El día había sido nublado y aun cuando la noche se estaba apoderando del vasto cielo eran notorios los grandes nubarrones amenazando con dejar caer sobre la gran ciudad miles de gotas de la fría agua que seguramente traían consigo.
Sexo: masculino
Edad: 35 años
Causa de defunción: asfixia
Estado civil: Soltero
Era más o menos lo que el joven de gafas tecleaba en el computador con tecnología de punta, pues perteneciendo a un lugar tan importante como “la oficina de seguridad e investigación criminal” debía contar con lo mejor de lo mejor con el fin de conseguir los mejores resultados al aplicar la ley contra los criminales.
-¿No tienes hambre?- comento el oji gris de cabellos despeinados como para romper el profundo silencio que inundaba la sala semi desierta.
-No- Contesto cortantemente el de iris marrones
-Es un buen día para ir por allí a tomar unos tragos- suspiro
-No puedes salir de este lugar sin supervisión-
-Por eso te estoy invitando-
-Dedícate a hacer tu trabajo-
Generalmente para esas horas el de piel pálida ya debía estar en su cómodo y confortable departamento, pero a ultimo momento encontró algunas carpetas amontonadas bajo el escritorio de cierto chico de cabellos anaranjados, seguramente los había escondido allí para irse temprano a casa (si así podía llamarle por que seguía en el edificio). En realidad el clima era perfecto para relajarse, tomar un café y recostarse a leer un buen libro, pero su trabajo era primero. Para su sorpresa el joven detective de ojos del color de aquellos amenazantes nubarrones aun seguía en las oficinas.
-Lo haría pero esta cosa no funciona- dijo despreocupadamente mientras encendía un cigarrillo y subía los pies a la mesa.
-¿Cómo demonios no va a funcionar? Debiste hacer algo mal-
-Tal vez, a decir verdad no soy bueno con la tecnología, ¿me ayudas?-
El inspector se levanto de su asiento y se dirigió hacia el pequeño escritorio del moreno. Aquel chico no solía seguir las ordenes de sus superiores y trabajaba por su cuenta para resolver los casos, “por eso es que se convirtió en un perro” pensó para si, lo odiaba lo aborrecía tanto por ser mas fuerte, por ser un mejor agente por que su propio padre le quería mas que a él, que a su propio hijo, y sobre todo por aquellos sentimientos que provocaba en él con solo mirarlo, aquellos ojos en contacto con los suyos o su simple fragancia le hacia temblar y hacia que su corazón latiera a un ritmo acelerado.
-Veamos... aquí, tienes que introducir este código y usar esta herramienta para que puedas modificar los datos-
-¿Ya esta?-
-Si, es todo-
-¿Terminaste tu trabajo?-
-En primer lugar no era mi trabajo, era de Kagari-
-¿Lo hiciste por el? No sabía que te agradara-
-No es nada de eso es solo que no podía...-
-No podías dejarlo así ¿verdad?-
-…-
-No has cambiado…- añadio a foma de burla
-Cállate-
De alguna forma y aunque no lo quisiera siempre caía en el juego del otro, hubo un tiempo en que trato de evitarlo a toda costa pero Kougami nunca se la dejaba fácil, al final siempre tenia que ir a pedir su ayuda, detestaba hacerlo pero no le quedaba mas opción.
-Si ya has terminado vallamos a tomar algo-
-¿Por que tendría que sacar a pasear a un perro cuando me puedo ir temprano a casa?-
-Esta vez yo pago-
-…Pero yo elijo el lugar-
-No hay problema- sonrío
Por un instante sintió una punzada en su pecho y un leve rubor amenazaba con aparecer, hacia tiempo ya que había notado el tipo de sentimiento que brotaban en su interior hacia el oji plata, sin embargo alguien como el jamás aceptaría estar enamorado de un sujeto tan descuidado como lo era el detective que alguna vez fue su compañero. De hecho se habían conocido hace mucho tiempo atrás aun antes de trabajar en aquel lugar, solían ser muy cercanos pero el paso del tiempo fue cambiando el curso de sus ideales y con ellos su amistad, además con aquél tipo de sensaciones que le provocaba el solo mirar a el otro era imposible seguir con aquello, no seria capaz de soportarlo y seguro haria algo de lo que se arrepentiria despues.
-Entonces ¿ya vamos?-
-Si, no esta muy lejos podemos ir caminando-
-Me parece bien-
El lugar era pequeño con un estilo sencillo era muy limpio y ordenado, con unos relucientes pisos y un gran mostrador, el olor a café y pan tostado llenaban la tranquila atmosfera, ciertamente eran pocos los lugares como aquel en el que aun se podía respirar el olor a la comida recién preparada. Tomaron asiento en una de las mesas del fondo, No tardaron mucho en atenderlos, un pequeño y tierno robot se acerco a la mesa proporcionando el menú del lugar, el de gafas ordeno un capuchino doble de vainilla, no solía tomar cosas dulces pero la situación, el clima y la atmosfera de aquel lugar lo ameritaba, el moreno prefirió una taza de café negro.
-Es como una cita ¿no?- bromeo el de ojos grisáceos
-Jamás tendría una cita con un perro y mucho menos si ese perro eres tú-
-Te perderías de mucho por juzgar de esa manera-
-Como si me importara-
-¿Cómo esta el viejo?-
-Tu deberías saberlo mejor que nadie, después de todo no es mas que otro perro-
-Deberías tenerle un poco mas de respeto, el viejo te quiere y se preocup— -
-No eres tu quien debe reprenderme por eso- lo interrumpió
El robot que llevo el café era un poco diferente del anterior, seguramente era para llamar la atención de los clientes mas jóvenes, coloco las calidas bebidas en la mesa y se marcho sin mas.
-Hace tiempo que no compartíamos tiempo juntos-
-Trabajamos en el mismo lugar, nos vemos a diario, no se a que te refieres- se ajusto las gafas, no es que lo necesitara simplemente era una costumbre
-Antes eras mas alegre-
-Si no te agrada como soy ¿Por qué me invitas a tomar algo?-
-No puedo salir solo ¿recuerdas? Soy "un peligro para la sociedad"-
Bebió un poco de la dulce sustancia, su rostro mostraba claramente un gesto de desagrado ante tal comentario
-No sabes tomar una broma-
-No te afecta en nada verdad-
-Aveces me preocupas-
-No tendria que-
-Es por que somos amigos-
-amigos…- murmuro en un hilo de voz ocultando sus labios con la pequeña taza
No había tomado ni la mitad del café cuando una brusca ventisca golpeo la gran vitrina y de la nada miles de gotas comenzaron a caer tiñendo el asfalto y vaciando las calles.
-Será mejor que esperemos un poco antes de volver-
-Si…-
Sin embargo la lluvia no paraba y no parecía que lo fuera a hacer durante toda la noche
-Sabes, mi casa no esta lejos… (Claro en las habitaciones del edificio de la oficina seguridad, justo ahora le parecía envidiable vivir en el mismo lugar donde trabajaba)-
-Esta bien si quieres irte por hoy, yo esperare a que baje un poco y llamare un taxi-
-No se de que hablas- lo rodeo por el cuello con un brazo y le llevo hasta la salida, arrastrándolo junto a el bajo la lluvia.
-¡Hey Kougami! ¡Suéltame! ¡¿Qué demonios crees que haces?! ¡Escúchame!-
Sus intentos por zafarse fueron inútiles y no le quedo más remedio que correr junto al oji gris por las mojadas calles, recibiendo impactos de las numerosas gotas que se vaciaban desde el cielo hasta entrar en contacto con sus ropas “se siente bien…” pensó para si mismo al sentir las gotas recorriendo su desteñida piel y la ropa empapada pegandose a su cuerpo, corrieron hasta llegar a la pequeña pero calida habitación del criminal latente.