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Enamorado de un Dobe. por Kyubi-chan

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Notas del fanfic:

Antes era Maria Uchiha Uzumaki pero no sé por qué no puedo acceder a mi cuenta.

Los personajes son de Masashi Kishimoto

Empezado el dia de Halloween--- 31/10/13

En este momento, todo es precioso. Lástima que fuera sólo eso, un momento.

Estoy en uno de los bosques más hermosos que podría tener Inglaterra, el olor a pino me encanta y el frio no es tanto como para no poder disfrutarlo.

Voy conduciendo mi Avenguer 2013 negro, uno de mis autos favoritos. Seguramente, va a ser un auto demasiado bajo para las personas de nivel con las que iba  a reunirme. Pero no me importa.

Estoy a punto de llegar al Konoha Camp donde pasaré los dos meses más pesados de mi vida. Por cortesía de mi padre Fugaku.

Por suerte, estarán mis dos mejores amigos, que eran ni nada más ni nada menos que Ino Yamanaka, su familia tiene casi todas las floristerías de la faz de la tierra, y Suigetsu Hōzuki , su padre manejaba todo el suministro de agua de Europa. Por lo que ambos son millonarios.

Y aunque le había suplicado a mi padre que me dejara tener un verano normal, él había insistido a que fuera a un campamento de mi nivel. Lo tome como una ofensa, pues si me consideraba del nivel de unos imbéciles que se creían el centro del universo sólo por tener dinero estaba perdido.

El campamento es uno de los más famosos y más caros de todo el mundo, o al menos de Inglaterra y aunque suponía que el 50% de las ganancias se irían para las personas necesitadas de verdad, la realidad era que ese dinero quedaría en manos de personas necesitada de vergüenza.

Llegué hasta un portón negro y hermoso que arriba tenía unas letras en grandes y doradas Konoha Camp.

Uno de los policías que lo vigilaba se acercó hasta mi coche y me tocó para que bajara la ventanilla.

Nombre y tarjeta.- Me pidió seco, en cuanto baje el cristal.

Uchiha, Sasuke Uchiha.- Digo mientras enseño la tarjeta que traía colgando en el cuello. Era dorada, pequeña y contenía mis datos básicos juntos con una foto.

El tipo pone por momentos una cara de sorpresa, pues desde hace muchos años ese apellido seguro no se oía por aquí. Desde que Itachi estuvo, para especificar.

El uniformado le hizo señas a su compañero de que abriera las puertas para que pudiera pasar.

Lo primero que veo, fue un gran estacionamiento, donde se encuentran muchísimos autos de último modelo. Divisé un lugar perfecto para mi auto, así que me puse en marcha, pero sin previo aviso, se me coló un precioso Ferrari naranja. Qué máquina, lástima que seguro fue un dobe el que lo manejaba, pues casi había provocado un accidente.

Apagué el motor y abrí la puerta, preparándome para echarle la bronca del siglo. Me bajé con rapidez. Llevaba puesto un chaleco azul oscuro de cuello en V, y unos pantalones de mezclilla, junto a unos zapatos de tela azules.

 

Del Ferrari salió uno de los hombres más sexys que vería en mi vida. Lo reconocí. Por cierto, he de comentar que soy doncel.

Era un niño ricachón al que le encantaba meterse en problemas, pues seguido salía en la televisión y revistas.

Pero su belleza no redujo ni un poco mi coraje.

¡¿Qué creer que haces, dobe?!- Le grité con el ceño fruncido tan característico en mí.

De la puerta del copiloto y las traseras se bajaron tres chicos más, y al final, una chica, que no era nadie más que mí mejor amiga.

¿Ino?- Pregunte horrorizado ante la idea de que Ino estuviera con ese dobe.

A ella se le iluminó la cara y corrió hacia mí para abrazarme. Yo la recibí entre furioso y confundido, pero la correspondí.

Por fin llegaste, Sasu.- Me dijo con su típico tono dulzón mientras me soltaba.

Sí, magnifico.- Dije serio con sarcasmo y luego dirigí la mirada hacia el sexy conductor.- Y bien, me podrías decir ¿Qué diantres estabas haciendo?, ¡Ahí iba a aparcar yo, dobe!

El chico soltó una carcajada enorme, mostrándome sus blancos dientes.

Oh, lo siento muñequito, pero no, ese es mi lugar, cada quién tiene asignado uno.- Contesto el tipo.

Ese dobe era alto, tal vez uno noventa, su piel era bronceada como acanelada, llevaba su cabello dorado, y se veía un poco de barba sin afeitar, dándole un toque más alborotado. Sus ojos eran de un color cielo y su sonrisa era estúpida y fanfarrona. La típica sonrisa de un dobe niño rico. Iba bien vestido, pantalones oscuros, camisa naranja, y zapatos negros.

Pasé mi oscura mirada por todos los presentes hasta llegar a mi amiga, que también con una mirada me confirmó que lo que el tipo decía era la absoluta verdad.

Ahora esperaría que me disculpara, pero un Uchiha nunca lo hace así que…

Oh, bueno, no lo sabía…- Murmuré por lo bajo, tratando de que él y sólo él pudiera escucharlo.

¿Qué? Disculpa, teme, no te he oído bien.- Se estaba burlando de mí, y encima me insulta ¿Quién se cree?

Que siento que seas un completo dobe.- Esta vez lo dije más fuerte.

Perdónenlo chicos, es que está estresado por el viaje, él no es así usualmente.- Mentía como una bellaca.- Él es Sasuke Uchiha,  mi mejor amigo doncel.

Todos los chicos se acercaron para presentarse, incluido el dobe. Nombre y apellidos, y a qué se dedican sus padres, esa era la típica presentación de los adinerados.

Eran altos, todos me pasaban por al menos una cabeza.

El primero en acercarse se llamaba Sai Shimura. Tez tan blanca como la nieve, ojos negros y pestañas gruesas, y un cabello corto y negro que escondí tras de un gorro, aunque se le escapaba el flequillo. No me agradaba, me parecía una copia barata de mí. Su padre es un escritor y su madre pintora, ambos de renombre.

El segundo era Shikamaru Nara. Tez ni blanca, ni bronceada. Tenía su pelo castaño y largo recogido en una coleta, y sus ojos marrones me Mirna intensamente. Su padre era un importante hombre de negocio y su madre actriz, sus padres y los míos eran grandes amigos, así que ellos visitaban nuestra casa seguida, aunque nunca se había llevado a Shikamaru.

El otro era Kiba Inuzuka. Primo de Shikamaru. Tiene ojos marrones, pelo marrón, y piel canela. Sus padres manejan varios refugios de animales por todo el mundo.

Y claro, el imbécil era Naruto Namikaze. Su padre tenía una gran empresa de automóviles, igual que mi familia. Había mucha competencia entre la suya y la mía.

Uchiha Sasuke, un gusto.- Me presente yo mismo al ver que Ino ni se había dado cuenta.

Nuevo, ¿Cierto?- Me pregunto Shikamaru, en un tono agradable, pero a mí eso no me sale, es más fruncí el ceño.

¿Se me nota mucho?- Pregunto arqueando una ceja.

Sólo un poco, teme.- Contestó Naruto en un tono nada agradable, por supuesto.

Pero no conteste, decidí ignorarlo y pasar de su comentario. Es un dobe. Y así haría el resto del verano si es necesario.

Entonces, ¿Dónde debo estacionarme?- Pregunté dirigiéndome a los demás, Ino se rió ante eso.

Creo que vi tu nombre en un lugar a metros de aquí.- Me contestó Ino.-Si quieres me subo contigo, aparcamos y te guio a las cabañas.

Asentí complacido, Ino me conoce a las mil maravillas.

Ino se empezó a despedir de todos con un amistoso beso en la mejilla, y yo sólo me limité a mover de un lado a otro la mano como despedida.

Mi amiga siempre había sido bastante dulce y sensible, aunque por dentro era una chica fuerte, y cuando la hacían enfadar, era tan peligrosa como cualquier mujer.

Ella había perdido a su padre mayor en un accidente de vuelo cuando apenas tenía cinco años, por lo que a partir de ese momento sus padres se había dedicado a mimarla y consentirla en todo lo que pudieran. Para sus padres y para ella misma era una princesa de un cuento de hadas, incluso a sus dieciséis años seguía pensándolo así.

Todavía no comprendía como podíamos ser amigos. Ella era un poco más alta que él, su piel es de un tono dorado, sus ojos enormes y azules opacos, y cabello largo y rubio platino.  Lo que más me agrada de ella era que siempre parecía estar de buenas, siempre te apoyaba y nunca paraba de hablar.

En cambio yo, a pesar de no ser muy alto ni muy enano, esa sería de las únicas igualdades que podrían encontrar entre nosotros. Tenía un pelo negro con reflejos azules naturales, por detrás estaban un poco como elevados y por delante dos mechones caen por cada lado de mi rostro. Tenía unos ojos negros como la noche y unas oscuras cejas.

No soy un doncel apropiado, es decir, hago todo lo contrario a lo que los donceles debemos hacer. Yo no soy un doncel exactamente agradable, casi siempre voy por ahí con el ceño fruncido. La mayoría de mi vocabulario está formado por palabrotas. Aunque si tengo sentido del humor, mis comentarios y bromas siempre están llenos de sarcasmo. Además, no soy de las personas que hablan mucho, a menos que esté cabreado o demasiado a gusto. Normalmente lo primero.

Conduzco hasta que encuentro un espacio libre, que exactamente, tenía marcado mi nombre. Aparqué sin dificultad alguna, y ambos bajamos del coche.

No te preocupes, son buenos chicos, son algo tontos, pero buenos al fin y al cabo.- Me dice mientras yo bajo mis maletas.

Son dos simples maletas, y aunque pesaban algo, no son tan grandes como seguro son las de los demás.

¿Y mi habitación?- Pregunto cortante.

Está cerco, y pedí que fuera junto a la mía.- Me informa con una sonrisa.- Te encantara, es bonita y no es como si estuvieras en un hotel de cinco estrellas.

De acuerdo.- Fue lo único que conteste, Ino sabe lo que me gusta y quiero.

Caminamos varios minutos mientras Ino me cuenta sobre lo divertido que es estar aquí y de cuantos varones hermosos asistirán. Ino y Suigetsu han estado asistiendo al campamento desde que tenían 6 años, y yo he inventado miles de excusas para nunca venir, pero Fugaku me había convencido de que fuera al menos este año, pues el siguiente ya cumpliría los dieciocho, y no aceptan mayores de edad.

Ino se interrumpió a sí misma cuando llegamos a mi cabaña.

Es totalmente de madera, al menos por fuera, es sencilla, y no tan grande como esperaba que fuera. Perfecta para mí. En la puerta tiene una placa con mi nombre, y en el tirador las llaves. Las cogí y abrí lo que sería mi casa por dos meses.

 

Lo primero que veo son dos sillones forrados de tela roja, acomodados en dirección a la televisión de plasma que se encontraba en la esquina. Seguí caminando y me encuentro con el comedor, que es una pequeña mesa con cuatro sillas, una cocina básica, y luego a la izquierda una puerta que me lleva a mi habitación. Hay una cama enorme,  con dos mesitas de noche a los lados, un armario y un tocador.

 

Ino ha acertado, me encanta. Todo es de madera, con excepción de algunos muebles. Cada rincón de la casa te daba ese no-sé-qué, que hacía que pasara de ser una cabaña cualquiera a un hogar. Huele fantásticamente y es muy acogedora.

Bueno, por ese lado al menos ha empezado bien el campamento.

Dejo mis cosas en la habitación, luego arreglaré mi ropa y lo demás.

¿Te dejo para que ordenes tus cosas?- Me pregunta Ino.

La idea de estrenar la cama es bastante tentadora, pero en ese momento me interesa más conocer el campamento.

No, mejor dame un paseo por el campamento.- Contesto al final.

Ella sonrió contenta por mi respuesta. Salimos de mi cabaña no sin antes cerrar y guardar la llave en mi pantalón.

Me fije que Ino lleva un vestido liliáceo combinado con una chaqueta verde y unos taconcillos. Va hermosa. Y yo, bueno… Voy muy yo.

Da Igual.

Ella me dirige a una parte donde hay dos salones que están a unos cuantos metros de nuestras cabañas. Ambos son enormes. El primero tiene enormes ventanales,  por lo que pude ver que se trata del comedor. En el segundo hay unas cuantas de ventanas, pero están muy altas por lo que no puedo ver qué es, pero provenían de él muchos gritos y música. Igual, entramos.

Está repleto de personas. Hay música y todos están bailando. Supuse que es algún tipo de sala común.

Nos fuimos abriendo paso entre la gente, pues notamos inmediatamente que hay un pequeño grupo observando algo, y nuestra curiosidad nos llevó hasta ahí.

Una vez que estoy en frente del grupo de personas, la camiseta de alguien cayó en mi rostro, ¿No debería haber vigilancia o algo?

Me quito rápidamente la prenda de la cara, y cuál fue mi sorpresa al descubrir a dos chicos semi-desnudos jugando al ajedrez. Se veía bastante normal si… si bueno… Si esto no estuviera a punto de convertirse en una película porno.

Mi mayor sorpresa es ver que los dos bakas que están jugando son Namikaze Naruto, el cual dejaba su torso al aire mostrando su acanelado pecho en el cual tiene un extraño tatuaje alrededor del ombligo, y Suigetsu, mi amigo.

A ambos sólo les queda calzoncillos, y nada de dignidad.

Hey, tiburón.- Grito. Aunque al segundo me arrepiento, pues parecía estar concentrado.

Él se voltea a mirarme, y como le pasó a Ino, se le ilumino el rostro. Le hizo gestos a Naruto de que necesitaba una pausa, y sin esperar respuesta se lanza hacia mí.

Me carga y me da vueltas sobre sí mismo. Yo exigí inmediatamente que me bajara, pues le había dado a varias personas ya, además que el hecho de que esta en ropa interior me pone nervioso. Un doncel no debe estar así con un hombre hasta el matrimonio, y es la única regla que cumplo.

¿Cuándo llegaste?- Me pregunta una vez que tuve mis pies sobre el suelo.

¿Cuándo crees, baka?- Él ya está más que acostumbrado a mis comentarios, por lo que se limitó a dejarme un beso en la mejilla. Me toma de la mano, y junto con Ino, nos acercamos al centro donde esta el tablero y Naruto, esperando.

¡Naruto!- Grita Suigetsu, a pesar de que esta prácticamente a su lado.- Te presento a un amigo…

Este dobe, ya tuvo el honor de conocerme hace un rato.- Interrumpo con una sonrisa orgullosa.

Suigetsu también es muy guapo, tenía un cabello blanquecino combinado de azul. Sus ojos son liliáceos, y su piel blanquecina. No sé cómo lo soporto.

¿Honor?, ¡Já! En tus sueños teme.- Suelta Namikaze con una carcajada sacástica.- ¿Continuas o no, Suigetsu?

Suigetsu me soltó y se sentó de nuevo para proseguir con su partida, no sin antes guiñarnos uno de sus liláceos ojos a Ino y a mí.

¡Tu puedes!- Le grita Ino.

Todos los demás comenzamos a ver el juego. Escucho como murmuran todos los que nos rodean. Todos hacían apuestas sobre quien va a ganar, pero yo ya sé la respuesta.

Había visto jugar a Suigetsu cientos de veces, incluso había perdido contra él, y puedo decir, que es uno de los jugadores más buenos de mundo. Es imposible que pierda, por mucho que este empatados, la partida de un momento a otro se pondrá de su parte.

Pero las cosas cambiaron demasiado de prisa. Unos cuantos movimientos después, y escuche un jaque mate, por parte de Naruto.

Imposible. Pienso al segundo.

Suigetsu se levantó lentamente, seguido de Naruto, se dieron un amistoso apretón de manos y… Se quito la ropa interior, ¡Vi la cosa de Suigetsu!

Me giré deprisa, en un intento de no quedar traumado de por vida. Escuche risas, incluidas las del propio Suigetsu, pero yo sigo con los ojos cerrados.

Ya se fue, muñequito.- Me susurran al oído, abro los ojos despacio y me doy cuenta que esa sexy voz es de Naruto. Suigetsu no esta, ni el grupo de personas, ni mucho menos Ino.

¿A dónde fue?- Pregunto dudoso, mirándole a los ojos. Sus ojos están ¿Rojizos?

Se fue a dar una vuelta al campamento, tal y como estipulamos en la apuesta, ttebayo.- Y eso es lo que hacían los ricos cuando no tienen antros o centros comerciales a los cuales salir: Transforman una actividad normal en algo sumamente extravagante.

Que estupidez…- Contesto bajando la mirada, ya que la suya me intimida.

Que aburrido eres.- Dice con un tono molesto.- Pero si quieres puedes ir a calentarlo, después de todo seguro eres su…

ZAS. Mi gancho derecho no lo ha dejado terminar. Oh no, Uchiha Sasuke no es un doncel de cachetadas, yo doy puñetazos y bien dados.

El rubio se soba la mandíbula, sorprendido. Pero más que sorprendido, parecía estar contento. Ya no tiene los ojos rojos como me pareció ver antes. Esto me hizo enfurecer más.

Mira Namikaze, no soy el puto de nadie, así que si vuelves a insinuar algo así, lo próximo que recibirás de mí, será una patada en tus pequeñas pelotas, ¿De acuerdo? – Le grito y luego salí de ahí echo una furia. Sé que me miran extraño porque un delicado doncel acabase de soltar lo que he soltado, pero me da igual.

Veo de reojo a Ino en una parte del salón que me mira preocupada, pero no intento hablarme, ella sabe que en situaciones como estas, lo mejor es dejarme sola un rato y luego hablar conmigo.

Pero después de este día sólo puedo llegar a una conclusión…

 

Serás dobe, Namikaze.

Notas finales:

¿Qué tal les gusto? Estoy muy ilusionada con este fic, ¿No veis lindo a Sasu-chan? Claro, que naru se gano el puñetazo ñ.ñ

 

Pues digo que en el próximo alguien le roba un beso al teme!!

 

Hasta la semana que viene mis lectores, Cuidense.

Matta nee!!


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