*--- < Díselo con una canción > ---*
Anotaba unas cuantas líneas en la hoja de su cuaderno, para, después de meditarlas unos segundos, tacharlas de manera agresiva, desquitando su gran frustración con ese pedazo de papel libre de culpa.
No se le ocurría absolutamente nada bueno para poder expresar sus sentimientos, buscaba algo emotivo, pero que tampoco fuera cursi, y cuando al fin podía plasmar algo en la hoja, al releerlo simplemente no le gustaba lo que escribía.
— ¿Por qué esto es tan difícil?—. Suspiraba el pelinegro llevándose una mano a la frente, tachando por décima vez, aquel verso que había escrito en un momento de absurda inspiración. — ¿Por qué no se me ocurre nada bueno para decirle lo que siento?—. El de ojos ámbar de agobiaba con su propio cuestionamiento.
—No es que sea difícil—. Una voz lo saco de sus lamentaciones. —Lo que pasa es que te concentras demasiado en que sea perfecto, que a veces pasas por alto lo simple—. Una chica de cabello azul y ojos verdes se sentó a un lado del moreno, haciéndole compañía en su lamentado estado, la chica sonrió. —No te agobies—.
—Lo dices por que no eres tú la que quiere declararse—. Le contesto el moreno.
—Tienes razón, pero al menos yo no estoy en un aprieto por que no puedo decirle a alguien que me gusta—. La chica sonrió con sorna al saberse vencedora de aquella discusión. El moreno suspiro.
—Al menos podrías ayudarme en lugar de burlarte—. Le contesto el moreno de mala gana, la chica volvió a sonreír mientras negaba con la cabeza.
—No, es más divertido ver como sufres—. El chico frunció el ceño ante el descaro de su amiga. —No me veas así—. Le dijo con fingida tristeza, después sonrió. —Para que veas que soy muy buena amiga, te ayudare—. Esto hizo sonreír un poco al moreno. —Dime que tienes hasta ahora—. Pidió la chica, el moreno suspiro y con algo de nervios comenzó a leer lo último que había escrito.
—….—. Pero el moreno no dijo absolutamente nada, la chica parpadeo un par de veces.
—Tienes que decirme lo que has escrito hasta ahora para…. —.
—Si lo sé, te escuche la primera vez—. Desvió la vista molesto, inmediatamente comprendió que su amigo estaba en blanco.
—Ay Dib, se nota que el expresar tus sentimientos no es lo tuyo—. Palpo la espalda de su moreno amigo como señal de compasión. —Por suerte tienes una amiga como yo que te ayudara—. La peliazul de señalo a si misma con orgullo.
—Espero que lo que se te ocurra sea mejor de lo que se me ha ocurrido a mí—. Dijo con algo de esperanza.
—Veras que si—. Sonrió. —Veamos, piensa algunas palabras—La ojiverde cerro sus ojos pensando en las palabras correctas, inmediatamente los abrió mostrando sus verdes ojos con un brillo y comenzó a hablar en voz alta. —“Cuando estoy contigo crece mi esperanza”—. Dijo con voz tierna. —“Vas alimentado el amor de mi alma”—.Dib estaba sorprendido por las palabras que había dicho su amiga, estas expresaban tanto sentimiento y dichas con el tono de voz de la chica parecían las correctas para una declaración amorosa.
—Wow, eso fue increíble—. Le dijo el moreno a su amiga. — ¿Cómo fue que se te ocurrió algo así?—. La chica sonrió mostrando sus dientes.
—Son los primeros dos reglones de una canción que escuche esta mañana—. Dib casi cae de espaldas ante tal declaración.
— ¡Pensé que las habías inventado!—. Le reclamo a la chica, la cual puso sus manos frente a su pecho en señal de paz.
—Perdona—. Se disculpó la chica. —Pero debes admitir que esa canción es muy buena para que te le declares a la persona que te gusta—. Sonrió con nerviosismo al ver la cara de enfado que tenía Membrana. La ojiverde suspiro de alivio al ver como Dib se alejaba de ella y quitaba su cara de enfado.
—Entonces estamos en cero de nuevo—. Dijo el moreno en forma derrotada, y comenzó a romper la hoja en donde había escrito muchas palabras, haciéndola añicos frente a los ojos de su amiga.
—No te des por vencido Dib, eso no va contigo—. La chica coloco su mano en el hombro de su amigo en manera de apoyo.
—Ya no sé qué más hacer—. Dijo el moreno más para sí que para su amiga, La chica le dedico una mirada de comprensión, pero después se le ocurrió una idea, un tanto… loca, soltó una risita. —Y ahora tú, ¿De qué te ríes?—. Pregunto Dib.
—Se me acaba de ocurrir una idea—. Le dijo la peliazul al moreno, justo en ese momento la campana que marcaba el final del receso en el reclusorio estudiantil, sonó. — Vamos—. La chica tomo a Dib de la mano y lo arrastro hasta el salón de clases.
Una vez en el aula, Ritz, la peliazul, obligo a Dib a sentarse frente a ella, la siguiente clase que les tocaba era orientación vocacional, pero, en vista de que iban algo adelantados en los temas, todavía quedaba una clase pendiente.
La idea que rondaba por la cabeza de la ojiverde era sencilla, pedirle al profesor que la clase libre que tenían se ocupara en algo más, algo que no se relacionara con la escuela.
Después de que el último estudiante entrara, léase entre paréntesis Zim, entro el maestro, un moreno de ojos azules y de aspecto juvenil, Dwicky era el maestro encargado de impartir la clase de orientación en el último año de secundaria, cuando el moreno ocupo su lugar frente a la clase, todos los demás alumnos guardaron silencio, Dwicky se aclaró la garganta.
—bien chicos, debo informarles que hemos adelantado suficiente los temas de la materia, lo que hace que la próxima semana no haya tema que exponer—. Esto dibujo una cara de alivio en el rostro de todos los alumnos, en todos menos en Zim que no prestaba a tención a lo que ese humano decía. —Pero, como no pueden faltar a las clases, trataremos de ocupar esa hora en algo que ustedes quiera hacer, ¿Les parece bien?—. Todos los alumnos estuvieron de acuerdo, pero ahora solo faltaba una sola cosa, ¿Qué se haría en esa hora libre? — ¿Alguna sugerencia en cuanto a que haremos con la siguiente clase?—. Pregunto el moreno, nadie contesto, pues a ninguno de los estudiantes se le ocurría alguna actividad divertida por hacer.
Al ver que nadie decía nada Ritz, decidió poner en marcha su plan “Conquista” en acción, la peliazul con decisión, levanto su mano para que Dwicky la viera, lo cual paso.
—Parece que Ritz tiene una idea—. Señalo a la ojiverde, y casi al mismo tiempo, todos los alumnos ahí presentes, incluyendo a Dib y Zim, voltearon a verla. — ¿Qué se te ocurrió?—. Pregunto el moreno con curiosidad, la chica miro hacia todos lados y después hablo.
— ¿Qué le parece un show de talento?—. Pregunto la chica, todo en ese lugar se le quedaron viendo de manera pensativa. —así podemos exponer en lo que somos buenos—. Sonrió, después de meditarlo por unos segundos Dwicky sonrió.
—Parece buena idea, ¿Qué dicen chicos?—. Pregunto el moreno pidiendo la opinión de todos, y no tardo en recibir una respuesta positiva de todos los alumnos, la peliazul sonrió feliz al ver que su plan marchaba a la perfección.
— ¿Qué es lo que pretendes?—. Pregunto Dib en un susurro, Ritz solo le sonrió con ternura.
—Ayudarte, que más—. Le dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
Al terminar las clases, Dib y Ritz se marcharon juntos, la peliazul tenía pensado contarle como ayudaría a Dib a conquistar a la persona que el moreno quería.
—Bien, ¿Cómo se supone que me ayudaras?—. Dib se veía interesado en lo que su amiga pensaba, Ritz lo miro con ternura.
—He escuchado por Gaz que tomaste lecciones de guitarra—. Dib desvió la vista. —…Además de que tienes muy buena voz para la música—. Sonrió.
—No pensaras en hacerme cantar enfrente de todos la próxima semana, ¿Verdad?—. Pregunto el moreno con el ceño fruncido. — Estás loca si crees que cantare solo frente a todos—. Dijo con un sonrojo en las mejillas.
—Yo nunca he dicho que cantaras solo—. Dib regreso la vista a su amiga, esta sonrió. —Yo te acompañare—. El moreno parecía pensárselo. —Esa fue la única manera que se me ocurrió para que pudieses expresar tus sentimientos—. El de ojos ámbar suspiro derrotado.
—Está bien, cantare, pero solo si tú me acompañas, no creo poder manejar la presión de cantar frente al grupo—. Dijo con voz nerviosa.
—No te preocupes, usaremos esta semana para ensayar la canción que cantaras—. Le dio una palmada en la espalda en forma de despedida. —No se te olvide practicar con la guitarra—. Le aconsejo la peliazul antes de desaparecer en una esquina.
Al verse solo, suspiro de nuevo… la siguiente semana no sería nada fácil.
Finalmente el día llego, ese día que podría declarar sus sentimientos hacia la persona que le gustaba, Dib había llegado con su guitarra colgando al hombro y evidentemente muy nervioso, estaba tan nervioso que había comenzado a dolerle el estómago.
En cambio la peliazul había llegado de lo más tranquila, y con ella cargaba un estuche bastante largo, y aunque parecía pesado, no lo era.
—Dib, más vale que te tranquilices—. Le advirtió su amiga.
—No puedo, y si se me olvida la letra… o el ritmo… o… todo…—. El moreno había comenzado a entrar en pánico.
—No se te olvidara… créeme te sabes todo, ahora solo concéntrate en que la canción transmita el mensaje que quieres a la persona que te gusta—. Ritz le sonrió a Dib para darle confianza, Dib sonrió, suspiro un par de veces y después recobro la compostura.
—Bien chico, tomen asiento, pues comenzaremos con la clase—Dwicky había entrado y tras el todos los alumnos que se encontraban afuera del aula, incluido Zim. — Bien esta clase está dedicada a demostrar sus talentos con lo más les gusta—. El moreno se enfocó en los instrumentos que reposaban al frente de la clase, una guitarra y un teclado. —Veo que tendremos unos músicos aquí—. Dijo con alegría al ver el par de instrumentos. —Bien, ¿Quién ira primero?—. Pregunto el de ojos azules, nadie contesto o hizo señas de querer ser el primero en pasar al frente.
—Iremos nosotros—. Dijo la peliazul con una sonrisa, Dib simplemente la miro nervioso, Ritz pudo ver la negación en los ojos ámbar de Dib. —Al mal paso darle prisa, andando Dib—. Le susurro la ojiverde a su amigo, y casi tuvo que arrastrarlo hasta el frente de la clase.
Todos estaban desconcertados al ver al moreno amante de lo paranormal al frente, y eso solo contribuyo a poner a Dib mas nervioso, su amiga noto esto y de inmediato le dirigió una mirada que decía “no te preocupes, todo saldrá bien al final” con una sonrisa, Dib respiro hongo y se colgó la guitarra acústica mientras que Ritz se acercaba al teclado.
—Vaya sorpresa Dib—. Dijo Dwicky. —No sabía que tocabas la guitarra—.
—Nadie sabía—. Se limitó a contestar el moreno, dio un último suspiro antes de volver a hablar. —Esta canción no la escribí yo, pero…—. El moreno desvió la vista para enfocarla a una persona en especial. —…Se la dedico a una persona que es muy especial para mí—. Dib ajusto un poco las cuerdas de su guitarra. —Y espero que le guste—. Volteo a ver a Ritz, la cual asintió indicándole al moreno que estaba lista para comenzar.
El sonido de las teclas no se hizo esperar, la peliazul comenzaba a poner una melodía suave y romántica, segundos después Dib le hizo compañía al teclado comenzando con acordes algo sencillos, para terminar de acoplarse al teclado.
“Cuando estoy contigo crece mi esperanza…
…vas alimentando el amor de mi alma”
Dib había comenzado a cantar, su voz se escuchaba tan suave y tranquila además de transmitir ese sentimiento de un auténtico enamorado ansioso por confesarle a esa persona especial sus sentimientos.
“Y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento,
¿Qué será de mí si no te tengo?”
“Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío.
Estando en tus brazos sólo a tu lado siento q respiro...
No hay nada que cambiar, no hay nada q decir.”
Tanto los acordes de la guitarra como la melodía del teclado, tomaban fuerza conforme la canción avanzaba, se podía apreciar a varios estudiantes sorprendidos, y una que otra chica sonrojaba, viendo y escuchando como Dib declaraba sus sentimientos a una persona que hasta ahora se mantenía anónima.
“Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.
¡Ay! cuanto te amo, si no es a tu lado pierdo los sentidos...
Hay tanto q inventar, no hay nada que fingir...”
Parecía que con cada palabra salida de la boca de Dib, más chicas caían sonrojadas y enamoradas, Dib desvió la vista a su izquierda para poder ver a la persona a que iba dirigida la canción, solo para dirigirle las palabras que estaba a punto de decir.
"Me enamoré de ti
Me enamoré de ti...”
Esas últimas palabras hicieron que la mayoría de las chicas gritaran como maniáticas enamoradas en un concierto de su cantante favorito, pero el moreno solo se limitaba a ver a una sola persona.
“Eres lo que yo más quiero, lo que yo he soñado amar...
eres mi rayo de luz a cada mañana...
y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento,
¿Qué será de mí si no te tengo? “
Los acordes de la guitarra de Dib comenzaban a resonar en ese salón lleno de alumnos, pero el moreno trataba de que el pánico y los nervios no lo invadieran para que su cuerpo y mente lo no traicionaran, los últimos versos los canto a coro con Ritz.
“Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío.
Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro... “
“No hay nada que cambiar, no hay nada q decir...”
Dib no dejaba de ver a su izquierda, sonrió cuando noto que la persona a la que iba dirigida la canción parecía que había captado el mensaje, lo cual lo hizo sonrojarse, Dib estaba más confiado, y eso lo llevo a tocar con más pasión aquella canción que estaba cantando, plasmando cada uno de sus sentimientos en la letras de esa canción.
“Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.
¡Ay! cuanto te amo, si no es a tu lado pierdo los sentidos...
Hay tanto q inventar, no hay nada que fingir...”
Todas las chicas comenzaban a suspirar como enamoradas, ahora que conocían esa parte del moreno, había caído rendidas ante la atractiva voz con la que Dib cantaba.
“Si no estás conmigo...¡¡ me muero de frío!!
No hay nada q cambiar, no hay nada q fingir...”
Tanto el teclado como la guitarra comenzaron a tocar más lento la melodía, indicando que la misma llegaba a su fin, mientras todas las chicas esperaban con ansias las últimas palabras de la canción.
“Me enamoré de ti...”
Ritz había dejado de tocar, para que Dib fuera el que concluyera con la canción, acompañado de los últimos acordes de su guitarra.
“Me enamoré de ti...”
Dib termino con los últimos acordes, después un silencio se hizo en todo el salón, segundos después comenzaron los aplausos y chiflidos por parte de todos los alumnos, e incluso de pudieron escuchar unos cuantos “Te amo Dib” por parte de unas cuantas chicas.
La peliazul sonrió ante la reacción de sus compañeros, además de que Dib se veía muy sonriente, la chica pensó que tal vez aquella persona correspondería los sentimientos de su moreno amigo.
Dib se había quitado la guitarra y alguien no tardo en ponerse frente a él, una chica de cabello violeta, Zita había decidido acercarse al moreno.
—Eso fue hermoso, Dib—. El moreno no hizo gesto alguno ante el comentario de la chica. —Te agradezco que me dedicaras esta canción—. Dib frunció el ceño ante lo dicho por la chica.
Ritz comenzaba a guardar su teclado en su respectivo estuche cuando escucho lo que Zita decía, sonrió con alegría, pues parecía que era ELLA a la que Dib había dedicado la canción, además de que el moreno no dejaba de ver en aquella dirección donde la chica se encontraba sentada.
—La canción no era para ti, Zita—. Dijo Dib con molestia, esto sorprendió a todos en aquel lugar, incluyendo a la peliazul, Dib desvió una vez más su vista en aquella dirección donde había visto varias veces durante su actuación frente al grupo.
Nadie más parecía ver a donde Dib estaba viendo, pues aún seguían viendo como reaccionaba la de cabello violeta, en cambio la ojiverde volteo a donde Dib estaba viendo y al ver que Zim estaba sonrojado y desviaba la vista de Dib, abrió sus ojos verdes…
— “¡Oh por Dios! … La canción era para…”—. Pensó la peliazul.
Habían terminado las clases, ahora tenía que recoger algunas cosas que necesitaba para su tarea de esa estúpida cárcel escolar, camino hasta su locker y al abrirlo pudo ver una nota encima de sus libros, se veía arrugada, como si alguien la hubiese metido a la fuerza.
Tomo el papel y lo desarrugo, para comenzar a leer, solo eran unas cuantas palabras.
“Espero que te haya gustado la canción, en serio me gustas mucho y solo espero que esto no arruine muestra extraña amistad.
Dib”
Sonrió ante lo que aquel papel tenia plasmado.
—Estúpida larva humana—. Dijo sin ningún indicio de odio hacia aquella persona que le había dedicado tan linda canción.
Llego hasta donde se encontraba Dib, no tardó en darle un buen zape en la nuca.
— ¿Por qué no me dijiste que la canción seria para Zim?—. Pregunto molesta la peliazul, Dib desvió la vista avergonzado. —De haberlo sabido hubiera escogido una mejor canción—. Esto sorprendió a Dib por completo, segundos después el moreno sonrió.
—No me preguntaste a quien pensaba declararme, tú simplemente decidiste ayudarme—. La chica lo fulmino con la mirada.
—Sí, pero de haber sabido que era Zim, yo…—.
— ¡Hey tú!—. La peliazul se vio interrumpida por un chico de piel verde y ojos violeta. — Te espero en mi casa hoy por la tarde… también tengo algo que darte—. Le dijo Zim con una sonrisa a Dib, el cual se sonrojo.
—Creo que tendrás novio—. Se burló Ritz con un tono pícaro.
— ¡Ca...Cállate!—. Le dijo con el ceño fruncido pero con las mejillas sonrojadas y con un evidente nerviosismo.
— ¡Y si me gusto la canción!—. Grito Zim antes de desaparecer al final de la calle, logrando llamar la atención de todos en el lugar, los cuales veían a Zim alejarse y luego dirigían su atención a Dib que estaba completamente sonrojado.
—Estúpida lagartija del espacio—. Susurro el moreno.
—Pero bien que te gusta esa lagartija del espacio—. Molesto la ojiverde a su amigo.
— ¡Te dije que te calles!—. La chica sonrió con burla mientras era correteada por su moreno amigo.