Capítulo dos: Alias
-Tú debes de ser el nuevo
Naruto detuvo su caminar para mirar al chico que había aparecido frente a él repentinamente. Era castaño y su sonrisa perruna le decía al rubio que era de cuidado. Dudó un segundo, tenía unas extrañas marcas en las mejillas, triángulos rojos hacia abajo, pero bien podía ser pintura.
-Sí
-Me llamo Touya Minamino, un placer…
-Daniel Salas
-Ohhh un americano ¡Que sorpresa!
El castaño comenzó a reírse por alguna razón, tal vez un chiste local o algo por el estilo. Se conformó con sonreír cortésmente y escuchar la cháchara que el castaño estaba soltando.
El camino empedrado terminó, las casas eran más modernas y había uno que otro carro por allí. Cuando se dio cuenta ya estaban en la entrada de la escuela.
No tenía nada especial. Un edificio viejo pero conservado, muchos jardines y áreas de deporte, una pequeña área de atletismo. Era un pequeño pueblo, después de todo.
-Debes dejar eso de ignorar a la gente gaijin
-Lo siento, observaba.
-En realidad no hay mucho que ver, hay un lago a las afueras del pueblo que tal vez valdría la pena… lejos de eso… tal vez las chicas, ¿Te gustan las chicas cierto?
-¿Alguien te ha dicho que hablas demasiado?
-No respondiste mi pregunta
Ignoró la forma cantarina en la que había hablado el castaño y suspiró, no tenía caso esconderlo.
-No me molestan pero…
-Ya, ya… solo no me cuentes tus aventurillas con chicos ¿vale? Fuera de eso, ningún problema. ¿Te enseño la escuela? Falta para la primera clase.
Sin esperar respuesta el castaño avanzó, el rubio lo siguió de cerca. Observó rostros ir y venir, hasta que vio una cabellera rosada brincando a lo lejos.
-¿Quién es ella?
-Umm… Se llama Sakura, es la líder de porristas amigo.
Tenía el cabello rosa, eso debía significar algo ¿cierto? Aunque, si de una pathic se tratara debería esconder su color de cabello. ¿Tan seguro era ese pueblo?
-¡Eh! ¡Daniel! ¿Qué haces preguntando por chicas? Ven, te presentare a algunos… ¿Prospectos? ¿Bombones? ¿Cómo los llamas tú?
Touya siguió riendo después del golpe en el hombro que le dio el rubio, pero, lo que había dicho no era broma. Pronto se acercaron a varios chicos esparcidos por todo el campus.
-Tenemos algunos especímenes raros, espero no te moleste.
No entendió hasta que se acercaron a un muchacho de cabello blanco, ¡blanco! Su nombre era Pat, venía de Suiza, según le dijo Touya. Cuando al fin lo tuvieron de frente y se saludaron vio a que se refería el castaño. El chico tenía la sonrisa más macabra que hubiera visto, sus dientes eran afilados, como los de un tiburón. Pronto lo dejaron atrás.
-Eso no es nada viejo, espera conocer a Kouji y Tatsuji…
El castaño dijo algo más pero no lo escuchó. Su atención la tenía una persona más alejada.
-¿Quién es él?
Debía de haber interrumpido al otro en medio de algo importante porque hubo un momento de silencio en el que sintió la mirada molesta del castaño. Poco después notó que seguía con la mirada el camino de sus ojos. Lo vio abrir los ojos como platos.
-Ni lo pienses.- contestó negando con la cabeza.- Es Lucas, está loco viejo, no te le acerques.
Pero eso solo logró llamar más su atención. Se quedó mirando al sujeto azabache mientras Touya buscaba alguna distracción. Era alto, tal vez un poco más que él. Tenía un extraño peinado hacia atrás que lo hacía lucir extravagante pero su postura encorvada indicaba que era todo lo contrario. Tenía fleco de lado sobre la frente que terminaba cayéndole a ambos lados del rostro, oh su rostro, nunca se había sentido más gay que en ese momento, y eso que se consideraba un cinco en la escala de Kinsey.
No se dio cuenta de que lo miraba demasiado hasta que el mismo Lucas le devolvió la mirada. Se le heló la sangre al ver sus ojos inexpresivos, como profundos pozos negros. Ninguna mueca o muestra de sentimiento en sus facciones, como si no le importara nada, como si no tuviera sentimientos. El moreno giro la vista nuevamente y se alejó del lugar. Naruto solo observó en silencio pensando en el posible obscuro pasado de Lucas.
La tortura había terminado, por ahora. Caminaba por los pasillos abarrotados de estudiantes dirigiéndose a lo que pensaba era el comedor. Tenía hambre. Había tenido que presentarse frente a todos en la primera clase y lidiar con los murmullos y miradas indiscretas hacia su persona, fue la clase de deporte por lo que no mucho tiempo después salieron al aire libre.
Recordó mirar hacia arriba y ver a Lucas al otro lado de la ventana de un salón de clase.
Al terminar la clase tuvo dos horas de cálculo diferencial ¡Dos horas! Estaba mentalmente agotado.
Cuando llegó al comedor todas las miradas se posaron en él, tampoco le gustaba esa parte de la mudanza. Avanzó al área de comida y tomo una bandeja. La comida no estaba tan mal, así que contento buscó una mesa en la que sentarse.
Divisó una mesa vacía a lo lejos y se dirigió hacia ella, el ruido en el lugar regresó y todos ignoraron su presencia otra vez. Suspiró aliviado, pero no le duro mucho, pues sintió a alguien sentarse frente suyo. Una muchacha que mantenía un pequeño sonrojo, atrás de ella pudo ver a otras chicas riéndose, la habrían retado.
La observó más fijamente. No podía verle los ojos pues estos estaban cubiertos por su fleco, se mordía los labios y jugaba con sus manos. Sintió pena por ella.
-Hola, me llamo Daniel ¿Y tú?
Adivinó que la chica abría los ojos como platos aun cuando no pudiera verlo, sorprendida de que fuera él el que comenzara la conversación. Cuando alzó el rostro Naruto se quedó sin aire.
-So-soy Tanaka Yuki, mucho gusto.
La pequeña sonrisa en su rostro lo saco de su ensoñación. Sus ojos, eran blancos, completamente blancos, con un ligero toque de lila. Era una pathic, sus ojos la delataban al igual que a él las marcas en sus mejillas.
-¿Enserio? Suena un tanto impersonal
Tanteó terreno. La chica se quedó callada, mirándolo fijamente. Él sonrió y apoyó un codo sobre la mesa y su cara en su mano, señalando discretamente las marcas en sus mejillas. A la chica le brillaron los ojos y sonrió. Vio que de repente parecía más confiada.
-Eres muy… simpático
Rió un poco, entendiendo el chiste. A cualquiera que los mirara de lejos le parecería que estaban coqueteando. Miró a su alrededor asegurándose de que no estuvieran siendo escuchados.
-Naruto
Dijo, extendiendo su mano.
-Hinata
-Eso suena mejor
-Lo mismo digo, Daniel
-Eh, que es un buen nombre
-No he dicho nada
La chica le caía bien. Contempló vagamente la idea de preguntarle a la chica si sabría quienes más eran como ellos, pero no sabía cómo. Hinata pareció adivinar sus pensamientos.
-Estoy en un club escolar, de ajedrez. Hay mucha gente… interesante. ¿Quieres unirte?
El rubio sonrió, definitivamente le agradaba esa chica.
-¿Por qué ajedrez?
Preguntó, caminando por los pasillos ahora vacíos, junto a Hinata.
-En un lugar tan pequeño no llama mucho la atención
Claro, pensó el rubio, es bastante obvio.
-Y dime, ¿Me he topado con algún pathic sin darme cuenta?
-Sí, con dos de hecho
El rubio la miro expectante, ella sonrío y murmuro algo que pareció un “que impaciente”.
-Conociste a Kiba y Suigetsu
Naruto hizo un gesto que daba a entender que no tenía idea.
-Touya y Pat
¡Entonces había acertado! Se felicitó mentalmente y detuvo su andar al ver a Hinata acercarse a una puerta.
La boca se le secó y se dio cuenta de que había estado nervioso todo el camino, sabía perfectamente la razón.
Quería que una de las personas que estuvieran dentro fuera Lucas, ese desconocido al que a simple vista no le había visto ninguna marca que lo delatara como pathic, pero deseaba, con todas sus fuerzas, encontrarlo dentro de la habitación. Deseaba conocerlo. Aquella atracción repentina no podría ser casualidad ¿Verdad?
Los rostros de la habitación lo miraron, no se dio cuenta de que buscaba los ónices hasta que no los encontró, sus ánimos menguaron.
-Yuki… ¿Qué…?
-Daniel, te presento a los chicos
Las miradas estaban clavadas en ambos. Naruto vio temor, indignación, odio y una un tanto aburrida. Carraspeó.
-En realidad soy Naruto
Aquello provocó que los ánimos se apaciguaran, inclusive que algunas sonrisas aparecieran.
-¡Ja! ¡Se los dije!
Naruto reconoció la voz de Touya, o Kiba, cualesquiera fuera el caso. También se dio cuenta que Pat, no estaba. Empezaría a llamarlos por sus nombres reales en su mente, ya estaba demasiado confundido.
-¿Qué tal si se presentan?
Hablo Hinata, un tanto nerviosa. Se preguntó por qué cuando vio a un chico castaño mirarla con reproche. Tenía los ojos del mismo color que ella, debían ser familiares.
-Tamako, pero tú puedes llamarme Ino, guapo
La rubia de ojos azules le guiño el ojo. Pudo apenas notar la ligera diferencia de color en ellos, uno verde y uno azul. Le sonrió de vuelta.
-Shino, pero dime Tatsuji allí afuera
En este caso Naruto no pudo notar la marca, pero aquello no fue necesario. El sujeto transpiraba rareza por cada poro de su piel. Con ese enorme suéter y los lentes obscuros. Escuchó a Ino reír apenas, se preguntó que sería tan gracioso.
-Kouji…
-¡Vamos Neji, no seas aguafiestas!
Touya palmeó la espalda del castaño de ojos blancos, este le asesinó con la mirada para luego regresar a su posición anterior. Al parecer una persona difícil.
-Me dicen Sam, pero me llamo Sai
Eso no tenía mucha ciencia, pero solo se encogió de hombros y asintió a modo de saludo. Ino volvió a reír.
-Esto es demasiado problemático, Soy Shikamaru pero todos me dicen Yamato
Naruto los miró a todos, no eran muchos y faltaba Pat. Decidió que ser curioso no sería malo.
-¿Son todos? Pensé que Pat…
-No somos todos
El oji blanco se levantó de su asiento lentamente mientras hablaba.
-Es solo que hay algunos que no piensan en los demás
Y con la misma salió del salón, no sin dirigirle una mirada de advertencia a Hinata. Aquel comentario hizo que la mayoría se tensara y el rubio moría por saber la razón.
-Hay tres más
Habló Ino, adivinando sus pensamientos.
-Pat, Ciara y Tom. Suigetsu, Karin y Juugo.
Dijo, Hinata.
-Estuvieron unos días con nosotros pero… Se fueron
-¿Por qué?
Le preguntó el rubio a Hinata quien había sido la última en decir algo. Todos se miraron.
-Lucas