Era un día como cualquier otro, recién estaba amaneciendo y Yukio se estaba alistando para ir a la Academia, debía preparar algunas cosas para una reunión de maestros en la noche (iban a hablar sobre Rin). Fue al cuarto de Rin y lo vio durmiendo, entonces salió sin molestarlo.
Ya casi era medio día cuando Rin se encontraba aún en su cama, tapado hasta la nariz, mirando al techo; sus ojos azules se veían cansados y somnolientos. Las cortinas de su ventana estaban completamente cerradas por lo que su cuarto estaba casi a oscuras.
Cuando se estaba acomodando, Yukio entró a su cuarto
– ¡Niisan ya casi es medio día! Debes levantarte –
Abrió las cortinas y la luz invadió el cuarto de Rin, pero él no le contestó y solo se tapó más
– Niisan pero ¿qué haces? Ya te dije que es tarde –
Sonrió y se acercó a la cama de Rin, cogió el cobertor y lo fue destapando lentamente… notó al instante que Rin tenía su frente y mejillas rojas además su respiración estaba agitada, Yukio se alarmó
– ¡Niisan! ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? –
Rin lo estaba ignorando
- ¡Niisan! –
Dijo exasperado y como que regañándolo, se acercó lo suficiente como para que sus frentes se toquen
- Niisan tienes fiebre ¿por qué no me dijiste que estabas enfermo? –
Por fin Rin decidió abrir sus ojos
– Ya, ya te oí Yuk…io? –
Vio la expresión de angustia y preocupación que él tenía
- ¿Yukio, que sucede? – Niisan! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes? –
Decía mientras se acercaba a Rin
– ¡¿Qué, qué pasa Yukio?! –
- ¿No te das cuenta del estado en el que estás Niisan? –
-Eh? De qué hablas? –
Al mismo tiempo intentó levantarse, pero se desplomó, se encontraba muy débil
– Niisan quédate quieto, no te esfuerces –
-Ahh?!! Yukio qué me sucede? –
-No losé Niisan, es extraño pero por el momento promete que te quedarás en la cama, yo iré a averiguar qué es lo que te pasa –
- No exageres Yukio no es para tanto –
-Te equivocas Niisan, esto es algo serio, además yo prometí cuidarte y protegerte siempre, ¿recuerdas? –
- ¿De qué hablas Yukio? Deja de decir eso… es molesto –
-Niisan te ves más sofocado ¡¿Estás empeorando?! –
- ¡No es eso! Ya vete –
Yukio sonrió
– Esta bien Niisan, ya me voy –
Cerró la puerta del cuarto. Cuando Rin escuchó cerrarse la puerta del pasillo se volvió a tapar hasta la cabeza y susurró “Cuídate”, luego se durmió.
Yukio se encontraba en la Academia (a pesar de la preocupación que tenía aún tenía que dar clases) pero no podía concentrarse en nada, Rin ocupaba todo su pensamiento “¿Qué le sucede a Niisan? Es muy extraño que un demonio se enferme…”
Durante el receso fue al jardín de la Academia y se sentó en una banca a pensar en lo ocurrido en la mañana con Rin. No le encontraba explicación alguna, “¿es que acaso era una enfermedad única para demonios? ¿Cómo iba a saberlo?” se preguntaba. Su preocupación y angustia incrementaba cada minuto que pasaba y se encontraba lejos de Rin; quería ayudarlo, pero ¿cómo?, se sentía impotente al ver a su hermano en ese estado y no tener la menor idea de cómo hacerlo. Ese sentimiento, mientras más pensaba, seguía creciendo en su interior… miró al cielo y suspiró, le pareció que el tiempo estaba es su contra ya que aún no podía regresar a casa; se comenzaba a desesperar.
“Esto está muy solitario” pensaba Rin. Aún se encontraba en cama, se había despertado hace un momento, pero no había conseguido levantarse.
Empezaba en tener mucho frío y cada parte de su cuerpo las sentía tan pesadas que durante un instante creyó que su cama se rompería.
Se sentía triste, extrañaba a… Intentó acomodarse, volteó y miró por la ventana que había abierto Yukio que ya empezaba a atardecer
-Se está tardando-
Y se volvió a tapar.
**
Miró su reloj –Ya es tarde, espero que Niisan esté bien- iba tan metido en sus pensamientos que parecía no darse cuenta de los que estaban a su alrededor o lo que sucedía mientras iba a prisa a la biblioteca. El otro día había oído de un libro sobre demonios y las particularidades que presentaban algunos, quizás ahí podría decir algo sobre su hermano. Cuando llegó se encontró con Bon y Konekomaru.
-Hey, ¿Por qué Rin no vino a clases? ¿Acaso se la está dando de vago?-
-Bon! No digas esas cosas… ¿Le ha pasado algo Rin, sensei?-
Yukio se encontraba sumido en sus pensamientos, se notaban en sus ojos un cúmulo de sentimientos y emociones; jamás lo habían visto así. No les respondió, solo les preguntó si sabían algo de aquel libro que buscaba, sin embargo parecía que ese libro era solo un mito. Tenía lógica…… ¿Quién, bajo la orden del Vaticano, sería capaz de estudiar a los demonios?
¿El Vaticano? ¡Demonios!, la idea le vino demasiado rápido. No se despidió de Bon ni de Konekomaru ¿Por qué no lo había pensado antes?!Era tan obvio!...Esos pensamientos lo inundaban mientras se dirigía a la oficina del director de la academia Mephistopheles, él definitivamente sabría algo, puesto que el también era un demonio.