Ciel se encontraba en la habitación de Sebastian viendo el cuadro de su madre. Ese tipo, ¿Como se atrevía a golpearlo?, no dejaba de pensar que en ese momento debería estar en su casa y su madre llegando del trabajo. Se sentía tan mal, todo pasaba tan rápido.
-¿Ciel?.-preguntó Claude despacio.
Ciel se sobresalto al sentir la vos de Claude en la habitación.
-¿Que?.-pregunto enojado. Aunque Claude no tenía nada que ver en esto.
-Quiero hablar contigo Ciel.-dijo sentándose a su lado- Escucha Ciel, se que esta situación es difícil para ti, que no te sientes bien y que te sientes de alguna manera perdido con todo esto que es nuevo para ti. Pero quiero que sepas que para Sebastian esta situación también es nueva. Entiende que de la nada tiene un hijo y bueno eso lo dejo un poco en shock. Y se que estuvo mal que te golpeara, pero lo hizo en un momento de furia, no lo pensó para nada. Los dos están en un momento difícil.-le explicó con una pequeña sonrisa.
Ciel se tranquilizó un poco con la sonrisa que le dedicó Claude.
-Es que es muy difícil.-dijo con los ojos llorosos.
A Claude le rompió el corazón verlo así y lo único que hizo fue abrazarlo, sorprendiendo al niño.
-Ya Ciel, no llores, tienes que ser fuerte ahora, todo pasara. Me tienes a mi para lo que sea y si Sebastian se vuelve a pasar contigo, me llamas y vengo aquí a darle una buena paliza.-le dijo haciendo reír a Ciel.
-Gracias Claude.-le dijo sonriendo.
-Ah no, no, tío Claude.-le corrigió con una mueca de disgusto.
-Pero.-no terminó de reprochar cuando Claude le cortó.
-Dije que tío Claude, vamos por favor, siempre quise un sobrino. ¿Porfavorcito?.-preguntó con una sonrisa infantil, muy raro en el.
Ciel volvió a reír ante esto, ese hombre era raro, pero le gustaba, parecía un tipo de fiar.
-Ah bien...Tío Claude.-dijo con una pequeña sonrisa.
-Ah se siente tan bien ser tío-dijo riendo, haciendo reír a Ciel.
-Bien Ciel, que tal si bajamos y te hago algo de cenar, Sebastian apenas sabe cocinar.-dijo con una pequeña sonrisa.
-¿No sabe cocinar?.-preguntó curioso.
-No, bueno, si quieres comer pasta durante todo el año es el chef ideal para ti.-dijo haciendo reír al menor.
-Bien vamos pero...etto tío-dijo sonrojado.
-¿Si Ciel?
-¿Porque aún estas solo con esa toalla?.-preguntó desviando la mirada.
-Ah porque, bueno es cómoda, pero bueno vayamos así te hago de cocinar.
Claude y Ciel bajaron a la Cocina donde se encontraba un Sebastian dándose la cabeza contra la pared. Pero cuando vio a Ciel paró y se hizo el indiferente.
-¿Sebastian no tienes que hacer una cosa?.-preguntó con una pequeña sonrisa burlona.
-No se de que hablas Claude.-dijo mientras desviaba la mirada.
-Debes pedirle una disculpa a Ciel.-le dijo seriamente, mientras posaba una mano en el hombro del niño.
-Yo no tengo que pedirle disculpas a nadie y menos a ese mocoso.-dijo con repudio.
-Esta bien tío Claude, deja que el idiota este se quede así.-dijo con asco.
-¿Tío Claude?, disculpa pero el no es tu tío.-le dijo Sebastian enojado.
-Yo si soy el tío- le afirmo Claude a Sebastian enojado.
-¡Que no!.-gritó enojado.
-El ahora es mi tío-le contradijo Ciel sacándole la lengua.
-Ah, ahora si vas a ver mocoso.-le recalcó enojado.
-Detente ahí Michaelis, le tocas un pelo y yo te daré una buena paliza-le dijo Claude con un aura asesina.
Sebastian se impresionó ante lo dicho por Claude, por lo general este no lo amenazaba, a pesar de ser su amigo, nunca se enojaba con el.
-Ahora, Ciel te haré de comer-dijo mientras iba hacia el refrigerador.
Ciel se sentó y vio a Sebastian a los ojos, ambos se miraban en un silencio incómodo.
-Algún día me las pagaras mocoso.-dijo enojado.
-¿Me estas amenazando papá?.-le dijo con burla.
Sebastian solo chasqueó la lengua.
-He decidido que no te cambiare de colegio.-le dijo desviando la mirada.
-¿Enserio?.-preguntó emocionado.
-Si.-susurró con los brazos cruzados.
-¡Gracias!.-Exclamó mientras lo abrazaba.
Sebastian se quedo helado ante esta muestra de afecto y Claude también, ninguno se esperaba eso. Ciel al darse cuenta de lo que hacía se separo rápidamente.
-Yo...Voy al baño.-dijo mientras salía corriendo de la cocina.
Sebastian seguía petrificado en su lugar, por alguna razón extraña ese abrazo se sintió cálido, y un calor le recorrió el pecho.
-Ciel es un niño muy simpático y educado, aunque contigo sea lo contrario, es porque se ve invadido por tu presencia. Tendrías que tomarte el tiempo para conocerlo bien y no pensar de una manera prejuiciosa.-le dijo mientras rebanaba unas patatas.
-¿Lo conociste haces unas horas atrás y ya crees saber todo de el?.-preguntó saliendo de sus pensamientos.
-No hace falta conocerlo bien, cuando habló conmigo arriba me di cuenta al instante que es un niño bueno.
-Si tu lo dices.-le dijo mirándolo de reojo.
-¿Porque no vas a buscarlo?, ya tardó bastante.-dijo mientras cocinaba.
-Si, lo iré a buscar-dijo mientras salía de la cocina.
...
Ciel se encontraba buscando el baño, pensando todavía en la estupidez que había cometido, ¿Porque no pensó bien sus acciones?, ¿Como iba a abrazarlo de esa manera?, y lo peor es que al acercarse a el, lo invadió su delicioso perfume dejándolo petrificado de satisfacción.
-Tsk, soy un idiota.-dijo dando el puño contra la pared-¡¿Donde rayos esta el baño?!, este departamento es demasiado grande.-declaró enojado mientras pisaba el piso fuerte y se cruzaba de brazos.
Sebastian que venía buscándolo por los pasillos lo vio haciendo un berrinche y sonrió con burla, oh como se divertiría haciéndolo enojar de ahora en adelante.
-Oh que tenemos aquí, al pequeño niño haciendo un puchero.-le dijo con burla, sobresaltando a Ciel.
-Cállate papá.-le dijo sonriéndole con burla al verlo poner una cara de asco.
-¿Que pasa hijo, no encuentras el baño?.-preguntó se arrodillaba a su altura.
Ciel se sorprendió ante el calificativo, pero esbozó una sonrisa con superioridad, nunca se dejaría pisotear por nadie.
-Lo que pasa es que me perdí en un lugar tan grande, me impresiona que vivas solo aquí, ¿Acaso eres tan amargado que no tienes a nadie en tu vida?.
Sebastian se enojó ante esto.
-El baño esta ahí al fondo a la izquierda.-dijo enojado.
-Al fin, ya me canse de estar en tu compañía.
-Parecías disfrutarla cuando me abrazaste en la cocina.-se burló.
-¡cállate idiota!.-Le gritó enojado cerrando la puerta del baño.
Sebastian se carcajeó y se dispuso a esperarlo, así no se volvía a perder y poder burlarse un poco mas cuando el niño saliera del baño.
Después de unos minutos Ciel salió del baño y vio a Sebastian esperándolo apoyado en la pared.
-¿Que haces aquí?.-preguntó enojado.
-Es mi hogar, ¿Que no puedo estar en los pasillos de este?.-preguntó sarcástico.
-Tsk.-Ciel cerró la puerta del baño y se dirigió a la cocina seguido por detrás por Sebastian.
Ciel iba nervioso, no le gustaba que caminaran detrás de el, aparte sentía la mirada penetrante del ojirojo.
Una ves llegaron a la cocina, Claude seguía cocinando.
Ciel lo miro y le preguntó.
-¿Que estas cocinando tío Claude?.
-Estoy cocinando carne con puré de patatas.-le contestó
Ciel seguía parado mirando a Claude, por alguna razón ese hombre le daba tranquilidad. Aparte había que aceptar que era tierno y tenía una actitud muy interesante.
Sebastian seguía atrás de Ciel mirándolo. Entonces Claude terminó de cocinar y cuando se dio la vuelta se le cayó la toalla.
Ciel se sonrojó y antes de que pudiera ver algo mas, Sebastian le cubrió los ojos con su mano, cerrando el también los suyos.
-Claude te pido por favor que vayas a vestirte, yo me encargo de que Ciel coma.
Claude se sonrojó levemente y salió corriendo sin antes decir un perdón a Ciel.
Ciel se sentó en la mesa aún sonrojado y Sebastian le alcanzó el plato mirándolo con una sonrisa burlona.
-¿Que?, ¿Tienes vergüenza?, ¿Acaso no tienes tu lo mismo?.-le dijo con burla.
-Cállate.-le dijo mientras comenzaba a comer.
-Tienes suerte de tener a tu “tío”, yo no se cocinar.-le confesó mientras el también comenzaba a comer.
-Claude ya me lo contó, lo único que sabes cocinar es pasta.-le dijo con burla.
-Eso no se vale, también se cocinar arroz-dijo con una sonrisa.
Ciel rió y Sebastian también. Ambos de quedaron callados.
Sebastian se impresionó ante su comportamiento, el no era de hacer chistes ni de reír con nadie. Pero ese niño por alguna razón lo cambiaba y eso que lo había conocido hace unas horas atrás.
Claude volvió aún un poco sonrojado por lo que había pasado, pero cambio su cara al ver a Ciel comiendo.
-Y ¿Ciel?, ¿Que te parece mi comida?-preguntó.
-Está deliciosa.-le confesó con una pequeña sonrisa.
-Me alegra que te guste Ciel.-declaró con una bella sonrisa, haciendo sonrojar al menor.
Ciel terminó de comer y se quedo sumergido en sus pensamientos. Se sentía raro estando en otro hogar que no fuera el suyo. Aparte todo era nuevo para el.
Claude terminó de Cenar y le habló a Ciel.
-¿Quieres ir a ver la t.v conmigo Ciel?.-le preguntó.
-Claro.-respondió con una pequeña sonrisa.
Claude y Ciel se fueron a ver la televisión dejando a Sebastian solo en la cocina.
-Claro, el cocina y yo debo lavar los platos, que buen amigo es.-dijo a la nada con sarcasmo.
Claude y Ciel se encontraban viendo la t.v. Pero a Ciel le comenzó a ganar el sueño y cuando quiso darse cuenta ya se había dormido y su cabeza estaba en el hombro de Claude. Este con una pequeña sonrisa, recostó la cabeza de Ciel en sus piernas y comenzó a acariciarle los cabellos.
Claude tampoco tenía familia, el tuvo un hermano de pequeño pero este había muerto junto con su familia en un accidente. Sabía lo que era sentirse solo. Desde ese día Ciel sería para el un familiar mas.
...
Sebastian terminó de lavar los platos y fue al líving, donde encontró a Claude con Ciel dormido entre sus piernas.
-Vaya, creo que estaba cansado el mocoso.-dijo con una sonrisa burlona.
-Oye no le digas así a Ciel, aparte es tu hijo.
-Ah, ¿Como será todo de ahora en adelante?.-preguntó a su amigo.
-Solo resta esperar. Para Ciel es todo muy dificil. Tienes que entender que perdió a la persona mas importante en su vida. Apuesto que su madre era todo para el y ahora se fue. Ahora solo te tiene a ti.-le dijo con una mirada seria.
-Si ya se Claude y para que te quedes mas tranquilo, prometo cuidarlo, no prometo ser el padre amoroso que ve todo color de rosa, pero voy a hacer lo posible para que viva de acuerdo a su edad.-dijo desviando la mirada avergonzado.
Claude solo sonrió orgulloso de su amigo.
-Bueno Sebastian, mañana debo ir a la empresa, ya debo irme a mi casa. Nos vemos.-depositó un pequeño beso en la frente de Ciel y le dio un apretón de manos a Sebastian. Luego de eso salió rumbo a su hogar.
Sebastian se quedó solo con Ciel, entonces lo observó y una gran paz invadió su interior al verlo dormido tan traquilo. Luego miro la hora y vio que eran las diez de la noche, ya debía irse a dormir o no despertaría para ir a la empresa.
Sebastian vio a Ciel y lo cargo entre sus brazos para llevarlo a la habitación, se sorprendió al ver lo liviano que era el niño.
Una ves llegó a la habitación lo depositó en la cama y lo tapó, lo observó una ultima ves y se fue.
Llegó al líving y se acostó en el sofá, ¡Maldición que incómodo era!.
-Espero que mañana todo esté un poco mejor.-dijo con pesadez, mientras se quedaba dormido.
...
Ciel despertó en la habitación de Sebastian y se asustó al no estar en su hogar, entonces recordó todo lo que había sucedido el día anterior y volvió a recostarse. Era increíble como todo había cambiado de un día para el otro, literalmente. Ahora que se ponía a pensar, ¿No debería estar en el colegio?. Ante este pensamiento se levantó apurado al ver la hora, eran las nueve de la mañana. Debía estar en el colegio a las siete y media de la mañana.
Ciel bajó lentamente las escaleras del penthouse y no encontró a Sebastian, entonces entró a la cocina y vio una nota que había en la mesa.
Mocoso:
Me he tenido que ir a la empresa temprano y el idiota de tu “tío” Claude me ha dicho que te dejara una nota avisándote de tal cosa. El director Arthur de tu colegio a llamado y ha dicho que no vuelvas al colegio hasta el lunes. Que te iba a dar tu tiempo de luto y bla, bla bla. En la heladera debe de haber algo que te guste para desayunar. Pensaba hacerte pasta para desayunar pero Claude me dijo que ese no era un desayuno adecuado. En fin, desayuna algo y haz lo que quieras en la casa, no se te ocurra romper nada porque me conocerás mocoso.
Para nada atentamente Sebastian Michaelis, alias, para ti, tu “jodido
padre”.
Ciel ante lo ultimo rió un poco, su padre era un idiota. ¿Además enserio quería hacerle pasta para desayunar?, nunca iba a saberlo.
Ciel con un poco de cansancio miro el refrigerador y cuando lo abrió estaba lleno de comida, y en la parte de abajo estaba lleno de postres. Ciel se relamió los labios con gula y saco un pequeño pastelillo de crema chantillí y dulce de leche.
Una ves con su pastelillo se sentó en la mesa de la gran cocina. Observó todo con detenimiento y se sintió realmente solo, ese lugar era tan grande que se sentía mas pequeño de lo que era. Como desearía que su madre le hiciera el desayuno y lo despidiera con un beso en la frente como todas las mañanas. Pero eso no iba a pasar de nuevo, eso ya era parte del pasado.
Ciel terminó de comer su pastelillo y se vistió rápidamente. Entonces escucho el timbre del departamento.
Ciel bajó nuevamente las escaleras, sin hacer ruido y vio por el pestillo de la puerta. Se sorprendió al ver que Undertaker estaba del otro lado. Eso era lo que necesitaba ahora.
Rápidamente abrió la puerta y se largo a sus brazos.
-Jijiji, que lindo saludo.-dijo devolviendo el abrazo.
-¿Como supiste donde estaba?.-preguntó con una sonrisa.
-¿Que clase de amigo sería si no lo supiera?.-preguntó con una sonrisa pícara.
-Undertaker.-dijo alzando una ceja.
-De acuerdo, le pregunté a ese tal John, el escribano, donde te alojabas y no me quiso dar la dirección, entonces en un descuido que tuvo le robé la carpeta con tus papeles y leí donde se encontraba la dirección de Michaelis y bueno fui a las dos primeras horas de clases y luego me escapé por detrás.
-Si te sigues escapando así te descubrirán y castigarán.-le reto.
-Yo solo venía a ver a mi mejor amigo, ¿Que, esta mal?.-preguntó con una cara de perrito mojado.
Ciel no se resistió y largo una pequeña risa.
-De acuerdo, tampoco hagas esa cara que no me resisto.-dijo mientras lo invitaba a pasar.
-Wau Ciel, tu ahora padre tiene dinero.-dijo impresionado.
-Ah...si, este lugar es tan grande que anoche me perdí para ir al baño.-confesó sonrojado.
Undertaker solo lanzó una carcajada.
-Oye no te rías de verdad es muy grande, aparte todo esto es muy nuevo para mi.-confesó mientras se sentaba en el sillón de cuero negro.
Undertaker al ver que Ciel volvía a perder la mirada, decidió dejar de reírse.
-Ciel ya se que es muy pronto para que te pregunte esto, pero... ¿Como te sientes?.-le preguntó preocupado.
-De hecho aunque todavía me entristece el no tener a mi madre y debo confesar que me agarra nostalgia a cada rato, logro sobrellevar todo, aparte te tengo a ti y a tío claude.-dijo riendo un poco al acordarse de ese hombre.
-¿Tío Claude?.-preguntó con duda pero con una sonrisa.
-Un amigo de Sebastian, es muy buena persona, aparte me trata muy bien.-confesó con una pequeña sonrisa.
-Me alegra que tengas a mas gente que te anime, y dime, con tu padre ¿Como van las cosas?.
-Bueno con el desde que llegue aquí he tenido varios encuentros para nada amistosos, de hecho anoche me sacudió una bofetada.-le confesó triste.
Undertaker al oír esto se lleno se rabia.
-Ese tipo, lo voy a ...-Undertaker estaba dejando salir su aura maligna cosa que asustó a Ciel.
-Ya Undertaker, esta bien, Claude me defendió y me dijo que Sebastian no era así. Aparte yo lo insulté, se debe de haber enojado mucho.
-¿Que le dijiste?.-preguntó volviendo a la normalidad.
-Le dije que era un idiota y que no era mi jodido padre.-contestó soltando una pequeña risa al final.
-Ciel, que raro tu insultando.-dijo con sarcasmo.
-Ah bueno, tema terminado y dime, ¿Que viniste a hacer aquí?.-preguntó dudoso.
-¿No es obvio?, vine a visitarte, además quería animarte.-dijo con una bella sonrisa.
-¿Como se supone que harás eso?.-preguntó dudoso.
-Fácil, saldremos a divertirnos.
-¿Salir?, mmm bueno puede ser, ¿Que estamos esperando?
Undertaker y Ciel salieron de la penthouse de Sebastian, Undertaker estaba decidido a animar a Ciel, cueste lo que cueste.
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