Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Solo sexo por aleii

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Es más de media noche y el sonido del timbre resuena por todo el departamento. Siendo impulsado únicamente por la fuerza de mis piernas, soy arrastrado hasta la entrada del departamento. Abro la puerta de forma automática, como en acto reflejo y sin siquiera saludar, doy media vuelta, regresando hasta la cama. A mis espaldas puedo escuchar su rápida respiración, sus calmados pasos siguiéndome y alcanzo a oler su familiar aroma a colonia.

Me dejo caer pesadamente sobre el colchón al llegar a la habitación… ahora me encuentro demasiado cansado para esta clase de juegos. O eso creo. Siempre termino cediendo aun cuando tengo estos pequeños momentos de determinación. Soy demasiado débil a su lado. Siempre termino dejándome llevar. 

-Todo ha salido mal-murmura

-Ya me imaginaba-contestó, sin saber que más decir

A los pocos segundos, siento como me hundo hacia el centro de la cama, sus alargados brazos me rodean y su agitada respiración roza contra mi oído.

“No quiero”, me repito mentalmente una y otra vez. Pero sé que ya es demasiado tarde como para negarme. “Esto está mal”, dice una voz dentro de mí, pero pronto la hago callar.

-Te necesito-susurra, al tiempo que su lengua se desliza lentamente por mi cuello, dejando un rastro de cálida saliva.

Sus manos se desplazan hacia el frente de mi cuerpo, sus dedos comienzan a desabrochar lentamente los botones del pijama, uno a uno. Puedo sentir como mi respiración comienza a agitarse.

-No te pongas nervioso-dice sobre mi oído y siento que me derrito

Sus manos bajan el pantalón, arrastrando junto con ellos el bóxer que llevo, eliminando por completo cualquier obstáculo. Un frío me recorre, pero pronto su cuerpo se encuentra sobre el mío. La luz de la calle se filtra por las finas cortinas de la ventana, iluminando su rostro. Permitiéndome observarlo.

Puedo ver lo anguloso y perfecto que es. Tiene unas facciones fuertes pero delicadas. Una nariz respingada, labios gruesos y unos marcados pómulos que resaltan aún más con las sombras que se proyectan. Su cabello es obscuro y rizado, siempre luciendo de manera desarreglada. Unas leves pecas surcan sus mejillas y cuando sonríe aparecen unos dulces hoyuelos sobre estas.

En el fondo me pregunto si realmente será tan perfecto o solo será una ilusión mía. Algo que mi enamorada mente se ha creado.

Sus dedos rozan de improvisto mi rostro… pasando de mi frente a mis mejillas, y de mis mejillas hasta mi mentón.

-Luces tan hermoso-murmura, esbozando una leve sonrisa

No digo nada. Mi acelerado corazón contesta por mí.

-Permíteme olvidar-dice con voz muy firme y entonces me besa.

Su boca besa ávidamente la mía con fuerza. Su lengua entra rápidamente dentro de la mía, recorriendo hábilmente cada lugar, cada rincón, dejándome sin aliento. Y mis manos se alzan hasta su cuello, rodeándolo, pidiendo más.

Todo sucede siempre de esta forma. De esta dolorosa manera. Y no entiendo porque cada vez que esto pasa, termino aceptando. Cada palabra que dice es cruel y egoísta. Sé que esto no tiene futuro alguno. Y aun así sigo diciendo que sí, una y otra vez.

Esto es solo sexo y nada más.

Ahora nuestros cuerpos están juntos por completo. Sus manos recorren mis piernas, mi cintura, mi abdomen, mis trasero… nuestras respiraciones se agitan y solo se escuchan gemidos y suspiros a nuestro alrededor. Siento una dulce sensación que se aproxima, sus caderas golpean con más fuerza, rapidez y velocidad. Una oleada de placer crece y crece… hasta que me dejo arrastrar por una suave lluvia de estrellas. Me desarmo en la cama, soltando un largo gemido. Sebastián se acerca y muerde mi cuello con fuerza. Luego, simplemente deja caer todo su peso sobre mí.

Puedo sentir su corazón latiendo acaloradamente, su pecho subiendo y bajando, y sus cabellos rozando mi cuello.

Es en este preciso momento cuando mi ánimo decae, cuando todo el placer se ha evaporado y no queda nada más. Me encuentro feliz y triste,  enojado y contento… aunque no entiendo del todo como se puede estar de las dos formas.

-Me encantas Rodrigo-comenta Sebastián, incorporándose en la cama

Alcanzó a ver su pálida espalda salpicada de pecas, y ese tatuaje que lleva sobre el hombro izquierdo. Acerco mi mano hasta el en un impulso y lo recorro. Aún puedo recordar que alguna vez ya había llegado a mencionar lo que significada aquel trazo. Escrita en un antiguo idioma; era una frase demasiado romántica y complicada, como para tomarse el tiempo para explicármela.

-Me encantaría saber que paso-digo, terminando por romper el silencio

-Es… difícil-contesta, y se levanta. Comienza a recoger su ropa y a vestirse.

-Siempre es difícil-masculló

Se detiene un momento y me observa.

-¿Realmente te interesa?-pregunta, arqueando una ceja

Afirmo

-Helena es muy… complicada. Así que decidí dejar las cosas por la paz antes de que todo se volviera confuso-dice-no quiero que comience a pensar que entre nosotros hay algo serio

-Ya-musito y entonces me entran unas tremendas ganas de dormir. No agrego nada más y el parece entender la indirecta.

No tengo ganas de continuar hablando.

Así que simplemente observo como va de un lado para otro de la habitación, terminando de recolectar su ropa. Y cuando al fin esta vestido por completo, se acerca hasta mi lado, besándome sobre la frente. Sus labios parecen tan suaves y cálidos…

-Mañana hay que madrugar-comenta y luego sale de la habitación.

Puedo escuchar como la puerta se abre y se cierra. Pasan algunos segundos en silencio y es entonces cuando me comienzo a vestir. Cada prenda que me pongo es un momento dolorosamente vergonzoso. No puedo creer que sea tan ridículamente débil….

Y pensar que todo ha comenzado con una ridícula fiesta. Una estúpida decisión. Y un par de copas de whisky.

SEMANAS ATRÁS

El piso se mueve ligeramente bajo mis pies, y además no puedo parar de reír. Sé que este no es el mejor momento para acercarme a él, pero también sé que soy cobarde, y que si no me decido a hacerlo ahora, terminare por pasar mi vida entera simplemente observándolo.

Como todo un acosador.

-¡Vamos! ¡Se valiente!-dice Mariana a mi lado, mostrándome la mejor sonrisa de borracha que he visto

-Pero… ¿y si me rechaza?-preguntó temeroso

-Nene, lo más probable es que te rechace ¿y qué?, al menos no te quedas con las ganas ¿no?-replica Daniela, observándome con el ceño fruncido

Afirmó. Tiene razón. Además estoy “ligeramente” tomado, así que el dolor será mínimo comparado a si estuviera totalmente sobrio. Así que me decido y comienzo a caminar hasta donde se encuentra, mientras escucho  a mis espaldas algunos gritos de ánimo de parte de mis amigas.

Lo más probable es que esto termine mal. Pero ya habrá mucho tiempo para arrepentirse, ¿verdad?

Mientras atravieso aquel tramo, aquel que me parece infinito, puedo darme cuenta de que la gente de la fiesta parece no notar nada. Cada uno está demasiado ocupado… besando a alguien, bailando con alguien o simplemente sin prestar la suficiente atención.

Pero Sebastián es diferente.

Su risa se detiene de manera abrupta al notar que me encuentro de pie frente a él, noto como voltea a ver de reojo a sus dos acompañantes femeninas. Es entonces cuando mi poca convicción y mi tímida sonrisa terminan por congelarse, también escucho como mi consciencia me anima a echar a correr. Es el mejor momento para dar media vuelta y hacer como si esto jamás hubiera pasado.

Pero no puedo mover mis piernas. Nunca antes me he encontrado tan cerca de él y sus obscuros ojos han terminado por atraparme.

Veo como palmea las piernas de las chicas a su lado, dándoles a entender que nos dejen solos. O eso creo. Eso quiero imaginarme.

Tragó saliva al ver que ya no queda nadie que se interponga entre nosotros dos.

-¿Hay algo que quieras decirme?-pregunta con aquella voz suya tan deliciosamente masculina

Y entonces termino por desmoronarme. Siento como las palabras brotan de mi boca como un chorro de agua… ni siquiera tengo consciencia de lo que estoy diciendo.

Es una confesión.

El secreto que he estado manteniendo oculto por casi un año.

-…en resumen, la verdad es que siempre me has gustado. Desde la primera vez que te vi… yo… realmente me gustas…-y así termino mi vómito verbal.

Parecen palabras de un tonto borracho, pero bueno, ¿acaso no estoy más que embriagado?, tal vez tendría que haberlo pensado mejor antes de tomarme aquella última copa de tequila.

Y Sebastián me mira fijamente. Parece consternado los primeros segundos, pero luego parece darle gracia todo lo que he dicho. Bueno, ¿Qué me podía esperar? ¿Qué dijera que sí y que se lanzara sobre mis brazos?

-Bien, eso era todo lo que quería decir, ahora… voy a regresar con mis amigas-digo, sintiéndome sumamente avergonzado.

Doy media vuelta y hago atisbo de comenzar a caminar, pero entonces escucho como suelta una leve risa.

-¿A dónde vas?-pregunta-¿Acaso te he dado una respuesta?

Mis oídos parecen no creérselo del todo, así que me giro, quedando nuevamente de frente a él. Su sonrisa se ha ensanchado y en sus ojos alcanzo a ver un brillo extraño.

-¿Una respuesta?-repito

-La verdad es que… eres bastante lindo-dice

 

 

ACTUALIDAD

Desde aquel momento las cosas habían ido así. Cada vez que Sebastián terminaba alguna relación, estaba agobiado o simplemente se sentía solo, acudía hasta mi departamento para tener sexo y olvidarse de todo por un momento.

Y aunque en un principio había pensado que solo sería algo pasajero, ahora… no estaba del todo seguro. No sabía por cuánto tiempo más mantendríamos esta extraña relación, basada únicamente en el sexo.

Lo único malo de esto era que yo… yo me había terminado enamorando. Y ya no sabía cómo escapar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).