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Se vistió rápidamente, luego de haber tomado una ducha ‘caliente’ en todo los aspectos, se había pasado más tiempo de lo acordado seguro Kai le dejaría castro ni bien llegase, pero siquiera le estaba haciendo el favor de ir ¿no?.
Su acompañante ya había salido minutos antes no era una novedad que casi cada fin de semana se trajera a una para complacer sus necesidades sexuales, se podría decir que la recepcionista de aquel hotel ya sabía que el chico siempre concurría ahí para follar con cualquiera belleza que se le cruzase, después de todo ella también lo había hecho con el rubio, si Oh Sehun era un descarado de primera.
— Mierda — soltó, sin más cuando vio en la pantalla de su celular el nombre de su padre.
Dudó en contestar, pero al final lo hizo aclaro sus garganta y corriéndose levemente el flequillo mención un “¿alo?”
— Hola “bro”— saludó al otro lado de la línea una voz grave pero con un tono de picardía.
— Dime padre — mencionó resaltando la palabra ‘padre’ moviendo la cabeza hacia los costados levemente, su padre era un caso.
— Necesito que vengas a la institución, tengo que darte información sobre los planes de la reunión de a fin de mes.
— No podría ser otro día, tal vez mañana ahora tengo que salir — lo dijo no muy seguro, sabía que a su padre no le gustaba que le dieran la contra cuando estaba animado en algún proyecto donde el participaba y cuando esto sucedía la palabra ‘bro’ se convertía mágicamente en un apodo menos amigable.
— Dentro de media hora ‘hijo del demonio’— sentenció cambiando la voz a una comandante, si, entonces era importante.
No podía hacer nada así que con un ‘ahí estaré’ se fue sin más de aquel hotel. Cogería un taxi, porque su auto estaba estacionado en la cochera de su apartamento, por ahora llamaría a Kai y le diría que iría a la empresa más tarde.
El taxi estacionó dando entender que había llegado, pago el dinero pedido por el taxista y fue rumbo donde la oficina de su padre en aquella institución grande que tenía las paredes pintadas de rojo donde era como una escuela, pero no para niños normales sino para niños sordomudos.
No sabía por qué su padre fundó aquella institución o tal vez si, tenía cierta debilidad hacia personas más ‘débiles’ que él y siempre trataba de ayudarlos, algunas le decían que tenía que seguir ese ejemplo hasta su padre mismo, pero el solo los ignoraba rodando los ojos, no le interesaba en absoluto, no es que era malo solo que él tenía otros planes en mente que manejar aquellas instituciones que su padre fundó, pero sabía que si algo sucediera él las heredaría todas.
Toco dos veces y uno voz dentro de aquel cuarto menciono un “pasa” y así lo hizo, se encontró a su padre con una persona más que era su tío, este también estaba involucrado en eso
‘Tenían que ser hermanos’ — pensó Sehun
— Por fin… pensé que no ibas a llegar— su padre se paró enseguida, ni bien vio entrar a su hijo, acomodándose a su lado rodeándole con una mano los hombros de Sehun frotándolos toscamente
— Si papa aquí me tienes — trató de zafarse, le estaba doliendo sabía que su padre le haría algo parecido por haberlo contradicho por teléfono — ahora dime que tengo que ver yo en los planes de la fiesta — parpadeó, manteniendo los ojos cerrados por unos segundos, expresando con eso que el ‘abrazo’ que le había dado su padre le había producido un jodido dolor.
— Pues veras… — empezó la persona que había observado la escena divertido — tu padre y yo queremos hacer un contrato con algunos idols de la empresa Exo, y bueno como tú eres amigo del rapeador sería más fácil convencerlo.
Así que era eso, pues sí que aquella fiesta de a fin de mes era importante para su padre hasta el punto de hacer un contrato con famosos para hacer presencia.
Pues no sería nada difícil, por no decir fácil convencer a Chanyeol puesto que para fin de mes seguro terminarían de filmar el programa y tendría libre la agenda, además de que le estaba ayudando con el asunto de la fan.
— Okey, no hay problema —
— Ese es mi ‘bro’ — felicitó su padre, acercándose otra vez para darle otro abrazo a su hijo
— Me voy, ya se me hizo tarde, hasta luego tío — ignorando el abrazo giro el pestillo y se fue sin ni siquiera despedirse de su padre, soltó una risita una vez fuera, sabía que su padre le maldeciría los mil demonios.
***
Ya habían acabado los exámenes, “por fin” pensó el castaño, soltó un suspiro de cansancio, vio su reloj y ya eran las 12:45, cogió sus pertenencias y quitándose los anteojos guardándolo en un estuche color blanco lo metió en un su mochila.
— Si~ lo hará —
— Qué suerte, tienes todos los requisitos para poder participar —
— Si, sé que yo seré la elegida —
— Pero como estas tan segura…
— Pues si no salgo yo, la chica sufrirá las consecuencias y si me la encuentro por ahí mal por ella, la dejare calva —
“Ouch ¿no estará hablando enserio o sí?... porque si es así ese loca necesita a un padre que le rosee agua bendita”
Baekhyun no pudo evitar escuchar a ese par de chicas, el día anterior Kyungsoo le había mencionado algo al respecto, al parecer el tema ese era muy hablado, y él ni enterado… tal vez si era un antisocial, no le importaba, no era como si fuese una obligación saber de entretenimiento al menos no para él.
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¿Qué rayos?
¿Por qué de un de repente se puso a llorar?
Recuerda que fue insultado desde la A hasta la Z, pero eso bastaba ¿no?, además ya le había pedido varias disculpas hasta lo siguió solo para escuchar un ‘estas disculpado’ por parte del bajito, pero había resultado al contrario y peor el chico había empezado a llorar haciendo que algunas personas dirijan su vista —de lo que estaban haciendo o simplemente pensando— hacia ellos dos … ¡Genial! era un coreógrafo famoso y había llamado la atención y peor no de la buena manera, seguro estarían pensando que él era el causante del llanto del chico, bueno en parte si ¡pero no era para tanto!
— Oye… ¿podrías dejar de llorar? — el moreno se rascó la cabeza en señal de no saber qué hacer
Pero para añadir la fresa a la torta el chico empezó a llorar más fuerte, pensó seriamente en dejarlo ahí haciendo el ridículo, pero le remordía la conciencia de que era por su culpa.
— Mira te comprare otro, serán dos… no tres — Kyungsoo que había llevado su manita a sus ojos lo bajo lentamente tan solo dejando los hipidos entremezclar con el ruido de la calle.
— ¿Enserio?...
— Sí, es más te llevare al sitio al que quieras a ir y te pagare el pasaje — trato de animarlo a que dejase de llorar ofreciéndole más cosas
— ¿Por qué los famosos todo lo relacionan con dinero?... entonces… ¡¿por no me dejaste comprar ese protector si tú te pudiste comprar en donde se te pegue la gana?! ¿Sabes qué? ¡cómprate un ropero y piérdete en Narnia!— esta vez gritó abriendo sus ojos más de lo normal en señal de molestia.
¿Narnia?
Jongin se carcajeo. El chico era cómico, pero no contesto nada y soltando un suspiro de —perdida de paciencia— se acercó más al chico de ojos grandes, si no era por las buenas entonces sería por las malas.
— Tú te lo ganaste pororo…
Y vio el rostro confundido del chico, ni siquiera veía una lágrima, seguro era por venganza lo que le estaba haciendo, cuando vio otra vez esos ojos grandes sintió que los había visto en otra parte, pero no lo recordaba.
Se puso en posición de cuclillas y de un solo movimiento lo alzó, envolviendo su brazo derecho por los tendones de la parte de las rodillas del bajito.
‘Pesa como una pluma’
Fue lo que pensó Jongin ni bien sintió el peso por sobre su hombro, no espero más y se dirigió a su auto que había dejado estacionado a tan solo una cuadra justo por donde se encontraba la tienda — cuando iba a perseguir al chico de ojos grandes, con unas señas le dijo a la chica que chequeara su auto—.
Que mala suerte pensar que así se iba a calmar.
— ¡Suéltame maldito!… ¿dónde demonios me llevas?... ¡te denunciare! — sintió los golpeteos en su espalda este chico sí que era un salvaje, creo que lo hubiera dejado ahí llorando, pero ya estaba aquí y tendría que soportarlo
— Joder deja de golpearme me está doliendo
— ¡Qué bien! que te duela idiota después de todo te lo mereces— y ya no solo eran golpeteos en la espalda sino pataletas, si no quería salir moreteado, tendría que apresurar el paso
— Solo es un protector porque te pones como una fiera
— ¡No es solo eso! — chilló
— ¿Qué?
— Ah… ¡nada! Y ya bájame — Jongin sintió que se calmó un poco, ya estaba en la puerta de su auto, lo abrió inclinándose un poco.
— Okey.
Y así lo hizo, lo dejo caer en el asiento del copiloto, y de un portazo y un ‘No te muevas de ahí’ se dio la vuelta abriendo la otra adentrándose en el auto cerrándolo en el momento.
Hubo un silencio sepulcral, solo el bufido de cansancio de Jongin, y cuando este ya estaba a punto de encender el auto vio que el ‘chico salvaje’ abrió la puerta y ya estaba alzando un pie listo para salirse de su auto.
‘¿Por qué tenía que soportar al pororo-humano? Demonios ni él lo sabía’
— Tú te quedas aquí — sentenció, cogiéndolo de la cintura por detrás y volviéndolo a su posición inicial.
Vio el rostro voltearse hacia él y pudo captar las facciones de enfado que formó en su piel blanca — añadiendo la característica suave, que podía notar el moreno—.
— Saca tus cochinas manos de ahí — lo escuchó gruñir con voz fría.
No lo estaría diciendo en doble sentido ¿o sí? Jongin dirigió su vista hacia sus manos sin quitarlas todavía para luego levantar la vista y mirarlo a los ojos con una pícara sonrisa.
— ¡Que la saques de ahí pervertido! — sintió un fuerte agarre en sus muñecas para luego ser soltadas.
No pudo evitar soltar una pequeña carcajada de diversión. Este chico de ojos grandes parecidos a los anteojos de pororo y el carácter de una fiera era interesante.
***
Leyó el mensaje que su padre le había mandado segundos después que había salido de su oficina, una sonrisa de lado se formó en su rostro.
‘En el patio más grande hay un auto rojo como regalo por tu cumpleaños, considéralo como un regalo adelantado.
Pd: Hijo del demonio y así no correspondiste mi abrazo’
Guardó el aparato en el bolsillo de su chaqueta y prácticamente se fue corriendo hacia el lugar indicado por su padre, estaba excitado tan solo cuando leyó que le esperaba un auto rojo.
Y cuando lo vio disminuyo el paso, sí que amaba a su padre era uno de los que había deseado comprarse — un convertible Porsche 911— y su padre le había cumplido el sueño, emocionado rodeo el auto rojo luminoso para adentrarse a él y de una vez estrenarlo.
No llego a abrir la puerta, no lo hizo, lentamente volteo la cabeza hasta que su cuerpo quedo apoyado en el convertible, fijando su vista en aquella persona que lo había interrumpido cuando sin querer en medio de un parpadeo había podido presenciar su persona.
Vio que una pelota de básquet se dirigía a su rostro por cualquier niño que se encontraba ahí, pero solo logro rozarlo, usaba un atuendo prácticamente todo de blanco, polera, sudadera, zapatillas, su rostro fue formando una sonrisa de entre maravillado y sorprendido.
Se acomodó con el antebrazo apoyado en el filo de la parte delantera de su auto, como si aquello lo que estaba viendo fuera una película de cines entretenida. La sonrisa se le ensanchaba cada que veía movimientos de parte del ‘ángel’ —como lo había sobre nombrado en cualquier momento— y que para el encajaba perfectamente con ese chico.
0,01 segundos fue tal vez es el tiempo que su cerebro tardo en procesar un momento de felicidad que involuntariamente aquella persona lo hizo sonreír.
Lo hizo, porque en cuanto vio que los niños se aglomeraban en torno a él, formando un círculo desperfecto, comenzó a hacer mímicas con las manos dibujando facciones en su rostro tal vez para que con eso ayudase a sustentar lo que intentaba explicar, y así lo entendieran.
Era como ellos, era una persona sordomuda, ¡claro! si estaba en una institución para sordomudos, la última mímica que vio y logró entender fue su dedo pulgar alzado, dando entender un ‘¿ok?’ con esa sonrisa que lo había acompañado en todo el tiempo que estuvo presente, no pudo evitar contagiarse de aquella hermosa y perfecta curvatura de labios a vista de él.
‘Qué demonios estoy haciendo’
***
— Te estoy mirando mucho perro, te voy a odiar.
Silencio.
— ¡Maldita sea los voy a matar! — gritó ofuscado llevándose la manos a los lados de la cabeza y desordenándolos al instante.
Solo un bendito perro estaba en compañía de él, ¿de quién era el animal? no lo sabía y tampoco estaba de humor como para votarlo a patadas, pero pensándolo mejor podría desquitarse con el bendito animal.
Se hecho en el sofá, acomodándose como podía, con los pies sobresaliendo, soltó un bufido que se entremezclo con el ladrido del perro, volteo y ahí se encontraba el animal con la lengua fuera y moviendo la cola.
— Sabes los perros son los mejores amigos del hombre, ¿quieres ser mi amigo?
Preguntó, obteniendo como respuesta otra vez el ladrido de aquel animal, si, estaba desesperado, sus benditos amigos no habían llegado a la hora acordada, si su manager se entera que no ha conseguido a ninguna chica hasta ahora estaría jodido.
— ¡Voy a matarlos!... ¡Lo hare!
El grito de molestia retumbo en su camerino, y como no hacerlo si ninguno de sus preciados amigos había asistido a la hora que él había indicado.
— Tal vez al padre de Jongin le diga que su hijo a estado cortejando con chicos o al padre de Sehun que su preciado hijo del demonio todo este tiempo ha estado acostándose con cuanta mujer se le plazca — chantajeo a la nada sintiéndose estúpido por decir eso cuando nadie lo iba a escuchar.
Se hecho en el sofá que estaba por ahí, tapándose el rostro con un cojín plateado que cogió, mañana empezarían las grabaciones y no solo eso sino que la conferencia empezaría dentro de unas cuantas horas y sus amigos que no muestran signo de compasión hacia él.
— Chanyeol, lo siento tuve un percance con… ¿Qué hace un perro encima tuyo? — la voz un poco agitada de Jongin lo interrumpió apartando el cojín de su rostro para mirarlo con el ceño fruncido.
— Desgraciado — lo insultó quitando al perro de encima, parándose de inmediato del sofá — recién te dignas a alumbrar aunque … el negro no alumbra — lo dijo pensante
— Oye… oye está bien que no vine a la hora, pero no te metas con mi hermosa piel — contratacó ofendido, pasándose la mano por el rostro
— Dime ¿ese hijo del demonio va a venir? — quería saber si Sehun le iba a ayudar o no, para resignarse a que su manager lo lanzara del piso al que estaba
— Así me dijo, pero creo que se le paso la verga — Chanyeol rodó los ojos, en signo de que era la respuesta que se esperaba, levanto su mano derecha pasándose los dedos por los cabellos.
— ¿Tanto aguanta? se le va arrugar de tanto meter — ¿acaso Sehun cambiaria algún día?, creo que eso sucedería cuando los planetas se alineasen — Kai ya no queda casi nada de tiempo mi manager me va a matar — y era la verdad, estaba un poco desesperado. Corrección. Estaba desesperado
— ¿Cuánto tiempo queda? — pregunto sentándose frente al espejo arreglándose el cabello
— Casi seis horas… dentro de seis horas empieza la conferencia — respondió cruzándose de brazos viendo al perro acomodarse en el sofá, bendito perro que no tenía preocupaciones
— Estamos jodidos — expreso sorprendido mirándolo a través del espejo dejando de acomodarse, hasta en momentos así su ‘complejo- de- princeso’ no lo dejaba.
— Lo sé… necesito ir al baño a mojarme la cara de paso a descargar — tenía que despejarse un poco, así que se acercó a la puerta seguido por Jongin
— Pues vamos… oye ¿y el perro? — se paró un momento para ver al animal recostado cómodamente en el sofá.
— Deja al perro vivir su vida.
***