Faltaban unas tres horas para que acabara el turno de Seunghyun. Él trabajaba como mesero en un restaurante muy elegante de Seúl, y ansiaba la hora de poder salir para ir a descansar a su casa y quitarse el traje negro que utilizaba.
Ese día particularmente, el restaurante se encontraba un poco vacío. Eran las 6 de la tarde, y por alguna razón la gente no estaba llegando. Eso era algo bueno para Seung. No tenía que estar corriendo de un lado a otro entre mesas para tomar los pedidos y para servirlos, como hacía normalmente a esa hora. No, esta vez el gran Choi Seunghyun estaba cómodamente recargado en una pared de la cocina, escuchando la tranquila música de jazz que ambientaba el lugar y viendo desde lejos a los pocos clientes que estaban disfrutando sus alimentos.
De repente alguien pasó frente a Seung.
Vestido de chef, un chico pasó caminando coquetamente mientras le lanzaba un beso a Seunghyun. Luego sonrió, se mordió el labio inferior y desapareció al doblar para ir hacia la sección del lavaplatos. Seung se quedó mirando el lugar por donde había desaparecido aquel chico y luego suspiró, con una sonrisa en sus labios.
Kwon Jiyong. Su dulce y pervertido novio estaba provocándolo nuevamente… solo que esta vez no estaban en la casa.
Choi se apresuró a seguir al pequeño. Ambos se habían conocido en ese restaurante, hace poco más de un año. Jiyong ya trabajaba de chef cuando Seunghyun entró como mesero. Se hicieron amigos rápidamente y se enamoraron aún más rápidamente, pero tardaron un poco en confesarse. Ahora vivían felizmente en la casa del mayor, aunque de vez en cuando iban a la de Ji para cambiar de aires.
Cuando Seung dobló la esquina, lo primero que vio fue el trasero de Ji. El menor estaba agachado en el lavaplatos, seguramente fingiendo que hacía algo importante solo para enseñarle su parte posterior a Seunghyun. Éste se acercó y le dio una nalgada que seguramente se escuchó hasta la calle.
- ¡Ay! – Jiyong se incorporó y miró con un puchero a Seunghyun - ¡Me dolió!
- Pues te aguantas. Tú eres el que está de pervertido en horas de trabajo.
- Pero Seunghyunnie… - Ji se colgó del cuello del mayor e hizo la mejor cara de perrito bajo la lluvia que tenía – Casi no hay nada de clientes… - Seung se quedó mirándolo sin expresión alguna.
- No vas a lograr nada con eso Jiyong.
El mayor se soltó del agarre y se dio la vuelta para regresar a la pared en donde estaba hace un momento, dejando a Ji con los brazos cruzados detrás de él.
Veinte minutos después, Seung regresaba de entregar la comida a una pequeña familia que había ingresado al restaurante. El cambio de ambiente se notaba demasiado. Donde estaban las mesas para los clientes la música de jazz se escuchaba muy bien, la iluminación era muy tenue y había un ambiente cálido. Al entrar a la cocina la luz blanca y los muebles color latón brillante hacían que todo se viera muy frío, además de que la música no se escuchaba tan claramente como afuera.
Seunghyun suspiró y volvió a recargarse en la pared. Solo pasó un segundo cuando vio algo que dejó su mente en blanco. Jiyong apareció frente a él, tiró algo al piso y se agachó para recogerlo, solamente para que Seunghyun le viera la ropa interior. Llevaba esos calzoncillos negros y medio transparentes que al verlos por atrás parecían ser una tanga.
Seung se quedó quieto y sin apartar la vista de la ropa interior de Ji, hasta que el menor se incorporó y se fue como si no hubiera pasado nada. Claro, como él no era el que tenía el inicio de una erección en sus pantalones…
Cinco minutos después volvió a pasar lo mismo, solo que esta vez el pantalón blanco de chef de Jiyong estaba más abajo de lo normal. El menor siguió provocando a Seung hasta que éste ya tenía un enorme bulto en su entrepierna.
Estaba quieto, tratando de no pensar en lo que podría hacerle a Jiyong en ese mismo instante y viendo hacia afuera de la cocina cuando sintió a Ji abrazarlo por detrás. Seung continuó sin moverse mientras las manos del menor bajaban hasta sus muslos.
- Oye Hyunnie…
- …
- ¿Te acuerdas cuando me dijiste que sería excitante hacerlo en el trabajo? – Seung se tensó. Claro que recordaba eso, pero no había dicho que realmente iba a hacerlo.
- …
- ¿No te gustaría intentar…? – Ji apretó un poco el miembro de Seunghyun sobre el pantalón y al mismo tiempo restregó su propia erección contra el trasero de Seung, y ahí la cordura del mayor se fue por un tubo.
Tomó a Jiyong por la muñeca y lo jaló mientras caminaba hacia la puerta de la cocina. Ambos salieron y comenzaron a caminar entre las mesas del restaurante, unas con clientes y otras vacías. Ji pensaba que Seung lo iba a echar a la calle, hasta que vio hacia donde se dirigía y una sonrisa se instaló en sus labios. Iban directamente hacia el cuarto de servicio.
La puerta era dorada, con una ventana en medio de cristal polarizado y unas letras encima que decían “Acceso solo al personal”. Desde afuera no se podía ver nada de lo que pasaba adentro, pero desde adentro sí se podía ver lo que pasaba afuera. Seung abrió y metió a Ji de un empujón no muy brusco para luego entrar él y cerrar la puerta.
El cuarto era mediano, más o menos del tamaño de una habitación de un departamento. Adentro solo había unas mesas, un estante con algunos platos, sartenes, ollas y demás instrumentos para la cocina, y justo al lado de la puerta había un espejo de cuerpo completo, delante de una de las mesas. A pesar de que no habían prendido la luz, el cuarto se iluminaba un poco gracias a la luz de afuera.
- Muy bien Yongie, tú lo quisiste así… - Seunghyun comenzó a acercarse a Ji mientras se aflojaba la corbata de su traje. El menor se mordió el labio, ansioso.
- Sí Hyunnie, aguantaré las consecuencias de mis actos – Sonrió y se abalanzó contra el mayor para besarlo.
Era un beso salvaje. Las manos de Ji estaban enredadas en el cabello de Seunghyun, y las de éste acariciaban la cintura de Jiyong.
Pronto los delgados dedos del menor comenzaron a continuar el trabajo de aflojar la corbata de Seung, y solo dejaron de besarse para que Ji pudiera sacarle la corbata a su novio. Volvieron a unir sus labios y las manos de Jiyong viajaron rápidamente hasta los botones del saco de Seunghyun. Lo desabrochó y siguió con la camisa, y en un segundo ambas prendas estaban en el piso junto con la corbata.
El mayor tampoco quería quedarse atrás, así que de un manotazo aventó al suelo el sombrero de Ji, y luego la camisa del menor tuvo el mismo destino.
Seung dejó los labios de Ji y atacó su cuello. Los suspiros no se hicieron esperar, y las manos de Jiyong comenzaron a acariciar la espalda desnuda del mayor. Se acercó más si era posible y empezó a restregarse contra el cuerpo de Seunghyun, sintiendo la gran erección de éste.
Los labios de Seung dejaron el cuello de Ji. Lo tomó de los hombros para voltearlo y acostarlo boca abajo en la mesa que estaba frente al espejo. Jiyong podía ver la silueta de su reflejo ahí. Su pecho, cara y manos estaban apoyados en la mesa, pero sus pies seguían en el suelo. Su trasero estaba a la merced de Seunghyun. Vio la silueta del mayor en el espejo, acercándose, para luego bajarle los pantalones y la ropa interior de una sola vez, dejando su trasero aún más expuesto de lo que ya estaba.
Jiyong se mordió el labio inferior al ver al mayor quitarse sus propios pantalones y ropa interior. Eso era lo que había estado deseando desde la mañana, y no tenía ganas de esperar hasta la noche. Es más, tenía ganas de repetirlo en la noche.
Seung ya no podía contenerse. Jiyong lo había provocado, y ahora le iba a dar lo que quería. Rápidamente lo tomó de las caderas, lo penetró de una sola vez y luego se quedó quieto. Seguramente el gemido de Ji se había escuchado hasta la cocina.
- Seung…
- ¿Qué pasa bebé? – El mayor salió del interior de Ji y luego volvió a penetrarlo fuertemente.
- Ahmm… - Jiyong cerró sus manos en puños fuertemente, al igual que sus ojos. Seung sabía exactamente donde estaba el punto dulce del menor, y había entrado directamente hacia ese punto.
Seunghyun cerró los ojos y echó su cabeza hacia atrás. Le encantaba sentirse dentro de Ji. Era tan caliente y estrecho. Sus manos bajaron desde la cadera del menor hasta sus glúteos, y empezó a masajearlos lentamente. Le gustaba mucho tocar la piel de Jiyong.
- Ahh hyung… - Ji se movió hacia atrás, causando que el miembro de Seunghyun entrara un poco más en él. El masaje del mayor lo había excitado aún más, así que comenzó a moverse en círculos para incitar a Seung – Ya muévete…
El mayor abrió los ojos y volvió a subir sus manos hasta la cadera de Jiyong. Se hizo para atrás y luego hacia adelante rápidamente, logrando dar una vez más en la próstata de Ji, y sacándole otro gemido a éste. Seung logró ver como Jiyong se mordía el labio inferior mientras soltaba otro gemido. Tomó al menor de la cintura más fuertemente, y empezó a embestirlo lo más profundo, fuerte y rápido que podía. Se escuchaba el ruido que hacían las pieles de ambos al chocar.
Jiyong abrió un poco los ojos y miró el espejo. Podía ver la silueta de Seunghyun moviéndose frenéticamente, entrando y saliendo de él. Sintió otra embestida justo en su próstata, causando que cerrara los ojos de nuevo por el placer. Recordó la imagen que acababa de ver en el espejo y sintió como su erección crecía más si es que era posible. Estaba a punto de mover su mano hacia abajo para ayudarse con su problema, cuando sintió que Seunghyun lo tocaba. La mano del mayor comenzó a moverse sobre su miembro igual de rápido que la forma en que lo embestía.
- ¿Te gusta así, Yongie? – La voz grave de Seung hizo vibrar algo dentro de Ji. Se estaba perdiendo en el placer.
- Ahhh sí… sí Hyunnie… m-más… - Jiyong se puso de puntitas, haciendo que su trasero quedara más levantado. De alguna manera eso lo hizo sentir mejor las estocadas – Ahhmmm Seung… Seuuung… más rápido…
Los gemidos de ambos llenaban el cuarto, y poco les importaba si los clientes escuchaban algo o no. En ese momento solo estaban conscientes el uno del otro, y de lo bien que la estaban pasando ahí.
- Ahh Ji… y-ya no aguanto…
- N-ni yo… hazlo adentro Hyunnie…
Seung solo necesito unas cuantas embestidas más para terminar dentro del menor, gimiendo su nombre. Ji al escucharlo y sentir el semen llenándolo por completo, terminó en la mano de su novio, con un gemido bastante fuerte.
Seunghyun cayó rendido sobre Jiyong, y empezó a darle pequeños besos en su espalda. Se quedaron así por unos minutos, hasta que Ji recordó que estaban en el restaurante.
- Hyunnie… tenemos que ir a atender a los clientes…
- Ah, tienes razón…
El mayor se levantó y fue hacia un paquete de servilletas que había ahí. Tomó unas cuantas y se limpió, para luego limpiar a Jiyong. Una vez ambos estuvieron limpios se vistieron y se arreglaron perfectamente.
- Eres todo un pervertido Yongie.
- Admite que te gustó – Ji sonrió, contagiando a Seunghyun.
- Está bien, lo admito.
- Lo sabía – Jiyong caminó hacia la puerta y antes de salir se detuvo para voltear a ver a Seunghyun, que estaba detrás de él – Y que no te quede duda de que volvería a hacer esto un millón de veces – nuevamente sonrió – Espero que en la casa más tarde todavía tengas energía baby, porque ese espejo me ha dado unas buenas ideas.
El menor se fue sonriendo, dejando a Seunghyun pensando en qué clase de ideas extrañas se le habían ocurrido a su pequeño y pervertido novio.