¿Alguna vez pensaste que algún día podrías enamorarte tanto de alguien que apenas acabas de conocer? ¿Sera amor a primera vista o se convertirá en algo más? Pues a mí me pasó algo que muchos adolescentes les ocurre… enamorarse a primera vista.
Todo comenzó a principios de quinto semestre…
Apenas habíamos regresado de vacaciones y no estaba muy contento con el regreso a clases… tenía mucho sueño y el grupo que me tocó no era lo que esperaba. Tenía como compañeras a Emily y a Lucy las chicas más pesadas de la escuela. Nunca hemos tenido una relación de amistad y tenerlas cerca es un horror. Con lo groseras y presumidas que son con todos y en especial conmigo, preferiría que se cambiaran de salón o mejor aún de escuela.
Sé que no tengo muchos amigos, no soy de lo que les gusta socializar en persona, soy más bien de lo que se desenvuelven en las redes sociales Facebook, Twitter, Fotolog, DeviantART, Badoo, My Yearbook… si, una vida social muy plena y divertida, sin embargo, tengo a mi mejor amigo Ben. Tengo mucha suerte de conocerle, la verdad congeniamos bastante, es divertido, amable y empático agreguémosle que da color, alegría y diversión a mi vida.
Anoche le pregunte en que grupo quedó y claro que se quedó en el mismo grupo que yo… hasta gritamos como nenas de primaria al saberlo.
Hoy es el primer día de clases y se podría decir que soy de los que llegan temprano a clases y muy temprano… no hay nadie a menos que los pupitres cuenten. Camine directamente hacia el último pupitre de la fila que se encuentra a lado de la ventana, siempre me ha gustado sentarme hasta el final es más cómodo que estar como el primero de la fila… no eres el centro de atención del profesor. Sé que Ben no es de lo que llegan temprano y ahora por su culpa me encuentro aburrido y solo, también espero un milagro para que venga. Siempre que es inicio de semestre le da flojera ir la primera semana dice que los profesores son aburridos esos días y estoy de acuerdo de lo único que hablan es del material que se utilizará durante el semestre junto con la forma de evaluar, debería comenzar a intentar hacer lo de Ben.
No tarde mucho en estar acompañado, entro una chica de cabello largo pelirrojo y ojos de color verde… si no me equivoco es Claire la chica de la que Ben está enamorado desde el semestre pasado. Tomo asiento frente a mí y me saludo.
-Hola, espero no te moleste que me siente aquí.
-No, claro no.- le sonreí y ella me devolvió la sonrisa. Me muero por ver la cara de Ben cuando se entere de quien está en nuestro grupo este semestre.
-¿Tu amigo vendrá?
-¿Qué?- me sorprendió mucho su pregunta no esperaba que se supiera de mi amigo o de mí.
-Si tu amigo… se llama Ben ¿no?
-Si así se llama… no sé si venga esta semana.
-Oh, qué mal espero que si llegue.
-Si yo igual- fue lo último que nos dijimos porque ella se giró viendo hacia el pizarrón. Fue de lo más extraño nuestra conversación, a mí me lo pareció. Según yo ella no conoce a Ben o ¿sí?
Espere a Ben el resto de la hora en silencio pero no apareció… ni en la primera clase, ni la segunda y ni si quiera a la hora de receso.
El día transcurrió muy lento y de lo más aburrido. Tome mi bicicleta para regresar a casa. Tarde como 30 minutos en llegar. Debería empezar a considerar tomar el autobús… pero luego me acuerdo que estamos en “días de ahorro” y se me pasa. Ya en casa avente la mochila en el sillón y me dirigí a la cocina con la esperanza de mamá haya dejado algo preparado, tenía mucha hambre. Y como era de esperarse no hay nada ni siquiera vegetales o carne para preparar algo. Tendré que ir al supermercado a comprar la despensa.
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Cuando llegué al supermercado se me ocurrió hacer una pizza y me decidí por las Mini pizzas de piquillos y anchoas es una buena opción y son deliciosas. Comencé a buscar los ingredientes y lo de la despensa. Cuando terminé me dirigí a la caja para pagar, pero no iba prestando atención al frente. Choque con algo que provoco que cayera. Levante la cabeza por instinto y lo vi… se me paro el corazón en ese instante era un guapísimo hombre que me estaba ayudando a levantarme.
-Lo siento, te encuentras bien, muchacho.-Me extendió su mano y gustoso la acepte. Me levanto con fuerza y recogió la canasta que llevaba en las manos.
-Sí, si… estoy bien, gracias- fue lo único que pude responder y gracias a Dios que pude.
-De acuerdo, la próxima vez pon más atención al frente- me dijo mientras me entregaba la canasta.
-Si lo tendré en cuenta- mi respuesta le provoco una sonrisa en el rostro y si fuera otro me hubiera desmayado.
-De acuerdo, ten más cuidado- se despido agitando la mano y avanzo hasta una chica alta, delgada, de cabellos color rubio y tez blanca. Lo más seguro es que sea su novia o algo así. No le di más vueltas al asunto y fui a pagar.
Cuando llegue a casa pensé que ya estaría mi madre, pero no. Sé que tiene tres empleos y ha estado trabajando más de la cuenta y la razón es simple, quiere comprar una casa en Palo Alto por eso el tema del ahorro se ha vuelto caótico. Ahorro en transporte, en ropa, en productos de aseo personal, ya solo falta que solo comamos aire para ahorrar.
No lo negare es hermoso ese vecindario. Sé que se encuentra en una bonita zona en el Área de la Bahía de San Francisco, en el extremo norte de Silicon Valley, cerca de la Universidad Stanford. Seria una locura vivir ahí. Los creadores de Google, Facebook e incluso empresas de tecnología como Hewlett-Packard y Xerox tienen su sede ahí. Claro que me encantaría vivir ahí.
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Comencé a cocinar, y que bien que lo sepa hacer de lo contrario me moriría de hambre porque muy rara vez deja preparada comida. Aún recuerdo la primera vez que me enseño a cocinar fue en el último año de primaria.
-Axel, quiero que aprendas a cocinar, porque cuando estés un poco más grandecito deberás hacerlo por ti mismo, así que ven a partir de hoy comienzan tus clases de cocina, y lo mejor es que son clases gratis.
Lo dijo tan emocionada. No fue muy difícil aprender, pero si he tenido una que otra quemada.
Por fin encontré la receta:
Ingredientes:
- 4 rebanadas de pan de molde,
-8 cucharadas de tomate triturado,
- 200 gr. de queso mozzarella,
-1 lata de pimientos del piquillo,
-1 lata de anchoas en aceite de oliva
- 8 aceitunas negras sin hueso,
-perejil fresco.
Aunque llevo tiempo de cocinar estas mini pizzas, no recordaba que tuvieran tantos ingredientes. Por lo que al final termine haciendo emparedados. Cuando termine de cenar empecé a hacer tarea. No entiendo cómo es que siendo la primera semana de clases los profesores te dejen tarea: química, inglés, francés y POO, que la última fue en la que tarde bastante en terminar porque no solo dejo teoría también dejo dos ejercicios como práctica. Estaba a punto de tomar una ducha, pero me detuvo el sonido del teléfono de casa. Corrí hasta la sala y conteste.
-Hola- Pregunte con un poco de timidez.
-¡Hola! Amigo del alma ¿qué haciendo? –Ben siempre ha sido muy efusivo se le da muy bien eso de hacer amigos. Su aspecto es como el de todo adolescente de 17 años. Es alto mide aproximadamente un 1.76 m, es de tez blanca, cabello medio largo alocado, ondulado y de color café claro, esta así porque nunca se lo peina, tiene la excusa de que lo hace ver genial. Yo en cambio soy lo contrario a él, soy más bajito mi estatura es de 1.58 m, de tez blanca, cabello corto y de color café con la diferencia que está un poco más oscuro y de que si lo peino.
-Estaba por tomar una ducha- dije.
-Que bien que no la haz tomado.
-¿Qué? Acaso quieres que ande todo el tiempo mugroso.
-Claro que no, lo que pasa es que estoy afuera de tu casa así que ven a abrirme la puerta.
-¿Qué no puedes tocar la puerta en lugar de estar llamando por teléfono?
-Así es más divertido- abrí la puerta y efectivamente ahí estaba. Colgué el teléfono y nos sentamos en la sala. Estuvimos hablando de muchas curiosidades como: el remake de Resident Evil 2, de la consola de Playstation 5 y de cuando jugaremos Among us.
Siempre me ha gustado hablar de estas cosas y Ben lo sabe. Ambos nos gustan los videos juegos, es de las muchas cosas que tenemos en común.
-Axel ¿dejaron tarea?
-Por dios Ben, si y es mucha.
-¿Qué? Por eso odio la primera semana de clases.
-Te la paso espera- le entregue mi tarea a Ben y el enseguida se puso a resumir lo que puse. Mientras el hacía eso me fui a tomar la ducha que tanto deseaba. Al final Ben decidió quedarse a dormir para irnos juntos a clases.
Cerré mis ojos y no pude evitar recordar el cómo nos conocimos.
Estábamos en la primaria, fue el único chico que se atrevió a hablarme. Los demás me consideraban un rarito, creo que eso se debía a que tenía una fisionomía afeminada, pero que podía hacer, así soy.
Soy de los pocos hombres que pueden tener bebes.
Ben se presentó, me tomo de la mano y dijo que yo soy su mejor amigo enseguida de eso me invito a su fiesta de cumpleaños. Recuerdo que me la pase súper bien, hasta podía decir que parecía que yo era el cumpleañero y no el. Sus padres y amigos me trataron muy bien, fueron amables y simpáticos. Comimos dulces, corrimos por todos lados y jugamos a las escondidillas. Hasta lo ayude a apagar las velas y partir el pastel.
Desde entonces Ben se convirtió en Mi mejor amigo, y hasta ahora somos inseparables. Como uña y mugre.
Sin pensar algo más me quede dormido.