Camino hacia mi habitación a paso veloz, entro dando un portazo y cierro con llave.
Odio las miradas curiosas. Si quería darle un puñetazo al dobe, es mi problema, y los demás no tienen nada que ver. Por culpa de muy usuratonkashi, ahora todos creerás que soy un doncel con problemas de manejo de ira. Que puede que sea verdad, pero es mi problema. Y no es que me importa que digan o piensen de mí, pero pasarán días para que miradas tipo ¿Qué cosa hará este loco ahora? desaparezcan.
Y detesto ser observado.
Suelto un gran suspiro.
Entro a mi cuarto y empiezo a acomodar mi ropa. La mayoría azul y blanca. He traído cosas sencillas pero decentes. Termino al cabo de media hora, saque mi pijama y me lo puse. Apenas serán las dos de la tarde, quizá, pero ¿Quién en su sano juicio se resistiría a ponerse el pijama en un domingo helado?
Y, sinceramente, por mí me casaba con mi pijama, lo hacía con mi cama y a ambas las engañaba con la comida. Sería el paraíso.
Mejor no duermo, Ino seguro viene a verme. Por lo que me recuesto en el sillón de la pequeña sala, al fin y al cabo ahí esta la televisión.
Paso un programa tras otro, y al no encontrar ninguno que me llamara mi atención, me quedo dormido.
Unos fuertes golpes fueron los que me despertaron. La única luz de la habitación es de la tele, por lo que entendí que ya ha anochecido. Tallo mis ojos mientras me dirijo a la puerta. Hago girar la llave que seguía en el pomo y abro.
Me encontré con Ino muy sonriente y Suigetsu algo cansado. Quién sino.
Hola.- Saludo arqueando una ceja, como se les ocurre interrumpir mi sueño.
Vaya carita, bella durmiente. Aunque creo que te pareces más a blanca nieves. Porque claro, princesas con el cabello azabache… Blanca y Jazmín, pero claro Jazmín es más provocativa. No te veo enseñando el ombligo Sasu.- Y de nuevo se montó una película él sólo. Iba a cerrarle la puerta en la cara pero Ino puso el pie.
Estábamos preocupados por ti.- Dice entrando. Noté que Ino ya se ha cambiado de ropa. Ahora lleva un pantalón de mezclilla claro, y una blusa salmón, junto con unos taconcitos.
No es para tanto.- Murmuro mientras le pongo mala cara a Suigetsu, que ya se ha acostado en mi sillón y empieza a ver la tele. Como perro por su casa. Si es que me liaba a ostias y me quedaba solo.
Pero él ni se inmuto de mi mirada asesina.
¿No es para tanto?- Me dice Ino exasperada mientras me jala para que le brinde atención.- Te fuiste a las una y cuarto, ¡Y son las ocho!
Dudo un segundo pero el gruñido procedente de mi estómago, me lo confirma.
¿Me perdí la comida?- Pregunto empezando a lamentarme.
Gordo.- Me dice Suigetsu, distraído mientras ve Fairy Tail.
Así es.- Me confirma Ino.- Ahora ponte presentable que vamos a cenar.
Me toma del brazo y prácticamente me lanza hacia mi habitación, y luego me cierra mi puerta en mis narices.
Rubia Oxigenada. Pienso, aunque con una leve sonrisa en los labios, es una de las pocas que aguanta mi humor y encima me sobrelleva.
Me miro al espejo. No estoy tan mal. El pantalón de mi pijama es gris y algo holgado, la blusa es de mangas largas y color vino, sólo falta una chaqueta para que pueda salir. Saldré así, está decidido.
No me importa que digan.
Apreté mis mejillas para que se pongan algo rosadas, me puse una chaqueta negra, y unas botas del mismo color. Me peine con los dedos y salí.
¿Qué esperan?- Rujo. Mi estómago es mi mayor preocupación en estos instantes.
Mis amigos se pusieron listos y salimos, estuvimos caminando un rato, y me di cuenta que no íbamos al comedor. Estaba a punto de preguntar cuando veo que, en un área libre de árboles, hay pequeñas fogatas con personas sentadas en troncos a su alrededor.
Me agrada el olor.
Ino se dirige a una en específico, donde se encuentran los chicos que he conocido antes; Shikamaru, Sai y Kiba. Además de dos chicas más que no conozco.
Por suerte, no está Naruto, así que no voy a poner objeción alguna en sentarnos con ellos.
Quedo sentado entre Shikamaru y Suigetsu. Ino se fue a sentar con las chicas.
¿Qué tal?- Me saluda Shikamaru con una sonrisa. Le sonrío débilmente, no me parece un estúpido como el dobe.
Hambriento.- Admito.
Él en seguida me tiende una salchicha que llevaba en la mano. Sé que él quiere que yo la muerda directamente, como todo doncel o muchacha haría, pero no sigo su juego. Así que tomo la salchicha y empiezo a comérmela.
Vaya.- Me mira atónito.- Comes mucho.
Hm.- No sé si tomármelo como un cumplido o una ofensa, pero ya he tenido muchos problemas por hoy así que prefiero no preguntar.
Naruto siente lo de antes.- Dice de repente.
¿Las tiene muy chicas como para decírmelo a la cara?- Mi ceño se frunció, ¿Acaso el dobe es tan cobarde de mandar a Shikamaru para tantear el terreno?
No, te lo dirá pero ahora está… ocupado. Sólo te lo digo para que supieras que cuando te diga lo siento es en serio.- Se encoje de hombros mientras suspira un problemático.
Como sea.- Digo peor me pregunto, ¿En qué andará tan ocupado el Namikaze el primer día? Hm… Bueno ¿Y por qué pienso esto? ¡Joder! Odio a Fugaku, Él tiene la culpa de todo. Cuando vuelva pienso arrancarle todas las plumas a su puñetero cuervo.
Por cierto…- Me dice, sacándome de mis extraños pensamientos, me mira profundamente.- Bueno gancho derecho.
Me reí levemente. Me agrada.
No sé cuanto tiempo había pasado, pero entre hablando y comiendo, si sabía lo mucho que disfrutaba hablar con aquel chico. Tiene ese encanto y sencillez que no encuentras en cualquiera, aunque debo de admitir que en ciertos momento dejo de escucharlo, pues me pierdo en su oscuras pestañas. (Kyu: TRANQUILIDAD, sigue siendo NaruSasu) Es uno de mis traumas, sobre todas esas que son largas y espesas.
No siento el paso del tiempo hasta que veo que sólo quedamos pocos. Ino esta con unos chicos, los cuales no conozco pero parecían simpáticos, me giro y no veo a Suigetsu.
Lo busco con la mirada, hasta que doy con él. Esta sentado unas fogatas más adelante, comiéndose a una pelirroja que parece tener sólo una media neurona.
Me da una punzada de celos.
Aunque no ese tipos de celos.
Me molesta que Suigetsu haga este tipo de cosas, y aunque no deseo que lo haga conmigo, tampoco quería con otras personas. Siempre he sentido que Suigetsu de cierta forma me pertenecía, y me encantaba que me prestara más atención que todas las demás personas, sin contar a Ino.
Y ninguno de estos hechos significa que yo lo amo o él a mi. Es más bien el hecho de que nos conociéramos desde pequeños. Y sí, el hecho de que pusiera celoso de que se besara con otras personas, pero tampoco significa que soy un perro desgraciado y controlador.
He intentado evitar este tipo de sentimiento hace tiempo, pero hierba mala nunca muere. Desisto, por supuesto. Ya se irán. Aunque por un lado me siento agradecido de no procesar sentimientos hacia él, pues eso lo haría todo más complicado.
Él y yo no hemos besado, en la escuela, en mi casa, en su casa… Tantas veces que perdí la cuenta. (Kyu: Lo sé, sigue siendo NaruSasu, Naru no tardará en salir, asi que suelten esa bomba (?) xD) Y nos ha servido para confirmar que entre él y yo sólo hay una peculiar amistad al fin y al cabo.
¿Te gusta?- Me pregunta Shikamaru, sacándome de mis pensamientos. Me mira con interés.
No.- Contesto rotundamente.
Entonces no hay problema con lo que pienso hacer.- Me coge por la cintura y me acerca a él, dejando nuestros rostros demasiado juntos.
En este aspecto siempre he sido más liberal, desde hace años que los besos me han dejado de dar esas cosquillitas en el estómago, o me hacen sentir nervioso. Así que siempre que me gustara el varón y no pasará de besos, no hay problema.
De repente, me besa. Sus labios están húmedos y suaves, y al principio del beso es todo ternura, pero conforme pasan los segundos, la intensidad incrementa. Nos separamos por falta de oxígeno. Me ha gustado, pero de nuevo, no me ha hecho sentir algo más que eso. (Kyu: Naru no me mates ñ.ñ)
Su boca iba a acercarse de nuevo a la mía, cuando dos figuras nos interrumpen.
Qué rápidos, ttebayo.- Murmura Naruto, que va bien pegado a una chica de extraño color de pelo. Rosa.
Lo mismo digo.- Se rasca la nuca Shikamaru.- Que problemáticos es todo.
Shikamaru y yo nos separamos, yo algo fastidiado, pero he decidido no darle demasiada importancia. Veo que Namikaze le dice algo a la chica del pelo extraño al oído, y después de eso ella le da un corto beso y se va. Luego le dirige una mirada significativa a su amigo, ¿me parece a mí o sus ojos vuelven a ser anaranjados?
No vemos mañana, par de problemáticos.- Se despide Shikamaru, dándome un beso en la mejilla. Y se va, dejándome sólo. Bueno, no totalmente, pero considero a Namikaze un dobe, por lo que no cuenta.
Veo de reojo como se sienta a mi lado. Suspiro.
Sé que no he de darle importancia a lo que ha dicho, pues ni es cierto, y en todo caso él es un dobe, sin embargo mi enorme orgullo me dice que me indigne, que no lo perdonara a menos que se arrodille.
Sasuke.- Me llama con su voz tan ronca.
Me tomo unos segundos para mirarle, al hacerlo miré directamente a sus ojos, y él hizo lo mismo. Ahora están más azules. Estuvimos así varios segundo, y él parecía estar buscando algo, como tratando de entenderme o leerme la mente. Esto me pone nervioso, siento que está hurgando en lo más profundo de mí. Y odio eso.
¿Qué?- Pregunto para romper esta extraña e incómoda situación.
Tarda unos segundos en contestar.
Lo siento.- Me dice, y supe inmediatamente que no miente.- Tengo la mala costumbre de decir lo que pienso, pero de verdad lo lamento. Y si hago algo, es respetar a los donceles o mujeres que se dan a respetar, ttebayo.- Como no dije nada, prosigue.- Y tienes mi total respeto, prometo no insinuar nada parecido de nuevo. Y no soy un hombre que incumpla sus promesas, ttebayo.- Parece sincero, mi coraza se debilita ante él, pero ¿Qué más da?
De acuerdo.- Él sonríe satisfecho. Después pasa su brazo por mis hombros, acercándome a él. Pero lo retiro inmediatamente.- Oh no, nada de eso, dobe.- Digo con voz grave, y él parece no entender, por lo que parece que se lo voy a tener que explicar.- No somos amigos ni nada que se le parezca.
¿Y ahora por qué?- Me pregunta contrariado.- No te voy a hacer nada, teme.
Por supuesto que no, es sólo que evito varones como tú.- Me encojo de hombros, ¿Qué podría hacerme el dobe? (Kyu: Pura inocencia… ¬3¬) Él parece divertirse.
¿Y cómo son los tipos como yo?- Pregunta con una zorruna sonrisa, que por alguna razón hace que mi cuerpo tenga una calidez extraña.
Los que creer que el universo gira a su alrededor, que se pueden conseguir a cualquier ser vivo que tenga buen culo, o los que creen que por el hecho de tener dinero y ser guapo, pueden hacer lo que quiera.- Le explico, y él me mira atónito, para luego estallar a carcajadas. Y aunque siento que se está burlando de mí, el sonido es agradable y casi me contagia. He dicho Casi. Sonrío un poco.
Muy bueno, teme.- Termina de reír, aunque aún sonríe.- Soy un poco de eso, pero te sorprendería lo buena persona que soy.
No necesito que me pruebes nada.- Le digo mientras me levanto.- Aquí muere nuestro lazo. Si se le puede llamar así.
Consigo la atención de Ino y le hice señas de que ya me voy. Ella se queda, ama demasiado estas reuniones sociales, lo contrario que yo. Evito mirar a Suigetsu. Empiezo a caminar hacia mi cabaña, hasta que siento que alguien me sigue.
El dobe por supuesto.
Te acompaño.- Me dice colocándose a mi lado, su voz a sonado más como una orden que como una petición.- Muchos se ponen algo ebrios.
Pensé que no permiten el alcohol.- Leí que era una de las reglas en el panfleto que me dio el capullo de Fugaku antes de venir.
Sí, y tampoco permiten salir del campamento, ni que los varones nos acercáramos a vuestras cabañas. Por ejemplo.- Explica irónico.- El dinero puedo muchas cosas.
No contesto, no quiero opinar. Después de esto ninguno de los dos dice algo, hasta llegar a mi cabaña. Meto la llave y entro, y cuando estuve a punto de cerrarle la puerta en las narices, él detuvo la puerta. Es demasiado fuerte.
Mira, no me malinterpretes, pero me agradas teme. No quiero romper este lazo. – Dice con una sonrisa zorruna mientras se rasca la nuca.- Y no porque tengas buen culo, ttebayo. – Rio levemente, ¿Por qué me haces comportarme de manera extraña, dobe? Nunca me rio con facilidad…
Hasta luego, dobe.- Le digo y le cierro la puerta.
Hasta luego, teme.- Se escucha desde fuera.
Me voy directo a la cama, y trato de dormir. Después de todo mañana empieza la semana, y con ella, todas las actividades del campamento.
Y, en este momento, me di cuenta que sólo es el comienzo…