– Era él... – Kris no podía quitarse aquella imagen de su cabeza, no podía dejar de llorar, no podía dejar de sentirse una mierda, el chico que estaba en la banca era Tao, después de 10 años había llegado al lugar, pero...
FlashBack...
– Llegaste Tarde... ¿Tao? – Mas bien, al pronunciar su nombre había sonado como una pregunta, El rubio estaba parado en su lugar, observaba la cabellera negra del joven quien ocupaba la banca. Esté no se movía, ni siquiera había girado a verlo y ni una pequeña acción, ¿Será otra alucinación? – Tao... – Volvió a pronunciar su nombre en un susurro.
El aludido conocía esa voz, estaba seguro quien era, ¿Quien más en China lo conocería? Estaba seguro que el embajador no andaba en aquella plaza, y tampoco se atrevería hablarle sin los modismos necesarios. Tenía un problema, no quería verlo... ¿Cómo poder volver a verlo? No quiere tener amistad con él, porque... no, no siente nada pero... Mierda, a quien engañaba...
Tao no quería amistad con Kris, con ese muñeco, con el rubio... no quería nada con él, porqué... ¿Cómo tener de amigo a quien has amado por casi 11 años? Eso es estúpido y él no lo haría. En ese instante sólo se levanto del lugar, no pudo ni siquiera girarse, el pecho se le oprimía, la música seguía sonando en sus oídos y aquello solo lo seguía destruyendo más y más...
– Tao... – Su voz sonaba a penas susurrando su nombre arrastrando cada letra para que pudiera salir de su garganta, le costaba hablar, le costaba asimilar que estaba frente a esa persona que nunca había salido de su mente, de su corazón, que siempre estuvo presente... cada día, a cada hora, cada minuto, segundo... Estaba llorando por la perdida, pero ahora... sus lagrimas salían... ¿De felicidad? Lo había estado esperando y ahí estaba, su cuerpo estaba tensado, ese nudo en la garganta no lo dejaba hablar... su corazón latía con fuerza, no quería detenerse porque sabía que estaba cerca del ser amado... por fin estaba completo... – Ta... Tao~ E-e-eres... – El menor no lo dejo terminar de hablar, se había echado a correr, aguantar aquello no podía, escuchar su voz melosa, no iba a poder verlo a los ojos estaba seguro que se rompería en mil pedazos si lo hacía, pero el mayor no se quedaría allí viéndolo huir...
Salto la banca y echo carrera detrás de él, pasaba entre la gente, estaba vez lo seguiría, no lo dejaría escapar... aunque al final del camino sea sólo un sueño, una ilusión, no lo volvería a dejar ir...
End flashBack.
– ¿Có-cómo... pude? – El rubio sentando en la entrada de su apartamento, detrás de la puerta, lloraba como si fuera un niño. Se le había escapado, no lo pudo alcanzar y lo perdió de vista, lo busco, lo busco por horas pero no lo lograba hallar... ¿Qué podía hacer ahora? ¿Qué podía hacer? Se preguntaba porqué nadie era capaz de darle una respuesta, nadie nunca se la dio, nadie nunca fue capaz de decirle como dejar de amar a alguien...
– Kri-kris... – Por su parte estaba el niño de los ojos negros, el niño que había escapado, el niño que no era capaz de volver a ver quien lo daño en su momento. Caminaba por las calles directo al hotel, debía irse del país, huir cómo ya lo había echo alguna vez, esta vez odió volver a China, siempre que volvía por trabajo trataba de no ir a muchos lugares porque muy en el fondo aunque dijera que estaba cansado para salir, era porque no se lo quería encontrar, y resulta que ahora... ahora que por fin se decidió a caminar tranquilamente por la calles se le aparecía, además... además esa imagen seguía en su cabeza...
Entre un callejón oscuro se encontraba apoyado en la muralla, su respiración agitada, se secaba las lagrimas con su ante-brazo y se mordía el labio con fuerza, esperaba poder haberlo perdido, que no haya visto que se metió allí. Tomando la suficiente valentía se asomo un poco, solo su rostro para observar si venía detrás y... Allí estaba, con sus manos apoyadas en sus rodillas, se veía agotado, su cabello rubio, su cuerpo ejercitado, estaba mas alto, llevaba un arete en la oreja, sus ojos... esos ojos estaban rojos, lagrimosos, sus mejillas húmedas, se había reincorporado y miraba a su alrededor, otra vez se escondió, otra vez volvió a mirar, Seguía parado allí, mirando a sus costados, ¿Por qué lloraba? ¿Por qué lo seguía? ¿Por qué estaba allí? ¿Por qué lo nombraba? ¿Por qué lo hacía llorar? ¿Por qué... por qué tenía que seguir... amándolo?
Entrando a su dormitorio en el hotel soltó el llanto nuevamente, se cubrió los labios con su mano, ¿Desde cuando lloraba por él? Llevaba años haciéndolo y aun tenía lagrimas en su interior para derramar por esa persona, ¿No es el fin del recorrido?
– So-soy Wu Yi fan... necesito buscar a alguien... Huang Zi Tao, búsquelo, por todos los hoteles del país si es necesario, vuelos del extranjero... Todo, necesito hallarlo y... necesito la información para hoy mismo. Tiene 24 años, cabello negro, tiene bolsas negras alrededor de sus ojos, sabe artes marciales, ah~... no se que más, sólo hallelo. – Fin de la llamada, Hace diez años quiso buscarlo, se moría por contratar agentes para hacerlo, con todo le dinero que tenía podía haberlo echo... pero, por algo se había ido ¿No? Ya dejo pasar bastante tiempo, y no lo dejaría escapar...
Eran las 16:35PM. Lo había visto hacía mas o menos una hora, los nervios lo estaba comiendo por dentro muy rápido, se sentía morir, no sabía que más hacer, se movía de un lado a otro, caminaba al balcón de su apartamento, observaba la ciudad... nuevamente su figura en su mente, nuevamente todos los caminos que recorrió mientras lo seguía... todos los sueños que tuvo, las pesadillas, la soledad en la que estuvo y en la que esta hundido, y de la que no saldrá a menos que él este a su lado otra vez...
– Serás mío otra vez...
El peli-negro guardaba sus cosas en la maleta, había llamado a la aerolínea que necesitaba un vuelvo a Corea, el que saliera mas rápido, pero el único que quedaba era a eso de las 22 horas, no podía estar ni un minuto más en China, Guardaba sus cosas cómo un loco, Escapar... Salió del hotel, se dirigió a la recepción, pago haciendo una trasferencia en el banco, mas de 5 minutos no le había quitado, un taxi lo llevo al Aeropuerto, por lo menos allí estaría mas tranquilo, observaba las calles, los nervios lo habían apoderado, nuevamente opto por hundirse en la música, en 30 minutos llegaría al aeropuerto mas o menos, era un camino largo, pero así perdería tiempo...
X-japan – Forever love ...b35;
¿Por qué?
El rubio estaba mas desesperado, estaban siendo casi las 19:10Pm, no tenía ninguna llamada, su celular parecía pegado a su mano, seguía paseándose, sentía frió en su cuerpo, temblaba porque no lo quería perder... Estaba seguro, que si una vez escapó cuando se juntarían esta vez iba a volver hacerlo... pero no sabía donde buscar, estaba colapsando, no sabía donde dirigirse... donde llamar, donde ubicarlo... Estaba en blanco, lo único que seguía en su mente eran los recuerdos.. Cuando lo conoció y se le acercó tan amigable como nadie lo había echo, el recuerdo de su primer beso... su primera caricia, las veces que caminaban juntos... las risas, los besos, los regalos... las miradas cómplices al ocultar que se querían, se arrepentía de nunca haberle dicho cuando lo quería, de todo lo que sentía por él... se arrepentía de nunca haberle dicho que lo amaba con todo su corazón...
Tao registraba su equipaje, su pasaporte y recibía el pasaje del vuelo, eran las 7 y tanto, solo eran 3 horas más, pero estaba bien, en pasar por la aduana, esperar todo el tramite que se tenía que hacer para salir del País, perdería dos horas y solo le quedaría una hora... Eso esperaba.
– Señor Wu Yi Fan... Lo encontramos, el joven Huang Zi tao se estaba hospedando en el Hotel Crowne Plaza Beijing Wangfujing , pero... Se retiró a eso de las 5 de la tarde, pago la cuenta y se fue... seguimos buscándolo y nos indicaron que tomo un Taxi al aeropuerto, compro un pasaje vía telefónica lo retiraría al llegar, va a directo a Corea el vuelo sale a las 22hras...
– Gracias... – Le volvió el alma al cuerpo, eran casi las 9 de la noche, tomo una de sus chaquetas de su armario y corrió al estacionamiento mientras se colocaba la prenda, su celular lo llevaba consigo, No debía tardar más, este ya estaría pasando por los controles para ir al avión, iba a Corea. Corría en su auto, no podía tardarse, estaba tan nervioso de llegar tarde y dejar que se fuera en ese momento, que el corazón se le volvía a oprimir de tan solo imaginar perderlo nuevamente.
– No volveré, no puedo volver aquí otra vez... – Le quedaba menos de 50 minutos para abordar, su vuelo saldría en unos minutos, apretaba su pasaje y su pasaporte, estaba sentando esperando, había pasado por los controles, el registro, la aduana, estaba todo listo, solo quedaba esperar un poco. Observaba la gente pasearse por todos lados, la música seguía en sus odios, sólo aquello lo tranquilizaba, sólo aquello podía llenar su corazón de aquella angustia que sentía.
21:26PM. Dejó mas bien el auto tirado en la entrada del aeropuerto, y se bajo corriendo de este hacía el lugar, veía mucha gente por todos lados, niños sentados junto a sus padres, extranjeros, azafatas, pilotos, jóvenes, adolescentes, veía a tantos pero nadie era quien quería que fuera... subía las escalera debía buscar el vuelo a Corea, estaba desesperado, su pecho se apretaba a cada minuto que pasaba, cada segundo sentía que un pedazo de su corazón volvía a caerse, tanto le había costado reconstruirlo aunque no estaba él, que ahora volvía a desmoronarse de a poco.
– Tao, Tao... ¿Dónde te metiste? Ah~ Ese mocoso... – En su mente se preguntaba donde mierda podía estar metido, estaba en el sector de ese vuelo, veía a algunos reírse junto a sus novias, matrimonios, otros que viajaban solos... algunos de pie, otros sentados, Faltaban 30 minutos, se comenzaron a levantar la fila para abordar el avión se iba formando detrás del vidrió del que estaba... No lo veía, no podía encontrarlo...
– Llego la hora... – Fue casi el último en levantarse de su lugar, seco los residuos de sus lagrimas que habían caído, tomo aire profundamente y voto todo aquello que había en sus pulmones para luego regularizar esta, estaba listo para irse, por fin podría seguir en calma, se giró en su lugar y camino directo a la fila que se formaba...
– ¿Pensabas escapar? – La voz nuevamente inundo todo su ser, la reconocía... quizás ya estaba volviéndose loco, quizás todo lo que lloro lo hizo alucinar en estos momentos, pero se sentían unos pasos detrás suyo... cada vez sentía ese calor mas cerca que volvía a paralizarlo en su lugar--. ¿Crees que es tan fácil huir otra vez?
En su momento Kris se sentía victorioso, lo había encontrado no lo dejaría ir...
– ¿Crees que ibas a poder huir de mi otra vez? Tao... – Llegó a su lado, detrás suyo, sentía su aroma perfectamente, era casi de su porte, había crecido bastante, los dos, su cabello negro, su cuerpo era esbelto, volvía estar a su lado... su corazón volvía a latir tan rápido que de seguro se saldría de su pecho, sentía que todos podían escuchar aquellos latidos. Estaba atento esta vez de que no escapara al avión. Su mano temblorosa se alzo, como la primera vez que lo iba a tocar, en aquel primero beso, la apoyo sobre su cadera... Estaba caliente, ese cuerpo que no tocaba hace tanto tiempo...
– Kris...
Bueno, quizás... todos deben sufrir en algún momento de su vida para poder llegar a encontrar la felicidad, quizás es normal en la vida de todos, pero... ¿Diez años? Era necesario dejar pasar tanto tiempo para poder estar junto a él nuevamente, para poder volver a sentir sus labios y poder abrazarlo con tanta fuerza que nuestros cuerpos se fundían en nuestro calor corporal, ¿Era necesario sufrir tanto? Ah~ Si lo veo de este modo, los dos debíamos madurar, eramos unos niños y... quizás si era necesario la lejanía. Ahora los dos somos hombres maduros, que piensan con la cabeza.
Al final... Me lo termine llevando del aeropuerto, luego de una 'mini' discusión con aquello que debía ir a trabajar. Cree que sigo siendo un idiota, me lo lleve arrastrando, la gente nos miraba extraño, pero que me importaba... yo solo seguía mi camino mientras lo halaba de su brazo, iba molesto, pero me sentía tan feliz que aquello nadie lo iba cambiar, tampoco me preocupe si le estaba haciendo daño con eso, solo me lo lleve, no podía dejarlo irse...
Tan idiota no soy.
– Siempre has sido un mocoso. – El rubio murmuro al oído del menor mientras lo abrazaba por su espalda, lo tenía tan apegado a su cuerpo, pues no lo quería soltar. Observaban el amanecer desde su suite, en aquel balcón. Por fin estaban tranquilos luego de las discusiones que tuvieron al llegar al departamento, gritos, llantos, abrazos, golpes, nuevamente llantos, besos... abrazos. Todo valió la pena..
– Tú... Cállate, muñeco...
– Sigues con eso, al final nunca me dijiste...
– Eres mi muñeco de porcelana... – Un silencio cómodo los inundo, no había necesidad de hablar, no había necesidad de decir algo más... El sol les cubría el rostro, sus cuerpos, un amanecer para sus corazones que estuvieron en la oscuridad por tanto tiempo, un nuevo amanecer juntos... de los cuales iban a disfrutar por lo que quedará de sus vidas, la soledad desapareció, solamente serían ellos dos volviéndose amar...
– Te amo, Tao... Perdón si no... – Un beso lo calló, tan cálido como sus brazos, tan suave como sus caricias, tan cargado de amor cómo sus corazones, tan perfecto como siempre fue su amor, su relación... un beso que sellaba el que siempre estarían juntos aunque hubieran peleas.
– Te amo...