Narra Mario~~
No me sentía bien, hace semanas no salía de mi habitación, había dejado todos mis proyectos, por un tiempo, no estaba en condiciones para seguir con ellos, había abandonado youtube, sabía que tenía que subir algún vídeo, pero aunque quería, no salía nada, prendía la cámara y me quedaba allí mirando me sentía cansado, desganado, ni mis latas de red bull me daba las fuerzas necesarias en una situación así, ¿porque me tuvo que hacer esto a mí? Que Cris me haya terminado, me había destrozado el corazón, me había hecho mucho daño, pero no era eso lo que me tenía así, luego de unos días lo acepte, me quede pálido ante aquello, no podía creer lo fácil que me había resultado olvidarla, siendo que la había considerado el amor de mi vida.
A partir de eso, comencé a sentirme vacío e indiferente, al tiempo, se me fueron las ganas de ver a mis amigos, luego deje de subir vídeos, ya no habría mi Twitter, no atendía el móvil y ya ni levantarme de mi cama quería.
Los mensajes cada vez fueron menos, y cada vez menos personas venían a verme, al ser tan indiferentes con ellos, tampoco me molestaba y eso me deprimía más, solo una persona seguía enviándome mensajes, y me parecía tan extraño… las primeras semanas no le di importancia, luego comenzó a molestarme, pero luego comencé a acostumbrarme a sus mensajes por la mañana, y por la noche, aunque no le respondía al principio, siempre se tomaba la molestia de mandarme un mensaje, al tiempo empecé a responderle brevemente y casi siempre me sacaba alguna sonrisa… Mi ánimo cambiaba cada vez que Cheeto me hablaba por mensaje de texto, pero seguía resultándome extraño. El último cambio fue que se tomaba la molestia de venir hasta mi casa a hacerme compañía, aunque normalmente tenía que arrancarme de la cama, me sentía mucho mejor, aun así casi no le hablaba. Pero en estas dos últimas semanas solo había recibido unos pocos mensajes, y aunque sabía que eso tarde o temprano ocurriría, no pude evitar volverme a sentir mal.
Termine apagando mi celular, me senté en un silla y allí me quede el resto del día. Paso una semana, al final, me sentía desecho, lo extrañaba, y no entendía porque, también extrañaba a mis amigos, aquellos chavales siempre me habían acompañado, pero no se compara a cuanto lo extrañaba a él. Eso me tenía aturdido, quería prender mi celular y enviarle un mensaje invitarlo a que venga y atenderlo como era debido, pero no sabía a donde estaba el móvil, lo buscaba a ratos pero siempre me terminaba sentando, pensando en qué coño estaba haciendo, era un hombre, no podía comportarme de aquella forma, me termine recostando ya era de tarde, me sentía pésimo, no comprendía lo que me sucedía, o más bien no quería comprender, estaba triste.
Termine levantándome, busque el móvil por toda la casa, hasta que no encontré metido en la funda de la almohada, lo cogí rápidamente y note que no tenía batería, busque el cargador, lo enchufe y me puse en el ordenador, para ver mi Twitter, más bien el Twitter de Chetto, no había twiteado nada en las últimas horas. Comenzó a sonar el timbre, pero lo ignore. Cogí el móvil cual estaba enchufado y me encontré con algunos mensajes y llamadas perdidas, quería abrirlos quería devolverle la llamada, pero el móvil no me respondía, y el puto timbre me estaba tocando los cojones. Termine tirando el celular contra la pared. De pronto me tire a la cama, y el timbre seguía taladrando mi cabeza.
-Calla ostia!- no pude evitar gritar, la primera vez en meses que decía algo.
-Mario tío abre la puerta, jodeh- me gritó desde fuera “ostia” era él era su voz. me acerque corriendo pero me detuve.
-Cheeto?- pregunte, temía que solo fuera un engaño de mi mente.
-Pueh quien ma’? - me respondió con aquel acento suyo, mi corazón comenzó a latir a mil, no dude en abrir la puerta, hasta que lo hice, me quede helado, era él, y ahora que aria?, que diría, como podría hablarle, en estas condiciones, en este momento que no se exactamente que siento por él. -Tío porque no me cogía el móvil jode!- grito sacándome de mi pensamientos.
-Lo siento tío- fue lo único que me atreví a decirle.
-Me eh preocupado mucho jode!!- me reto entrando, pero yo ho me moví de la puerta.
-Porque?- fue lo único que articule sin voltear a verle.
-Porque que?- me pregunto. -porque te preocupas tanto por mi?- le pregunte volteando hacia el mientras serraba de un portazo. Corrí mi cabello de la cara para verlo, y se había quedado viéndome.
-Eh, porque si tío, ere mi amigo, pue’- dijo sin mirarme, sentí un pequeño dolor.
-Vale estoy bien, puedes marcharte- le dije abriendo la puerta, pero el ni se inmuto solo se quedo viéndome- hazme el favor de cerrar la puerta en cuanto te valla- le dije yéndome a mi cuarto.
-Mario-Me llamo, pero no hice caso, serré la puerta tras de mí y me acosté boca abajo. Luego de unos minutos escuche la puerta principal serrarse suavemente.
-Joder- susurre mientras apretaba mi corazón. Algunas lágrimas salieron de mis ojos, confundiéndome, era un tío que rayos me estaba sucediendo, estaba calmándome cuando sentí que golpeaban la puerta de mi habitación.
-Mario…- me llamo, creí que se había ido, con pesar me levante y abrí la puerta.
-Que es lo que quiere, te e dicho que estoy vi- no pude terminar la oración, repentinamente sentí como sus brazos me rodeaban y me apretaban contra el, joder.
-Lo sientoh- me pidió, pero no le di importancia.
-Por q..- y fui nuevamente interrumpido, pero esta vez me sorprendí el doble al sentir esos cálidos labios sobre los míos, tarde unos segundo en reaccionar, me aleje de el y lo quede mirando.
-Pero que cojones- fue lo único que me salió decirle, tarde unos segundo en asimilar las cosas…. me beso…
-Mario… teh quiero tío… no sé cómo cojone’ suc- pero esta vez fui yo el que lo interrumpió a el, no pude evitarlo, necesitaba besarlo, el me correspondió, no pude evitar sonreír ante eso, su barba me hacía cosquillas, sus labios eran dulces, y al final comprendí, no importaba si era un tío, debía aceptar que me gustaba, que había sido el único que me había podido sacar de aquella depresión, que era al único a quien no podría matar por alzarme como lo estaba haciendo ahora, rodee su espalda con mis piernas y lo abrace por el cuello, era tan gay esta situación.
-Te quiero- dije con esfuerzo luego que separamos nuestros labios- Te quiero- volví a repetir escondiendo mi rostro en su hombro.