Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Noche de luna nueva por Tem-chan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, my lady, aquí viene ese one-shot de UnderxLuka, que me pidió, con otro Shota, para variar…

De momento es el segundo, que hago para usted, y algún día vendrá un tercero con MahoxMaki… pero me gustaría hacer uno con un niño uke más espabilado, sería divertido… si no le importa.

Me centré más en Under ya que a ese lo conozco pero no llegué a leer la parte en la que sale Luka así que no sé su carácter… pero tengo la idea de cuando hablábamos por el facebook, jejeje No sé cómo me saldrá porque a pesar de saber el carácter de los personajes… soy bastante anárquica, jajaja

Espero que les guste, sobretodo a ti peque, ya que me lo has hecho escribir, xd

Noche de luna nueva

Era de noche, había acabado mi trabajo en la funeraria y no tenía nada mejor que hacer que salir a dar una vuelta, así que eso hice. No había luna por lo que estaba todo más oscuro de lo normal. Sonreí, me gustaban las noches sin luna, siempre traían sorpresas. Aparte de eso era una noche de las más frías, así que era perfecta para mí. Amaba las noches oscuras y frías.

Empecé a caminar tranquilamente por las callejuelas de la ciudad, eran el mejor lugar para andar, casi siempre solitarios a excepción de algún maleante que se escondía en ellos esperando a su víctima. Los conocía bien, a los chicos del lugar y a las calles, eran mi fuente de información. Aunque con ese frío la mayoría estaban resguardados en algún lugar más cálido que esas calles, tampoco iban a encontrar demasiadas víctimas por la calle.

Ese día había algo distinto en el ambiente, algo que me decía que ese día pasaría algo, fuera bueno o malo. Mis impresiones solían acertar casi siempre así que estaba preparado para lo que fuera a pasar, aunque no podía imaginar que sería. Se veía todo muy normal por la zona, y no podía saber que era lo que iba a pasar para tener esa impresión. Así que me fijé en los detalles más de lo normal, buscando el culpable de ese presentimiento.

Las calles se veían tan solitarias y lúgubres como siempre, las ventanas de alguna casa de vez en cuando hacían ruido por el viento de invierno, el cual silbaba por las calles al pasar por ellas. Algún que otro movimiento por parte de alguna basura que alguien había tirado por allí, los olores que se movían junto al aire, algunos putrefactos, que podían provenir de alguna rata muerta. Me sentía como en casa ni más ni menos, era el lugar perfecto para mí.

De repente vi un bulto en una pared de un callejón sin salida, parecía querer resguardarse entre la pared y una pequeña caja. Se movía un poco, pero pensé que sería un perro o el simple viento que movía algo. Mientras me fijaba mejor en esa silueta empecé a escuchar unos sollozos, que llegaban con el aire, por lo que me acerqué a eso. Allí encontré a un niño de pelo castaño-rojizo el cual lloraba hecho un ovillo. No era lugar para un niño así que me le quedé viendo un poco extrañado antes de acercarme más a él. Llevaba la ropa hecha trizas por lo que estaba muy desabrigado y se le veía muy pobre.

Estaba tiritando por el frío y lo entendía, estábamos a muy poca temperatura, diría que bajo a cero teniendo en cuenta que empezaban a caer volvas de nieve, y el vestía con poca ropa que no tapaba nada de lo rota que estaba. Después de mirarlo un poco le puse mi capa por encima. No entendía porque pero algo dentro de mí me decía que tenía que ayudarle y eso hice. El niño levantó un poco la cabeza y me miró asustado, supuse que no esperaba que alguien lo ayudara y que pensaba que le iba a hacer algo malo, pero esta no era mi intención, aunque tampoco sabía cuál era mi intención.

Yo simplemente lo cogí en mis bracos intentando que mi capa lo tapara lo más posible y me lo llevé hacia mi casa. No era un gran lugar para un niño, eso era cierto, pero definitivamente era mejor y más caliente que el callejón, aparte de más seguro, y ese chico necesitaba calor, para poder sobrevivir a la posible hipotermia que tenía, y seguridad, pues si no moría por el frío lo haría por esos maleantes que recorrían esas calles durante el tiempo que podían. Si uno de ellos lo encontraba seguramente no sería muy agradable para él, aunque probablemente lo hubiera encontrado muerto.

Durante el trayecto noté como sus manitas se cogían fuertemente a mi pecho como buscando protección y calor. Se me hizo tierno y sonreí un poco. Realmente ese chico estaba desesperado por seguir viviendo, aun que su vida no parecía que hubiera sido muy grata con él. Al llegar a mi casa, él yacía inconsciente en mis brazos, por lo que lo tumbé en la cama y lo tapé con unas mantas, quería que encontrara algo de calor tapado con ello, aunque sabía que no podría ser así. Las mantas daban calor porque guardaban el calor corporal de manera que no la perdieras pero él en ese momento no tenía así que casi no podría conseguir que eso pasara. Me dirigí a la cocina un momento y puse a hervir un poco de caldo para cuando ese pequeño despertara pudiera comer algo caliente.

Tardaría un tiempo en hacerse así que mientras hervía me fui hacia la cama. Era obvio que él necesitaba calor, por lo que me necesitaba cerca de él. Me desnudé y me tumbé junto a él, después de quitarle también su ropa para que su piel tuviera contacto directo con la mía. Era lo mejor para la hipotermia teniendo en cuenta que la ropa también estaba fría. Lo abracé para darle el mayor calor corporal.

Se acurrucó más en mi pecho, como si me conociera de toda la vida, aunque lo único que buscaba era la fuente del calor que le estaba ayudando a recuperar su calor corporal. Estuvimos así largo rato mientras yo le frotaba su helado cuerpo con mis manos para calentarlo. Las mantas al igual que él iban entrando en calor lo que me ayudaba a no enfriarme yo también.

Pero lo que menos esperaba era que de repente mi cuerpo empezara a sentir otro tipo de calor, que no era el propiamente dicho calor humano sino uno más sexual y que hacía tiempo que no tenía con nadie. Aunque al estar en ese estado seguro que no me enfriaría en largo tiempo no entendía porque me pasaba con ese pequeño. Era lindo eso no lo negaría y su piel era suave pero era muy pequeño. No era que me importara pero después de tanto tiempo se me hacía raro, bueno debía de ser el regalo de la luna nueva de ese mes. Siempre había alguna sorpresa en esos días de cada mes y esta vez me había traído a este pequeño.

Me iba a separar pero recordé que no podía aun, el pequeño aun no estaba suficientemente caliente, así que simplemente seguí abrazándolo ignorando ese sentimiento, por el momento. Lo había encontrado en el momento justo para que no muriera, unos momentos más y hubiera encontrado un simple cadáver. Me alegré de haberlo encontrado antes de que eso pasara y eso que me gustan los muertos, por macabra que parezca.

Yo no era una persona muy servicial o dada a ayudar a los demás pero ese chico… algo me había dicho dentro de mí que debía ayudarlo y siempre le hacía caso a sus intuiciones. Por eso en ese momento lo estaba cuidando, algo que era muy raro viniendo de mi. Lo seguí acariciando mientras notaba mi miembro despertar rápidamente, pero no podía hacer nada con él inconsciente. Podía ser Undertaker, podía ser que no fuera la persona más cálida o buena pero no era un violador.

Cuando su espalda empezó a estar calentita bajé mi mano hacia su trasero, estaba muy frio como la mayoría de él aun. Empecé a acariciarlo como había hecho anteriormente con su espalda. Estaba bien formado, redondito y durito, a la vez que muy suave y apetitoso. Pasé la lengua por mi labio inferior mientras pensaba en cómo sería poder disfrutar de él de otra forma, pero no se podía.

—Hmmmm… —escuché un peque gemido que salía de su boca, por lo que sonreí, había sido un gemido muy tierno.

Con mis piernas envolvía las suyas intentando darle calor en ellas y evitar que siguieran congeladas. No podía imaginar cuanto tiempo había estado allí justo una de las noches más frías, pero el tiempo suficiente para acabar en ese estado de hipotermia. Una pregunta llegaba a mi mente mientras lo abrazaba: ¿Cómo había llegado a ese y lugar y porque estaba allí? Al ver por la ventana vi como seguía nevando. Puse en una de mis manos en su pecho y, al igual que sus manos, ya estaba empezando a calentarse un poco, eso era un adelanto bastante importante en la recuperación del menor. Al menos la parte del corazón estaba funcionando mejor por el calor.

Se acabó el tiempo de cocción de la sopa por lo que dejé el pequeño en la cama y fui a apagar el fuego y acabar de prepararla para cuando despertara. No me había quedado nada mal, por ser que llevaba tiempo sin cocinar nada. Sonreí. Al acabar con la sopa me fui a la cama de nuevo y está vez me metí en ella con mi camisa de dormir. Me abracé a ese menor y me quedé dormido, debía admitir que se sentía muy a gusto estando así con él. También debo decir que estaba bastante cansado ya que últimamente moría mucha gente.

En unas horas desperté y noté algo entre mis brazos viendo seguidamente un pelo castaño-rojizo, el cual acaricié mientras lo observaba. Pero no era hora de estar descansado así que me cambié y me fui a la funeraria, que era la parte de la casa donde recibía a mis clientes. Me di cuenta de que no tenía ropa para ese pequeño así que tendría que conseguir de ella, pero eso lo pensaría al acabar el trabajo.

Mientras acababa de hacer los preparativos para sepultar a los muertos que tocaban ese día, sentí como alguien picaba a la puerta para momentos después encontrarme con cierto pequeño conde de pelo-azul. Lo miré y sonreí, ya sabía para que venía y también que pedir a cambio esa vez.

—Quiero información sobre estas muertes tan abundantes.

—¿Que me darás a cambio?

—¿Qué pides?

—Ropa de niño —respondí mirándolo con una siniestra sonrisa.

—¿Ropa de niño? —me preguntó extrañado para responder seriamente— Está bien. Sebastian se encargará de ello, ahora habla.

Le expliqué lo que mis “ojos” me habían contado sobre el tema y parte del diagnostico forense y se fueren. En unas horas llegó un paquete con algunas mudas de ropa para niño. Lo llevé a la habitación donde vi que ese pequeño se había movido un poco pero que no despertaba. Me empezaba a preocupar un poco. Me acerqué a la cama y acaricié su cabeza para comprobar su temperatura. Parecía estar bien, aun y así dirigí mi mano a su entrepierna y le toqué el muslo por la parte de dentro, parecía estar ya a una temperatura adecuada. Acaricié un poco y aparté la mano. Moví un poco eso cuerpecito por lo que se removió y quejó antes de abrir un ojito. Era de un color verde oscuro hermoso, no había podido apreciarlo la noche anterior por culpa de la oscuridad pero ahora si podía admirar su belleza. Al enfocar su mirada hacia mí se asustó abriendo el otro ojo de golpe.

Sonreí por su reacción y acerqué mi mano hacía él para acariciar su cabeza y su mejilla. Vi un pequeño sonrojo en su mejilla. Realmente era un niño muy hermoso. Se apartó un poco y se ovilló buscando protección. Entonces levantó un poco la manta para verse y vio que estaba desnudó. Se sonrojó un poco más y me miró con intriga.

—Estaba mojada y fría. Y tenía que darte calor de alguna forma para que no murieras.

—Po… ¿Por qué… lo hiciste…? —preguntó con los ojos asustados y con voz dudosa.

—No lo sé. Fue un impulso, algo en mi interior me dijo que tenía que llevarte conmigo —al escucharme bajó un poco la mirada— Conseguí ropa para ti y te preparé algo de comida, debes de tener hambre.

Me miró extrañado por lo que le dije pero después de meditarlo asintió mientras se escuchaba como su barriga pedía comida. Siguió ovillado mientras se tapaba con la manta. Me levanté del borde de la cama y le acerqué algunas piezas de ropa para que se vistiera mientras iba por la comida. En una bandeja puse un plato con sopa y otro con estofado, necesitaba comer algo calorífico para que se recuperara. Me había dado cuenta de que en parte estaba muy delgado, lo que significaba que hacía un tiempo que no comía algo decente. También puse un vaso y un jarrón con agua y los llevé hacía la habitación para que el pequeño comiera.

Al ver la comida noté como abría la boca, se notaba que su cuerpo pedía por ella desesperadamente, así que simplemente se la puse en una mesita pequeña que servía para comer en la cama y él la siguió mirando hambriento pero también con desconfianza. Le sonreí y cogí la cuchara para soplar la comida y probarla. Probé tanto la sopa, como el estofado como el agua y entonces si comió. Para que un niño tan pequeño pensara que lo querían envenenar era que su poco pasado no era muy bueno. Lo miré pensativo.

Él solo devoró la comida con ansias hasta que se lo acabó todo y me miró con una tierna sonrisa. Ese cambio era un poco raro. Primero tenía miedo y luego era tierno… pero yo solo le sonreí un poco. Por lo que de nuevo se sonrojó un poco. Acerqué mi mano para tocarle la cabeza otra vez y esta vez le acaricié su mejilla.

—¿Cómo te encuentras? —le pregunté viéndolo fijamente.

Realmente se le veía mucho mejor, el color de sus mejillas ya no era tan pálido al contrario tenía un color muy lindo y un poco sonrojado, sus ojos se veían más brillantes y despiertos que antes y parecía que el calor había vuelto en él. Sonrió mientras me miraba. Sus labios eran carnosos y se veían muy tiernos, a la vez que un poco rojitos la cual cosa era buena señal.

—Mucho mejor —dijo contento— Gracias.

—Está bien. Me alegro de que estés mejor.

—Esto… —me miró un poco dubitativo— ¿tu quien eres?

—Undertaker. Soy el amo de la funeraria.

—¿De la funeraria? —preguntó un poco intranquilo.

—Sí. Soy el encargado de revisar el muerto antes de prepararlo para enterrarlo. ¿Y tú?

—Soy Luka Macken.

—¿No hay nada más a saber de ti? —pregunté intentando encontrar respuestas a lo que había estado pensando.

—Nada importante. Mi hermano murió para protegerme y que escapara y si no llegas a encontrarme habría muerto —respondió restándole importancia pero con su labio inferior temblando— Gracias —añadió sonriéndome tristemente.

—¿Para protegerte de quien? ¿Cómo se llamaba tu hermano?

—Jim Macken —respondió mientras me miraba con ojitos tiernos.

Me acerqué para abrazarlo. Esos ojitos tiernos también estaban brillosos lo que implicaba que estaba a punto de llorar. Le acaricié la cabeza mientras lo abrazaba, él solo empezó a temblar y poco después a llorar. Lloraba desconsoladamente y yo no sabía qué hacer, solo podía abrazarlo hasta que se calmara y eso hice. En un largo rato se calmó, pero por el cansancio se durmió al momento. Aun no me había dicho de quien le tenía que proteger o de quién escapaba pero ya lo descubriría.

Volví a mi trabajo en la funeraria mientras Luka dormía. Al acabar me di cuenta de que este aun dormía por lo que salí a dar una pequeña vuelta por las calles o más bien me fui a observar cómo le iba al pequeño conde. En solo ese día el mayordomo había descubierto quien era el asesino de toda esa gente, era obvio que Sebastian no era una persona normal. Sonreí cínicamente y me acerqué a ellos al ver que acababan la faena.

—Veo que me quieren dar más trabajo —dije riéndome mientras me acercaba.

El niño se puso algo nervioso pero el mayordomo estaba tan tranquilo como siempre. Él ya sabía quién era, no esperaba menos. Sonreí más ampliamente.

—¿Cuándo vendrás a que te haga el ataúd a medida, pequeño conde? —dije mientras le miraba— Después de todo lo que he hecho por ti, ¿no crees que me lo debes?

—Ya te di lo que pediste —respondió fríamente al reconocerme.

—Eso es cierto, pero no quisiera que murieras sin tener el ataúd preparado.

—Gracias por tu preocupación —contestó dándose la vuelta para irse.

—De nada, pero en serio me gustaría tomarle las medidas —sonreí mientras me acercaba a él y delineaba su mandíbula con mi uña.

—En otra ocasión tal vez.

—Una ocasión que será muy pronto si sigue así —respondí con una sonrisa— Espero impaciente el momento de tu muerte, estaré encantado de enterrarte —añadí mientras desaparecía del lugar.

Molestar al perro de la reina era divertido y meterle miedo en el cuerpo también. Era un niño, aunque lo quisiera negar solo era eso, y como tal sentía miedo. Después de ese rato de diversión para airear mi mente me dirigí de nuevo a la casa donde el pequeño estaba despierto y merodeando por la casa.

—Hola —saludé a la vez que él dio un respingo antes de girarse.

—Ho-hola —tartamudeó mientras avergonzado bajaba la cabeza. Parecía un niño pillado en medio de una travesura.

—¿Cómo te encuentras? —pregunté viendo que ya andaba— Eres un niño fuerte.

—Bi-bien. Gracias —respondió tartamudeando a la vez que su estómago rugía. Se sonrojó.

—Ahora te traeré un poco de comida.

Fui a la cocina y le puse un poco de comida en el plato, era lo mismo que para la comida pero no había cocinado nada más. Me serví un poco para mí también y preparé un té caliente para él. Fui al comedor y puse los platos en la mesa. Él se sentó delante de la comida y sin ninguna expresión de disgusto empezó a comer rápidamente. Me quedé observando comía antes de empezar yo con la mía. Al acabar de comer bostezó.

—¿Quieres ir a dormir de nuevo?

—No… no tengo sueño...

—¿Qué quieres hacer entonces?

—¿Podemos salir a dar una vuelta? —me preguntó.

—No creo que sea muy conveniente —respondí mirándolo a los ojos— aun no te recuperaste y fuera hace frío.

—Está bien —dijo bajando la cabeza tristemente.

Este movimiento hizo que me sintiera mal por lo que al final accedí a llevarlo a la calle. Pero para ello lo tapé bien tapado y me puse la capa, la cual le cedería si tenía frio en algún momento. Salimos de la casa para ir a dar una vuelta, cogí a Luka de la mano, ya que esas horas eran peligrosas y no quería arriesgarme a que algo le pasara. No sabía por dónde llevarlo así que solo empecé a andar sin rumbo pero, sin saber cómo, llegamos al lugar donde nos habíamos encontrado. El pequeño tembló por lo que lo levanté en brazos y lo abracé tapándolo con la capa que llevaba mientras empezaba el camino de regreso.

—Under… —susurró mientras se ovillaba más en mi pecho.

—Lo siento —respondí— no debería haber venido hacia aquí.

—Está bien. ¿Volvemos a casa?

—Sí, es lo mejor.

Fuimos hacia casa con rapidez y en silencio, sin dejar de abrazar al pequeño para darle calor y apoyo. No entendía porque me portaba con él de esa manera, no me reconocía a mi mismo portándome de esa manera. También era la primera vez que cuidaba de alguien, ya que normalmente estaba solo con muertos o gente barriobajera. Llegué a la casa y lon dejé en la cama. Empecé a desvestirlo para que se quitara la ropa húmeda y fría y ponerle una camisa para dormir. Pero mientras le quitaba la ropa empezó a llorar así que se detuvo.

—¿Qué te pasa?

—Na-nada… —sollozó.

—¿Por qué lloras? —pregunté mientras me agachaba para verlo a la cara.

Su cara se veía muy linda sonrojadita y con los ojitos brillosos mientras lagrimas recorrían su rostro. Tenía la cara un poco contraída y sus manitas se acercaron para secarse las lágrimas. Lo miré un poco consternado a la vez de embobado por tanta belleza y ternura juntas. Me acerqué a su carita mientras le acariciaba la mejilla y le di un beso en los labios. El pequeño solo se sorprendió, en un principio, y luego se sonrojó, pero no se separó.

—¿Qué… que fu-fue eso? —preguntó confundido mientras me miraba a los ojos.

—Fue un beso, simplemente —respondí mientras le daba otro.

Este fue un poco más largo que el anterior pero de todos modos no lo profundizó. Mientras lo besaba llevé mi mano a su pecho, el cual ya estaba desnudito de antes. Se sentía frio así que lo acaricié un poco dándole calor. El pequeño suspiró entre el beso pero no hacía ningún ademán de quererse separar. Me aventuré un poco más acercando mi mano a su pezón y empezando a jugar con él. Dio un respingo pero no opuso resistencia alguna.

Acerqué mi mano a su entrepierna mientras le seguí besando, no estaba duro pero mientras le acariciaba empecé a notar como su miembro aumentaba de tamaño. Empezaba a ponerse duro por mi tacto, por lo que sonreí. Le quité la ropa que le quedaba dejando su miembro al descubierto y lo miré un poco antes de besarlo nuevamente. Luka parecía un poco nervioso pero tampoco se había quejado. No sabía si era por miedo o si era porque quería pero no me iba a detener.

Llevé mi mano a su miembro y empecé a masturbarlo, con un vaivén bastante rápido. Gimió un poco al sentir eso y arqueó un poco la espalda pero siguió sin separarse. No parecía que le doliera así que seguí con lo que hacía mientras me acercaba a besarlo. Tímidamente correspondió un poco a ese beso lo que me alegró. Hasta ese momento se había dejado besar pero no había correspondido a los besos. Moví un poco más rápido mi mano hasta que su miembro creció un poco más y dejó ir su esencia en su abdomen. La recogí e impregné mis dedos con ella antes de meter el primero en su entrada. Se quedó quieto al notar mi dedo y me miró sonrojado y con unas lágrimas en los ojos. Me acerqué para besarlo suavemente por su cara y en su boca. De nuevo correspondió al beso levemente.

Empecé a mover mi dedo con calma al principio pero cogiendo velocidad a medida que se acostumbraba y metí un segundo dedo. Y después de un rato un tercer dedo entró en él para jugar en su interior. Su miembro volvía a estar duro por lo que no lo estaba pasando tan mal tampoco. Cuando creí que estaba bien dilatado me quité la ropa y me coloqué entre sus piernas e hice que me envolviera la cintura con ellas. Guié mi miembro dentro de él y empecé a embestirlo primero lentamente y luego más rápido. Empezó a gemir mientras nuevas lágrimas salían de sus ojos. Lágrimas que no entendía y que me preocupaban un poco. Dejé de embestirlo y lo levanté un poco por la espalda para que quedara sentado encima de mí. Empecé a moverlo mientras le secaba las lágrimas y le daba un tierno beso en sus labios.

—Luka… —dije mientras me movía dentro de él tocando ese punto que había notado que le hacía gemir más fuerte.

No dijo nada, solo gemía mientras nuevas lágrimas salían de sus ojos. Su carita estaba sonrojada y no destilaba dolor, solo tristeza. Lo besé mientras seguía embistiéndolo y en cuatro estocadas más se acabó ese acto. Acabé dentro de él a la vez que él se corría entre ambos. Lo miré de nuevo aun seguía llorando, estaba cansándome de tanta lágrima. Acaricié su mejilla tiernamente mientras le besaba la frente.

—¿Qué te pasa? —le pregunté mientras salía de su interior y lo tumbaba en la cama.

—Na-nada —respondió nuevamente.

—Te pasaste todo el rato llorando. Algo te pasa.

—Yo… recordé… cuando huíamos de ese hombre… él también hacía esas cosas…

—¿Te hizo esto? —pregunté un poco molesto.

—No, no conmigo… se lo hacía a mi hermano.

—¿Por qué lloras entonces?

—Porque… ese hombre… le amenazaba diciendo que me haría daño si no le hacía caso… y po-por eso hu-huimos y él mu-murió…

—Pero ya llorabas antes.

—Po-porque… ese lu-lugar… ese hombre, nos había seguido… y me-me escondí… de-de él… allí… pe-pero… no creí e-encontrar a al-alguien que me-me cu-cuidara…

—¿Llorabas por eso?

—S-sí…

—Tranquilo —dije mientras le acariciaba la cabeza— yo no te haré daño.

Hablamos un poco más sobre eso hasta que me dijo el nombre. Un nombre que recordé porque justo ese día lo había preparado para poder enterrarle. Sonreí al pensar que ese hombre estaba ya muerto y se lo dije. Pareció un poco aliviado al escucharlo, supuse que al saber eso dejaría de temer por si ese hombre volvía.

—Luka, nunca te irás de mi lado ¿entendido?

—S-sí.

—Te quiero.

—Y-yo… ta-tambien, creo…

—Está bien así por ahora.

FIN

Notas finales:

Creo que Under me quedó un poco demasiado tierno con Luka pero ¿quién no lo sería con un pequeño así? Espero que les guste este fic y que comenten, muchas gracias por leerlo.

Intenté hacer a Under un poco macabro ya que lo es pero no sé si me salió o no, jejejeje, al final el pobre Ciel se las cargó con el carácter macabro de Under pero con Luka se me hacía difícil… es demasiado tierno…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).