A la luz de la luna.
Confiesa su melancolía.
Ay triste existencia vacía.
Mi pobre vida gatuna.
La noche más obscura.
Es aquella de tu partida.
la de mi lágrima podrida.
desamparandola en mí locura.
¿Cómo cobra vida un cuerpo?
¿Sino a través del sufrimiento?
Pues con platillos de amargura.
Es que degusto mi cordura.
A buena hora apareciste.
Con excusas exelentes.
Que no caben en mi mente.
Pues ahora soy pobre y triste
Me cubriste bajo tus alas.
Negras, llenas de clavos.
Mortales como una bala.
Son los dedos de tus manos.
Cortinas ilusorias.
Mantos evanescentes.
Esa es nuestra historia.
De amores indecentes.
Ahora me culpas y callas.
Por el sufrimiento que te acosa
No quieres oír mi prosa.
Eres un imbécil sin agallas.
Me diste razones para amarte.
Yo te di mi corazón.
Con tu miedo me hiciste aparte.
Junto a tu tentación.
Tú no eres mi media naranja.
Solo estoy yo en una franja.
Esperanzas sin un destino.
La meta sin un camino.
De locura a desmesura
salto yo esta noche obscura
sin alguna luz titilante
solo tu recuerdo distante.
Por cuestiones de reglamento se me exige escribir más, pues el sistema no tolera un formato corto pero concreto... que lamentable.
En estos poemas expreso mi primera desventura en el amor, un asunto muy complejo ya que como supondrán en la sociedad que yo vivo el amor entre dos hombres esta, bueno mal visto... más allá de eso, quien opto por amarme era menor que yo... yo no soy mayor de edad así que se podrán imaginar.
Sus padres hoy en día creen que yo inducía a aquel joven a amarme... pero resulta ser muy distinto.
Me había abandonado a la muerte, yo estaba seguro de que moriría solo en una casa, triste y viejo, lo que me acompañaría sería nada más que un cuaderno lleno de estupideces como esta.
Entonces el se apareció... ¿Cómo hago para negarme a alguién que me entrega su ser y espera que yo haga lo mismo? Pues siente un ardor intenso en el alma por este escualido ser que es representado por mi persona...
Más adelante, luego de llantos pues hasta me creía que era muy bueno para ser verdad y que había arrastrado a alguien muy joven a este meollo inmenso que es el amor homosexual, que el decidió demostrarme que tengo un valor... ¡Osea! ¡Me dió importancia!.
Yo era su centro... no había nada más bello en el mundo que no fuese yo, entre esas ilusiones surgió algo que yo esperaba no sucediera.
Comenzamos a rozarnos, cada vez más cerca, llegabamos un poco más allá con cada oportunidad de encontrarnos. Sin embargo el asunto se salió de control... el se volvía con cada encuentro más lascivo, menos amoroso, la lujuria lo consumía, fue entonces que nuestro secreto se fue al demonio.
Para colmo, luego de que el "problema" fuese discutido entre padres, no se me dió la oportunidad de mediar palabra, dicha reunion se dió sin yo tener siquiera la oportunidad de estar presente.
¿Y "El"? Bah! ese infeliz lo que hizo fue negarlo todo, según la falsedad, él ante sus padres es heterosexual, Yo nunca tuve contacto con el y solo somos muy buenos amigos... ¡Maldito! me hubieses defendido... yo lo haría no importa contra quien fuese la pelea... yo te amaba... hasta ese día, pobre hombrecito cobarde. No pretendas estar a la altura si vas a esconderte cuando se presenten las consecuenias...