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Cronicas de Asgar por PK2

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Notas del capitulo:

Aquí vienen los hijo de Loki. Es lo unico que puedo deir.

Descendencia

El Panorama era desolador, lo que alguna vez fue el imponente castillo de Odín quedaba reducido a escombros. Los asgarianos, aquella raza de dioses que emitían auras de superioridad en los nueve mundos. Ahora estaban reducidos a simples esclavos. Todos usados como animales de cargas para transportar las enormes piedras que serían el cimiento del nuevo castillo de Encantadora. No faltaron los traidores de Odín que  tomaron los roles de capataces y soldados del nuevo orden.

Frigga la madre adoptiva de Loki miraba con tristeza a los fieles seguidores de Odín reducidos a simples esclavos. El rugido de un animal llamo la atención de Frigga. Detrás de una enorme roca se oían los rugidos de la bestia seguido por gritos de algún Asgariano. Corrió tan rápido como sus pies desnudos y repletos de heridas se lo permitieron. Llego al lugar y lanzo un grito ahogado al contemplar la horrorosa escena. El lobo, aquella enorme bestia de color plomo con una línea azul que atravesaba su cuerpo, partía en dos a Magni, el Hijo primogénito de Thor con Jeane, que destaco en el campo de lucha como su padre no solo en lo físico sino también  como estratega. La bestia aún tenía la parte superior del cuerpo de Magni presionado entre sus mandíbulas. La sangre corría como cascadas hasta llegar al suelo y unirse con el charco de sangre que se formaba en la parte inferior del cuerpo de Magni.      

-Demonio…-Dijo la ex reina de Asgar conteniendo las lagrimas y Fenrir giro a verla con aquellos ojos rojos como la sangre. Su gruñido iba en incremento, dejo caer a la parte de Magni que sostenía en su boca. Con un movimiento lento Fenrir giraba para contemplar mejor a la ex reina, sus uñas mostraban extendidas y luego se contraían como lo hacen los felinos antes del ataque.

La ex reina de Asgar cerró los ojos, finalmente se reuniría con su marido, seria muerta por la misma bestia que le asesino. No le temía a la muerte, solo lamentaba dejar a sus fieles súbditos, no haber podido salvar a Magni y no poder liberar a Thor de su prisión.

Espero por su fin pero este jamás llego. Lentamente abría los ojos para contemplar la espalda de un joven. Era extraño, era la primera vez que le veía. ¿Quién podría ser? ¿Por qué le ayudaba?.

-Aún son necesarios- dijo el extraño deteniendo a la bestia con una mano posada sobre la nariz del enorme lobo que movía sus fosas nasales como si le desconociera, pero el olor le afirmara que no era su enemigo sino su hermano.

-Discúlpelo señora-dijo el Joven dando lentamente la vuelta –aún falta adiestrarlo.

La ex reina quedo en estado de shock, aquel extraño joven era muy parecido a Loki. ¿Era su hijo?

Jörmundgander, vio la expresión de terror en el rostro de la mujer. Suspiro su hermano en estado bestia siempre acababa aterrando a todo mundo.

-No es tan malo… sabe- dijo pero en el acto sintió un golpe. Era Fenrir quien tumbo a Jörmundgander con una pata y no dejaba de gruñirle acorralándolo en el suelo, mostrándole aquellos imponentes dientes filosos-Fenrir maldita sea. Soy yo…. Soy tu hermano. Jörmundgander -Gritaba preocupado. Desde que invadieron Asgar, el olor a Sangre y las innumerables batallas, dejaban expuesta la parte de bestia indomable de Fenrir – ¡Hel!!!- Grito y de la anda una joven aparecía detrás de la ex reina.

-Reprused-Dijo la joven cuyo rostro y cuerpo era cubierto por un manto negro. Las palabras mágica elevaron a Fenrir al aire dejando libre a Jörmundgander que lo miraba furioso.

-¡Idiota!- Grito Jörmundgander al lobo para luego ponerse al lado de su hermana- Sera mejor que mamá lo  transforme, está fuera de control-Decía Jörmundgander frotándose los hombros por el dolor.

-Miedoso-Concluyo de la nada Hel desapareciendo de la misma forma en la que llego.

Enfadado Jörmundgander miraba a Fenrir elevado en el aire, estará así un par de horas. Miro a la mujer que no dejaba de mirarlos asombrada, recordando que aparte de la norme bestia lobuna que les ataco y puso fin a la vida de Odín, se hallaban otras dos criaturas, una sombra encapuchada que reconoció como la joven que acababa de desaparecer y la otra una serpiente blanca. De acuerdo a las palabras de encantadora eran hijos suyos y de Loki, y ahora el joven lo confirmaba, era el tercer hijo de Encantadora… La serpiente gigante que Odín desterró al mar negro del mundo de las ocho lunas.

-Eres, eres la serpiente… Otro hijo de Loki. Te le pareces tanto…- Susurro la mujer, no cabía duda, su parentesco lo delataba. Jörmundgander la miro sin expresión alguna, parecía molesto. La expresión de muchacho débil e inocente desaparecía y era remplazada por la expresión de un joven calculador y ambicioso.  

-Siga trabajando- Ordeno pasando marchándose del lugar.

Sentado en las ruinas Jörmundgander miraba como los asgarianos trabajaban sin descanso, de lo contrario Hel los entregaría para ser la comida de Fenrir. Era aburrido, demasiado aburrido. Todos tenían algo que hacer menos él que ya ni podía acercarse a los prisioneros después de ser identificado como la serpiente maligna que acabo con casi toda la guardia asgariana.

Se levantó y camino al encuentro de su madre.

-¿Qué ocurre?-Pregunto Encantadora al sentir la parecencia de uno de sus hijos, eran inconfundibles, emitían esa esencia de muerte. Quedo muda al dar media vuelta para verle. Cada día Jörmundgander se parecía más y más a su padre.

-Loki…-Susurro sin darse cuenta. Jörmundgander miro a su madre y suspiro.

-Soy Jörmundgander-dijo para luego sentarse, Encantadora volvía a darle la espalda y concentrarse en sus pasiones

-Madre-La llamo nuevamente

-Habla, estoy ocupada- Jörmundgander cerró los ojos nuevamente ese muro que ponía entre ambos. Jörmundgander comprendió al tomar forma humana que era muy parecido a su padre y eso conflictiva a su madre y a todos los que conocieron a su padre. Y sinceramente eso le molesto. Deseaba ser diferente a la imagen de su padre, ser como Fenrir un mastodonte en su forma humana, con cara rectangular y esos dientes afilados, pero luego negaba con la cabeza. “Es el destino” concluyo hacía mucho tiempo.

-Fenrir esta asesinado a tus esclavos. Podrías volverle a su forma humana… Me ataco…

- Jörmundgander, Jörmundgander-Dijo encantadora con mirada fría- Puedes parecerte a tu padre, pero solo eres apariencia, como es posible que pese a ser hijo de los magos más poderosos de los nueve reinos te quejes de cosas insignificantes… Lo más despreciable es que admitas tu debilidad abiertamente…- Miro a Jörmundgander, su cara no mostraba expresión alguna, Jörmundgander ya estaba acostumbrado a ese discurso tanto que ya no le importaba- Eres la vergüenza de esta familia. Loki, tu padre controlaba el arte de la magia desde su infancia, tú por otro lado aun no lo logras, apenas puedes controlar tu metamorfosis y así Te quejas de tu hermano… Quizás tu apariencia sea la única característica que heredaste de tu Padre… Por lo restante-  le miro de arriba a abajo -Eres un inútil.

-Lo siento- dijo Jörmundgander alejándose del lugar. Era veneno estar cerca de su madre, y de venenos él era experto. Solo en medio de una montaña comenzó a golpear las rocas para descargar su furia.

-Algún día-Susurro.

-¿Qué haces, Desquitándote con las rocas como un niño berrinchudo?-Preguntaba Hel que aprecia de la nada como era su costumbre

-Lárgate… Quiero estar solo-dijo Jörmundgander en tono amenazante. Hel rio divertida.

-Imposible, Fenrir ha vuelto a su forma humana y está preguntando por ti

- ¿y eso?-Dijo extrañado

-Le dije que te arranco un brazo…

-¡¿Qué?¡- Grito molesto y salió corriendo en busca de Fenrir.

Hel miro satisfecha esta reacción, la unión entre Fenrir y Jörmundgander esa estraña relación que mantenían ambos seria la base para desencadenar otro caótico acontecimiento y así hacerse de más poder, después de todo ella se alimentaba de las emociones negativas y este baño de sangre desatado por su madre era solo el aperitivo.

En el centro del que fue el Castillo de Odín, Jörmundgander encontró a Fenrir, este se hallaba sentado con la cara escondía entre las palma de sus manos. Al sentir el olor de Jörmundgander giro para verle.

-¡Estas completo!-susurro

-No  me digas que caíste en su broma, eres un idiota-Dijo Jörmundgander apoyados en un pilar, mientras Fenrir se levantaba y caminaba en su dirección –Esta no es la primera vez que miente, deberías saberlo… No soy tan de…-Cayo al sentir como Fenrir cogía su mano y lo jalaba hacia el para abrazarle.

-Eres extraño-dijo   Jörmundgander, antes de recibir un demandante beso de Fenrir.

Empujo a Fenrir, no porque el comportamiento de Fenrir lo asustara, de hecho estaba más que acostumbrado a ese comportamiento, pero ahora no tenía ganas de eso.

-Que ocurre-Pregunto Fenrir incrementando la presión en su abrazo, no le dejaría ir hasta no saber la razón de su estado de ánimo.

-Nada

-¿Nada?

-Sí, nada.-  Jörmundgander trato de soltarse sin éxito, Fenrir no le dejaría, eso lo sabía desde que le libero de las cadenas de Odín.

Era muy extraño recordar su vida, la vida de sus hermanos antes de la muerte de Odín. Recordó a Odin de cuando era apenas un bebe indefenso. A su madre gritando frases de venganza, a él siendo desterrado a las profundidades de los mares, a sus hermanos llorando por no comprender nada. Tenia motivos para odiar a ese hombre, tenia razones y quizás el también tenia sus razones para odiarlos. Aquella profecía que aseguraba que Fermín devoraría a Odín y unidos los tres traerían el fin de los tiempos a los nueve reinos.

-Tenían razón- Susurro resignándose a no ser liberado de los brazos de Fenrir.

-¿Quién y de qué?-Pregunto Fenrir

-De nada- Concluyo  y sintió como sus costillas tronaban

-Me lastimas, bestia-Se quejo

-Que pasa por esa cabeza tuya? Suéltalo de una puta vez

-Nada, solo recordaba el pasado. Todo es diferente ahora. De unos exiliados a los destructores de los nueve mundos.

-Era eso-susurro Fenrir poniéndose a respirar en el cuello de Jörmundgander, su olor lo volvía loco o quizás la razón era que le recordaba su libertad. Si, el olor de Jörmundgander era el olor de la libertad y no deseaba perderla por nada de los nueve mundos.

Al descubrió Odin la existencia de los tres niños, se le fue dada una predicción, los tres en especial Fenrir traerían su destrucción y la destrucción de los nueve mundos. Por lo mismo Odin lanzo a Jörmundgander al mar negro en un mundo desolado. A Hel la mando al mismo infierno y a Fenrir que nació siendo Lobo lo desterró una isla en medio del abismo encadenado para que así muriera de hambre con el pasar de los años.

Jörmundgander fue el primero en liberarse al sentir la presencia de su madre cuando esta usaba su magia para escapar de su prisión en el centro de Asgar, al verse libre vago por los nueve mundos hasta llegar atraído por el aura de Hel al mismo infierno, allí la encontró no como prisionera, sino como soberana. Al verlo Hel rio divertida y sin decir palabra alguna ambos salieron en busca de su madre. Encontraron a Encantadora por la escancia mágica que los conectaba desde el vientre. Hel se quedo con su débil pero activa madre, fue en busca de Fenrir y al verle como una temible bestia en forma de lobo comprendió por que todos le temían. Fenrir era un lobo en crecimiento, aun le faltaba crecer más y más, y su fuente de poder era el miedo, la muerte y la ambición. Jörmundgander dudo en liberarle, pero era su hermano y supuso que el también estaría confundido por aquel destino sombrío que le impusieron. Lentamente se acercó a las cadenas que le sujetaban para liberarle, rompió fácilmente la primera y cuando se dispuso a soltar la segunda, la bestia enfurecida y hambrienta ataco feroz mente a Jörmundgander casi acabando con su vida. Jörmundgander Apenas escapo de la muerte pero no se rindió. Marcho al infierno y tomo su forma de serpiente trago 14567 cadáveres, regreso a la prisión de Fenrir y le entrego los cuerpos. Fenrir en su forma  de lobo no comprendía tal acción, pero no dudo en devorar aquellos cadáveres que aun emitían ese olor a muerte y terror. Jörmundgander tardo cincuenta días para lograr que Fenrir se acostumbrara a su presencia y le dejara liberarle de aquellas cadenas mágicas que absorbían la fuerza bruta pero eran débiles contra la magia. Curo las heridas de Fenrir causadas por las cadenas en sus patas y cuello. Rota la última cadena miro asombrado como Fenrir le miraba fijamente y luego tomaba su forma humana imitando la forma que tenía su Jörmundgander sin mucho éxito. Jörmundgander debía admitir que tratar con Fenrir era un reto, Fenrir asesinaba todo lo que tenia frente suyo, Ataco a Encantadora y Hel al verlas, Jörmundgander apenas lo detuvo anteponiéndose frente de su madre para protegerla. Fenrir tardo mese en comprender el idioma y comprender tantas otras cosas como que Jörmundgander le pertenecía y no le dejaría jamás, aunque cuando tomaba su forma de bestia volvía a su estado salvaje y terminaba lastimándole de una u otra forma.

Fenrir bajo mordió el cuello de Jörmundgander, para luego hundirse en medio de los cabellos de este. Recordar todo lo que vivieron era un fastidio, pero era necesario… Era necesario tantos años de soledad e incomprensión del porque fueron desterrados para darse cuenta que en compensación se le habían dado algo invaluable. Jörmundgander. Así lo comprendía él.

-Hel…-Dijo Jörmundgander mirando el horizonte desértico- Ella se parece demasiado a Mama…

-grrrr- gruño y Jörmundgander callo, a Fenrir no le agradaba oírle hablar de nadie que no fuera él. Negó con la cabeza. Su hermano era más bestia que asgariano. Aun le faltaba mucho por aprender y lo peor era que el mismo se negaba  a aprender.

Ciertamente Hel era diferente a los dos. Era una criatura de magia completa, siendo Fenrir una criatura bestia y la una mixta. Pero su punto común era su manera de alimentarse. Hel se alimentaba de la guerra y la desesperación, Fenrir del miedo y la muerte y él se alimentaba de la duda y la ambición. Jörmundgander comprendió que su madre tenia razón, mas con los últimos acontecimientos, el poder de sus hermanos iría en aumento mientras el suyo parecía no avanzar más o al menos él así lo sentía. Tampoco le pareció extraño que sus hermanos carecieran de sentimientos hacia lo demás y vivieran solo para ellos mismos, para que negarlo, tuvo que conocer a su madre para descubrir sus propias emociones de inferioridad y anhelo. Era mas humano de lo que pensó. 

Sintió como Fenrir le lamia la sangre que corría por su cuello debido a la mordía, le miro  fugazmente para luego acariciar los cabellos de Fenrir. No era culpa de sus hermanos ser como eran, ellos jamás serian comparados con su padre, jamás tendrían que soportar el desprecio de su madre o el anhelo de su aceptación. Dio media vuelta para mirar a Fenrir, esa bestia estaba escondida en ese disfraz de humano, esa bestia temerosa e ingenua. Tomo con sus manos el rostro de Fenrir obligándole a agacharse un poco y beso su frente.

-Te protegeré, jamás dejare que vuelvan a ponerte otra cadena. Siempre serás libre…

Fenrir sujeto las manso de Jörmundgander y rápidamente le beso en los labios. Fenrir nunca sabría que era ese sentimiento que sentía por Jörmundgander, para él era la libertad y por instinto estaba su deseo sexual. Que importaba pensar y analizar, era feliz teniéndole a su lado. Destruiría los nueve mundos con gusto para jamás dejar a nadie separarlos. En el universo entero solo existirían los dos. Así era, mataría a
su madre y hermana cuando llegarse el momento adecuado, no necesitaba nada mas a su alrededor.

Hel miraba a sus hermanos desde la lejanía cerrando los ojos. De sus labios se mostro una sonrisa e inmediatamente desapareció entre las sombras.

-Tu…-Dijo Thor en la prisión completamente encadenado y desterrado de sus poderes por la magia de Encantadora – Que quieres mostro- exclamo al ver a la hija de Loki, Hel.

-eh venido a liberarte y darte la oportunidad de rescribir la historia

-Pro que habría de creerte, por que habría de aceptar tu ayuda

-Por mi conveniencia, me le alimento de la muerte y la desesperanza… si no existen los nueve mundos las guerras concluirán, nadie sentirá la desesperanza y yo desapareceré. Hijo de Odin, cualquier futuro es conveniente para mi, mientras halla vida habrá muerte. ¿Aceptas mi ayuda?

-Si.

 

 

 

 


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