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Placer puertas adentro por Mero-Mero-San

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Notas del fanfic:

Los personajes son del Gran Oda-Sama, la historia es mía para los Fans.

Notas del capitulo: Asi es como comenzare a medida que ustedes opinen veré como avanzo,se me ocurrió cuando mi hermano hablaba de la milicia y el ejercito, el esta metido en eso asi que recolectando informacion saque el primer capitulo :D

¡Disfrutenlo!

¡AVISO!

Cerca de ti queda temporalmente suspendido, va a ser reescrito por razones X, mis disculpas a aquellas personas que les agradaba
(POV de Sanji)

Sentía un ligero movimiento, abrí mis ojos encontrándome de vista con campos vacios, aun estaba en aquel autobús siendo trasladado al lugar donde me convertiría en un hombre hecho y derecho.
No entendía que hice mal, solo por ser homosexual mi Padre me obligo a ingresar a la milicia, no me quería tal y como era, eso…me dolió, me sentí traicionado por mi propia sangre.
Recuerdo cuando esos hombres se presentaron en la puerta de mi casa y el viejo arrojo el bolso a mis pies

Flash Back

-¿Ir a la milicia?- no comprendía a lo que se refería con milicia

-Sí, podrán curar tu enfermedad-

-¿Enfermedad? ¡¿Por qué debo ir allí?! ¡Yo no hice nada malo!- Sanji corrió y estrujo la camisa de Zeff

-Algún día me lo agradecerás- apretó las manos de su muchacho para que aflojara el agarre y los hombres de vestimenta holgada se lo llevaran de una vez

-¡No quiero! ¡No quiero ir! ¡¿Qué tiene de malo ser lo que soy?!- Zeff con los ojos cerrados permitía que se llevaran al rubio, quien pataleaba y daba uno que otro golpe en el aire.
Solo quería que ese muchacho al que había visto dar sus primeros pasos, caminara como un hombre, como lo que era.

Fin Flash Back

El autobús freno bruscamente

-¡Bien malditos haraganes! ¡Bajen de una vez!- el sujeto que nos custodiaba tenía un aspecto tenebroso, su cabello pelirrojo y el lado izquierdo de su pecho lleno de medallas era la prueba que estábamos ante un superior, podría ser un Coronel o un Sargento, nadie de los recién llegados lo sabríamos hasta un tiempo en aquel agujero.

Al bajar del autobús pude notar el cielo con sus nubes oscuras, menudo día de mierda me toco, algunos sujetos que al parecer eran unos simples cabos comenzaron a empujarnos, cada uno tomaría a un puñado de muchachos y los guiarían de inmediato hacia una “presentación”.
Mis compañeros de caminata sí que se veían como verdaderos holgazanes, perezosos, diría con claridad que perdedores

(Mi POV)

El puñado de muchachos en el cual el rubio estaba incluido fue llevado hasta una habitación con una tenue de iluminación, tenía pinta de no haber sido limpiada desde hace tiempo, las moscas y el olor era la prueba de aquello.

-¡Regresare en un momento así que tomen un lugar, dejen sus porquerías y esperen en fila!- su tono de voz era muy riguroso, como se esperaría de alguien de la milicia.
Las literas estaban en mal de estado, no parecían seguras ni para sentarse, las sabanas eran lo contrario de lo que deberían ser, estaban amarillentas y menos hablar de las almohadas mejor.
Sanji apenas apoyo su bolso se dirigió a hacer fila como se le fue ordenado; no podía creer en el agujero en que lo habían metido -¡Veo que algunos no han movido el culo! ¡Háganlo rápido!- en un abrir y cerrar de ojos todos estaban detrás del rubio -¡Firmes!- por lo menos Sanji y algunos pares entendieron la palabra -¡Oye te dije que te pusieras firme!- con una vara corregía a los que no tenían una buena postura -¡Ahora síganme si no quieren morir!- siguieron los pasos del pelirrojo por un pasillo

-¡Oigan! ¡Caminen bien!- no se dieron cuenta de la presencia de otro sujeto al final de la fila, regaño a algunos que caminaban de manera lánguida, la forma en cómo gritaba el de atrás lograba que algunos se encontraran arredrados

-¿Qué es esto? Es de lo peor- murmuro Kuroashi.

Caminaron hasta el exterior donde fueron ubicados en fila de 6 de ancho y 3 de largo, en total 18 muchachos nuevos, 18 muchachos que sentirán lo que es estar agotado hasta caer muertos a la cama.

-¡¿Quiénes son ustedes?!- ninguno de los nuevos presentes podía responder a una pregunta que los confundió al instante -¡Ustedes no son nadie en este lugar! ¡Solo los perros que lamerán nuestros zapatos hasta que demuestren que han movido el puto culo para ganar un rango!- aquel hombre de tez pálida se veía temeroso y omnipotente -¡Yo soy el General Dracule Mihawk y ustedes son los que obedecerán cada palabra de este lugar! ¡¿Entendieron?! ¡Malditos Patanes!-

-Si Señor- respondieron en voz baja

-¡No los escuche!-

-¡Si Señor!-

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Apenas cada uno de los muchachos ingresaron a su única y gran habitación, desempacaron con sumo cuidado, tratando de no hacer ruido, temían llamar la atención de algún superior.

-¡Carajo! Este lugar es un asco ¿Por qué me obligaron estar aquí?- refunfuño el ojeroso que estaba recostado en la cama de abajo que la del rubio

Al oírlo, no pudo no dirigirle la palabra -¿A ti también te han obligado a entrar?-

-Sí, Trafalgar Law, ingresado a punta de pistola por mis estúpidos padres al ser un sádico ¿Y tú?- extendía su mano con una media sonrisa

-¿Sádico? No lo aparentas, Kuroashi Sanji entregado por mi Padre por ser…un rebelde- correspondió al apretón

-Tú no pareces ser un rebelde- volvió a recostarse, roto su mirada a su alrededor, cada uno de los nuevos se veía más miedoso que el otro, sonrió de una manera burlona, ninguno de ellos parecía tener valor a nada.

El rubio solo saco un cuadro de su bolso y lo ubico en la mesita junto a la cama de Law –Vaya, es una hermosa señorita ¿Tu novia?-

Negó con lentitud

-Mi hermana menor, mi tesoro- le dedico una mirada llena de cariño y sentimientos

-Ya veo, es bueno tener a alguien que te quiera-

-Si…-

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-Felicidades General, los asusto a todos- hablo con burla el Capitán de uno de los más destacados grupos en fuerza y resistencia

-No te burles de mi, Capitán Roronoa- seguía su caminata de una manera firme y llena de orgullo -¿Necesitas algo para estar siguiéndome?-

-La verdad es que solo quería molestarte- recibió un sablazo que esquivo con rapidez, solo en la punta de su nariz recibió un leve rasguño –que miedo ¿Qué paso? ¿Estás indispuesto?- se rio y le dio la espalda –esfuérzate en tu deber-

-Maldito mocoso-

Tarareaba un ritmo mientras caminaba con una sonrisa, siempre se sentía de ánimos cuando lograba sacar de sus cabales al presumido de su superior

-¡Oye Zoro!- un muchacho de pecas se acercaba mientras lo saludaba agitando su brazo izquierdo -regrese-

Junto sus piernas, saco pecho con firmeza y levanto su mano ubicándola en su frente -Bienvenido Comandante Portgas- hablo de manera perezosa, algo que para el peli negro no fue de su agrado

-¿Qué pasa contigo?- desde que conocía a Zoro siempre se mostró de una manera vaga y seria -¿Qué pasa con esa formalidad? Soy Ace, Ace ¿Entendiste?-

-No me jodas, el respeto es lo primero aquí, idiota-

-¿Idiota?- suspiro mientras llevaba su bolso a su hombro -¿Ya han llegado los novatos?- caminaban juntos por el pasillo, se cruzaban unos que otros oficiales de rangos menores que demostraban su respeto ante estos dos superiores

-Sí, mañana los conoceremos personalmente- se llevo su mano a su nuca y comenzó un masaje, en tal solo pensar que tendría que encargarse de los novatos lo enfermaban

El pecoso se detuvo -ya veo…me estoy hartando de tanta formalidad aquí, no seas como ellos Zoro- miro a su compañero

-No tengo opción si las cámaras nos vigilan de esa manera- se refería a los ojos de todos los de allí -yo también estoy harto- le quito el bolso y le dio la espalda, lo miro por sobre su hombro –Pero, eso no impide que seamos mejores amigos-

Ace se alivió al oírlo, sonrió y corrió -¡Espérame Zoro!-

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Miraba hoja tras hojas las fotografías e información –Algunos novatos son guapos, al parecer no están aquí voluntariamente, que maravilloso-

-Teniente Robin, no deberías sentirse feliz por eso-

-Vaya, no sea así Capitán General Garp- se apoyo en su hombro y comenzó a mover las hojas de arriba a abajo –Veamos los que tenemos, un puñado de vagos que eran mantenidos por sus padres, un sádico con conocimientos médicos, un homosexual con gran mano en la cocina-

-¿Homosexual?- estiro su mano para recibir la hoja, la mujer de inmediato se la entrego. Con bastante interés leyó la hoja –este muchacho será un problema, trata de que no cruce palabras con el General Dracule y el Capitán Roronoa-

-¿Y eso por qué?-

-Ellos saben porque-

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Sus manos apretaban sus caderas mientras entraba y salía sin control alguno, los gemidos y jadeos eran tapados por la almohada, apretaba sus manos con cada estocada que recibía, el camino de baba caía de su cavidad oral en el trozo de tela que lo tapaba.

No se compadecía por nada, le gustaba sentir su calor, su temblar, sus débiles jadeos, era simplemente hermoso, desde el momento en que clavo sus ojos en el lo considero suyo y de nadie más.

-Mihi…ahí…m… más – disfrutaba de sentirlo adentro, que hiciera lo que quisiera con él, después de todo era su mujerzuela, la que le complacía en todos los sentidos, era simplemente la que recibía todo su ser -D…Duele…por…favor-

-¿Ya estas al límite Akagami?- apretaba y estiraba de manera lenta y tortuosamente sus testículos –Dilo fuerte y claro-

-Mmn…aah…haz…lo- comenzó con las estocadas esta vez mas fuertes y profundas, las entrañas del pelirrojo temblaban al sentir su miembro, a cada momento se topo con aquel punto que lo enloquecía a cada segundo.
Bajo ambas manos hasta llegar hasta su ingle las acaricio lentamente –no…no me tortures…Mihi-

-Como ordenes- le susurro, rápidamente envolvió su pene y comenzó con asfixiante, placentero y rápido movimiento de manos, un subir y bajar desesperado, necesitaba que se viniera antes que él.

Estaban sudorosos y el agotamiento se estaba presentando, pero continuaban copulando como dos animales salvajes sedientos de sexo, de las necesidades básicas.

-¡Mi…Mihi!- apenas grito el apodo con el que lo identificaba se vino, su semen se esparció en la sabana, Dracule al oír su grito de placer no pudo seguir con su esfuerzo de contenerse, se vino en su interior con un jadeo.

Relajo sus caderas y se recostó, el peli negro se recargo sobre su cuerpo, sin la intención de salir aun.

-Akagami-

-¿mm?-

Un silencio inquebrantable se encontraba en el aire, solo se oía el ruido de los lavarropas que revolvían en su interior las ropas de algunos superiores

-Mihi- se atrevió a soltar la primera palabra –ahora estoy cansado ¿Puedes salir de mi?-

-Tú no me ordenas- tomo su daga, marcaba con lentitud la espalda de su amante, la sangre emergía de las heridas recién provocadas –ten cuidado como me hablas, podrías ser penetrado en los momentos y lugares menos apropiados ¿entendiste?-

Sonrió de lado –entonces tendré que faltarte el respeto más seguido- disfrutaba el frio del arma, los hilos de sangre escurrir por su espalda, lo disfrutaba con locura.

Ahora lo sentía por su columna; se detuvo, al parecer llego a la zona desde donde aún permanecían unidos, chasqueo su lengua. Retiro su miembro, Akagami suspiro al sentir su retirada húmeda, se paro junto a uno de los lavaderos y solo se acomodo los pantalones, ni se había tomado la molestia de desnudarse –Tienes más deberes ¿verdad?- busco con su mirada la camisa que Mihawk arrojo en algún lugar –sabe General Mihawk, me gustaría que nuestros encuentros sean más románticos-

-No seas estúpido, esto es solo para sacar mi estrés- se mostraba superior hasta verbalmente, su maldito orgullo lograba deprimir al pelirrojo –vístete de una vez y haz tus deberes, lavandero- estaba acostumbrado a la lluvia de palabrerías hirientes, pero siempre sentía un hueco que aun no podía explicar

-Si Señor- doblaba las sabanas manchadas, estaba acostumbrado a limpiar el desastre, siempre lo hacían en el piso, contra un lavarropas, en la pequeña litera que tenía en la parte trasera de las maquinarias, siempre allí, en ningún lugar distinto, no había amor, solo desahogo

-Haz bien tu trabajo- cerró la puerta, dejándolo solo con las maquinas. Se mordía el labio inferior mientras apretaba su esencia en aquella tela, se sentía humillado, utilizado, pero no quería recriminarle nada, mientras tuvieran esa extraña relación nada importaba.

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Una maratón de 40 minutos, 120 abdominales, 150 flexiones, lucha cuerpo a cuerpo con el Sargento Kid, nadie de los haraganes pudo contra él, los únicos que se mostraron desafiantes y capaces, fueron Trafalgar y Kuroashi, pero cayeron por simples llaves o trabas en cuestión de minutos.

-Maldición ¿Qué tan fuerte es ese maldito?-

-¡Te oí!- recibió de parte de Eustass un golpe con la varilla en su mejilla -¡Yo puedo oírlo todo y la disciplina es lo mío, ten cuidado!- levanto levemente la vara en intimidación al rubio

-¿Te encuentras bien Kuroashi-ya?- le extendió su mano para ayudarlo a levantarse del suelo

-Sí, gracias-

-¡La ayuda no está permitida!- ambas manos fueron golpeadas al mismo tiempo

-¡Duele!- Sanji se quejó, Law solo frunció el seño enfadado mientras se sobaba el golpe -Oiga! ¡¿Por qué hizo eso?! ¡Maldito!- elevo su pierna logrando que la planta diera en la barbilla.
Retrocedió unos pasos mientras que con una sonrisa plantada en el rostro se tocaba la patada recibida

-¡Kuroashi Sanji! ¡Te quedas sin comer!-

Enarco sus cejas y su enfado se esfumo -¡¿Qué?!-

-Está prohibido golpear a alguien de mayor rango que tu, ese es al castigo que recibes- una voz se oyó por detrás del rubio, quien se volteo a ver al hablador.
Un muchacho de fornido cuerpo e inquebrantable espíritu se encontraba apoyado en un tronco mientras masticaba un trozo de manzana –eres el primero que lo golpea, felicidades-

-¡¿Cómo que felicidades?! ¡¿De qué lado estas Roronoa?!-

-No te alteres tanto Eustass, deberías estar feliz de no tener a uno tan débil- hablaba casi inaudible, solo el pelirrojo podía entenderlo. Arrojo los restos de la manzana en el césped, se lamió sus dedos pegajosos y camino hacia los novatos que se abrían paso ante el hombre -¿Tu nombre?-

-Ku…Kuroashi Sanji- había dudado al principio, pero se lleno de seguridad al recordar su rencor -¿Quién diablos eres tú?- otra vez la vara hizo lo suyo, esta vez en una de sus nalgas, el rubio dio leves saltos mientras se apretaba el latigazo que recibió en esa parte. Zoro suspiro al ver sus gestos de dolor, al parecer su apariencia engañaba bastante

-Capitán Roronoa ¿Qué haces aquí?- apego su frente con la del peli verde mientras sus brazos permanecían cruzados -¿no tendrías que estar en tu sector?- empujaba con fuerza para ganar altura

-Hago lo que quiero, no me ordenes, maldito Sargento- no se quedo atrás y también comenzó el choque y empujón de frentes

-Dejen de pelear- los tomo del cuello y los arrojo hacia atrás, tirándolos al suelo –parecen unos críos- se quejo la mujer con sus brazos hacia el aire

-¿Qué está haciendo esa bella mujer?- se preguntaron los novatos más débiles desde una distancia algo lejana

-Eso es…- el ojeroso tenía su vista clavada en el cielo; todos incluso Sanji estaban sorprendidos, 5 carpetas con papeleos y una espada caían desde el aire sobre la mujer

-¡Tenga cuidado Señorita!- el rubio salto hacia ella con sus ojos enamoradizos, pero la peli negro lo esquivo con los parpados cerrados y con agilidad tomo las carpetas con su izquierda y con la derecha tomo del mango su espada y la envaino en un chasquido.

Sanji permanecía con el rostro pegado al suelo y sus caderas levantadas –¿Kuroashi-ya?- le dio leves patadas para que reaccionara, de ultima al no ver reacción alguna le piso el trasero logrando que diera un salto alterado

-¡¿Qué hiciste Law?!- se tocó el trasero, una vara y ahora un pie le dieron en su retaguardia

-No reaccionabas y me pareció que daría efecto- sonrió al pensar que sus dos nalgas estarían rojas, Zoro soltó una leve risa al pensar lo mismo

-¡Veamos como reaccionas tú cuando yo te pise las pelotas!- levanto su pie para golpear su entrepierna, pero fue apuntado por la espada de la mujer

-Ya es suficiente, no debes pelear- sonrió calmadamente -¿puedes venir conmigo?- asintió rápidamente, el filo ya empezaba a clavarse en su piel –buen chico ¡Ustedes dos, ordenen a estos mantenidos y dejen de pelear!- ambos muchachos miraron a un costado tratando de ignorar a la mujer –vamos Kuroashi- retiro la espada y la enfundo, le entrego alguna de las carpetas y caminaron

-Maldita Robin, siempre tan superior a nosotros-

-Al menos no nos delatara con el Capitán General, yo haré mi trabajo, esfuérzate- se fue dando leves trotes

-¡Roronoa eres un bastardo!- nuevamente le dejaba el estorbo en sus manos -¡Muevan la cola, malditos perros!-

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-¡Abuelo!-

-Luffy, que inusual es vengas a ver a tu abuelo- lo recibió con un abrazo -¿Cómo está tu Padre?

-Mi papá este bien, te traje esto- extendió un objeto mal envuelto en papel de regalo –supe que hoy era el aniversario con la abuela, así que…-

-Entiendo, significa mucho para mí, gracias- poso su mano el hombro de su muchacho –¿Quieres comer?-

-¡Sí! ¡Comida!- guardo el presente y ambos emprendieron macha al sector donde los de mayor rango comían –Abuelo, en la escuela,toooodos me dijeron que era malo tener a un familiar en la milicia ¿Por qué?-

-Eso es porque existen muchos riesgos en nuestros deberes, servimos al país en todos sus sentidos ¿lo entiendes?- frunció sus labios y trato de dar un resultado a las palabras de su abuelo

-Entonces…yo también quiero servir al país-

-¡¿Qué estás diciendo?!-

-¡Capitán General!- desde atrás el pecoso se acercaba con algunos papeles que comenzó a leer su contenido en voz alta –comenzara a las 6:00 AM y…- el día le dio la oportunidad de conocer, de ver a ese chico que al instante conquisto su mirada –El es…-

-Es mi nieto, Monkey D. Luffy, saluda-

-Soy Luffy, un gusto…¿Cómo te llamas?- se llevo su dedo a su pera -Oye-

-Soy…Soy el Comandante Portgas D. Ace ¡Un gusto!- como de la milicia se mostró como tal.
La sonrisa del chico era tan tierna, su gracia, su inocencia, podía ver su pureza y eso lo comenzó a desbordar. No entendía porque su corazón latía con tanta fuerza, porque estaba nervioso

-Ace, estas sudando- toco su frente -¿Tienes fiebre?- Garp tomo la mano de su nieto y la quito de la frente del pecoso -¿Abuelo?-

-No hagas eso, la compasión no está permitida aquí- miro de una manera amenazante al peli negro que sonrió y le entrego el papeleo –Puede retirarse Comandante-

-S-Si, nos vemos Luffy- no paraba de mirarlo, en vez de darle la espalda solo retrocedía sus pasos –nos vemos Capitán General-

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Ya hora de la cena todos se encontraban en el comedor, el único que estaba ausente era Sanji, quien como castigo no cenaría hasta mañana por la mañana, hora del desayuno.

-Maldito Eustass, tengo hambre- se encontraba recostado en la cama con las piernas cruzadas y sus brazos en su nuca –apenas es mi primer día y ya eh sido castigado-

-Oye- un joven se presento al lado del rubio, era un joven de cabellos negros y altura mediana

-¿Quién eres tú?-

-No necesitas saber mi nombre, soy un Cabo y tu eres mi subordinado ¿Entendiste?- Sanji asintió –supe que te castigaron sin cena, así que te traje una bebida- enseño el envase transparente –espero que lo disfrutes- se alejo con una sonrisa.

Sospecho un poco, le quito la tapa y lo olio, nada malo, bebió el contenido que era amargo al beberlo y dulce cuando lo tragaba, por lo menos ese contenido lo llenaría

01:00 AM

Despertó acalorado, por un momento pensó que se arropo demasiado, pero se dio cuenta que sus compañeros titilaban del frio -¿Qué…me pasa?- bajo de la cama con cuidado de no despertar a nadie, abrió la puerta y camino hasta el baño, respiraba con dificultad y al verse en el espejo noto su sonrojo, se sentía asfixiado por el calor

-Oye, no es hora de una ducha- ni se molesto en voltearse, conocía esa voz, era aquel hombre que discutió con Kid

-Ca…pitán Roro…noa- dijo entre jadeos, el peli verde noto su extraño tono y se acerco

-¿Qué te pasa?- mojo su mano y la poso en la frente del rubio –parece que tienes fiebre- aquel leve toque le provoco una sensación de placer inexplicable, un deseo lo estaba envolviendo

-Capitán- se aferro al pecho de su Superior –ayúdeme…me siento caliente-
Notas finales: Así me ah quedado, bueno, pienso que erre en algunas cosas, si es así avisen.
Mi primer Lemon, no es muy bueno, pero es lo que salio de mi, dejen Reviews y tienen la oportunidad de decir que pareja quieren ver en el segundo capitulo, solo por hoy XD

Bey Bey, nos leemos la semana que viene, depende de ustedes claramente, no menos de 6 reviews XD

Los amo!

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