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Amor incomprendido por Etsuko Kagayaku

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Notas del capitulo:

Uf xD aqui les traigo la actualizacion que les prometi,mañana actualizo monócromo amor

Espero les guste el capítulo :D

Cuando Sebastian ya estaba dentro de la habitación, junto con su supuesto “hijo” y un niño que lo acompañaba a este. Vio al escribano y al juez charlando en una esquina de la habitación.

-Disculpen soy Sebastian Michaelis, me citaron ayer aquí.-dijo seriamente.

-Si, yo soy John Mitcher, el que escribió la carta, un gusto conocerlo.-dijo tendiéndole la mano.

-Lo mismo digo.-respondió devolviéndole el saludo.

-¿Sabe que llegó tarde?, lo esperábamos a las tres y son las tres y media pasada. Esto no es un juego Michaelis.-dijo enfadado

-Lo siento, se me hizo tarde por razones de trabajo.

-Bien como vera, el niño que esta allí es Ciel Phantomhive, hijo de Rachel Phantomhive difunta. Obviamente lo hemos citado aquí por las razones que recalqué en la carta.

-Si, debo decir que me tomó por sorpresa todo esto, nunca imagine tener un hijo.-dijo enojado.

-Pero como vera el juez aquí presente, tienes los exámenes de A.D.N y las pertenencias de la Señorita Phantomhive.

-Oigan, espero que no sea una falta de respeto lo que diré, pero... ¿Esos exámenes son verdaderos?, ¿Hay un cien por ciento de legitimidad?.

-Si señor Michaelis, estos exámenes están verificados y si es seguro, ese niño que ve ahí es su hijo.-le dijo con una sonrisa burlona.

Sebastian estaba que hervía de rabia, encima el idiota del escribano se le burlaba. Eso era lo único que le faltaba.

Ciel se acercó al escribano y miró a Sebastian, luego volvió a ver al escribano.

-Este no puede ser mi padre.-Dijo seriamente.

-¿Ah que te refieres mocoso?-Preguntó enojado.

-Un idiota como tú que llega tarde a un evento como este, no puede ser mi padre, insultas la memoria de mi madre con tu estúpida presencia aquí.-Respondió con repudio.

-Cuidado con tus palabras mocoso, ten mas respeto a tus mayores. Lo que yo no puedo creer es que un niñato como tú sea mi supuesto hijo, mírate, no tienes ni una pizca de parecido conmigo, aparte un hijo mío ten por seguro no se comportaría como tu.

-Me alegra que pienses eso, yo no creo ser tu hijo tampoco, no tengo tu misma cara de idiota. Señor escribano no quiero que me deje con este tipo.-le dijo a John seriamente.

-Ah ya me hartaste mocoso, te aseguro que si te vienes a mi casa, te corregiré a los golpes.-le dijo acercándosele como si fuera a golpearlo.

-Por favor señor Michaelis, Joven Phantomhive, no armen una alboroto en un lugar como este, de ahora en adelante ustedes son padre e hijo.

-¡Quiero un nuevo examen de A.D.N!.-gritaron ambos y luego se vieron con una mirada asesina.

-Tsk esta bien, le haremos exámenes de A.D.N nuevamente.-dijo poniendo una mano en su frente, apenas conocía a ese par y ya le daba dolor de cabeza.

...


El funeral terminó, Ciel ya había ido al cementerio y vio como enterraban a su madre, le dio un último beso en su frente. No podía sentirse peor, encima ahora tenía como padre a un idiota. Una ves terminó todo, Ciel se dirigió a un hospital para hacerse las pruebas que demostrarían la paternidad de Sebastian y el fin de su vida como la conocía.

Una ves en el hospital a Ciel y a Sebastian le sacaron sangre y se pusieron a examinarla cuanto antes. Necesitaban los resultados ese mismo día, ya que Ciel no podía pasar un día mas sin un tutor.

Sebastian y Ciel se encontraban sentados uno enfrente de otro. Ambos se miraban sin pestañear, era como una pelea por quien desviaba la mirada.

-Por tu bien, reza porque esas pruebas salgan negativas , porque si no, vivirás en el infierno.-le dijo con una sonrisa diabólica.

-Ya estoy en el infierno.-Le dijo seriamente sin titubear.

Esta actitud hizo enojar a Sebastian, esperaba que ese mocoso le tuviera al menos un poco de miedo, pero no, eso le daba curiosidad.

El ambiente comenzó a estar mas tenso, Undertaker ya se había ido a su casa por pedido de Ciel, quien le había dicho que luego lo llamaría para avisarle como fue todo.

Ciel y Sebastian no apartaban la mirada del otro hasta que se abrió la puerta del consultorio.

De la puerta salía el escribano con las pruebas que le había dado el médico.

-Bien, Michaelis, Phantomhive. Aquí están las nuevas pruebas de A.D.N esto por fin les va a comprobar la verdad nuevamente, ¿Quieren que la abra yo o prefieren abrirla ustedes?.

-¡Yo la abriré!.-gritaron al unísono.

-Eres muy pequeño, no debes abrirla tu.-dijo Sebastian con una sonrisa burlona.

-Y tu un irresponsable que no se hizo cargo de su hijo durante doce años, ¿Dime quien no puede abrirla?.-le cuestionó con arrogancia.

Sebastian se enojo ante esto dicho y estaba por contestar pero el escribano los interrumpió.

-Ya, con ustedes no se puede. La abriré yo.

John comenzó a leer la prueba de paternidad y luego de esto subió la mirada y miró a ambos.

-Hay un 99.9 de compatibilidad, felicidades Michaelis, es padre.-le dijo con una sonrisa.

Sebastian se agarró de la pared, casi se desmaya de nuevo. Ciel solo lo vio con una ceja levantada, ¿Ese tipo de verdad se comportaba así siempre?

-Tsk esto es imposible.-Se dijo mientras se sentaba en una silla.

-Aquí tienen la prueba, espero no me hagan hacer algún otra cosa para tratar de demostrar lo contrario.

-Mi vida se acaba hoy.-dijo con los ojos entrecerrados.

-¡Ya cállate idiota !, no seas tan dramático que esto no es chiste.-le gritó enojado.

-Tú cállate Phantomhive.-le dijo enojado.

-De hecho ahora es Ciel Michaelis.-declaró John con una sonrisa burlona.

-¡Usted cállese!-le gritaron enojados los dos.

-Bueno Sebastian Michaelis, usted ya tiene a su cargo la tutoría del joven Ciel, ahora lo que debe hacer es cuidar de el y disponer de sus gastos y cuidados, entre estos obviamente alimentarlo, llevarlo al colegio y demás. Si usted fracasa en esta tarea o Ciel lo denuncia por negligencia infantil puede caer preso, así que le aconsejo que no haga nada malo al joven Phantomhive.-dijo mientras miraba al niño y le guiñaba un ojo. Ciel sonrió ante esto, ese hombre ya le agradaba de por si.

-No puede ser.-se lamentaba Sebastian mientras caminaba sin rumbo por el pasillo.

-¿Ya terminaste?, deja de comportarte como idiota papá.-le dijo con una sonrisa burlona.

-¡No me llames así mocoso estúpido!-le gritó enojado.

Ciel se rió por lo bajo, pasó de alto su insulto, tal ves su vida sería un poco mas divertida si podía molestar a su nuevo padre.

-Bueno sin mas me retiro, los bienes de la señorita Phantomhive han sido pasados a su cuenta, además debe llevar a su hijo a buscar sus pertenencias a su casa. Nos vemos luego.-dijo saliendo del lugar pero antes le dijo algo a Ciel- Ah y Ciel tu me llamas ante el mínimo problema que haya.-le dijo mientras salía.

Ciel miró a Sebastian y este estaba ido todavía.

-Oye tu.-dijo, pero Sebastian seguía con la mirada perdida en la pared.

-Sebastian, Sebastian, ¡Sebastian!.-gritó enojado.

-¿Eh que?, ¿Que?.-preguntó desconcertado.

-¿Escuchaste lo que dijo el escribano?.-preguntó con duda.

-¿Eh?...No-le dijo con cara enojada.

-Si por alguna razón llegas a hacerme algo, lo que sea o me descuidas, yo puedo denunciarte por negligencia , así que o me cuidas o caes preso.-le dijo sonriente.

-Tsk. ¿Nunca te dijeron que eres desesperante?.-le preguntó con una mano en su frente.

-No, y ahora debes llevarme a mi casa- le dijo enojado.

-No puedo creer que ahora viviré contigo, y menos puedo creer que seas mi hijo, tsk, no tengo preparada una habitación para ti.- dijo sobándose la frente.

-Entonces vivamos en mi casa, hay una habitación para cada uno.- le dijo como solución.

-Ah no, eso no. Yo no dejaré mi hogar, viviremos en mi penthouse.-dijo mirándolo de reojo.- Esto no me puede estar pasando.-volvió a repetir enojado.

-Oye, ¿Te crees que a mi me gusta esta situación?, la única persona que tenía, mi madre a quien mas amaba en este maldito mundo, ya no está conmigo, no tengo nada, el lugar donde vivía ya no lo voy a habitar y nada va a volver a ser como antes. En cambio tú solo perdiste un poco de libertad, yo tengo doce años y no ando lamentándome con la cabeza gacha, así que ahora llévame a mi casa para recoger mis cosas.-le dijo enojado mientras salía del hospital.

Sebastian se quedó con los ojos abiertos como platos, nunca nadie había osado enfrentarlo así. Entonces ahí se dio cuenta que su ahora hijo era especial. Sintió un poco de lástima por como lo trató, después de todo era un niño nada mas. El también sufrió la pérdida de un ser querido a temprana edad y sabía como se sentía. Por eso decidió tratarlo un poco mejor, por mas que el primer encuentro había sido malo. Ahora eran padre e hijo y eso no podían cambiarlo.

Sebastian dejo sus pensamientos y salió para donde estaba Ciel esperándolo. Sebastian caminó con Ciel hasta su auto y le indicó a este a que se suba.

Una ves los dos en el auto, no se dirigían la mirada. Sebastian debes en cuando veía a Ciel de reojo. Este estaba entretenido viendo por la ventana. En ese momento Sebastian se preguntó que estaría pensando. La curiosidad le gano.

-¿En que estas pensando?.-le preguntó dudoso.

-¿Tu en que crees?.-le preguntó irónico sin despegar la mirada de la ventanilla.

Sebastian suspiró sonoramente y paró cuando llego a la casa

-Oye, esta situación es nueva para mi, tanto como para ti, así que no te pido que nos llevemos bien. Pero que al menos nos hablemos con respeto el uno con el otro. Ninguno de los dos quiere esto, pero no hay de otra. ¿Te parece?.-le preguntó serio.

Ciel solo lo miró y asintió.

Sebastian y Ciel bajaron del auto y Ciel abrió la puerta de su casa.

Sebastian se impresionó, esperaba ver un lugar de clase baja. Pero no. Para ser que Rachel era una madre soltera, supo como sobrellevar la situación. La casa era espaciosa, de dos pisos y adornada con muy buen gusto.

-Espera aquí, iré a empacar mis cosas.-le dijo serio mientras subía las escaleras

Sebastian no dijo nada y se quedó abajo mirando las fotos que estaban sobre la chimenea. Ahí se encontraban Ciel y Rachel, juntos y abrazados. Ambos tenían una sonrisa de felicidad. Le cautivó mucho la sonrisa de Ciel, había que aceptarlo, ese mocoso era bonito.

...

Ciel por su lado se encontraba empacando la ropa en una maleta. Esta situación lo deprimía demasiado, pensar que dejaría su casa y todo lo que vivió atrás le entristecía mucho. Ciel seguía empacando, hasta que vio una foto de su madre y el en su cómoda. La agarró y la observó viendo la imagen de su madre. Lágrimas silenciosas se asomaron en sus ojos. Le dolía tanto.

...

Sebastian subió las escaleras y vio por el pasillo una luz encendida, se acercó a esta y vio la habitación espaciosa de Ciel, pintada de un bello azul cielo. Entonces vio como Ciel observaba una fotografía de su madre y como lloraba en silencio. Por alguna razón esta imagen de el le causo un nudo en el estómago. Le dio tristeza ver así al niño, a pesar de que recién lo conocía, el ya había vivido ese dolor y sabía como se sentía.

Sebastian se acercó a Ciel y le tocó el hombro. Este sobresaltado miro atrás y vio a Sebastian. Entonces cambio su expresión a una seria.

-Te dije que esperaras abajo.-dijo mientras guardaba la fotografía en su maleta.

-Me dio curiosidad y subí.-dijo mientras se apoyaba contra la pared.

Ciel terminó de empacar y agarró su maleta.

-Bien ya termine, ¿Vamos?.-preguntó sin cambiar su cara y borrando las lágrimas de sus mejillas.

-Si, vamos.-susurró .

...

Sebastian y Ciel llegaron al Penthouse del primero. Ciel bajó y con Sebastian entraron.

Ciel se quedó impresionado al ver semejante lugar, eso era demasiado grande y sin embargo no había una habitación para un niño.

Sebastian vio como Ciel se quedo impresionado con la casa y sonrió con burla.

-¿Que pasa Ciel?.-le preguntó burlonamente.

-Nunca había visto un departamento tan grande.- dijo con impresión.

-Jajaja, eso es porque no es un departamento, como ya te dije, es un penthouse.-le dijo cantarinamente. Aunque se impresionó un poco, el no era de reír enfrente de cualquiera

-¿Es tan grande y sin embargo no hay una habitación para que yo me quede?.-preguntó con una ceja alzada.

-Oye no me mires así, cuando me compré este lugar, estaba solo, aparte había un par de habitaciones pero decidí convertirlas en otra cosa, como por ejemplo una en un estudio y otra en un baño con jacuzzi.-le dijo mirándole como si nada.

-¿Esta cosa tiene jacuzzi?.-dijo impresionado.

-Penthouse, no cosa-le corrigió.

-Si, si como digas.

Sebastian y Ciel se quedaron mirando, hasta que se oyó el sonido de una puerta, miraron hacia el baño y vieron como salía de ahí un Claude con la toalla atada a su cintura y con todo su torso mojado.

Ciel desvió la mirada sonrojado y Sebastian por alguna razón se enojó ante el sonrojo del menor.

-¿Que haces aquí Claude?.-le pregunto con vos cansada.

-¿Tu que crees Sebastian?.-preguntó con una sonrisa.

Ciel vio esta imagen y largo una pequeña risa.

-¿De que te ríes?.-preguntó intrigado.

-Ahora ya, ya entiendo porque no querías que viniera...¿Eres gay?.-le preguntó riendo. Claude se sumó a la risa de Ciel al ver la cara color bordó que tenía Sebastian.

-¡No soy gay!, el es mi amigo y al parecer, por querer conocerte a ti, vino aquí y nos esperó, veo que la pasó bien, dándose un baño en mi jacuzzi.-dijo enojado.

-No puedes culparme Michaelis, mi curiosidad me gano. Por cierto, Yo soy Claude Faustus, tu tío -le dijo con una sonrisa.

Ciel le vio raro.

-¿El es tu hermano Sebastian?.-le preguntó extrañado.

-No le hagas caso, como es mi mejor amigo cree que es mi hermano y bueno, si tu eres mi... hijo, el es tu tío.-dijo desviando la mirada.

-Así es Ciel, ¿Oye te dijeron que tienes unos ojos hermosos?.- le preguntó mientras le acariciaba la mejilla, haciendo sonrojar al menor.

Sebastian se extraño ante el comentario de su amigo.

-Bien mocoso, el tema es saber donde dormirás.

-Me llamo Ciel, no mocoso.-le corrigió mientras le mandaba una mirada asesina.

-Yo te diré mocoso, me da igual, sube las escaleras, la primera habitación a la derecha es la mía, dormirás ahí por ahora mocoso.

Ciel se enfado pero ya sabía que decir para hacerlo enojar.

-Ok, iré a dejar mis cosas allí papá.- le dijo largando una risa mientras subía las escaleras.

Sebastian se puso rojo, no sabía si porque le hervía la sangre de furia o porque ese calificativo le daba vergüenza.

-No me digas así mocoso.-le gritó enojado.

-Como digas papi.-le dijo con vos infantil

Claude evadió las ganas de carcajearse por la cara de Sebastian, era todo un poema.

-Oye, ese chiquillo me agrada mucho, de verdad.-le dijo mientras miraba el rostro de Sebastian.

-Cállate.-le dijo enojado.

-Y bien ahora dime Sebastian, ¿Que harás?.-le preguntó con una mirada curiosa mientras agarraba una manzana de la frutera que se encontraba sobre un mueble de madera.

-Sinceramente no se, esto es nuevo para mi y mi primer encuentro con el mocoso no fue para nada amistoso, de hecho en pleno funeral nos comenzamos a insultar.-le dijo mirando el techo.

-Bueno comenzaron con el pie izquierdo, pero tal ves mas adelante lleguen a tratarse bien, después de todo son padre e hijo.-le dijo mientras daba una mordida a la manzana .

-Lamentablemente si.-dijo mirando de reojo a su amigo.

Ciel bajo de la habitación de Sebastian y vio a ambos con una mirada seria. Estar en ese lugar solo le recordaba el comienzo de una nueva vida sin su mas preciado tesoro.

-¿Mocoso ya terminaste de desempacar?.-le dijo con una mirada seria.

-Si papá, ya lo hice.-le contestó sentándose en una silla al lado de Claude.

-¡Que no me digas así!.-le gritó enojado.

-Dejaré de decirte papá cuando me llames por mi nombre y no me digas mocoso.-le dijo con una sonrisa burlona.

-Tsk lo único que me faltaba.-refunfuñó mientras se sobaba la frente.

Claude rió por lo bajo por la actitud del niño.

-Dime Ciel, ¿Ah que escuela vas?.-le preguntó con una sonrisa.

-Voy a la escuela San Benedicto.- le dijo con una pequeña sonrisa falsa. No podía sonreír verdaderamente todavía, fingir como si todo estuviera bien.

-¿Es privada o pública?-preguntó

-Pública-respondió.

-Entonces te cambiare.-le dijo serio Sebastian.

-¿Que?- le preguntó enojado.

-Ningún descendiente mío ira a una escuela pública, no puedo dejar que en los diarios salga que el hijo del empresario Sebastian Michaelis , de una de las empresas mas importantes, Michaelis Global, digan que mi hijo va a una escuela pública de bajo nivel.

Ciel se enojo en demasía, iba a responderle cuando se acordó de algo. Su madre iba a realizar una entrevista a este sujeto , por esa entrevista le subirían el sueldo. Pero si su madre sabía el paradero de su padre, entonces, ¿Que iba a hacer en la empresa de este?. Esto ya se estaba poniendo raro, tenía que averiguar un par de cosas. Ciel salió de su ensoñación y miró a Sebastian con una mirada asesina. Que dejo helado a Claude, pero a Sebastian no le movió un pelo.

-Ah mi no me cambiaras de escuela, lo único que me queda ahora, son mis amigos. No los pienso dejar y todo por tus estúpidos prejuicios acerca de las escuelas públicas.-le gritó enojado.

-A mi no me levantes la vos mocoso, que ahora soy tu padre.-le dijo encarando al menor.

-Tu eres un idiota que apenas sabe sobrevivir solo, no puedes ni cuidar a un pez, imbezil ¡Tu no eres mi jodido Padre!.-le gritó

Sebastian no soportó mas y le dio una bofetada corriéndole el rostro.

Claude y Ciel se quedaron helados ante esto.

-¿Como te atreves?.-le dijo Ciel con los ojos llorosos corriendo hacia la habitación de Sebastian.

Sebastian recién al ver los ojos llorosos de Ciel se dio cuenta de lo que había hecho.

-Maldición.-gritó enojado golpeando la pared.

-Eres un idiota Michaelis.-le dijo Claude con vos seria mientras se dirigía a donde se encontraba el menor.

Sebastian solo se quedo en la cocina pensando en la estupidez que acababa de cometer. No podría ser mas idiota.
Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado este capítulo xD si esta medio noseque pero bueno muchos besos nos vemos

 

:3


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