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No Sabes - KangTeuk por IsabELF

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Notas del fanfic:

Me inspiré en está canción si lo leen con la canción, bueno. Ustedes sabrán. En lo personal me gusto mucho este shot, tiene la misma cantidad de hojas que un capítulo normal de mis fics seriados. Espero les guste, si desean saber de mis próximos proyectos, agregadme como amiga ^^v solo eso. Y que espero sus comentarios.

-Eish. Este loco de nuevo –decía Jungsoo luego de cerrar las cortinas de su ventana que daba vista hacia la calle frente a su casa.

Hace un tiempo un tipo, de nombre Youngwoon, iba todos los días a la casa de Jungsoo. Hace un tiempo atrás, Youngwoon, había confesado sus sentimientos a Jungsoo.

Este último lo había rechazado. Los dos eran hombres. Jungsoo creía que ese tipo, como decidió llamarlo, estaba loco por sentir algo así. 

Decidió terminar de arreglarse para así poder ir a estudiar en paz…o lo que Youngwoon le permitía.

-¡Jungsoo, el desayuno! –gritó su madre desde la parte baja.

-¡Voy! –tomo su mochila y fue rápidamente a donde su madre se encontraba.

Comió lo más rápido que pudo, recibiendo un regaño de su madre. Se cepilló los dientes y se colocó sus zapatos en la puerta. Para así, poder salir al fin.

Cerró la puerta de hierro y comenzó a caminar hacia su instituto.

Se giró para ver si Youngwoon lo seguía, cosa que así era.

-Aham –extendió todo su brazo. Negándole a Youngwoon el paso. –No te atrevas a seguirme. Ya te lo he dicho. –dijo, haciendo ademan de alguna técnica de artes marciales.

-Estudio donde tú estudias…solo vengo para ver que nada te pase.

-Si claro –se bufó Jungsoo para luego, continuar con su camino.

Ya iba acostumbrándose a la presencia de Youngwoon, lo cierto era, que no era tan molesto que él estuviera a su lado. 

El que los chicos matones dejarán de seguirlo, era cosa del pasado. Youngwoon parecía como su guardaespaldas. 

Sonrió ante eso, y aunque él no lo supiera, o no lo quisiera reconocer, siempre que venía un recuerdo de lo que “había ganado” desde que Youngwoon lo acompañaba, a su mente, una sonrisa se le escapaba.

Claramente Youngwoon nunca notaba eso, pues, iba a varios pasos detrás de él.
Jungsoo se dirigió tranquilamente a su salón de clases, esto era lo que más odiaba Youngwoon, pues, pese a que no se notaba, ellos eran de años diferentes, siendo Jungsoo el mayor, aunque, para los demás Youngwoon se veía mayor.

-Ah~ nuestro Teukie viene muy feliz –decía Heechul con una sonrisa igual o mayor que la de Jungsoo.

Esto era lo que más le fastidiaba a Youngwoon de tener clases diferentes. 

Kim Heechul.

Uno de los mejores amigos de Jungsoo. A quien trataba con mucho cariño, y podía notar a veces, con amor. 

Sin duda Heechul sabía de Youngwoon, y como no hacerlo, cuando aquel enorme tipo casi le rompía su hermosa cara, un día en los baños. Describiendo ese día como “el peor de todos en su miserable vida”

Las horas pasaban y la hora de volver a casa llegó.

La rutina de Youngwoon y Jungsoo se cumplía una vez más. 

Había una que otra vez, Jungsoo pasaba a una tienda de 24 horas a comprar unas bebidas.

-Toma –dijo extendiéndole una lata con bebida de ginseng.

-¿Ginseng? –dijo viéndolo desconcertado.

-Puede que en algún momento te encuentres con fatiga, tanto física como…emocional. –dijo, ya con un pequeño tono de cansado al ver que no tomaba la lata. –Bien, si no la quieres pues… 

-No. La tomaré –dijo, para rápidamente aceptar lo que le ofrecía, rozando levemente la mano de Jungsoo, haciendo que este la quitará rápidamente por el contacto.

-Bien. –dijo, para luego continuar con la marcha hacia su casa. 

Al llegar, Youngwoon  solo se cercioró que Jungsoo estuviera dentro de su casa para después irse. 

Jungsoo dejó caer su mochila en la puerta de su casa, se quitó sus zapatos y entró. Su madre lo recibió con una enorme sonrisa y él le correspondió.

-¿Por qué no invitaste a tu amigo a entrar? –preguntó su madre luego de colocarle el último platillo de comida sobre la mesa.

-¿Amigo? –preguntó confundido mientras tomaba una cucharada de sopa.

-Sí. Vi que alguien vino contigo. Debiste ser más cortes y decirle que entrara. 

-Él no es mi amigo, madre. –su madre ya no dijo más y terminaron de comer.

-Tsk. ¿Mi amigo? ¿Ese loco? –decía Jungsoo en su habitación.

Ellos no eran nada más que desconocidos, eso estaba claro, al menos para Jungsoo que se lo repetía una y otra vez.

Youngwoon llegó a su casa, cansado, como siempre.

Sabía que de alguna forma perdía su tiempo al estar detrás, literalmente, de Jungsoo. El irlo a traer y llevar del instituto a casa de este último, era agotador, mentalmente.

Saco la lata de ginseng, que anteriormente Jungsoo le había regalado y la observó por un rato.

La dejo en su mesa de noche y se dirigió hacia su comedor, donde sus padres lo esperaban.

Al día siguiente, Youngwoon se levantó más temprano de lo normal. Lo cierto era que, no había podido dormir en toda la noche, por pensar en su situación con Jungsoo.

Llegó nuevamente a la casa de Jungsoo y lo espero, como siempre.

Se encontraban caminando, cuando de pronto, Youngwoon decidió animarse a decirle lo que le rondo en su cabeza toda la noche.

-Jungsoo…

-Dije que mantengamos distancia. 

-Tú… ¿No has pensado lo que siento por ti? –los dos se detuvieron. Jungsoo se giró para verlo.

-Mira...Youngwoon, lo que tu sientes por mí es nada más que…algún tipo de curiosidad. ¿Piensas que es amor?

-¿Por qué no? –le enfrentó.

-Sabes que…”este” tipo de amor no es normal ¿Cierto? Digo, no quiero lastimarte pero… puede que lo que sientas sea curiosidad, y nada más –decir aquello, pese que le advirtió que no lastimaría al otro, terminó por lastimarse a sí mismo.

Youngwoon sólo giró su rostro, como meditando lo que le había dicho.

Jungsoo decidió ignorar lo que había sentido y volvió a retomar su camino, siguiéndole el otro.

A la hora de salida, Youngwoon no se encontraba fuera de la clase de Jungsoo, este quiso ignorar del porque y comenzó a caminar fuera del instituto, hasta que se topó con una vista que, según su corazón, no le agrado nada.

Youngwoon se encontraba hablando con una chica, al parecer, muy agradables. Jungsoo rodó sus ojos y decidió irse de una vez.

Al llegar a su casa no quiso comer, diciendo que no tenía hambre, cosa que era cierto. Pues, de alguna forma el ver a Youngwoon con aquella chica le quito el apetito y ganas de hacer cualquier cosa.

Decidió dejar de pensar en eso conectándose en internet.

Vio que Youngwoon también  se encontraba conectado, pero a Jungsoo le extraño que este no le hablara, pues, cada vez que los dos se encontraban conectados, era el menor el que comenzaba a hablarle. Y aunque el otro fuera cortante, Youngwoon encontraba temas de conversación.

Prefirió dejar todo de lado y escuchar música. Ya vería lo que sucedía mañana.

Mientras, en la casa de Youngwoon, se encontraban teniendo una pequeña reunión.

-Tu padre consiguió un mejor trabajo –decía su madre.

-Me alegro por ti, padre –decía sonriente, en lo que podía, Youngwoon.

-Sí, la cosa es….que tendremos que mudarnos –dijo ahora su padre.

-¿Cómo? –su sonrisa se borró del todo.

-Queremos…que termines aunque sea este año escolar. Sería muy ingrato de nuestra parte que te fueras a mitad del año. –su madre se había acercado a él, para darle leves caricias en la cabeza.

-Yo… ¿Es oficial esto? –seguía sin comprender.

-Si –dijeron sus dos padres.

-Bi…bien –se levantó. –Estaré en mi habitación. Y se fue.

Realmente, no había mucho que le atara a ese lugar, salvo Jungsoo.

Pero, él, no correspondía siquiera algo de sus sentimientos, no eran ni amigos, por más que él haya intentado que lo fueran.

Él se hubiera conformado con esa amistad.

Entonces, desde mañana comenzaría a empacar todo lo que le pertenecía, sabía que una mudanza sería un tanto cansina y pesada. Por lo que dejar todo para de último no sería bueno. Y sus clases comenzaban a llegar a la recta final, pronto se iría de ahí.

Pasaban los días y Jungsoo, de alguna forma, se había acostumbrado a que Youngwoon ya no llegara a traerlo y menos a dejarlo.

Sabía que ese momento llegaría. Pero algo en él le decía que algo faltaba. 

No sabía cómo, pero se había acostumbrado tanto a la presencia del otro. Que ahora, sin duda, le hacía falta.

Pero se dijo a sí mismo, que como se acostumbró a tenerlo detrás de el de un lado para otro, también tendría que acostumbrarse a no tenerlo cerca.

Después de todo, tarde o temprano tendría que haber pasado.

El tiempo pasó casi volando y ya se encontraban en las semanas finales de estudio. 

Jungsoo había ido a la dirección a dejar unos papeles, cuando vio a Youngwoon y rápidamente se escondió. No sabía el porqué, pero su instinto le dijo que lo hiciera.

-Bien, joven Kim. Aquí está toda su papelería –decía la secretaria a Youngwoon mientras le entregaba un folder con lo antes dicho.

-Gracias –respondió Youngwoon con una sonrisa, un tanto forzada.

-¿Y cuándo se mudara? –preguntó la señora.

-Dentro de unos días. 

-¿Y ya tienen todo listo? Es mejor asegurarse, créame, me he mudado varias veces –dijo riéndose por lo último.

-Si…ya está todo listo. Gracias nuevamente –dio una reverencia y se marchó de ahí.

La cara de Jungsoo era indescriptible, el escuchar que Youngwoon se mudaba le traía un sinfín de preguntas a su cabeza.

¿Por qué se muda? ¿A dónde? 

Esas eran unas de ellas. Heechul lo sacó de sus pensamientos asustándolo.

-¡Oye! –le reclamó

-Es que te veías tan cómico con esa cara. –dijo riendo. -¿Qué haces aquí, eh? –preguntó mientras lo arrastraba fuera del escondite.

-Solo…solo vine a dejar unos papeles –dijo mostrando lo que llevaba en las manos.

-Sí, claro. –se acercaron con la secretaria. -¿Ya vino Youngwoon a traer sus papeles? –preguntó.

Lo sorprendente era, que Heechul era el presidente estudiantil, pese a que se veía como alguien descuidado con sus clases y demás. Pero de alguna forma se había ganado el apoyo de gran parte de estudiantes.

-Sí. Hace unos momentos se fue. Era un chico grandioso, que lástima que se haya ido –dijo con nostalgia.

-Si… una pena. –Heechul volteó a ver a Jungsoo como si supiera algo, pero el otro sólo ignoró lo que la mirada le decía.

-Yo… venía a dejar esto –habló al fin Jungsoo.

-Gracias cariño –la secretaria le recibió los papeles.

-Heechul… -Jungsoo lo llamó mientras lo alejaba un poco de ahí.

-¿Qué pasa?

-Tú… ¿Acaso sabes la dirección de donde vive Youngwoon?

-¿Por qué? –lo vio divertido.

-So…solo –le era difícil decir para que lo quería –bien, si no lo sabes, no importa.

-Claro que lo sé, cariño~ -dijo como burla.

-Eish, no seas así.

-Bien. Te lo daré. Como buen amigo que soy. 

-Gracias. –lo vio feliz.

-Pero – Jungsoo sabía que habría un pero. –A cambio, deberás de decirle a Hankyung que tiene que venir a hablar conmigo.

-¡Pero tú puedes hacer eso! 

-¿Lo harás o no? –le advirtió.

-Bien lo haré –se resignó.

Heechul le dio anotado la dirección. 

Jungsoo, de los días que quedaban de estudio no hizo nada más que ver la dirección, acostado en su cama.

Debatiéndose del porque había hecho eso. Youngwoon y él no eran nada, si bien, entraban en la categoría de conocidos. O bueno, era lo que siempre se decía.

Pero, por más que se negara, sabía que algo en su interior le decía que Youngwoon era más que su conocido. 

Le hacía falta tenerlo a su lado. Ese “acosador” detrás de él, las pequeñas y cortantes platicas que mantenían por chat. Y las caminatas de ida y vuelta del instituto a su casa.

No estaba comenzando a sentir amor por el ¿Cierto?

No. Él mismo le había negado esa posibilidad a Youngwoon un sinfín de veces.

Pero. ¿Ahora qué estaba pasando?

¿Era quizá el sentimiento de que nunca más vería a Youngwoon?

¿O el remordimiento de que lo había tratado mal respecto a sus sentimeintos?

Lo cierto era que, ya los días se estaban acabando y si tenía esa dirección, tendría que utilizarla.

Al día siguiente, Youngwoon no había ido a estudiar, haciendo que de alguna forma alterara a Jungsoo. 

No se lo había topado para nada, y él mismo sacó sus conclusiones.

Habían adelantado su viaje.

Jungsoo decidió saltarse sus clases para irse a su casa.

Cuando llego, se topó con Youngwoon en la entrada. Tranquilizándolo enormemente.

-Youngwoon… -dijo en lo que su agitada respiración le permitía.

-Jungsoo –dijo con una sonrisa.

-¿Qué paso? ¿A qué se viene tu visita? –dijo indiferente.

-Yo… vine…. Quería saber si  has pensado sobre mis sentimientos. 

-¿Qué?

-Sé que has dicho un sinfín de veces que…

-¿Es eso? ¿Sólo eso? –decepción había en su voz, y no sabía porque.

-¿Eh?...si, es eso. 

-Bien, solo te repito lo de siempre. Yo no sentiría algo por ti. Es… simplemente no lo sentiría. –se decía más a si mismo que al menor.

-Bien –bajo su cabeza decepcionado. Había ido ahí, deseando que algo diferente hubiera pasado. –Me voy - dijo dando una sonrisa triste.

-¡Youngwoon! –dijo Jungsoo cuando el otro ya estaba un tanto lejos. Haciendo que este parara, sintiendo una esperanza dentro de su ser. –Nos vemos pronto –dijo esto último, sabiendo que realmente eso no sería cierto.

-Nos vemos –dijo totalmente deprimido Youngwoon.

Jungsoo paso inquieto toda la noche. Sin duda, no sabía del porque su actitud tan fría y dura con Youngwoon. 

Pero, él mismo era el que se negaba a pensar siquiera en sentir algo por el menor.

Simplemente no se podía.

Al día siguiente, sábado, Jungsoo no había hecho gran parte de provecho de su descanso.

Aún se encontraba viendo la dirección de Youngwoon en su cama. Pero como las horas pasaban un fuerte dolor sentía en su corazón, como si algo desastroso para él estaba pasando.

De pronto, una pequeña voz en su interior le dijo que dejara de ser cobarde, y pese que aún no supiera claramente lo que sentía, que fuera y afrontara todo.

Tomo rápidamente sus llaves y salió corriendo hacia dicha dirección.

Mientras lo hacía, recuerdos pasaban por su mente. Se golpeaba a si mismo por haber sido tan malo con Youngwoon, el otro lo único malo que había hecho, era confesarle su amor.

Su más sincero amor.

Cuando llego pudo notar que ya no habitaba ni un alma dicha casa, se sintió muy frustrado y dio fuertes pisadas al pisado.

De pronto vio como salía un auto y en él se encontraba Youngwoon, quien no lo vio, pues tenía la mirada gacha.

Como pudo intento acercarse al auto, pero el auto iba rápido.

Decidió correr detrás de él, gritando.

-¡Youngwoon! ¡Youngwoon! –decía muy agitado.

Decidió parar para tomar algo de aire.

-¡Youngwoon! –dio su último grito detrás de aquel auto que se alejaba cada vez más. 

¿Por qué no comenzamos a tomar riesgos?

Puede que, por dejarlos ir, perdemos nuestras mejores oportunidades en la vida.

No importa el qué dirán, y las consecuencias que traigan. Pero, es mejor arrepentirse de lo que se ha hecho y no de lo que no se hizo.

Recuerda.

El que no arriesga…


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