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Animal I have become por Himawari

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Notas del fanfic:

Este lo había subido ayer pero lo he tenido que borrar y volver a subir porque los diálogos no salían bien ; ; así que estaré al pendiente que no vuelve a pasar 

Notas del capitulo:

Holis~

Esta idea ya tiene bastante tiempo guardada, no sé, miedo al desagrado pero espero que les guste y los comentarios son bien recibidos (Y los otros reviews los puse como uno solo de nuevo)

Capítulo I

 

 

 

 

Kris

 

 

Cuando escuchó los disparos sabía lo que venía, hombres regocijándose entre sus ganancias, ventas de cada parte del animal, y lo peor, la disputa entre el mejor cazador. Hasta donde sabía más de la mitad de ese bosque era propiedad privada, pero ya no había nadie que se encargara de hacer respetar los límites. Eso le alteraba más de lo que su cuerpo le permitía. Sabía de casos donde balas perdidas le costaban la vida a personas inocentes, definitivamente tenía miedo que eso le pasara conforme las descargas se hacían más fuertes.
Kris, midiendo casi dos metros, desde que se mudó cerca de ellos, le ofrecieron clases para manejar rifles y demás armas para la caza, su padre no era gran fanático de esa actividad así que no lo forzaba, al fin y al cabo eso no era lo suyo y con el tiempo consiguió deshacerse de esos vecinos que le perseguían.

Lo que hacía esa ocasión especial era que él se encontraba dentro del bosque. Cada que un disparo se escuchaba feroz el latido de su corazón se volvía más débil. Cuando bajó unos cuantos metros a la colina se encontró con el señor Yoo y deseó nunca haberlo hecho. El viejo regordete sostenía entre sus manos una escopeta Remington 1100, se le veía bastante determinado para disparar a todo lo que se moviera al ver que le señaló sin que le temblasen los brazos.

—¡Hombre! No sabía que te habías unido a nosotros —Exclamó emocionado.

—No lo hice señor, vine para terminar un pequeño proyecto de una clase.

—Acompáñame, a ver si se te pega algo. Parece mentira que con ese porte tuyo no seas capaz de interesarte por esto.

—Muchas gracias por el ofrecimiento pero preferiría no hacerlo, se hace tarde y…

El señor Yoo al recibir su respuesta subió el arma contra él, Kris notó que su índice no estaba en el gatillo pero si estaba cerca, por un momento el flujo sanguíneo de su cuerpo hirvió y le advirtió que tenía que moverse para salir con vida de ahí.

—Solo te estoy pidiendo que me acompañes, no que dispares. ¿Entendido? Ahora ven acá.

Kris le siguió de mala gana entre la nieve y los arbustos completamente en silencio, hasta que encontró a un lobo. Era completamente negro y se veía majestuoso entre la nieve con solo un pequeño destello de sus ojos se hacía notar en su rostro. A pesar de no poder quitarle la mirada de encima, fingió no haberlo visto para que el señor Yoo no le disparase. Incluso cuando trato de guiarlo en otra dirección, el cazador consiguió ubicarlo.

—¡Bingo! Parece que después de todo tienes un don para encontrarlos, aun sin nada de experiencia. Apártate para poder acabar con eso, esa cosa se verá preciosa en mi sala.

—¡No! Ya se está haciendo tarde, es mejor que nos vayamos ya —sin pensarlo, se colocó entre el lobo y el cazador.

—Podrás ser bueno pero eres débil, con razón tu padre no es aceptado aquí, son iguales. ¡Apártate o no respondo!

—Ya dije que no —su voz sonaba grave, casi por unos segundos había conseguido asustar al señor Yoo, pero eso solo consiguió que alzara nuevamente su escopeta contra él, el lobo ya lo había olvidado.

—Mira niño, deja de hacerte el héroe porque no te va, es más probable que te ataque este animal por la espalda.

—Pues yo no pienso de la misma manera, tendrá que matarme para poder atacarlo.

—Estoy perdiendo la paciencia. ¡Largo!

—¡Ya dije que no!

En un momento de desesperación, el cazador elevó sus manos y sin querer, más de un dedo presionó el gatillo.

Después de unos segundos Kris sintió el peor dolor que había sentido nunca, un escalofrío enorme hizo que retrocediera dos pasos y cayó sobre el arbusto donde se escondía el lobo que quería salvar, veía fugazmente como el cazador le miraba asustado como un gatito quitándose su gorro, por un instante creyó que iba ayudarle pero al verlo correr supo que era su fin. Sus sentidos comenzaban a cortarse uno a uno. Si trataba de mirar a los lados lo único que encontraba era la nieve manchada de su sangre. Escuchaba sus hipaos resonar con fuerza entre los árboles y nadie más, solo él y el lobo.

Sabía que había sido disparado en un lugar importante porque no podía ponerse en pie por su cuenta y su cuerpo tenía frío, demasiado frío e incluso la nieve se sentía más cálida. Su vista se estaba perdiendo lentamente, presionaba cualquier rincón de su cuerpo hasta dar con la herida y rezaba por no perder la consciencia antes de levantarse. 

En el centro de su mano alcanzó a sentir la pata del lobo que salvó, supuso que era por agradecimiento. Después de verlo fijamente a los ojos, perdió la consciencia y simplemente creyó dejar de existir.
Cuando abrió los ojos ya había sido arrastrado a la orilla del bosque, el dolor de la bala seguía en su abdomen y a eso se le sumó otro igual en su cuello. <<Es más probable que te ataque este animal por la espalda>> No quería creer en esas palabras, pero el dolor punzante le indicaba otra cosa. Cuando pasó sus dedos por su cuello pudo darse cuenta que entre la sangre que seguía saliendo, las heridas formaban una mordida. Su cuerpo juntó la energía que le quedaba y comenzó a andar, su casa estaba tan cerca y le pareció una eternidad llegar hasta la puerta trasera.

Los muebles, la tarima, las paredes, todo fue marcado por el color carmesí. Kris no sabía por dónde caminaba, sentía que su cuerpo iba a estallar en cualquier instante, el dolor de todo su cuerpo era más prominente pero se sentía en el centro de su sistema, le estaba volviendo loco y antes de poder reaccionar, se perdió y no pudo salvarse. Solo le vino el recuerdo del lobo negro que le había atacado.

 

 

Yixing.

 

Yixing no tenía que estar en la oficina hasta las ocho de la mañana y la recién salida del sol le indicaba que eran lejanamente las cinco de la madrugada. Sin haber dormido realmente, se fue a la cocina a tomar una taza de café, luego otra, una más y siguió hasta que se dieron casi las siete.

Desde que Eun Bi se había marchado dejándole el anillo de compromiso sobre la mesilla nocturna, el tiempo que pasaba dentro de su habitación era menos, esas cuatro paredes se habían convertido en algo deprimente; pero más deprimente había sido tomar su calibre .22 y colocarlo sobre su sien, y peor aún, dentro de su boca pero sin conseguir que su índice dispara cuando debía hacerlo. Tenía una semana buscando otro apartamento lejos de ese sector. Tenía que darse prisa, Eun Bi no volvería.

 

En la oficina, nadie sabía de sus fallidos intentos de suicidio y tampoco le interesaba que supieran, ya era suficiente que lo vieran como un adicto como para sumarle también como suicida. Se dejó caer en la silla y el dolor punzante en su espalda le recorrió todo el cuerpo, en rara ocasión olvidaba que la herida del disparo todavía le dolía, sacó su frasco de vicodin y tomó dos pastillas de golpe. Dudó en tomar una tercera pero la secretaria le llamó antes de que pudiera moverse.

 

 

—Buenos días teniente.

 

—Buenos días.

 

—Teniente, hemos recibido dos llamadas importantes: La primera, al parecer varios hombres salieron al bosque para cazar pero al parecer hubo una víctima. Nos llamó una mujer que dice haber escuchado gritos y encontró a un joven tirado en la nieva con herida de bala. Y la segunda, se ha reportado que los padres de la víctima están al tanto de la situación, creen que es su hijo el que murió. Es como usted teniente, de ascendencia china, no supe bien cuál era su nombre.

 

—A la primera llamada ya debería saber el protocolo, junte dos patrullas y llévelas a la escena del crimen, páseme la dirección para ir después —suspiró desganado—. En cuanto a lo segundo, comuníqueme con los padres de ese joven, algo tienen que saber para estar seguros que la víctima es su hijo y no otro. Algo tienen que haber visto para que estén tan seguros.

 

—Enseguida —antes de colgar su voz volvió a salir—, por cierto teniente...

 

—¿Qué pasó?

 

—Es que no hay cadáver, se ha buscado por los alrededores y al parecer no hay nada.

 

—Descuide, haga su trabajo que yo haré el mío.

 

Yixing esperó con los brazos pesados sobre el escritorio la llamada de esa familia, necesitaba consolarla y prepararla para lo peor, esos casos no solían salir bien y menos cuando el bosque estaba de por medio.

La medicina por fin le estaba haciendo efecto y su mente se nublaba.

 

 

 

 

 

 

 

Tao

 

 

r13;¿No crees que te has pasado?

r13;No, hice lo que tenía que hacer. Se estaba muriendo ¿Me escuchaste?

r13;Sí pero ¿qué tal que él no quiere terminar como nosotros? ¿Te das cuenta de lo que acabas de hacer? Ni siquiera sabes si está vivo o no.

r13;Jongdae, estaba consciente todavía cuando lo mordí, tiene que estar con vida. Entiende. Simplemente que desapareció y los cazadores venían hacia mí, no tuve oportunidad de ir tras él.

r13;¡Lo entiendo! Pero no está aquí, Tao, tú quisiste ayudarle y mira lo que hiciste. ¿Acaso te gustó tanto lo que te hicieron que quieres que otra persona pase por lo mismo? r13;Se acercó a él y terminó la oración con suavidad, no quería herirlo, no era capaz de hacerlo.

r13;Por supuesto que no, es que… no sé qué pasó, fue un impulso.

r13;Lo sé, tú y tú impulso de ayudar a todos ¿verdad? r13;Se sentó en el sofá frente a la chimenea. Sintió a Tao acercarse por detrás y suspirar.

r13;¿Y qué si no te hubiera salvado? ¿Estarías feliz sin mí? r13;Tao sonrió.

r13;Idiota, si tú no me hubieras salvado estaría muerto, como el resto.

r13;Te quiero.

r13;Yo también te quiero.

r13;De verdad te quiero, lo eres todo para mí, cambié para ser mejor, tú me hiciste mejor, yo solo te ayudé a que pudieras seguir disfrutando tu vida. ¿Esto es amor? Porque me gusta cómo se siente cada vez que miro y te abrazo. Cuando me sonríes, sé que la espera valió la pena.

El silencio en la cabaña era bastante perturbador, la respiración de Jongdae iba acompañada de suspiros profundos y por los siguientes minutos estuvieron sin decir nada.

r13;¿Qué rayos hice para merecer a alguien tan maravilloso como tú? Si nunca logré nada bueno en mi vida y tú eres tan especial r13;Sintió la mirada de Tao cerca y evitó mirarle tambiénr13;. El tan solo pensar que me iré…

r13;Estás helado.

r13;Tengo mucho frío. No he parado de temblar.

r13;¿No te irás este invierno? r13;Tao se aferró a él con tanta esperanza.

Jongdae no le contestó enseguida.

r13;No estoy seguro, esta mañana cambié pero, no se sentía normal, me dolió.

r13;Shh, shh, no digas nada más, no te pasará nada.

r13;Tao eso no lo sabemos. Tengo miedo de no poder volver a ser yo. No soy como tú y cuando intento volver no puedo…

Las palabras de Jongdae se quedaron bailando en la mente de ambos, ciertamente, Tao nunca sabría la angustia que sentía el otro, pero si sabía del miedo que le causaba. Le tomó de la mano con fuerza y no lo soltó.

r13;Si desaparezco, por favor dile a mis padres que no tuve miedo. Miénteles y diles que fui valiente hasta el último momento r13;Su voz comenzó a quebrarse entre sollozos cortadosr13;, no les digas que tengo miedo porque no quiero que estén decepcionados de mí. Ya les di demasiadas preocupaciones en esta vida. Quiero que piensen que seré feliz siempre.

r13;Ellos están orgullosos de ti. Yo también. Y lo sabes, no hace falta que lo dudes.

r13;¿Y si no regreso? ¿Estarás bien?

r13;Soy solamente tuyo. Tú me haces sentir en el paraíso.

Se abrazaron fantaseando miles de maneras para poder estar juntos. Tao encarceló su cuello con sus labios consiguiendo estremecer a Jongdae, luego buscó sus labios para atraparlos, no los soltó hasta que todas esas preocupaciones se desaparecieran, hasta que Jongdae se acercaba para pedirle más y se dejaron llevar por lo que tanto habían sentido. Se besaron como si nunca lo hubiesen hecho antes, ambos se deshacían de sus ropas para poder sentirse rozar más ardientes, lentamente terminaron expuestos, sus pieles jadeaban de miles de sensaciones. Jongdae perdió la cordura al sentir a Tao sobre él, desde que lo había visto perdió la cabeza. Se perdió en él, le rasgó el cuerpo cada vez que lo sentía más cerca. Todo le gustaba de Tao, que le abrazara, que le mirase, que le llamase Chen solo porque quería, todo.

Los miedos que habitaban en sus mentes se esfumaron al estar tan seguros entre ellos. Tao hizo lo que siempre había deseado con Jongdae, la solo idea de perderlo le volvía loco. Y cuando no pudo más, se adentró en él. Se aferró a sus muslos como Jongdae se aferraba a sus caderas con ímpetu, se perdían entre la fricción. Ese beso que compartían era su manera especial de amarse, de confesar lo mucho que se iban a echar de menos y todo se sellaba con el abrazo en el clímax.

r13;Tao no quiero que me abraces r13;apartó su brazo lejos.

r13;¿Por qué no?

r13;Porque luego vas a extrañarme más y yo a ti.

r13;No importa, voy a extrañarte pero sé que volverás. Chenchen, confía en mí.

r13;Tonto r13;suspirór13;, ¿No puedes venir conmigo?

r13;Quizás lo haga, pero después, quisiera asegurarme que Sehun está mejor r13;Tao besó su pechor13;. No te vayas, al menos no ahora, espérate un tiempo y si quieres nos vamos juntos.

Sabía que Jongdae no era como él, pero siempre le quedaba la esperanza.

r13;Jamás te dejaré. En cuanto a Sehun, han pasado ya tres años, no creo que este sea su mejor año.

r13;Gracias.

r13;Quizás esta sea nuestra última vez, no llegaré a tu cumpleaños.

r13;Volverás, tranquilo r13;Insistió.

Se adentró nuevamente en el centro de su cuerpo y los jadeos se volvieron más fuertes, más profundos y duraderos. Tao se tragó sus lágrimas y solo se dedicó a él. Tenía más miedo del que se permitía aceptar. Abrazó a Jongdae y se perdió en su cuerpo y las horas pasaron hasta que el sueño les llegó a los dos.

Cuando despertó, la chimenea estaba apagada y la estancia fría. Al buscar a Jongdae no lo encontró. Ahora le tocaba esperar a que regresara.

 

 

Notas finales:

Espero que ya haya quedado bien~


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