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Mala Suerte...Atraída. por Pasitea

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Notas del capitulo:

Pronto a terminar....

En su habitación, escribe una larga carta…presiente que Yuri no tardará en ir a buscarlo.

Agarra nada. Shinou le concede la última gracia.

-¿Estás seguro de esto?- cuestiona la miniatura.

-No lo sé… pero si sigo aquí moriré…supongo que da lo mismo…-

-Te lo advertí, pero tengo que aceptar que no salió como esperaba, me pregunto si habré escogido a una mala persona para mi sucesor…-

-No lo hiciste…yo…debo marcharme, antes de que se aparezca…-

-Te echaré de menos, Sabio…Gracias por todo…-

-Una cosa más: quítame las cadenas…por favor.-

-¿En serio?-una sombra de tristeza cubre el rostro del mini dios.

-Sí…ya no quiero sufrir…-

Toma el pergamino translúcido donde ha escrito para dejarlo en la cama.

Ese maldito olor de lavanda.

-¿Entonces Shinou?-

-De acuerdo… Ten…- le da una botellita que apenas contiene líquido ambarino- son solo dos gotas…Tú decides que harás con ellas una vez en la Tierra, pero ten en cuenta que una es para sellar y la otra…-

-Conozco la segunda, no hay porque decírmelo…yo soy el creador.-

-No hay vuelta atrás Sabio-

-Lo sé…Me voy, cuida de él por mi…-

-No. Eso no. Deberá aprender por si mismo…aunque muera en la vía…-       

-Que cruel…- ríe triste - Es hora, mi amigo…-

-Sage… No te arruines por ese mocoso… discúlpame por todo lo que te eh hecho cargar en estos siglos, sé que no fue nada justo pero  no tuve alternativa.-

Dio la última vista al aposento, diciendo adiós al conjunto de sueños rotos que lo adornaban, lacerándose el corazón que apenas palpita.

“Ojalá que todo vaya bien…Yuri.”

Que todo les vaya bien.

Admite a su mente reprocharle cada una de las ilusiones truncadas; permite a los labios murmurar por última vez.

“Te amo…”

El chasquido producido por el mini dios le hace reaccionar.

-Afuera te espera un caballo, Sabio, debes ir al poniente y en el primer lago, tírate…y ya no vuelvas por favor.-

-Gracias-

Se dirige al ropero, presiona un botón, abriéndose al instante un pasadizo. Se despide una vez mas de su amigo; de verdad no quiere abandonarlo, pero ya hace mucho que terminó sus funciones en ese mundo mágico que su presencia está de sobra.

Lo único que lo hizo volver fue el tarado pelinegro.

Lo único que le mantenía anclado al pasado.

Por lo único que ha errado.

-Hasta siempre, mi joven amigo…Hasta siempre, Ken.-

Es la primera vez que Shinou le nombra así.                   

-No cabeza hueca, para ti siempre seré Jannus, no lo olvides…Adiós Alteza.-

 

La oscuridad del pasillo lo absorbe, impidiéndole respirar por algunos segundos. Camina orientándose por las ráfagas de aire que entran a las catacumbas; sí, al fin ha podido visitarlas.

De arriba llega el parloteo de los invitados; las risas, juegos, etc. Oye a Conrad proponer un brindis; hay algo diferente en el timbre de voz del soldado.

Le hace recordar algo.

 

“-Sir Weller… usted…-

-…Sí…- contestó adolorido.

-No es Susanna ¿Comprende?-

-Ella ahora no importa…yo…a él…-”

 

-Duele mucho, ¿Verdad Conrad? Tanto que hace callar… Fuerzas…-

Sigue de frente, no puede quedarse.

Si duda un solo segundo, todo se vendrá abajo.  La luz del ocaso lo ciega una vez que sale al exterior; los relinchidos que escapan tras unos arbustos le llevan hasta un corcel de ojos zarcos. Respira.

“No hay vuelta atrás… Ya no…”

Las locas ganas le invaden, azuzándolo a retroceder: ¿Dolor o placer? Es sencillo tirar todo, fingir que no pasa nada, encerrar la razón y abrir las piernas cada vez que a su Majestad le plazca; muerde los labios por la posibilidad.

No.

Se niega.

Esta ocasión lo hundirá. No está dispuesto.

 

Encima del caballo pica espuelas con rumbo al próximo lago. A su mente viene la colocación de los aretes, en especial el de Yuri.

 

“-Es la última vez que estoy frente a ti…-

Shibuya le mira prepotente -¿No que me amas? ¿Crees que puedes irte así nada mas?-

-Sí-

-Es a ti a quien quiero, Murata…-

-Pero te casas con Wólfram…-“

 

-“Es a ti a quien quiero”; sonó tan falso, tan estúpido…jamás me querrá.-

Inhala el aire cargado de humedad, de tierra y llanto; divisa una laguna con aguas claras que no hacen más que desesperarlo.

Un espejo de lágrimas.

La noche lo cubre al poco tiempo de su arribo “¿Todo a terminado?” piensa. Con suma precaución y a base de una serie de invocaciones, abre el portal a la Tierra. Amodorrado disuelve en la laguna la mitad de la pócima que le diera Shinou; empieza a brillar tan fuerte que teme que lo vean desde el templo, de todos modos tardarán un poco para ir tras él.

No puede creer que lo abandonará. Se resiste un poco menos que antes ahora que tiene la mitad del cuerpo dentro del agua.

“Adiós.”

La luz del lago desaparece, mientras que el equino pasta a su orilla.

 

 

-¡Maldita sea Ken! ¡Abre la puerta! ¡La voy a tirar sino lo haces!-

La entrada cede a una patada y penetra a la alcoba del peli azul. Fúrico, busca al Estratega. ¿Quién se piensa que es para amenazarlo?

Ha preguntado por él en todas partes y nadie le supo dar razón; pronto encuentra el pergamino transparente  en la cabecera de la cama. ¿Qué idioteces escribió?

 

Yuri:

 

Abriste una ventana despertando una ilusión

Cegando por completo mi razón

Mantuve la esperanza conociendo tu interior

Sintiendo tan ajeno tu calor

Probé de la manzana por amor

 

Quiero ya no amarte y enterrar este dolor

Quiero que mi corazón te olvide

Quiero ser como tú, quiero ser yo el fuerte

Solo te he pedido a cambio tu sinceridad

¿Acaso no pudiste serlo?

¿Por qué siempre soy yo el de la mala suerte?

 

Vienes, me acaricias y te marchas con el sol

Me duele solo ser tu diversión

Dices que me amas, que no hay nadie como yo

Que soy el dueño de tu corazón

Pero alguien más está en tu habitación y es

Triste saber esto.

 

No, no pasa nada si el amor no es perfecto

Siempre y cuando sea honesto

Y no, ya para que pedir perdón, no es correcto

No puedo compartir lo que no se me dio

No soy el dueño de tu corazón

Yo soy quien sobra en esta habitación.

 

Adiós.

 

P.D: De lo que me puedo arrepentir

Es el ser tan idiota.

 

Y por una chispa entendió demasiado tarde.-Vaya imbécil…-

 

-Yuri…-

-¡Shinou!-

-Resígnate. No trates de ir por Murata…él… ya no está en este plano astral.-

-¿Qué?-

-Se ha ido para siempre… si desde un comienzo te hubieras decidido, nada de esto estaría pasando, por tu egoísmo Jannus sufrió mucho…era insoportable, así que le ofrecí una salida que él tomó sin chistar-

-No puede ser…-

-Claro que si… pero tú amas a Von Bielef ¿Para qué te preocupas?-

-¡Es mi amigo!-

-Dejó de serlo al momento en que te acostaste con él conociendo sus sentimientos…al desdeñarlos.- acota molesto el mini dios. -Engañando a Wólfram y humillándome en mí templo que se supone tiene que ser sagrado para ti.-

-Yo…no…-

-Claro que si niño estúpido. Ahora comprenderás lo que es amar en tierra extranjera a un dios desconocido. ¡Lárgate!-

El ojinegro abandona furioso el cuarto.

¡A la mierda Ken! ¡A la mierda Shinou! ¡A la mierda él!

 

 

Un adulto joven camina desganado a un parque; ha sido un dia agotador en la oficina.

-Jaaaaa necesito un buen baño.-

-¡Papi! ¡Papi! ¿Po Qué tardaste tanto?-cuestiona un niño de cómo 10 años que se ha acercado al hombre.

- Es “porrr que”-

-Bueno ¿Porrr qué tardaste tanto?-

Ken suspira derrotado- Mucho trabajo, hijo, recuerda que si no trabajo, no comemos…-

-¡Aaaah! Tengo hambre papi… ¿Jugamos  a las carreras?-

-Esta bien…- y antes de que finalizara la oración, el pequeño estaba corriendo- Es incontrolable ese Kai.-

Lo alcanzó en un restaurante sencillo, en donde el niño ya había ordenado tanto para él como para su papá. Después de un rato, pidió la cuenta y pagó; en la entrada, se topó con una pareja. Palideció al reconocerlos.

-¿Murata?- inquirió el mozo de cabello negro.

-¿Perdón?-

-Sí, tú eres Murata Ken…el Gran Sabio…- respondió el blondo acompañante del azabache.

-Lo siento… no les conozco…Si me permiten salir…-

-Detente- murmuró el desconocido y al hacerlo, le agarró el hombro- El pequeño, ¿Es su hijo?-

El asentimiento del peli azul lo confirmó. Y se le hizo un nudo en la garganta.

-¿Cuál es su nombre?- se anima a preguntar el rubio.

-Kai Yuuki- responde fastidiado el otro.

-¿De verdad no nos recuerdas? Somos Yuri,  solíamos estudiar juntos y Wólfram, amigo tuyo.-

-No se quienes son, les ruego me dejen en paz… Kai, apúrate.-

-Si papi…-

 

Recorre el sendero hasta su casa. Va serio.

“-Claro que los recuerdo…tuve miedo… aquella vez…-“

 

Regresa mentalmente a cuando escapaba de Shin Makoku: Al salir de ese mundo y sellar el portal, vio la mitad de la poción que le quedaba; la bebía para recomenzar o la tiraba para lacerar.

Para olvidar o seguir con esos recuerdos.

El brebaje tenía la propiedad de “sanar” la memoria, arrancando todas las escenas tristes que guardaba en un rincón.

 

Y allí estaba, rememorando viejas novelas de su vida. Una lágrima rodó al mentón y de ahí al piso. Al final, no pudo soltar ese pasado.

-¿Papi?-

Esa criatura, viva imagen de Yuri.

Y esa imagen es de él.

 

¿Malos recuerdos? De no ser por ellos, no tuviera a Kai.

¿Mala suerte?

Lamenta el hecho de volver a verlo. Ni modos.

El niño le abraza, carcajeándose de lo lindo.

Todo ha valido la pena.

De la mano de su vástago, se dirige al hogar.

El verdadero hogar.

Y ese aroma de flores de lavanda recién nacidas.

Notas finales:

Y se terminó...

Me gustaría saber que les pareció.

 

Ahora a trabajar en el siguiente.

¡Ja na!


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