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No hagas esto más doloroso por Yuusei Suzuki

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Notas del fanfic:

AoiHa

Oneshot

Notas del capitulo:

Well...es mi primer fic de ellos y mi primer fic en esta página,espero les agrade,haré mas cuando tenga tiempo y una mayor inspiración,toda observación es bien recibida,gracias por tomar el tiempo de leer;sin los lectores los autores no existimos.

-Aoi, amor, ¿Dónde estás?- preguntó el joven mientras se tallaba los ojos, había despertado nuevamente en la cama del amor de su vida, novio y compañero de banda, Shiroyama Yuu o mejor conocido como Aoi, la noche anterior después de un par de copas en un bar cerca de su trabajo, ambos se declararon los sentimientos que tenían el uno por el otro, no es que no tuvieran alguna idea de ello ya que varias veces el par había compartido cama pero hasta la noche anterior los sentimientos se ventilaron, correspondiéndose y amándose hasta que los primeros rayos de luz los emparaban.

Cuando el castaño por fin vio al pelinegro sonrió con un leve sonrojo rosado tiñendo sus mejillas, se quedó recostado esperando a que el ojicafé se acurrucara junto a él, cosa que no sucedió, el pelinegro se dio la vuelta y empezó a vestirse sin dirigirle alguna palabra o mirada a su amado tesoro que estaba recostado en la cama extrañado, con algo de temor se levantó y fue hacia donde el pelinegro se ponía su chaqueta-Yuu… ¿Estás bien? ¿Qué tienes, cielo? ¿Te duele la cabeza, amor?- preguntó el castaño mientras le ponía una mano en su frente con cierta preocupación, el pelinegro le quitó la mano de encima para darse vuelta e irse, el castaño se quedó congelado en la misma posición, preguntándose lo que había pasado con este, siempre era cálido con él, le mimaba, protegía y regañaba cuando llegaba con resaca al trabajo y siempre le dirigía una hermosa sonrisa con una mirada cargada de ternura; mientras más lo pensaba, mas lágrimas caían de las mejillas del ojicafé.

El aire acariciaba su rostro, dejando que la lluvia se encargara de cubrir las lágrimas que descendían por su rostro, con la cabeza y mirada baja el castaño caminaba rumbo a su trabajo, donde se encontraría con su pareja y arreglaría las cosas, justo cuando llegó, con lo primero que se encontró fue con la mirada semi desesperada del bajista que por lo visto se alegró al notar su presencia, con una sonrisa serena fue a abrazar al guitarrista mientras lo tomaba de la mano y corría con él, poniéndolo al tanto de lo que pasaba.

-¿Cómo que Yuu se va de la banda?-preguntó exaltado el castaño.

-Si, por lo visto es por situaciones de salud, se va de nuevo a vivir con sus padres y trabajará allá en la panadería de su familia pero su rostro no me convence- dijo el bajista mientras abría una puerta que tenía escaleras tras de ella y cargaba al estilo princesa al castaño para llegar más rápido-tienes que ver su rostro Uruha…parece destrozado, como si su dolor lo reprimiera para sí mismo, necesito que hables con él y lo convenzas de que no parta, sé que no es por salud, pasó algo mas…por favor Uruha, eres nuestra última esperanza-dijo el rubio mientras abría la última puerta donde se encontraba el resto de la banda, el cantante discutía a viva voz con el guitarrista mientras que el baterista trataba de que ambos no se agarraran a golpes.

-¡Yuu!- gritó el guitarrista líder, teniendo la atención de los tres.

-Patito…-susurró dolorosamente el pelinegro.

-¿Cómo que te vas?, ¿A dónde si puedo saber?, ¿Porqué?- preguntó el joven mientras lo tomaba de la camisa- ¿Porqué en la mañana te fuiste sin decir nada?...Tú…Ayer por fin ambos confesamos nuestros sentimientos- dijo fervientemente el joven a la vez que zangoloteaba levemente al pelinegro con la mirada baja- ¡Te amo!, ¿Entiendes?, yo Takashima Kouyou estoy total y profundamente enamorado de ti, Shiroyama Yuu, ¡Así que te exijo una puta explicación ahora Yuu!- finalizó el castaño mientras sentía como nuevamente su rostro era inundado en lágrimas que salían sin cesar.

El pelinegro tomó algo de aire y alejó suavemente las manos del guitarrista como si temiera que con el más suave tacto este se rompiera cual muñeca de porcelana, tragándose las lágrimas que amenazaban con salir en cualquier momento, por lo bajo susurró-Patito…te amo…no me hagas esto más difícil…-el castaño al escucharlo lo miró, su bello novio estaba derramando dolorosas lágrimas mientras apretaba fuertemente sus manos, como si le fuera la vida en ello.

-Patito…te amo con todas mis fuerzas, ¿Lo sabes, verdad? Pero…-prosiguió el castaño mientras le acariciaba el rostro al otro, quitándole una lágrima de su fina tez-Me tengo que ir…mis padres y los tuyos…se enteraron de lo nuestro por unos paparazzis, no quiero que sufras, cielo mío; así es mejor, no quiero que tus padres o alguien ajeno te haga daño y más si todo ese daño es provocado por mí, eres el amor de mi vida Kouyou pero no siempre hay finales de color rosa…compréndelo patito, sin ti mi vida pierde su razón de ser, tú eres y serás mi todo, estamos unidos por un hermoso hilo rojo por el resto de nuestros días, prometo que jamás se romperá, patito hermoso pero…por el momento…nuestra historia llega hasta hoy, he sido inmensamente feliz todos estos años a tu lado como amigo y compañero, anoche fue la mejor noche que he tenido en mi vida- mientras que estas palabras salían de la boca del pelinegro, el castaño aumentaba la intensidad de su llanto, sus piernas empezaban a temblar y quería desesperadamente que todo aquello fuera una horrenda pesadilla de la que quisiera despertar rápidamente para ver a su lado el fuerte y enmarcado pecho del guitarrista que lo abrazaba dulcemente mientras que le besaba la cabellera incontables veces- lo siento patito, juro que vendré cada dos semanas a verte a ti y a los chicos, además de que siempre he sido su fanático número uno, en especial tuyo, te amo Kouyou…-al finalizar aquella frase, subió el mentón del castaño y lo besó tiernamente, tratando de que todo el amor que sentía por él se reflejara en aquel suave contacto que unía ambos corazones por siempre.

-Yuu, por favor…-susurró débilmente el castaño.

-Lo siento patito, tengo que irme ya, mis padres me esperan…por favor, cielo…te amo-dijo el pelinegro para volver a besarlo y soltarse de su amado, con un profundo dolor en el corazón, ambos se vieron a los ojos, sellando la promesa de que sus corazones le pertenecerán al otro incondicionalmente.

Al ver como el auto del pelinegro partía, el castaño no pudo hacer mas que llorar, corrió tras el auto un par de calles pero sus piernas y su corazón no daba para mucho, toda su visión se nublaba por las lágrimas que se acumulaban en su rostro, se dejó caer de rodillas en la acera, abrazando al afelpado peluche que le había regalado el pelinegro minutos antes, sintiendo como el frío calaba sus huesos y la lluvia mojaba su ropa, el auto cada vez estaba más lejos hasta llegar al punto en donde ya no lo observaba, bajó su cabeza para dejar salir un desgarrador grito de dolor-…Sayonara…Yuu…- tras estas palabras, su cuerpo empezó temblar, justo antes de caer sintió como unos suaves brazos lo sostenían y las voces de sus amigos le hablaban. Cuando despertó, vio al oso en el buró y al bajista en una silla velando por él, todo había sido realidad…solo le faltaba esperar 14 días para volver a ver aquella enredada cabellera que amaba, el punto era saber si era capaz de soportar la espera.


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