún mas fuertes y deliciosas. Como aquella ves que Claude había besado y mordido su cuello. Recordaba con fervor esa deliciosa sensación, pero por mas que tratara, Claude siempre lo cortaba cuando quería tocarlo mas. Él solo quería volver a sentir como aquella noche.

Suspiró pesadamente, se dispuso a ver televisión y pasando canales tras canales, dio con un programa que nunca había visto, se impresionó y se sonrojó. En la televisión, podían verse a dos hombres desnudos, haciendo algo que no comprendía muy bien. Pero por alguna razón, el ver esto aumentaba las cosquillas en su estómago.

La puerta se abrió mostrando a Claude, que al ver la televisión en un canal pornográfico se alertó y se sonrojó. Le sacó el control a Thompson el cual estaba petrificado viendo semejante programa, y la apagó.

-Thompson, esos programas no los puedes ver tu, son para adultos.

Pero Thompson ni siquiera lo escuchó, se aventuró a buscar en su cuerpo, una parte de su anatomía que no comprendía el porque, se encontraba abultada. La tocó con su dedo índice ante la absorta mirada de Claude. Gimió levemente sin darse cuenta lo sobresaltado que se había puesto el de ojos ámbar.

-Tho-Thompson.-Susurró Claude sonrojado al ver al niño tocarse.

-Claude, ¿por-porque me siento así?.-Preguntó por lo bajo mientras su cabello cubría sus ojos.

-Yo...

Thompson levantó levemente la mirada, dejando al descubierto por primera ves una mirada deseosa. Se acercó gateando hacia Claude, el cual no sabía que hacer. Una ves que se sentó sobre sus piernas, tomó la mano de Claude y la dirigió a su entrepierna, demostrándole al pelinegro su dureza. Claude se quedó estático sin saber que decir ante esa acción.

-Por favor Claude, tócame, se siente bien, quiero sentir de nuevo esas ricas cosquillas en mi estómago. Por favor.-Jadeó en su oído.

Claude al escuchar esto reaccionó, sin pensarlo se levantó precipitadamente, logrando que Thompson cayera de espaldas al suelo.

-No Thompson, eres muy pequeño, por favor no hagas esto.-Dijo serio mientras desviaba la mirada.

Thompson lo miró sin entender y se paró.

-Creo que deberé hacerlo yo mismo 'Onichan'.-Le respondió mientras se metía al baño de la habitación.

Claude trató de ir tras su niño, pero Thompson le cerró la puerta del baño en la cara.

Thompson se recostó contra la puerta del baño. Todavía no lograba entender porque esa parte de su anatomía estaba tan dura. Bajó lentamente su mano hasta su miembro y comenzó a sobarlo levemente de arriba hacia abajo. Un gemido se escapó de su boca. Se sentía tan bien...

Claude golpeaba la puerta esperando que Thompson parara y la abriera.

-¡Eres muy pequeño para hacer eso Thompson, maldita sea sal!.-Le gritó desesperado, y es que el problema no era Thompson en si, sino si mismo, ya que creía que si seguía escuchando gemir al niño no podría controlarse.

Thompson comenzó a recapitular lo que había visto en la televisión. Recordaba como uno de los hombres lamía lentamente el miembro del otro, mientras este producía esos raros sonidos que ahora salían de su boca. Ahora sabía que no eran gemidos de sufrimiento sino de placer al sentir algo tan delicioso.

Se sacó su playera como pudo con una sola mano y apretó uno de sus pezones, una corriente eléctrica pasó por toda su columna vertebral al sentir ese pellizco en una zona tan sensible.

Quería sentir mas, quería tener mas contacto con su cuerpo. Se sacó los pantalones deteniendo por un momento su toque.

Una ves desnudo, procedió a tomar nuevamente su miembro entre sus manos. Ahora se sentía aún mejor, el hecho de tener su miembro ahora desnudo entre sus manos.

El sube y baja de su mano se hacía cada ves mas rápido acorde las cosquillas aumentaban. De pronto imaginó a alguien en su lugar.

Imagino a Claude, arrodillado a su lado. La mano de Claude en vez de la suya. Esta vez era Claude quien lo tocaba mientras lamía sus pezones, de pronto sintió la necesidad de tener algo en su boca, algo igual a lo que había visto en la televisión. Deseaba tener el miembro del pelinegro entre sus labios y ver una expresión de placer.

Llevó dos de sus dedos a su boca. Chupándolos vorazmente, imaginando que era el miembro del pelinegro.

Imaginó un pellizco en la punta de su sexo por parte de Claude y sin poder evitarlo gimió su nombre.

-¡Ah Cl-Claude!.

Eso fue lo que corroboró a Claude, de que su niño no solamente se estaba tocando, sino que lo hacía pensando en él.

-A-abre la puerta Thompson.-Jadeó desesperado.

Sus piernas comenzaron a fallar. Cayó arrodillado al suelo mientras su respiración se agitaba notablemente. Dirigió una de sus manos a su entrepierna notando una terrible dureza.

La acarició levemente. Gimió.

Ambos se encontraban gimiendo sin poder verse realmente, pensando en el contrario de la manera mas pecaminosamente posible.

-Mas Claude.

-Mmm Thompson, así...Ah.

Cada uno hundido en su fantasía donde el contrario era el personaje principal.

Mas gemidos.

Mas suspiros.

Mas jadeos.

El calor en ambos cuerpos incrementaba. Lo necesitaban, querían verse, sentirse, tocarse. Hacer todo eso que hace tiempo deseaban.

Y sucedió. Thompson abrió la puerta. Mostrándole a Claude una deleitable imagen, de si mismo, con su pequeño miembro entre sus manos, con un hilo de saliva manando de sus labios, los pómulos rojos por el calor y la boca abierta por el placer que se proporcionaba a si mismo. A su vez, el vio una imagen que aumentó aún mas su lívido. Claude, con la ropa hecha jirones, aún con sus anteojos y con su gran miembro entre sus manos.

Vio como Claude le hacía una ceña con su dedo índice para que se acercara.

Aún gateando se acercó a él, sintiendo como Claude lo rodeaba con una de sus piernas.

Juntaron ambos miembros y una sensación terriblemente arrasadora llegó a sus cuerpos.

Gimieron mientras echaban su cabeza hacia atrás por el intenso placer que sentían.

Se vieron a los ojos, las pupilas estaban dilatadas por la excitación. Se besaron sin reparo alguno, importándole poco a los dos que lo que hacían estaba mal.

El beso que tendría que haber sido romántico, fue completamente pasional. Claude metió su lengua con brutalidad en la boca de Thompson, sintiendo como este gemía y trataba de enredar la suya, esperando poder seguirle el juego previo.

La saliva escapaba de sus labios mientras ambos comenzaba a mover sus caderas de arriba hacia abajo. Rozando ambos miembros erectos y chorreantes de líquido preseminal.

Claude se encontraba en éxtasis, Thompson se encontraba en éxtasis, simplemente así era. Estaban tan sumergidos en su placer que no tenían noción del tiempo.

La boca de Claude cortó el beso y pasó su lengua por la mejilla de Thompson, mientras este, buscando acallar los vergonzosos gemidos que salían de su boca, le mordía el hombro fuertemente a Claude. Los besos de Claude descendieron desde su mentón hacia su cuello. Donde con sus dientes apresó un pequeño pedazo de piel, para a continuación succionarlo con fuerza mientras lo lamía.

-Muérdeme mas.

Su pequeño Thompson al parecer era masoquista. Interesante cualidad de la cual sacaría provecho mas adelante.

Hizo caso a su petición mientras bajaba sus manos al trasero del niño y lo masajeaba. Apretujaba sus nalgas con brutalidad.

Thompson bajó sus manos y las colocó sobre las de Claude, las apretó logrando que este apretara aún mas sus nalgas y él gimiera de placer.

La boca de Claude esta vez bajó hacia el pecho pequeño y blanquecino del niño. Tomó con fuerza uno de sus pezones, mientras lo mordía y succionaba, a la ves que con su otra mano tomaba el otro pezón y lo retorcía con fuerza.

-Mmm duele.-Gimió Thompson...No era una queja, era una exclamación de placer.

Una ves que se aseguró de poner erectos los pezones de Thompson, los succionó una última vez y comenzó a bajar, esta vez recostándolo en el suelo. Se podía vislumbrar el camino de saliva que iba dejando en el pecho de su niño a medida que bajaba. Llegó a su primer objetivo. El pequeño ombligo donde se ocupó de meter toda su lengua simulando embestidas.

-Mmmm si...

Thompson comenzó a acariciar los cabellos negros de Claude mientras cerraba los ojos. De pronto sintió que la trayectoria de Claude cambiaba. Esta vez sintió como el de ojos ámbar tomaba su miembro y lo llevaba a su boca. Como en su fantasía anterior esta vez realmente Claude pellizcó la punta de su sexo.

Su espalda se arqueó brutalmente mientras un gran gemido salía de su boca.

Claude sonrió orgulloso.

Procedió a dar cortas lamidas por su miembro mientras veía las muecas de placer que exclamaba el niño. Sin poder resistirlo bajó una mano a su propia intimidad, comenzando a masturbarse, esa imagen había calentado aún mas si era posible su cuerpo.

Se metió por completo el miembro en la boca, comenzando a succionarlo de arriba hacia abajo.

-Ah ma-mas Claude.-Gimió Thompson mientras enredaba sus manos en el cabello del pelinegro, incentivando a que fuera mas rápido. Porque realmente se sentía delicioso. Ahora entendía porque esas personas en la televisión gemían tanto. Se sentía tan bien.

Claude acatando la orden comenzó un movimiento aún mas rápido, sacó su mano de su propia intimidad y se dedicó a acariciar los testículos fuertemente.

Un fuerte grito de Thompson le dio a entender que le gustaba en demasía la atención especial que le daba a esa parte de su cuerpo.

-Claude, a-algo no va bien, me siento ra-raro.-Gimió entrecortado mientras comenzaba a mover sus caderas.

Thompson sabía que algo se avecinaba. Sentía un calor extremo en su cuerpo, como si algo fuera a explotar dentro de si.

Claude entendiendo, aumentó sus succiones, masajeando por completo el falo y toda la piel que encontraba a su alcance.

-¡Ahhh!.

Sintió su boca llenarse de un deliciosos líquido, el cual simulaba una eyaculación, ya que el cuerpo de su niño era demasiado pequeño y no estaba por completo desarrollado.

Subió hasta su boca, viendo que la lengua de Thompson se vislumbraba deseosa de danzar nuevamente con la suya. Sin esperar comenzaron a jugar con sus lenguas fuera de sus bocas. Dándole de probar a Thompson parte de su esencia, haciendo del beso uno aún mas delicioso.

Mientras se besaban Claude cargó a Thompson por sus glúteos y lo llevó hacia la cama, donde lo depositó con cuidado y dulzura. Nuevamente bajó por su cuerpo, esta vez yendo hacia la entrada, la cual se contraía ansiosa esperando algo vigoroso que aliviara su calor. Dirigió su lengua ahora rígida al orificio, donde con esta comenzó a abrir lentamente las paredes anales del niño.

Thompson contrajo todo su cuerpo al sentir esa caliente intromisión, un gran gemido salió de sus labios. Comenzó a mover sus caderas esperando que esa lengua entrara aún mas en su cuerpo.

La lengua de Claude se adentraba en ese orificio probando los deliciosos fluidos que emanaba. Junto con su lengua entró su dedo índice, comenzando un rápido vaivén. Podía sentir como la entrada de su niño succionaba con fuerza su dedo. Gimió al imaginarse en ese estrecho y muy caliente lugar.

Thompson apretó con sus manos las sábanas. Dios, que bien se sentía ese dígito dentro suyo, quería mas, solo quería que Claude metiera mas dentro de él.

Claude entendiendo lo que Thompson quería. Metió su dedo índice y corazón dentro del orificio.

-¡ah!, ¡Si Claude así!.-Gimió fuertemente mientras movía sus caderas.

Sin esperar, comenzó a mover los dígitos fuertemente de adentro hacia afuera. Cuando creyó que estaba lo suficientemente dilatada. Se puso sobre su niño y agarró su rostro con sus manos.

-Mírame Thompson.-Le pidió al ver que el niño tenía los ojos cerrados por el placer recibido.

Thompson abrió sus ojos, cuando de pronto sintió algo demasiado grande y duro meterse dentro suyo. Gritó de dolor y placer mientras de sus ojos salían incontables lágrimas.

-Ah...Q-que caliente está aquí dentro, qui-quisiera no salir nunca.-Gimió fuertemente Claude al sentir las calientes paredes succionando su pene.

-Muévete Claude, por favor.-Gimió necesitado Thompson mientras el movía sus caderas.

No esperó una señal más y comenzó a moverse fuertemente. Sintiendo como el pequeño cuerpo bajo suyo se convulsionaba por el placer.

Las embestidas se incrementaban, ahora eran realmente fuertes, llegando a golpear el respaldo de la cama contra la pared de la habitación por la tan fuerte fricción que sufría.

Un grito le hizo saber que había tocada la hinchada próstata de su niño, el cual se retorcía como poseso queriendo mas de ese delicioso placer.

Lo tomó en brazos y lo puso entre sus piernas para que esta vez fuera Thompson quien guiara los movimientos. El niño entendiendo lo que debía hacer, se agarró de los hombros de Claude y comenzó a moverse fuertemente sobre su miembro. Sentía como el miembro de Claude lo llenaba por completo y eso le encantaba. Esta vez lágrimas de placer escapaban de sus ojos, eran demasiadas sensaciones deliciosas en su menudo cuerpo.

Claude comenzó a mover sus caderas acorde a las de Thompson, logrando una penetración mas profunda.

-¡Ah Claude si así, así mas!.-Gimió el niño desesperado mientras se movían aún mas fuerte y mordía el cuello de Claude vorazmente.

-Ah Th-thompson.-Gimió Claude mientras agarraba las caderas de su niño y lo friccionaba aún mas.

Siguieron moviéndose fuertemente mientras se besaban, podían sentir el final pronto, por lo que apresuraron sus movimientos.

-Claude ¡Ah! yo...

Thompson se corrió mientras gritaba fuertemente y se abrazaba a Claude. Este en cambio, al sentir la gran estrechez a la que era sometido su miembro. Se corrió dentro suyo mientras gemía el nombre del niño en su oído.

Ambos se quedaron sentados en la cama, abrazados y compartiendo el calor del contrario. Esperaron a que su respiración se normalizara para volver a hablar.

-¿Que es lo que acabamos de hacer Claude?.-Preguntó Thompson sonrojado y con curiosidad.

-Nosotros...Hicimos el amor.-Le respondió con una dulce sonrisa.

Ambos se vieron a los ojos y se sonrieron con complicidad y amor. Se recostaron en la cama y se taparon con las sábanas.

-Thompson, te amo como no tienes idea.-Le susurró dulcemente.

-Yo también te amo Claude...Demasiado.-Confesó el pequeño mientras se acurrucaba en su pecho.

Ambos se durmieron abrazados al contrario. A pesar de todo lo que habían pasado, se tenían entre ellos y eso era lo que importaba. Se amaban con pasión y locura. Un amor puro y hermoso que habían experimentado por primera vez en sus vidas.

...

Un fuerte grito despertó a Claude, pudo escuchar como su padre lo llamaba en la planta baja. Se fijó en Thompson el cual estaba dormido y como costumbre con su dedo pulgar en su boca.

Enternecido y con una sonrisa, le dio un casto beso en la frente y se salió de la cama. Se dio cuenta que estaba desnudo, así que poniéndose un pantalón y una playera, bajó descalzo las escaleras notando que eran ya las doce de la noche. Estaba feliz, ¿El porqué?, no solamente porque había hecho el amor con quien mas amaba, sino porque Thompson le había contado que el veinticinco de febrero era su cumpleaños.

Al parecer su niño por toda la emoción del momento se había olvidado de su propio cumpleaños. Una risa escapó de sus belfos. Ya al día siguiente pensaba festejarlo con su pequeño amor, quien cumplía ya ocho dulces años.

Bajó las escaleras y fue al estudio de su padre. Pudo notar que su madre y su padre se encontraban discutiendo fuertemente. Cuando lo vieron pararon y se acercaron a él de manera amenazante.

-¿Sabes lo que acaba de pasar Claude?.-Preguntó su padre amenazante mientras lo jalaba de sus cabellos y lo sentaba enfrente suyo.

-N-no.-Confesó asustado.

-Acaba de venir un puto policía a la casa, alegando que vieron a un niño que se 'busca' con un pelinegro igual que tú.

Claude abrió los ojos impresionado.

-No-no puedes ser, me escondí muy bien e igual a Thompson.-Susurró para si mismo.

-Al parecer no hiciste un buen trabajo. Ahora la policía no va a parar de escabullirse buscando información en nuestra casa, ¿Tienes idea de como manchará esto mi reputación?, ¡Responde mierda!.-Le gritó su padre eufórico mientras le daba una bofetada.

-Yo...no lo se.

-Exacto, no sabes nada...Te diré que haremos. Tienes dos opciones.-Le dijo su padre con una sonrisa prepotente mientras se sentaba en el escritorio. Eso no significaba nada bueno.

-¿Cuales son?.-Preguntó Claude sin entender muy bien.

-La primera; Puedes ceder a Thompson y que este vuelva a ser un cargamento para llevar a otra mansión, donde lo venderán realmente. Y sabes por todo lo que pasará el niño, me imagino ¿No?.-preguntó interesado su padre, mientras el asentía levemente.-Bien, la segunda es...

Su padre sacó de detrás suyo un arma. A la cual le cargó una sola bala frente a los ojos de Claude.

-La segunda es matarlo tú mismo.

Claude abrió los ojos impresionado, ¿Matar a Thompson?, estaba loco si creía que lo haría

Sin poder creérselo se levantó eufórico del asiento. Tomó el arma y apuntó a su padre con esta.

-No mataré a Thompson, prefiero matarte a tí.-Le dijo mas que enojado. Aunque sus manos temblaban al tener un arma entre ellas.

De pronto sintió una presión en su nuca. Su madre le estaba apuntando también con un arma.

-No lo pienses cariño, hazle caso a tu padre.- Le dijo de manera 'dulce'.

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas. No tenía escapatoria. Si le disparaba a su padre, su madre lo mataría, y esta se quedaría con Thompson para quien sabe que. Si lo cedía como cargamento, lo venderían realmente y sufriría al lado de uno de esos asquerosos pervertidos. Solo quedaba una opción.

Salió eufórico del estudio para dirigirse hacia su habitación. Una ves allí prendió las luces, iluminando a Thompson, el cual se despertó al sentir gritos y demás en la planta baja.

-Claude.-Bostezó.-¿Que sucede?.-preguntó mientras tallaba sus ojos de manera infantil.

Claude sin esperar un segundo mas le apuntó con su arma, logrando que Thompson se asustara.

-¿Que pasa?.-Preguntó su niño mientras se levantaba levemente de la cama, mostrando un poco de su desnudes.

-Perdóname mi amor. Enserio no quiero hacer esto...Pero no tengo escapatoria.

-¿Cla-Claude?.

-Te prometo que volveremos a vernos.

Cerró los ojos y un disparo certero fue hacia la frente de Thompson.

Abrió sus ojos viendo como el cuerpo de su niño caía en la cama. Pudo ver como el brillo de sus ojos se iba apagando lentamente. Gritó con furia mientras las lágrimas caían de sus ojos. Fue rápido hacia la cama donde tomó al niño en brazos y lo abrazó contra su pecho. Manchándose de su sangre. Era difícil matarlo luego de haber hecho el amor junto a él.

Lo único que sabía, es que había pasado horas abrazado al cuerpo inerte de su gran y único amor.

...

Sebastian no podía creer lo que Claude le había contado. Pudo ver como su amigo rompía en llanto. Sintió como sus propios ojos se cristalizaban al sentir de alguna manera, el dolor que le transmitía su amigo.

-Yo solo quería ser feliz junto a mi gran amor...Y ahora volveré con Thompson...

Sebastian pudo ver como esta vez, Claude sacaba de debajo de la mesa un arma. Seguramente robada a algún policía.

Se paró impresionado.

-Claude, espera, no lo hagas.-Le pidió Sebastian desesperado.

-Mi corazón siempre fue suyo.

La policía entró al cuarto de interrogatorios al escuchar un disparo. Pudieron ver que Claude tenía un tiro exacto en su pecho. Justo del lado del corazón. Con desesperación llamaron a una ambulancia.

Sebastian quien desesperado y con lágrimas en sus ojos, acompañó a Claude en el trayecto de la ambulancia. Mientra los paramédicos trataban de parar la gran perdida de sangre. Llegaron al hospital, donde corrieron con la camilla hacia una sala. Sebastian trató de entrar a donde su amigo pero le prohibieron la entrada.

Caminaba por los pasillos de un lado a otro, pensando en lo que había sucedido hace minutos. No podía creer lo que sucedía.

Estuvo mas de cuatro horas en el quirófano, esperando que alguien ayudara a su amigo. Luego del tiempo de espera. Un médico salió de la sala y se dirigió hacia Sebastian.

-Lo sentimos mucho, hicimos todo lo posible pero no pudimos salvarlo.

Golpeó la pared con sus puños y lloró fuertemente. Su mejor amigo había muerto.

(http://www.youtube.com/watch?v=OZv9VQ4gqh0)

...(perspectiva de Claude)...

Cuando el final, del tiempo, se empiece a acercar.
Enjuga tus frías lágrimas.
Escucharás los coros de los ángeles.
La luz brillará a tu lado.
Tu corazón se teñirá
Con los tonos rojizos de esta canción.
Como una melodía inmortal.
Extendiéndose hacia la perpetuidad.

Podía sentir como los médicos hacían todo lo posible por salvarme, podía oír voces a mi alrededor. Solo sabía que me estaba muriendo. Pude sentir un gran frío en la habitación. Ese tipo de frío que te avisa que la muerte está cerca. De pronto, vi una hermosa imagen frente a mi. Luego de tantos años, vi a mi hermoso Thompson.

Y en el silencio del cielo un jardín hallaras.
Donde al fin tendrás descanso.
Atravesando un mar de fragancias de flor
Escucharas estos salmos.

-'Onichan', ha pasado mucho tiempo.

Pude ver como esa figura angelical se acercaba a mi.

-Es tiempo de partir Claude.-Me susurró al oído.

La luna cobijada por la oscuridad.
Susurra canciones de cuna.
Adormeciendo a quienes lleguen a escuchar
Cayendo en un sueño eterno.

Tomó mi mano y sentí un desprendimiento de mi cuerpo. Pude ver mi cuerpo inerte sobre la camilla. Pero no me importó para nada. Una gran sonrisa surcó mi rostro y dirigí mi mirada hacia Thompson.

-¿Sabes que día es hoy Thompson?.

-No 'Onichan'.-Me dijo confundido.

Sonreí, mi Thompson era tan despistado.

-Hoy es veinticinco de febrero. Hace mucho tiempo me quedó pendiente decirte esto.-Me arrodillé frente suyo y tomé su rostro con mis manos.-Feliz cumpleaños mi niño.

El me sonrió y me abrazó fuertemente. Y dios, no pude evitar llorar de felicidad. Luego de tanto tiempo volví a sentir la calidez de mi hermoso pequeño.

-Ven, es hora de irnos de aquí.-me dijo mientras me tomaba de las manos y salíamos por los pasillos. Los cuales extrañamente comenzaron a convertirse en un hermoso bosque.

-¿A donde vamos?.-Pregunté confundido.

-A donde mas...Al cielo.

Adiós mi amor, no volverás
ahora estas mas allá de lo terrenal.
La oscuridad de mi corazón
Llenará el vacío causado por ti.

Me detuve en seco.

-Pero yo no puedo ir al cielo. Yo te maté, yo no lo merezco.

-¿Que dices Claude?, Claro que debes ir al cielo, después de todo mis papis quieren conocer a la persona que mas me amó en vida.-Me comentó con una sonrisa.

-¿Tus padres?.-pregunté confundido.

-¡Si!, mis papis son dos hermosos ángeles, me dijeron que cuando dejaron de buscarme en la tierra, ambos se enfermaron mucho, pero por suerte Dios los salvó y los trajo al cielo. Ellos quieren conocerte.-Me volvió a decir emocionado y sonriente.

Y en el silencio del cielo se encuentra tu hogar
en donde la luna de asienta.
Y en el camino de la vía láctea al final.
te espera una vida nueva.

Sonreí y tomé su mano mientras caminábamos por el bosque entre los rayos del sol.

-El camino será muy largo por ahora, ¿Que tal si terminas de contarme el cuento de aquella noche?.-Me preguntó mi niño con una sonrisa.

-Claro que si.

Le sonreí mas feliz de lo que merecía y comencé.

-Una ves que los padres habían separado a los dos hermanos. Ambos se pusieron muy tristes y decidieron hacer lo posible por buscarse. Lamentablemente nunca pudieron encontrarse y uno de ellos enfermó gravemente. Una fría noche, cuando ya no tenía esperanzas. Un hermoso ángel se apareció frente a él. Descubrió con felicidad que quien tanto quería había venido a por él. Unas grandes alas blancas salieron de su espalda y tomando la pequeña mano de su hermano, se fue junto con él para vivir de una vez, la felicidad que tanto merecían...Fin.

-¿Fueron felices por siempre?.-Me preguntó mi niño con una sonrisa.

-Si mi pequeño, fueron felices por siempre.

Es tu renacer...

Por fin pude volver con mi gran y único amor...Thompson.














Notas finales:

En parte triste, en parte feliz. Alguna quieren matarme y otras quieren...Matarme jajaja ya lo se xD no me tiren piedras aunque las merezca.

 

Besos mis lectoras :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).