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Insomnio por aleii

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Notas del capitulo:

Hola hola!!!

bueno este es un pequeño final o principio

de una historia... lo demás queda a imaginación del

lector. El como continuara ya es de cada uno (:

Algo así como cuento :B

Miraba en secreto sus labios. Sus largas y obscuras pestañas. Sus alargadas cejas. Su espeso cabello castaño.

 

Cerré mis parpados intentando ralentizar mi respiración. Calmando mí acelerado corazón. Ocultando de mí mismo aquel vertiginoso sentimiento que invadía mi estómago, provocándome extrañas palpitaciones e inesperados rubores sobre mis mejillas.

 

Oculté mi rostro bajo las sábanas, tratando de olvidar por un momento quienes éramos. No quería pensar mucho más en todos aquellos prejuicios que asaltaban  mi cabeza. En todas aquellas dudas que rondaban por mi mente, impidiéndome darle un sentido a todo lo que sentía. A todo lo que podía pasar, negándome moverme. Quedándome siempre en el mismo lugar, esperando que surgiera alguna clase de milagro que volviera realidad mis sueños. Mis fantasías más ocultas. ¿Y porque no? Aquellos placeres nocturnos que solía tener simplemente pensando en él.

 

En la sensación tersa de su piel. En el suave aroma a lavanda de su cabello. Y en aquellos largos dedos de sus manos, tan delicados y sugestivos, que podría jurar cualquier músico envidiaría tener.

 

Alce la sábana que cubría mi rostro, impidiéndome mirarlo. Ahí continuaba él, respirando tranquilamente, ajeno a todos mis problemas, a todos los conflictos internos que sostenía a mitad de la noche.

 

¿Cuántas veces había repetido esto? ¿Cuántas noches en vela me había pasado observando su rostro? ¿Cuántas horas había disfrutado de este placer oculto?

 

Incontables. Ya ni siquiera podía recordar el momento en que todo esto había empezado. Aquel instante en que mi corazón se había paralizado por completo al darse cuenta de la fuerza de sus sentimientos. Al verme vulnerable y totalmente descubierto.

 

Estaba enamorado.

 

Solté un suspiro, dándome por resignado.

 

La vida entera me la pasaría como un loco. Simplemente admirándolo de lejos, disfrutando de nuestra amistad, esperando que siguiéramos así durante muchos cientos de años. Era a lo único que podía llegar a aspirar.

 

Entre temblores, alcé mi mano levemente, acercándola hasta él.

Una vez más rocé su mejilla. Lentamente. Disfrutando de aquella sensación.

 

Nuevamente me deje llevar por mis fantasías, y cerré mis ojos, esperando no ser descubierto. De esta manera podía imaginar cientos de historias a su lado. Dejándome arrastrar por un mundo de ilusiones.

 

-¿Gabriel?

 

Su voz rompió el total silencio de la habitación. Mis parpados se abrieron de golpe, topándose con aquel brillo de sus almendrados ojos, mientras que el palpitar de mi corazón retumbaba contra mis tímpanos.

 

Un zumbido parecía llenar por completo aquel incomodo momento.

 

-¿Qué haces?-preguntó, mirando de reojo mi mano, que aún se encontraba sobre su mejilla, tocándolo de manera impropia. Al instante la retire.

 

Me sentía asustado. Más que eso. Había sido descubierto. ¿Ahora que podía decir? Me encontraba en otro mundo. Parecía estar mirando esta cómica escena desde el otro lado de la habitación, pendiente de cada movimiento y acción; como si fuera un simple espectador, que no podía participar  ni involucrarse de ninguna manera.

 

-Yo…-susurré por fin, luego de lo que parecieron minutos u horas-no sé… solo… no, no sé

 

-No es la primera vez-dijo afirmando, y nuevamente sentí como un terrible miedo me invadía. Podía notar como mi cuerpo se volvía increíblemente pesado, incapaz de moverse. ¿Acaso ya lo había notado? ¿Desde cuándo?

 

-¿Lo sabías?-fue lo único que alcancé a preguntar, notando como las palabras brotaban de manera involuntaria de mi boca, siendo incapaz de detenerlas

 

-Siempre estuve consciente de lo que hacías-murmuro, cerrando sus ojos, enterrando ligeramente su rostro en la almohada-pero… nunca quise detenerte. No sé porque. Al principio debo aceptar que me pareció algo extraño, incluso llegué a pensar que solo había sido un sueño. Tu actitud a la mañana siguiente fue la misma, no hiciste nada que me hiciera pensar que aquello que había pasado por la noche era real. Pero se repitió-murmuró, aun sin mirarme. Podía notar su voz temblorosa y sabía que tenía miedo. Que estaba dudando sobre continuar, que quería detenerse y no seguir hablando-se repitió y yo… yo preferí fingir que dormía, eso era mucho más fácil. Mil veces más fácil. No sabía que era lo que pasaba contigo, ni siquiera sabía si sentías algo… yo… comencé a esperar que me tocaras. Esperaba ansioso por horas…

 

Al fin sus ojos se abrieron. Me miraban expectantes, esperando a que le diera una explicación. A que le diera a entender el porqué de mis acciones. Y estaba inseguro de lo que podía pasar con nosotros a partir de este momento, de este instante. Del cambio de 380 grados que podrían dar nuestras vidas.

 

Todo dependía de lo que dijera.

 

-¿Y que fue diferente esta noche?-pregunté

 

-Solo… yo solo quise mirarte. Y hablarte. Quise participar de tu momento íntimo-contestó

 

Aquel silencio  que prosiguió a su respuesta fue largo. Pero decisivo. Ni siquiera tuve tiempo para pensarlo seriamente, porque un segundo después, me encontraba sobre él, sosteniendo con delicadeza de su rostro, mirando a aquellos ojos color miel que tantas otras veces había mirado… de mil maneras, pero nunca como esta ocasión… esta vez nos observábamos llenos de pasión, de deseo, de dudas, de ansia, de miedo… y quizás, con un poco de suerte, incluso de amor.

 

Fue un momento en el que nos contemplamos a profundidad, sosteniendo el peso de las posibles consecuencias que podrían seguir a esto. Ha este pequeño instante de valentía que nos había impulsado a ambos. Espere a que estuviéramos conscientes del todo… y cuando supe que no podría más, que ya no me importaba en lo absoluto… y fue cuando lo besé.

 

Mis dedos se enredaron entre los mechones de su suave cabello, atrayéndolo hasta mi boca. Su acelerado aliento chocaba contra mis labios, de manera provocativa. Y mi lengua se adentró en terrenos desconocidos, disfrutando de aquel nuevo descubrimiento.

 

Y me sentí flotar. Podía rozar las nubes, las estrellas, el cielo… y todas aquellas noches en vela quedaron en el olvido. En el pasado. Sabía que podría pasar mi vida entera en insomnio con tal de volver a repetir esto.

 

Las dudas, el miedo, la inquietud, todo eso desapareció en el mismo instante en que nuestras bocas se unieron, quedando atrapadas la una por la otra. 

Notas finales:

Me gustaría saber que piensan sobre lo escrito n_n


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