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Espérame por Himecchi

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Notas del capitulo:

Gracias por esperar

 

Rin parecía estar esperando  a que su hermano se tranquilizara. Por fin, luego de unos segundos Yukio volvió a preguntar con una voz más calmada y dulce

-¿Estás bien, Niisan?

Intentó levantarlo con delicadeza, no quería lastimar a Rin, se veía demasiado frágil; sin embargo se detuvo al sentir la calidez de una mano en su pecho.

Yukio se sentó junto a él y lo coloco sobre su regazo. De pronto se empezaron a oír ligeros sollozos que inundaron el silencio en el que se encontraban los hermanos.

Yacían en el suelo el silencio volvió a reinar, por la ventana de la habitación entraban los rayos de luz de una brillante y blanca Luna.

 Yukio no dejaba de abrazar a Rin, sus brazos lo rodeaban por completo y respiraba cerca a su cuello, observando cómo éste subía y bajaba con dificultad. Repentinamente posó su mirada en esos finos y delicados labios rosas que de seguro sabrían muy dulces, hipnotizado fue acercándose cada vez más a ellos, lentamente, aspirando el delicioso aroma del cuerpo de su hermano; ahora ya no podía controlarse. Se encontraba tan cerca de él que podía sentir su aliento cerca a sus labios, sintió que debía besarlo; sin embargo se contuvo al ver aquellos llorosos y azulados ojos en ese rostro cada vez más ruborizado.
Lo abrazo nuevamente y le susurro al oído “Lo siento”, lo levantó y lo llevó a su cama, dejó que se acomodara y se sentó a su lado; luego dijo

-Espérame Niisan, iré a traerte algunas de tus cosas-

Cuando estuvo a punto de levantarse lo detuvo la débil voz de Rin

-..Espera…- dijo mientras sujetaba su mano -¿Por que debes irte? Yo no necesito nada…nada excepto a ti. Aho Yukio, necesito que te quedes conmigo. Tardaste demasiado en volver a casa-decía Rin con una leve voz.

Yukio se quedo estático, desvió su mirada hacia abajo y regreso al lado de su hermano. Puso una de sus manos en la cabecera de la cama y la otra al costado de su hermano; volvió a acercarse al rostro de Rin obligándolo a hundirse en la almohada, le dio un tierno y dulce beso en la mejilla y le rogó “Lamento haberme tardado, por favor perdóname Niisan” se recostó a su lado y lo abrazo fuertemente, Rin también se aferró a él.

“Tengo que protegerte, es lo que prometí; no importa lo que deba hacer…”

Un momento después los pensamientos de Yukio se vieron interrumpidos por una sensación cálida y suave en sus labios, abrió los ojos lentamente como si estuviera despertando de un dulce sueño  y de repente lo vio, vio como su querido hermano, el protagonista de sus pensamientos y sentimientos con el rostro aun mas sonrojado, pero que no era a causa de la fiebre, rosaba con delicadeza sus labios, sí era un beso, solo un roce pero un beso al fin y al cabo; era un tierno y delicado beso.

Yukio se sorprendió un poco y reaccionando inconscientemente alejó un poco al frágil demonio, éste solo hundió la cabeza en la almohada, aun más avergonzado que antes (si es que se podía estarlo). Al darse cuenta de esto, el Okumura menor sonrió con ternura y tomando suavemente el mentón de su hermano lo atrajo hacia él…

Se detuvo un momento para contemplar aquel rostro, vio como sus azulados ojos brillaban de una manera que lo dejaba sin aliento, y como el rubor de sus pálidas y finas mejillas se intensificaba, sin dudarlo más acerco esos perfectos labios ,aquellos que hace un momento lo habían sorprendido gratamente, y lo besó.

Rin cerró los ojos fuertemente y se estremeció, Yukio al ver aquel acto de sumisión, que cabe decir nunca había visto en su hermano mayor; atrajo más hacia su cuerpo, el delgado y ahora frágil cuerpo de Rin, pasando una mano por la nuca y la otra alrededor de su cintura.

Ahora era un beso más intenso, más comprometido, la lengua del exorcista menor delineó los delicados labios de Rin pidiendo permiso para entrar en aquella cálida y húmeda cavidad, este separo los labios un poco permitiendo así que su hermano menor recorriera cada centímetro de su boca, Rin unió su lengua a la de Yukio, sintiendo como se erizaba su piel, un ligero jadeo se apagó en aquel sublime contacto. Luego de unos segundos tuvieron que separarse para recuperar el aliento.

Yukio no dejaba de ver a Rin a los ojos, no entendía el por qué de la acción de su pequeño hermano mayor (si, irónico).

Finamente se animó a preguntar

-Niisan… Tú, ¿Por qué?...-

Inesperadamente Rin se acerco nuevamente al rostro del menor,  pero esta vez acercó sus labios a su oído

-Te lo dije ¿no?, no necesito nada más que a ti-dijo con una débil voz y aun así la hizo sonar tan provocativa, al menos para Yukio.

Yukio se separó un poco sorprendido de la respuesta de su hermano, pero éste lo abrazó con fuerza.

-Rin…-dijo en un susurro el exorcista menor y respondió al abrazo

Rin acerco una vez más sus labios a los de su hermano y nuevamente una cálida  sensación recorrió el cuerpo de ambos.

Yukio se acomodó colocándose sobre su hermano, pero se detuvo y lo miró a los ojos

-Niisan pero tú…- dijo con una expresión de preocupación, pues ciertamente el demonio no se encontraba en buenas condiciones, al menos para lo que tenía en mente el exorcista menor.

Rin rodeo su cuello con ambos brazos

-Por favor…-dijo en un suspiro.

 

Aunque a Yukio aún le preocupaba la salud de su hermano, el mayor parecía insistir y eso era todo lo que necesitaba oír, y así inicio dándole un excitante beso en el que sus lenguas se unieron nuevamente luchando por el control de aquel beso.

Yukio besó el cuello de Rin, éste se estremeció ligeramente, acción que alentó al menor a continuar, entonces empezó a lamerlo y a darle pequeñas mordidas, pues desde hace algún tiempo soñaba con marcar esa pálida y tersa piel, Rin solo se aferraba fuertemente a su hermano, estremeciéndose ante la cálida y húmeda sensación que dejaba Yukio en su piel. El castaño continuó hacia el bien formado torso de su hermano mayor despojándolo hábilmente de la polera que lo cubría, dejando un rastro de besos y mordidas, mientras lo hacía. Contempló un momento el cuerpo de Rin reconociendo que hace algún tiempo nunca se hubiera imaginado recorriéndolo como lo hacía ahora aunque la verdad en el fondo lo había anhelado desde hace tiempo.

Posó sus labios sobre uno de los pezones de su hermano y comenzó a lamerlo y morderlo, mientras que su mano se ocupaba del otro, haciendo que Rin comenzara a soltar ligeros gemidos.

 Siguió así dándole placer a su querido hermano mientras descendía, Rin se avergonzó un poco cuando Yukio llego a aquel lugar de su anatomía que a estas alturas ya demandaba atención; Yukio quitó lentamente la parte inferior de la ropa del peli azul, dejando al descubierto el miembro ya erecto del mayor, para darle más confianza empezó acariciando sus blancas y delgadas piernas que parecían pedir a gritos ser marcadas, así que también marco aquella parte con sus dientes y labios, fue subiendo poco a poco hasta que finalmente llego a aquella zona.

Tomó entre sus manos la hombría de su hermano y comenzó a recorrerla de arriba hacia abajo sintiendo a Rin temblando.

Siguió así masajeando el miembro de su hermano mientras éste tenía la mano enredada entre sus cabellos tirándolos ligeramente excitando un poco más a Yukio, cosa que su cuerpo no tardo en delatar.

Nuevamente sus labios se unieron, el castaño mordió el labio inferior de Rin, mientras con sus manos seguía masturbando a su hermano.

Ahora Yukio también necesitaba atención, Rin gimió levemente cuando sintió la erección de su hermano friccionándose contra sus piernas, Yukio descendió nuevamente y esta vez introdujo el miembro de Rin en su boca, con su lengua comenzó recorrerlo, Rin se hallaba gimiendo del inmenso placer que proporcionaba su hermano, ahora se encontraba perdido en las profundidades del deseo. Sucumbiendo a esas caricias llenas de lujuria.

Yukio ya había esperado bastante, Rin respiraba agitado, ya no faltaba mucho para que acabara, lo beso suavemente

 -¿estás seguro, Niisan?- dijo aun en los labios del otro

Rin intensificó el beso dándole a entender que continuara

Yukio aun dudaba pero ver así a su hermano, era bastante lo que le costaba controlarse

-Estúpido cuatro ojos hazlo de una vez-le reprochó Rin

Yukio entonces sonrió y acaricio su mejilla, delineo los labios de Rin con sus dedos y éste los lamió, llevo sus dedos hacia la entrada del ojiazul e inicio, primero uno, Rin gimió de dolor al sentir la intromisión, Yukio espero a que se acostumbrara un poco y luego comenzó a moverlo, el segundo dedo no se hizo esperar dilatando la entrada de Rin, mientras este arqueaba la espalda de dolor mezclado con el placer que la otra mano de su hermano le proporcionaba a su zona intima. Pronto Rin ya no sentía el dolor, y ahora movía sus caderas al ritmo de su hermano en busca de más placer,  atrajo nuevamente a Yukio y lo beso desesperadamente. Éste se acomodo sobre su hermano y una vez más dudo de lo que iba a hacer, Rin rodo los ojos y rodeo la cintura de su hermano con sus piernas, fue suficiente para que Yukio ahora reemplazara sus dedos por su bastante excitado miembro. Lo introdujo bruscamente, ya no se podía controlar, sin embargo

Rin grito con un poco de dolor y unas tímidas lagrimas rodaron por sus mejillas, Yukio se detuvo esperando a que Rin se tranquilizara un poco, para eso se acerco y beso su mejilla, lamiendo las lagrimas que por ahí resbalaban, tomo en una de sus manos la mano de Rin y entrelazo sus dedos

-Lo siento, no quise lastimarte- le dijo al oído

Rin no dijo nada, solo suspiro y comenzó a mover sus caderas, haciendo que el menor gimiera y comenzara a penetrarlo.

Ahora ambos estaban en la gloria, Rin no dejaba de gemir, sintiendo como Yukio lo masturbaba al mismo ritmo que movía su cadera.

Y así los dos hermanos, envueltos en una noche de pasión terminaban, uno se vino entre los dos estremeciéndose y contrayéndose logrando así que el otro acabara dentro de él.

Rin agotado se durmió en el acto acurrucándose al lado de su hermano, respirando entrecortadamente, aun seguía débil, sin embargo ahora sonreía y se le veía tan tranquilo; esta expresión hizo que Yukio no se arrepintiera de lo que había hecho, es mas ahora ya tenía  sumamente claro, lo que debía hacer.

Luego de unas horas Yukio despertó aspirando el aroma de la persona más preciada para él, de su razón de vivir, de su amado hermano. Se levanto silenciosamente y con cuidado de no despertarlo, lo tapó y le susurro “Por favor espérame”, le dio un beso en la frente y salió de la habitación.

Después de cerrar el cuarto donde se encontraba Rin sin hacer ruido, empezó a alistar sus cosas; ahora más que nunca estaba decidido a aceptar cualquier riesgo, incluso ir a Gehena, con tal de ayudar a su hermano.

Empezaba a amanecer cuando estaba a punto de salir, pero antes volvió al cuarto en el que estaba Rin, parecía estar mejor, se encontraba durmiendo; se acerco y quiso acariciarlo, pero temía despertarlo así que solo le dejo una nota

-¿Qué estás haciendo?-oyó

Cuando volteo vio a Kuro que se acercaba tímidamente por la puerta.

Shhhhhh-le hizo una señal y después de mirar por última vez a Rin salió atrás de Kuro.

-¿Qué estabas haciendo?-volvió a preguntar el gato

-Iré a buscar la solución para la enfermedad de Niisan, no me tardaré, pero…

Se hizo un silencio profundo y luego continuó

-Kuro… ¿podrías cuidar a Rin por mí?

Kuro quiso seguir preguntando, pero se limito a responder

-No te preocupes, déjalo en mis ¿manos?-

-Gracias Kuro- dijo Yukio sonriendo. Abrió la puerta del edificio para salir, cuando de nuevo oyó

-Pero, A donde vas Yukio?-

Sin voltear respondió con una voz muy tenue

-La verdad, no estoy seguro…-y cerró la puerta

Notas finales:

Gracias a los que leen y a KanaUzumaki por  comentar eso me inspira a seguir 


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