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Deseo... por TabiiiTa

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Notas del fanfic:

Hola, hola. No ha pasado mucho tiempo, pero aquí me tienen de vuelta.

Esta historia la escribi hace mucho, mucho, mucho tiempo y hoy la encontré y decidí terminarla. :D

Originalmente se llamaba "La fuente magica", porque bueno todo pasa en una fuente magica, si lo sé soy muy creativa -notese mi sarcasmo- A última hora me iluminé y cambie el nombre a "Deseo..." -si los puntitos también son parte del nombre-

 

Notas del capitulo:

Aclaración: No trata realmente sobre magía.

Este fic habla sobre el comienzo de la historia del jongyu en una fuente magica [no esperen más, por favor]. La fuente de la que se habla aquí, realmente existe y se llama Fuente Neptuno, es un lugar turistico en Chile, queda en el cerro Santa Lucia, en Santiago. Aquí es dejo una imagen para mis lectoras internasionales. Si algún día vienen a Chile vayan a verla y acuerdense de mi(?) Es relajante ir a allá :D

 

Fuente Neptuno

 

 

Si ven algún error o incoherencia, por favor avisenme~ son las 2:30 am aquí y los estudiantes normales deberian estar durmiendo, ustedes entienden, soy un zombie ahora mismo(?)

En fin, disfruten su lectura ^o^

 

 Jinki no creé en magia, ni cosas sobrenaturales, ni siquiera está seguro de creer en Dios, ni mucho menos cree que si pides un deseo a una fuente, este será concedido sólo por el hecho de arrojar una moneda en ella – aun si se trataba del mis mismo Neptuno, el dios de los mares, quien custodia la fuente.

Jinki tiene buenas calificaciones, una familia amorosa, incluso un par de chicas se le habían declarado ese año por lo que se considera medianamente atractivo, tiene un par de amigos muy agradables, le gusta leer como pasatiempo y en general es conocido por ser  un buen chico con una buena vida. Solo hay un pequeño detalle en la vida de Jinki que nadie conoce, no es del todo feliz. No hay una razón en particular por la cual no es feliz, solo no siente esa sensación de plenitud que tiene una persona feliz y en cambio siente un gran vacío en su vida que no lograba llenar con nada.

Por eso, Jinki quien no cree en la magia está allí frente a una fuente mágica, con una moneda sujetada firmemente en su mano derecha, mirando el agua caer a chorros como una cascada. Tiene una expresión determinada en su rostro y en el interior está  completamente calmado gracias al efecto tranquilizador que ejerce el sonido del agua sobre él. Está listo para lanzar su moneda y reclamar su deseo en cualquier momento. Un deseo que cambie su vida, que lo libere del vacío y que lo haga feliz. Pero Jinki sabe que no puede simplemente pedirle a la fuente que le de felicidad, eso es demasiado vago y la fuente podría no cumplirlo, por eso se rebana los sesos pensando en que desear. ¿Qué puede ser ese algo que le hace falta para ser feliz?

La primera vez que encontró esa fuente fue por culpa de sus deberes, tenía que hacer un trabajo de investigación para su escuela sobre lugares turísticos y  al encontrarse con aquella fuente mágica creyó que sus compañeros entusiastas y soñadores quedarían encantados con la idea de los deseos y además obtendría la máxima puntuación fácilmente. En la terraza de Neptuno ubicada a los costados de un cerro, hay una fuente de agua alta y de color amarillo con blanco, estilo neoclásico. En la parte superior tiene una estatua en representación del dios Neptuno. En los costados de la fuente hay dos grandes escaleras, una por cada lado; en general toda la construcción se nota antigua y romántica especialmente por la leyenda escrita en un cartel justo en frente de la fuente y la razón por la que Jinki iba a visitarla cada semana. “Cierra los ojos, tira una moneda y pide un deseo”.

Han pasado un par de meses que encontró la fuente y no ha dejado de visitarla periódicamente, de alguna manera siente que algo espera por él o que puede encontrar su felicidad allí justo en esa fuente, no sabe cómo o por qué, pero siente que allí la encontrará. Cada fin de semana la visita, cuando llega mete una mano en sus bolsillos en busca de una moneda, , la eleva en el aire, y cierra los ojos pero al momento de pedir el deseo su mente queda en blanco, no sabe que desear. Nunca sabe que desear. No acepta el hecho de irse sin haber encontrado nada así que se queda allí de pie por lo menos 20 minutos cada vez, pensando en algo que pedir, hasta que con un poco de decepción se da por vencido y se promete volver la semana siguiente.

Esta vez no es diferente, sigue allí de pie frente a la fuente con su mente en blanco, pero ya han pasado treinta minutos y su mano cansada cae a su lado, aun con un férreo control sobre la moneda. Da un gran suspiro  y lleva ambas manos a los bolsillos de su chaqueta, dispuesto a irse da dos pasos retrocediendo un poco, pero justo cuando va a girar para alejarse, siente una extraña sensación invadiendo su cuerpo, como si algo lo atrajera a la fuente, y de la nada su corazón late acelerado lleno de adrenalina. Y entonces sabe que allí esta, a un paso de su felicidad, ya sea que la fuente le está dando una señal o simplemente se está volviendo loco, decide subir las escaleras, cree que si cambia su perspectiva quizás pueda saber que desear. Sube por la escalera izquierda, aunque no alcanza a llegar a la cima porque justo cuando está en la mitad una idea llega a su mente.

En ese momento saca las manos de sus bolsillos y mientras cierra sus ojos lanza la moneda a la fuente, no necesita pensarlo más sabe exactamente lo que pedir. Encuentra estúpido no haber pensado en eso antes, siendo lo más lógico. Pero finalmente lo pide: “Quiero encontrar eso que me falta para ser feliz”.

Abre sus ojos unos segundos después de pedido su deseo y enseguida su mirada se fija en la escalera de enfrente. Y lo encuentra, ese algo que le falta, ese algo que lo hará feliz, ese algo que en realidad es un alguien.  Lo sabe porque su corazón da un vuelco, porque su corazón no ha dejado de latir desde que subió las escalares pero al verlo a él se llena de tranquilidad. Entonces por instinto dirige su mirada al agua de la fuente en busca de su moneda pero ha desaparecido, era la primera en ser lanzada y nadie más aparte de él y el otro chico estaba a la vista por lo que se desconcierta por unos segundos. Pero no puede profundizar mucho en el asunto porque de repente su mente se encuentra abrumada por imágenes aleatorias de él y aquel chico de enfrente. Ve sonrisas, caricias, besos y escucha las bromas, los te quiero; es como si su vida transcurriera enfrente de sus ojos, lo que podría ser sí sus caminos se cruzaran. Imagina la felicidad y casi puede sentirla por completo. Son tantas emociones que se ve obligado a cerrar los ojos de nuevo para evitar un mareo. ¿Está viendo su futuro con aquel chico? No lo sabe, pero le gustaría que así fuera.

No sabe cuánto tiempo está así, pero  supone que demasiado porque cuando vuelve a abrir sus ojos aquel chico esta frente a él agitando una mano frente a su rostro.

-¿Estás bien? – le pregunta y Jinki recién se da el trabajo de observarlo con detención. Su cabello es de un color chocolate, ligeramente largo con un flequillo cubriendo parte de su rostro. Tiene una mandíbula marcada, unos ojos grandes que le recuerdan a un cachorro y unos labios acolchados que Jinki no puede evitar querer tocar.

-S-si – tartamudea como respuesta, aun perplejo por todo lo ocurrido y por el repentino encuentro. Retrocede un peldaño y el extraño queda un peldaño más arriba que él haciéndolo lucir más alto.

-¿Seguro? No te veías muy bien desde allá, además estabas con los ojos cerrados y tenía miedo de que te desmayaras– explica el chico con preocupación.

- Estoy bien – afirma Jinki, reponiéndose de la sorpresa y pasando por alto el hecho de que Jonghyun declara haberlo estado observando –Sólo estaba pidiendo un deseo –  confiesa con algo de vergüenza.

-¿No se supone que se piden desde abajo?

-Sí, pero… se me ocurrió de repente y pensé que se me podría olvidar así que no tuve opción.

-Mmmm, ya veo. ¿Y se cumplió lo que pediste? – preguntó el extraño, entusiasmado.

-Bueno, lo acabo de pedir pero creo que sí – contesto Jinki esbozando una sonrisa.

-Ohh~ entonces pediré uno también. ¡Acompáñame! – declara mientras sujeta su mano y lo arrastra escaleras abajo.

Una vez que ambos están frente a la fuente, Jinki tiene su mano de vuelta aunque siente un ligero cosquilleo en la palma. Ahora que están a la misma altura el chico parece ligeramente más bajo que él no le da mayor importancia y lo ve llevar ambas manos a su boca y gritar a todo pulmón.

-¡Deseo que sea mi novio!

Jinki se sorprende, no esperaba enterarse de inmediato de que a aquel chico le gustaba alguien y se decepciona un poco por ello, pero no demasiado sabe que quizás las imágenes en su mente no tenían ningún sentido y no eran ciertas, por lo que no le importa si sólo consigue ser amigo de este chico, sabe que lo hará feliz de cualquier manera.

- Si lo dices en voz alta no funcionará. – Comenta Jinki – Además  tienes que arrojar una moneda,  se supone que es como una ofrenda a Neptuno para que te conceda el deseo o algo así.

- Pareces muy informado. ¿De verdad crees en la fuente mágica? – le pregunta el pelicastaño con tono divertido.

-No? – responde Jinki con algo de duda, se siente un poco tonto y no quiere dejar una mala impresión en su primer encuentro – Pero si lo haces debes hacerlo bien ¿cierto? – dice tratando de arreglarlo.

-Supongo – responde – Por cierto, mi nombre es Jonghyun – se presenta el extraño, sonriendo ampliamente.

 

 

.

.

.

 

Kim Jonghyun no cree en la magia, la única razón por la que visita todas las semanas la fuente mágica de Neptuno está unos metros a su derecha de pie frente a la misma fuente. Aquel chico de cabello oscuro, ojos pequeños y sonrisa encantadora es la razón por la que incluso sabe la historia de aquella fuente. A pesar de que la había visitado un montón de veces sólo cuando lo vio se dio la tarea de investigar sobre la fuente, para averiguar la razón por la que él iba todas las semanas allí.  “Cierra los ojos, tira una moneda y pide un deseo”. Jonghyun no cree realmente en esas palabras, de ser así ¿porque la gente se esforzaría? ¿trabajaría? ¿pagaría por las cosas?, si con una simple moneda se pudiera conseguir cualquier cosa. El mundo sería mucho más sencillo si aquella fuente mágica funcionara. Con tantas fuentes mágicas repartidas en cada rincón del mundo las personas podrían obtener lo que quisieran con solo una moneda, pero no era así ¿cierto? Así que Jonghyun tenía suficientes razones para no creer en ello.

Se preguntaba que pensaba al respecto aquel chico, porque lo veía venir cada semana y estar de pie frente a la fuente con una moneda entre sus manos durante largos minutos.  También se preguntaba si es que aquel chico creía o no la fuente y si algún día tiraría aquella moneda que siempre llevaba consigo.

Al principio lo observaba por mera curiosidad, sólo quería comprobar si aquel chico se decidía a lanzar la moneda, contenía la respiración cada vez que lo veía levantar su mano en el aire, pero cuando no ocurría nada simplemente se iba del lugar un poco decepcionado. Conforme pasaban los días, cada vez se quedaba unos minutos más y su curiosidad lentamente se fue transformando en atracción. Había algo en la presencia de aquel chico, en su ceño fruncido con frustración que le hacía querer hablarle. Aunque nunca lo hizo y siempre mantuvo su distancia desde la escalera.

Hasta que aquel chico por primera vez en meses, hacia algo más que estar parado frente a la fuente. Subió las escaleras bajo la atenta mirada de Jonghyun y cuando llegó a la mitad cerró los ojos y lanzo la moneda  a la fuente. Jonghyun se sorprendió y apenas alcanzo a apartar su vista cuando el otro chico miró en su dirección. Luego de un instante volvió a dirigir su mirada hacia él, pero aquel chico no abría sus ojos y Jonghyun temía que se desvaneciera en cualquier momento. Por eso se apresuro a bajar las escaleras e ir a su encuentro.

Verlo de cerca era cien veces mejor, su expresión aturdida lo hacía parecer adorable y Jonghyun confirma lo que tanto sospecha, tiene un profundo flechazo por aquel chico desconocido. Después de solo unos instantes observándolo agita su mano frente a su rostro para llamar su atención y Jonghyun tiene la sensación de que todo comenzará allí.

-… Pero si lo haces debes hacerlo bien ¿cierto? –escucha decir al chico de sus pensamientos, siendo devuelto a la realidad.

-Supongo – responde Jonghyun – Por cierto, mi nombre es Jonghyun – se presenta, recordando que aun no sabe el nombre de su flechazo.

-Soy Jinki – responde el chico de ojos rasgados. Lo ve buscar en sus bolsillos y luego sacar una moneda – Aquí tienes, ahora puedes pedir el deseo – lo anima, con una tímida sonrisa.

Jinki intenta ser agradable para ganarse su confianza con la esperanza de  poder comenzar una amistad.

Jonghyun recibe la moneda con una sonrisa divertida, le parece gracioso que aquel chico diga no creer en la fuente pero que se encargue de que siga cada paso para pedir su deseo.

Sin pensarlo mucho toma la mano de Jinki despreocupadamente y entrelaza sus dedos. Jinki se sorprende y se pregunta si debería evitar esa clase de contacto. Se acaban de conocer, después de todo. Pero la mano de Jonghyun no le molesta y de hecho se siente cómoda, así que decide que puede tolerar eso por unos minutos.

-Apoyo emocional – aclara Jonghyun y Jinki asiente ante la comprensión un poco avergonzado.

Es turno de Jonghyun para pedir su deseo y lo hace rápido. Lanza la moneda y lo pide con los ojos cerrados. Luego se voltea a mirar a Jinki aun sosteniendo su mano.

-Ahora tengo que ver si funciona –advierte.

Justo cuando Jinki cree que Jonghyun soltará su mano y se irá en busca de su futuro novio. Siente los labios de Jonghyun sobre los suyos, es un roce fugaz pero tierno y logra hacer que su rostro parezca un tomate. Parpadea repetidas veces con confusión y Jonghyun sólo lo observa sonriente.

-¿Quieres ser mi novio? – pregunta a continuación.

-¿Qu-é? Apenas… nos conocemos – responde Jinki con torpeza.

-Te he estado observando desde hace unas semanas, se podría decir que te conozco desde antes.

-Eso suena un poco espeluznante – dice Jinki riendo con nerviosismo intentando deshacerse de la vergüenza.

-Respóndeme, por favor – insiste Jonghyun.

-Bueno yo… podría intentarlo… – dice Jinki con timidez.

Una gran sonrisa ilumina el rostro de Jonghyun y Jinki no puede evitar contagiarse. Una cálida sensación se posa en su pecho y siente como el vacio que tanto se esforzó por llenar, desaparece instantáneamente.

Se quedan tomados de la mano mientras buscan con algo de timidez la mirada del otro. Es la primera vez que sus miradas se encuentran tan directo y ambos sienten sus corazones a punto de estallar. Es agradable. Tan agradable que junto al hermoso paisaje de fondo deciden grabar a fuego en su memoria la imagen del principio de su historia juntos.

Quizás Neptuno le concediera sus deseos o quizás no, pero ciertamente saben que es magia lo sensación burbujeante que se posa en su estomago. Qué también es la magia la responsable de su encuentro con Jonghyun y más aún que su amor en sí, es magia.

Notas finales:

¡JongYu is Magic!

No pude evtar acordarme del grupo "JongYu" es magic con el último parrafo xD Siempre encuentro amor allá <3

Si no se han unido, unansé, no sé arrepentiran *^*


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