Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amor incomprendido por Etsuko Kagayaku

[Reviews - 152]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No tienen idea como siento todo lo que tarde mas no fue a propósito o porque no tenía inspiración,les cuento lo que me paso,Estaba en mi casa a punto de subir un capítulo de aprendiendo a ser un niño cuando me llamaron por teléfono entonces subo arriba donde este se encuentra y bueno me olvide de sacar mi usuario, distraída me quede hablando hasta que escucho a mi mamá llamarme,vieron con la vos seria ya sabiendo que alguna macana me mande,bajo y veo a mis papás sentados en la computadora serios y mi mama me dice.

 

-Que es esto?-me pregunta mientras señala la pantalla,y yo me quede helada ellos leyeron no se que relato que tenía minimizado

 

y YO  no sabía ni que responderles

 

ahora habla mi papá

 

me podes decir que carajo es esto?-me volvio a preguntar,así es ellos putean xD

 

yo:papá es una página que yo leo -y bueno ahí empezo la discución

 

como yo  fui un monton de años a una escuela de monjas,me reclamaron,que no podía leer cosas tan sucias para mi edad y que encima era una página para homosexuales(yo los quería matar cuando dijeron esto) me dijeron que estan descepcionados de mi,que me creían una buena piba,santita y cuando vieron las cosas que hasta yo escribo se quisieron morir,me prohibieron usarla,apena podía entrar cinco minutos a mi face y bueno,hoy que ellos se fueron a pasear con mi hermana,se olvidaron de sacarme el router,con el cable de internet y bueno,aproveche y escribí esto.

 

De verdad lo siento y si no actualizo rápido es por lo que me paso de veras,aunque yo iba a actualizar aprendiendo a ser un niño vi que me pidieron mas este así que bueno hice lo que pude .

Ciel se encontraba durmiendo tranquilamente en su habitación o mejor dicho en la de Sebastian, había un gran aire de paz en el ambiente, una hermosa mañana soleada, los pájaros cantaban hasta que...

-Mocoso despierta, ya es tarde.-Dijo Sebastian mientras abría las ventanas dejando pasar la luz del sol.

-Humm, cinco minutos mas.-Pidió mientras se tapaba con las cobijas.

-Vamos, no me hagas esperar, tu tío esta ahí afuera y vino a molestarme para que saliéramos los tres juntos.-dijo enojado a la ves que le sacaba las cobijas.

-Yo quiero seguir durmiendo, si no molesto a nadie, déjenme aquí y vayan ustedes.-dijo enfadado.

-Ah no, tu tío no vino hasta aquí en mi día de descanso para despertarme y decirme que vamos a ir a la feria del muelle para que tu me digas estas tonterías, vamos despierta.

Ciel ante esto saltó de la cama y lo miró suprimiendo una sonrisa

-¿Una feria?, ¿Vamos a ir a una feria?.-preguntó ansioso, extrañando a Sebastian.

-Si mocoso, ¿Nunca fuiste a una?.-le preguntó dudoso.

-No, mamá no tenía tiempo para llevarme a una, por lo general trabajaba desde la mañana hasta la tarde, hasta en sus días de descanso.-le dijo con tristeza.

Sebastian por alguna razón no quería verlo triste así que cambio su semblante enfadado a uno un poco mas optimista.

-Bien mocoso, entonces ahora sabrás que es ir a una feria.-le dijo con una sonrisa haciendo desconfiar a Ciel.

-¿Que escondes Michaelis?.-le preguntó con duda.

Sebastian solo torció su sonrisa y lo miró con enfado.

-¿Que? ¿Acaso no crees que puedo ser bueno tan solo un poco?, ¿Tan mala persona me crees mocoso?, ¿Sabes que?, mejor vístete y baja, te esperamos abajo con Claude.-Dijo mientras salía enojado de la habitación.

Ciel solo miró la puerta recién cerrada un poco confundido, Sebastian si que era bipolar.

Ciel se acercó a la cajonera donde tenía la ropa que había traído de su casa y se puso un pantalón negro que le llegaba un poco mas alto de las rodillas, luego una remera blanca con un pentagrama en negro, unas zapatillas deportivas y unas pulseras que tenía, luego bajó hacia la cocina donde los esperaba Claude y Sebastian.

Estos dos al verlo escupieron el café que estaban tomando y se le quedaron viendo con un leve rubor en sus mejillas y una mirada avergonzada.

-¿Que?-preguntó dudoso.

-¿Vas a ir vestido así Ciel?.-preguntó avergonzado.

-Hum si, ¿Porque lo preguntas tío Claude?.-preguntó con duda.

Claude no le iba a decir lo que pensaba, pero Sebastian se le adelanto.

-Lo pregunta porque ese pantalón es demasiado corto y hay demasiados pervertidos en todos lados, cámbiate de ropa ahora mocoso y baja de nuevo.-dijo mientras se limpiaba la boca con una servilleta.

-No voy a cambiarme de ropa, hace calor y no pienso usar un pantalón largo.-le dijo enojado.

-Bueno Ciel esta bien, no hay problema, ahora desayuna.-le dijo con una media sonrisa.

-Ah no, mocoso, a mi me haces caso, o te cambias o no vas-le dijo enojado.

-Dices que los pervertidos me verán así pero hasta ahora solo tu te has dado cuenta de como me veo con estos pantalones.-le dijo con una ceja alzada.

Sebastian solo lo miró enojado y con un leve rubor en sus mejillas, ¿Acaso le estaba diciendo pervertido?, no, eso no lo iba a permitir.

-Mira mocoso, te estas saliendo de mi límite, no me hagas enojarme mas de lo que estoy, o te cambias o afrontas las consecuencias.

-¿Tu y quien mas va a obligarme?.-le preguntó con una media sonrisa.

-Ya Sebastian, déjalo que vaya así, nosotros vamos a cuidarlo no te preocupes.

-¿Quien dijo que estoy preocupado?

-Bien, hagamos una cosa, iré a la feria y los esperare haya, porque antes debo pasar a buscar algo que deje en la empresa, nos vemos en un rato.-Dijo mientras salía del penthouse.

-Bien ahora que estamos solos...Ve a cambiarte.-le dijo enojado.

-No.-Respondió mientras se sentaba en la silla y comenzaba a comer un pastelillo que le había dejado Claude.

Sebastian se cansó y lo agarró de la remera arrastrándolo.

-¡Que te pasa!, ¡suéltame!-le decía entre manotazos

Sebastian lo tiró contra la pared haciendo que este quedara pegado a esta.

-¡Que te pasa idiota!.-le gritó enojado.

-¿Sabes?, tendrías que hacerme caso y cambiarte, eres blanco de cualquier pervertido.-le susurró al oído

-¿Se-sebastian?.-preguntó extrañado.

Sebastian agarró una de las piernas de Ciel y la puso en su cintura acariciándola.

-Tendrías que ponerte un pantalón mas largo.-Dijo mientras la acariciaba.

Ciel estaba rojo como un tomate, ¿Que rayos le pasaba a su padre?

-Sueltame idiota.-le dijo enojado.

Sebastian solo rió con burla.

-¿Tienes miedo Ciel?, ¿Que tal si yo soy un pervertido?...hijo mío-le dijo con burla.

Ciel ante esto solo lo miro con enfado.

-¡Eres un estúpido!.-Le gritó mientras se soltaba y se sentaba en la silla.

Sebastian solo volvió a reír con burla

-Ya te había dicho ayer que me las cobraría por como me hiciste preocupar cuando te fuiste con tu amigo.-Dijo mientras reía y se sentaba enfrente de el.

-Pero no era necesario que hicieras semejante cosa tonto.-le dijo enojado.

-Ya, ya, no soy un pervertido, solo quería hacerte enojar.

-No era necesario que hicieras eso, con que me castigaras era suficiente, un padre no le hace ese tipo de bromas a su hijo.-mientras desviaba la mirada.

Sebastian solo lo miro con un poco de culpa.

-Bueno esta bien, perdóname , tendría que haber hecho algo mejor, soy tu ...padre y debería haber hecho algo mejor, pero debo admitir que tu cara igual a la de un tomate la voy a recordar por siempre.-Dijo mientras largaba una carcajada.

Ciel ante esto solo rió un poco, que idiota que era ese hombre.

-Ah y por cierto, ayer cuando te dije que podías desayunar lo que quisieras, y tu agarraste un pastel de la heladera...ese pastel era mi favorito.-le dijo con fingido enojo.

-Oye, tu me dijiste que agarrara lo que quisiera, ¿Además de enserio querías hacerme pasta?.-le preguntó alzando una ceja.

-Si, pero Claude no me dejó, tendré que aprender a cocinar.-rascándose nerviosamente la cabeza.

Ciel solo rió y vio como Sebastian había manchado la comisura de boca con un poco de pastel del que estaba comiendo, se acercó hacia el y con su dedo la limpio, dejando impresionado a Sebastian.

Ciel solo lo miró sonrojado.

-Tenías una mancha.-Dijo mientras se limpiaba el dedo con la lengua.

-Bi-bien, creo que ya hay que ir yendo a la feria, Claude nos debe estar esperando allá.- Dijo mientras se levantaba nervioso de su asiento.

Ciel solo lo miró y sonrió.

-No eres el único que puede hacerse el pervertido aquí papá.-Susurró mientras reía con suficiencia.

Ciel y Sebastian iban en el auto del segundo, la feria quedaba en el muelle por lo tanto era un viaje de unos diez minutos, mientras tanto se había formado un silencio incomodo, que Sebastian no dudo en romper, de una manera un poco directa.

-Ciel di algo, no me gusta este silencio incomodo, es aburrido.-le dijo rodando los ojos con cansancio.

-¿Y que quieres que diga?

-No se, lo que sea, ¿Porque tienes los ojos azules por ejemplo?.-preguntó con burla.

-Si que eres idiota, recuerda que Rachel, mi madre, los tenía de este color, igual a mi no me gustan.

-¿Estas loco?, tus ojos azules son lo mas hermoso que he visto en mi vida.-Sebastian se detuvo a pensar en lo que había dicho y trató de justificarse.-Ah lo que me refiero es...

-Gracias.-le interrumpió con una sonrisa poco común en el.

-¿Que?.-preguntó confundido.

-Por decir que mis ojos son hermosos, yo también creo que los tuyos lo son, rojos como fuego.-Le dijo mientras desviaba la mirada, captando a lo lejos el muelle.

Sebastian solo curvó los labios en una sonrisa, ese niño era impredecible.

Una ves llegaron al muelle, Sebastian estacionó el auto y Ciel bajó apurado cerrando la puerta de manera fuerte.

-Hey mocoso, mas cuidado con mi auto, es un Renaut Fluence último modelo.-le dijo enojado.

-Me da igual.-Dijo mientras salía corriendo hacia lo primero que vio, la rueda de la fortuna.

-Oye mocoso ven aquí, si te pierdes tu tío me mata.-Dijo mientras saliendo enojado detrás del pequeño.

Ciel corrió y corrió hasta que se choco con alguien.

-Lo siento.-dijo sin ver, mientras pensaba seguir caminando hasta que sintió que alguien le apoyaba la mano en el hombro.

-Jijiji, ¿Tan distraído estas Ciel que ni siquiera ves a tu mejor amigo?.-le preguntó con una rara sonrisa.

-Undertaker.-le dijo abalanzándose a sus brazos, brindándole un abrazo.

Sebastian que llegaba junto con Claude, el cual se encontró cuando este vio que Ciel se iba corriendo, vieron esta escena enojados, ambos celosos, aunque nunca lo admitirían bueno...Tal ves Claude si.

-Mocoso, ¿Que te dije de correr? y...¿Quien es este niño?.-preguntó con mala cara.

-Sebastian el es Undertaker, creo que lo conociste el día que bueno tu sabes.-mientras desviaba la mirada nostálgico.

-¿Tu eres el niño que salió con Ciel el día de ayer?.-preguntó Claude dudoso.

-Así es...soy yo.-Respondió mientras miraba a Ciel pícaro.

A ti quería hablarte, como te atreves a llevar a mi sobrino a realizar cosas como las que hicieron.-Le dijo abrazando al menor posesivamente.-se podrían haber lastimado.

-Ti-tío Claude, me asfixias, por favor ya te conté lo que paso, no seas descortés con mi amigo.

-Oh lo siento, no me presenté, yo soy Claude.-Dijo mientras soltaba a Ciel quien ya estaba azul por la falta de aire.

-Un gusto,yo soy Undertaker, el mejor amigo de Ciel.

-Así que tu eres su mejor amigo.-Dijo mientras daba vueltas a su alrededor mirándolo despectivamente.

-¿Hay algún problema con eso?.-le preguntó borrando su eterna sonrisa.

-Me da igual.

-Oye Undertaker, vamos a subirnos a algún juego.-Dijo mientras le tomaba la mano.

-Ah no mocoso, vine hasta aquí, me levante temprano un sábado solo para venir a la feria por ti, así que dejas a tu amigo y te vienes con nosotros.-le dijo enojado.

-¿Cual es el problema Papá?-le dijo enojado.

Sebastian estaba a punto de reclamarle ese “papá” cuando Claude interrumpió.

-Ciel, Sebastian tiene razón, vinimos hasta aquí por ti, al menos vente con nosotros, si quieres puedes traer a tu amigo.-Dijo comprensivo.

-De hecho, Ciel, en realidad aunque quiero no puedo quedarme, debo estudiar para un examen que habrá el lunes, es mucho así que mejor me pongo a estudiar.-Dijo mientras soltaba su mano delicadamente.

-Yo quería que te quedaras.-Dijo con un pequeño puchero.

-No me pongas esa cara Ciel, que no me resisto.-Dijo mientras le abrazaba. Le susurró al oído.-Enserio Ciel debo irme, prometo visitarte mañana, ¿Te parece?-le preguntó sonriente.

-Claro te esperare.-Dijo mientras le daba un beso en la mejilla en forma de despedida.

-Bien, yo ya debo irme, un gusto conocerlos, adiós Ciel.

Sebastian se encontraba absorto ante todo esto, por alguna razón sentía unas llamas en su interior, tenía ganas de gritar a los cuatro vientos lo enojado que estaba, y golpear a ese tal Undertaker que se hacía llamar mejor amigo de Ciel, ni el mismo entendía las razones.

En cuanto a Claude, el estaba parado al lado de Ciel, mirando con una sonrisa un poco dudosa, la ida del niño.

-Bien, me quiero subir a algún juego.-dándose la vuelta mirando a ambos pelinegros.

-Genial, yo te acompaño.-Dijo Claude mientras le agarraba el brazo y lo llevaba hacia la montaña rusa.

-Ni loco me subo a esa cosa, mira si se descarrila y terminamos todos en una masacre.-le dijo Sebastian enojado.

-Nadie te invito Michaelis, yo y tío Claude vamos solos.-Dijo mientras le sacaba la lengua y se subía con Claude.

Sebastian solo lo miró con odio reprimido y se dio la vuelta, mirando los distintos puestos al aire libre, en algunos juegos, en otros había ropa, y en otros juguetes.

-Desde pequeño no venía a una feria.-dijo con nostalgia mirando todo a su al rededor.

Ciel estaba en la montaña rusa con Claude, al cual no paraba de abrazar por el miedo

-Esta genial.-dijo Ciel con los ojos cerrados.

-Te estás muriendo de miedo.-Le respondió Claude divertido.

-Cállate.

...

Sebastian que se encontraba abajo esperando a que bajaran su mocoso y su amigo miraba todo hasta que una mujer de unos rasgos un poco toscos le empezó a coquetear.

-Me sorprende que un hombre tan guapo este por aquí solo, sin una mujer a su lado.-dijo con una sonrisa de oreja a oreja la extraña.

Sebastian que la vio, solo le causo repulsión, nunca soportaría los halagos de las extrañas que se le acercaban a coquetear, aunque por otro lado, hace mucho que no tenía un polvo con alguna mujer, tal ves ahora se presentaría la oportunidad.

-Y a mi me sorprende que una señorita bella como usted no este acompañada por un hombre que la cuide, ¿Puedo preguntarle su nombre?.-Le pregunto con una sonrisa fingida.

-mi nombre es Thalía, un gusto conocerlo.-Le dijo mientras le sonreía insinuante.

-Dígame, ¿Que hace rondando por aquí sola?.-preguntó mientras la miraba, la verdad la mujer no era muy bonita que digamos, sus ojos eran color verde, pero sin una pizca de luz en ellos, y su cabello era castaño claro, un poco enmarañado, lo cual no le atraía lo mas mínimo, pero bueno, sexo era sexo.

-Iba a venir con una amiga, pero esta canceló los planes a último momento. Vine aquí imaginando que podría encontrar algo interesante.-Dijo insinuante la mujer mientras rozaba la mano de Sebastian. Este sonrió, la tenía donde quería.

Ciel que bajaba de la montaña rusa junto con Claude, el cual en cualquier momento vomitaría todo lo que comió de desayuno. Vio la escena de Sebastian y esa horrible chica. y algo se prendió en su corazón, una sensación de querer matar a la primera persona que se le cruzara por mas inocente que fuera.

Entonces por arte de magia, una luz se prendió en su cabeza y rió maliciosamente, se acerco hasta Sebastian y le tomó la mano, ante la mirada atónita de la mujer y del mismo Sebastian.

-¡Papi, papi!, vamos a jugar a los autitos chocones, vamos por favor, mami nos esta esperando con la cena en casa y no hay tiempo.-le dijo con vos infantil.

Sebastian se quedó con la boca abierta ante lo dicho por Ciel, no entendía nada, pero cuando vio como la mujer tenía una mueca de disgusto en su rostro, comprendió todo.

-Yo...yo-no sabía ni que decir.

-Iba a invitarte a tomar una copa, pero creo que esta demás, mejor cuida de tu hijo.-Dijo la mujer mientras se alejaba.

Sebastian solo estaba quieto sin decir nada, estaba petrificado en su lugar ante lo que pasó.

Ciel al ver la cara de Sebastian y como funcionó su plan, comenzó a reírse a carcajadas, llamando la atención del ojirojo.

-¡Mocoso!, quien carajo te crees que eres para hacer eso, lo hiciste a propósito, mas vale que comiences a correr por que te voy a dar una buena paliza. Sebastian estaba por levantarle la mano, cuando vio como Claude lo miraba enojado, atrás de Ciel, tan cegado estaba por lo que había pasado, que no se percató de la presencia de su amigo.

-¿Que te dije Sebastian?, le pones una mano encima y te las verás conmigo.-Dijo mientras agarraba a Ciel por los hombros. Ciel al verse protegido por Claude miró a Sebastian y le sonrió con burla.

-Es que el mocoso, es que yo, y el y, y la chica y.-Sebastian tartamudeaba de los nervios y del enojo que tenía.

-Ya, ya, Sebastian ya habrá otra oportunidad de ligar, ahora vinimos por Ciel, así que no le hagas pasar un mal momento al chico.-Dijo mientras le sonreía como si fuera un padre.

-Tsk me tratas como si tuviera cinco años.-Le respondió enfadado mientras se cruzaba de brazos.

-Tu actitud no demuestra lo contrario.-le dijo burlonamente.

Ciel que en un momento desvió su vista de la escena hecha por ese par de azabaches, vio en un puesto de puntería un hermoso y gigante oso, este era blanco, con ojos azules un parche en su ojo derecho, quería ese oso y lo iba a tener.

-Claude vayamos a ese puesto, quiero ganar ese oso.-Le dijo señalando el pequeño local.

-Perfecto.-le dijo con una sonrisa mientras se dirigían hacia ahí, seguido por un ojirojo enojado.

Una ves los tres ahí Claude pago por tres tiros, a los que Ciel lamentablemente no le dio.

-Tsk esto esta hecho no puedo darle.-Dijo mirando al dueño de la tienda de forma muy poco amigable.

Sebastian sonrió con burla, iba a destruir el orgullo de ese niño por lo de hoy.

-No esta hecho Ciel, lo que pasa es que eres muy malo en puntería.-le dijo con burla.

-Eso es mentira ¡Si yo digo que esta hecho esta hecho y ya!.-le gritó enojado.

Sebastian lo miró con una sonrisa burlona y se acercó al dueño, pagó por tres tiros mas, miro a Ciel y le dijo.

-Mira y aprende mocoso.-Se burló mientras apuntaba a la diana.

De un solo tiro le dio en el centro, haciendo que Ciel quedara con la boca abierta, y el dueño bueno, este quería destruir el local, nunca nadie le había dado en el blanco.

-Deme ese oso.-le señalo el oso al vendedor, este con un aura oscura se lo dio.

Ciel que seguía atónito vio a Sebastian enojado.

-¿No era que estaba hecho?-le dijo con burla.

-Ya cállate y dame mi oso-le dijo enojado.

-No, yo lo gané, ahora es mío.

Ciel que se encontraba enojado, vio al vendedor y le pagó otro boleto.

-Oye mocoso, ¿Que haces?-le preguntó enojado.

-Sino lo pude a la primera es porque estaba nervioso.

Ciel agarró el rifle de aire comprimido, y disparó dando los tres tiros en la diana, haciendo que todos quedaran sorprendidos.

Ciel pasó por al lado de Michaelis quien ahora era el, el que tenía la boca abierta por la impresión y le sacó el oso de los brazos.

-Yo gano-le dijo con burla.

-¡Maldito mocoso!-le gritó, Ciel solo sonrió con sorna.

Ciel caminaba adelante de los dos azabaches, hasta que divisó un casa en particular, se llamaba “el laberinto de los espejos”, eso le llamo la atención y quiso entrar.

-Ciel ya se esta haciendo tarde ,creo que ya es hora de que volvamos a casa-le dijo Claude con una sonrisa.

-Por favor quiero entrar al laberinto de los espejos, es el último juego, lo juro-le rogó.

-Yo me quiero ir mocoso-le dijo Sebastian enojado.

-Pues te esperas.

Ciel entró al laberinto seguido por los dos pelinegros.

No bastó ni unos minutos en el cual los tres se perdieron el rastro.

-¡Ah! maldito espejo-maldijo Sebastian al haberse golpeado el rostro con uno, mas su grito fue tal que Ciel a lo lejos lo escuchó y se rió solo.

Ciel iba tranquilo tratando de encontrar la salida por el otro lado, pero en un momento todo se volvió aterrador, la música que sonaba parecía de un carnaval de terror, los espejos empezaban a mostrar figuras deformadas, Ciel trataba de salir de ahí, pero llegaba a lugares donde el laberinto se cerraba sin salida y debía retroceder de nuevo, entonces se quedó quieto en su lugar escuchando la aterradora canción cantada en susurros.

(http://www.youtube.com/watch?v=BfP7cEn-FsE no tiene letra la invente yo ,pero esta es la tonada).

“Si quieres salir, rápido debes hacerlo, del otro lado no sabes que habrá, el pronto vendrá a buscar tu alma , en el infierno arderás . Corre, corre, corre, cada ves se acerca mas, si rápido no sales, con sus garras te atrapara, uno, dos, tres encerrado tu te quedas, cuatro, Cinco, seis sus pasos se acercan, siete, ocho, nueve, trata de no gritar...o la lengua te cortara...Diez sin salida ya estas.”

Ciel miraba a todos lados hasta que vio a Claude parado con una cara seria mirándolo.

Ciel se tapó la boca del susto tratando de no gritar por el miedo que le dio.

-Ciel te estuve buscando por todo el laberinto, me preocupaste, a Sebastian le perdí el rastro, que suerte que te encontré, que alivio.-Dijo mientras sonreía.

-Tío Claude, no te aparezcas así de la nada, me asustaste-Dijo mientras apoyaba la mano en su corazón acelerado.

-Ah perdón no sabía que te había asustado, ven mejor salgamos de este laberinto-Claude le agarró la mano para no perderlo.

Estos dos salieron del laberinto y vieron a Sebastian sentado, esperándolos.

-Al fin salen, hace mas de quince minutos que los estoy esperando-reprochó mientras se levantaba de donde estaba. Entonces notó la cara que el menor tenía, estaba pálido y con una expresión ida.

-Oye...Ciel, ¿Estas bien?-le preguntó dudoso, iba a decirle mocoso, pero al ver la cara que este tenía prefirió callar.

Ciel salió de su trance y lo vio a los ojos.

-Si, si estoy bien Sebastian, ahora mejor vayamos a casa.-Le dijo mientras caminaba hacia el auto.

Sebastian se extrañó ante el menor, el cual lo llamo por el nombre y no le dijo “papá” con burla.

-¿Pasó algo ahí adentro Claude?-preguntó mirándolo dudoso.

-No pasó nada Sebastian, tal ves Ciel solo está cansado, mejor vámonos-le dijo con una sonrisa, mientras caminaba hacia el auto.

...

Todos ya se encontraban en el penthouse de Sebastian, comiendo la famosa pasta que había hecho Michaelis.

Ciel que ya terminaba de comer se levanto y exclamó.

-Yo ya me voy a dormir, gracias por la cena Sebastian estaba deliciosa, adiós Claude.-Se despidió mientras se iba a dormir.

Sebastian abrió los ojos como platos, ¿Que le pasaba a Ciel?.

-Sebastian yo ya debo irme, nos vemos en el trabajo el lunes.-se despidió saliendo de la cocina.

Sebastian una ves terminó de lavar los platos, subió a su habitación dispuesto a hablar con Ciel, tocó tres veces recordando lo que pasó la última ves hasta que escucho un “adelante”.

-Ah Sebastian, ¿Que pasa?.-Preguntó mientras se levantaba de la cama con su oso en mano.

-Yo quería hablar contigo.-le dijo dudoso.

-Claro, ¿Que sucede?.

-Quería hacerte una pregunta. ¿Que pasó adentro del laberinto de los espejos?-preguntó con extrañeza.

Ciel lo pensó un momento y respondió.

-¿Nada porque?-le dijo desviando la mirada.

-Es que cuando saliste, actuabas raro, como si estuvieras asustado , por algo...oh... por alguien.-Le dijo mientras se acercaba un poco a el.

-Yo... lo que pasa, es que me puse un poco nostálgico mientras recorría todo, yo nunca fui a una feria pero si a un laberinto exacto a ese cuando era pequeño. Me acordé de mi madre y bueno, tal ves me viste un poco ido por estar nostálgico.-le dijo con una sonrisa alentadora.

-Ah, entonces era eso-Dijo mientras suspiraba-bueno, que duermas bien.-Dijo mientras salía de la habitación, pero antes de hacerlo Ciel lo llamó.

-¿Sebastian?-preguntó dudoso.

-¿Si Ciel?-preguntó .

-¿Podrías...quedarte hasta que me duerma?-preguntó mientras desviaba la mirada avergonzado.

-Oh así que el niñito tiene miedo-se burló.

-¡Cállate tonto!, solo te pedí un favor.-Dijo mientras se acostaba enojado.

-Ya, ya no te enojes-respondió mientras apagaba las luces y se acostaba a su lado.

Ciel ya estaba entre dormido, y sin darse cuenta abrazo a Sebastian, haciendo que este abriera los ojos sorprendido.

Sebastian solo suspiro y comenzó tímidamente a acariciar la cabeza del menor. Y calló el también en un sueño profundo.

...

Oscuridad era lo que lo rodeaba, solo quería escapar de ese ser que lo seguía, hace meses que se sentía observado por ese hombre,de cabello negro. Su cara apenas se veía, era como una sombra que te persigue, solo corría y corría, buscando a su madre.

-Mamá, ¿Donde estas?, mamá.-llamaba el ojiazul.

Veía como todo se deformaba a su alrededor, como los espejos mostraban figuras espeluznantes y como esa horrible canción sonaba. Quería encontrar la salida de ese laberinto cuanto antes.

-Te tengo, ahora no escaparas nunca de mi.-le susurraron al oído.

En ese momento Ciel se despertó agitado y con los ojos llorosos. Despertando a Sebastian.

-¿Que pasa Ciel?-le preguntó asustado.

-Nada solo tuve una pesadilla.-susurró con la voz entre cortada.

-Bien, no te preocupes, solo fue un sueño, volvamos a dormir-Dijo mientras se acostaba un poco mas tranquilo.

Ciel se acostó de nuevo pensando en su sueño, recuerdos de su niñez volvían a su cabeza, dejándolo dormir poco y nada, algo pasaba, había algo en todo lo que le pasó, que debía descubrir, aparte de que debía descubrir el porque su madre mintió a Sebastian de su nacimiento y porque esta iba a ir a verlo sabiendo quien era. Lo mejor era tratar de dormir, al otro día averiguaría lo que fuera necesario.
Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado,tratare con todas mis ganas de actualizar cuanto antes,en cuanto mis viejos se descuiden besos mis lectoras y gracias por su apoyo en este dificil momento


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).